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Desde el extremo norte en Putre, en la región de Arica y Parinacota, hasta la Región de Magallanes, la certificación nacional para edificios de uso público -Certificación Edificio Sustentable-, está considerada en más de 50 proyectos entre mandantes públicos y privados.

En el ámbito público destacan las licitaciones que lleva a cabo la Dirección Nacional de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, que para el 2017 se ha comprometido a incluir a CES en los términos de referencia del 85% de sus proyectos y donde la Región de la Araucanía lleva la delantera con cuatro emplazamientos, dos de los cuales están en proceso de obtención de la certificación.

Asimismo, el Ministerio de Educación actualmente tiene un poco más de 17 proyectos en asesoría CES y, de ellos, once se ubican entre las regiones de O’Higgins y Magallanes. Se trata de iniciativas que son parte de los llamados Proyectos “Sello”, una de la líneas clave dentro del Plan Estratégico de Infraestructura Escolar 2014-2017, que se enmarca en las políticas de Fortalecimiento de la Educación Pública.

Según Hernán Madrid, jefe de la certificación, el apoyo que se está recibiendo desde el sector público “ha significado un gran impulso para CES, y nos ha permitido llegar a todas las regiones del país, lo que refuerza el hecho de que la herramienta se puede aplicar en cualquier lugar, independiente de las características geográficas y climáticas que posea”.

Más allá de los acuerdos y compromisos adquiridos por los Ministerios de Obras Públicas y Educación, entre otras instituciones, CES hoy también está siendo considerada por proyectos con mandantes privados, concentrados principalmente en la Región Metropolitana, entre los que se encuentran el Edificio Corporativo de la Caja de Compensación Los Andes y un nuevo edificio del Colegio Everest.

En esta última categoría destaca el esfuerzo de la Cámara Chilena de la Construcción -institución que es parte de convenio cuatripartito de CES- por certificar todas sus sedes regionales, siguiendo así el ejemplo de la sede Osorno, que fue el primer edificio en recibir la certificación en abril de 2015.

De acuerdo con Hernán Madrid, se espera que durante este 2016 los proyectos que consideren a CES en su desarrollo aumenten, así como también se eleve el número de edificios privados que se sumen a la certificación, impulsando la construcción sustentable en el país.

INhouse es una casa prefabricada solar de energía cero, que además controla de manera inteligente el consumo de agua, reciclándola para el riego del jardín. Su diseño fue elaborado por estudiantes de la Universidad Politécnica Estatal de California.

La idea parte de la premisa de que nuestro planeta tiene recursos limitados y uno de los más importantes es el agua; solamente el 0,26% es dulce y el resto se encuentra en los polos, en embalses subterráneos o sencillamente se trata de la salada de los océanos. Por ello, las nuevas casas del futuro necesariamente tendrán que vigilar su consumo e incluso incorporar sistemas de reciclado de aguas grises.

Este innovador prototipo que participó en el Solar Decathlon del 2015 (SD2015), fue pensando y desarrollado bajo las condiciones climáticas de la costa californiana, las cuales sirvieron de inspiración para incorporarle un humedal artificial que se utiliza para filtrar todas las aguas grises de la casa y dirigirlas luego al riego.

Pero aparte de esta interesante característica, INhouse también tiene un excelente comportamiento solar pasivo, que reduce su calentamiento en verano, además de un equipamiento activo con paneles térmicos solares y fotovoltaicos.

Asimismo, el proyecto está dotado de un material de cambio de fase biológico (aceite de palma no comestible) que absorbe y libera calor de forma pasiva, lo que es aprovechado en su diseño para enfriar y calentar la casa, ahorrando en climatización.

La instalación fotovoltaica se extiende hacia el patio, pero con paneles translúcidos fotovoltaicos bifaciales que, además de generar electricidad, proporcionan sombra en los patios.

A todas estas prestaciones hay que sumar las propias que se suelen encontrar en este tipo de viviendas que participan en el concurso solar más famoso del mundo, correspondientes a sistemas de seguimiento y control -ayudados por una red de sensores repartidos por toda la casa- y que sirven para conocer en cada momento su comportamiento energético. Esto se puede realizar mediante dispositivos inteligentes como tablets y smartphones, y se extiende incluso a la iluminación.

El edificio está construido con paneles estructurales aislados, más conocidos como sistema SIP, y siguiendo un esquema modular que deja una parte para la zona de día, otra para la de noche, y un cuarto de instalaciones. El dormitorio es bastante amplio, porque tiene un escritorio convertible en cama, simplemente girando la estantería; la cocina está completamente abierta al espacio formado por el comedor y la sala de estar.

Finalmente, uno de los puntos más positivos de su distribución es que el salón puede aumentar su tamaño gracias a un conjunto de puertas plegables de 4,6 metros de largo, ganando espacio de vida hacia la terraza.

Fuente: Diario de la Construcción

Considerando el impulso que ha adquirido la construcción sustentable en la agenda país, para el Centro de Investigación en Tecnologías de la Construcción de la Universidad del Biobío (Citec UBB), es relevante su participación en Certificación Edificio Sustentable como entidad evaluadora, en cuanto se alinea a su labor de vinculación y contribución a la sociedad.

“Somos un centro que se define como de investigación, desarrollo y transferencia, nuestra área temática es precisamente la construcción sustentable, por lo que no podríamos dejar de estar presentes”, afirma el destacado académico y director de Citec UBB, Ariel Bobadilla.

Según comenta, la existencia de una certificación como CES es absolutamente necesaria, atendiendo las metas que tiene Chile en materia de eficiencia energética y construcción sustentable. “No son directamente ajustables a la realidad local muchos de los medios de certificación aplicables a edificios creados bajo contextos que pueden ser muy distintos y para propósitos diferentes. El uso acrítico de sistemas y tecnologías le ha traído muchos problemas al país y es algo que debemos evitar”, sostiene, destacando la herramienta como un sistema hecho a escala local y con el objetivo de atender las necesidades de certificación de edificios de uso público de forma más adecuada que otros que se utilizan actualmente.

A su juicio, en términos colectivos la industria de la construcción, a través de distintas iniciativas y programas, se ha planteado el desafío de desarrollar el mercado de la construcción sustentable en Chile. “Es fundamental para este fin incorporar la sustentabilidad como atributo adicional de competitividad y que el mercado reconozca su valor. Y para ello, contar con sistemas validados como CES es una condición fundamental, una condición crítica de éxito en realidad”.

Finalmente, Bobadilla destaca la importancia de que, como toda herramienta de su tipo, CES esté en permanente revisión y perfeccionamiento. “A eso, como centro de I+D podemos aportar, en particular a la mejora de las herramientas para verificar cumplimientos de exigencias y al perfeccionamiento de su escala de estándares, de modo de vincular mejor las características mínimas exigibles a los edificios con las del clima y condiciones de entorno, aspectos en los que estimamos CES debe progresar”, concluye.

Con el objetivo de formar parte de la discusión que propicia el Programa Estratégico Nacional en Productividad y Construcción Sustentable – Construye 2025, Certificación Edificio Sustentable integra dos instancias de la iniciativa.

Se trata de los comités gestores para Campaña comunicacional edificaciones sustentables y el Desarrollo y actualización de normativa y certificación sustentable, instancias de las que participa Hernán Madrid, jefe de CES.

“Para la certificación tiene gran relevancia estar presente en el esbozo de la estrategia de difusión, favoreciendo el posicionamiento de los edificios de uso público en Construye 2025”, sostiene. Respecto de normativa, se considera el aporte de CES, tanto en la discusión de nuevos estandáres como en la adaptación de algunos extranjeros a la realidad local.

Desarrollado bajo el alero de Corfo, Construye 2025 pertenece a los denominados Programas de Especialización Inteligente, que surgen en el marco de la Agenda de Productividad, Innovación y Crecimiento, con la finalidad de sentar las bases para una nueva fase de avance de la economía chilena.

En una labor participativa, con representantes del mundo público, privado y académico del sector de la construcción, el programa tiene la visión de propiciar el desarrollo de una industria sustentable y competitiva a nivel global, que sea líder en la región y esté comprometida con el avance del país, a través de la incorporación de la innovación, nuevas tecnologías y fortalecimiento del capital humano, todo ello considerando como fin el bienestar de los usuarios y el impacto a lo largo del ciclo de vida de las edificaciones.

Como “un retorno a una historia conocida” considera la arquitecta Paola Molina su vuelta a la Certificación Edificio Sustentable, aunque esta vez lo hace como representante titular del Colegio de Arquitectos, en reemplazo de Hernán Bugueño.

“Estuve desde los comienzos de CES, cuando todavía no tenía nombre, fue una época bien bonita, en la que analizamos parámetros generales. Es reconfortante volver y ver el fruto ya más maduro, consolidándose. Tengo una gran motivación por representar al Colegio de Arquitectos”, cuenta la profesional.

Molina llega al Comité Directivo de CES con el importante desafío de aportar para que la certificación continúe centrándose en aspectos locales, constituyéndose en un real aporte para el desarrollo y la innovación en Chile. “El que ciertos parámetros se ajusten a las realidades propias genera que la construcción evolucione, cambie y se mejore; esto tiene que ser más que un slogan o una acción de marketing”, comenta.

Paola Molina es arquitecta de la Universidad Mayor, diplomada en Arquitectura Digital de la Universidad Católica y máster en Medioambiente y Arquitectura Bioclimática de UPM-UCEN. Tiene experiencia en planificación y gestión para el desarrollo del habitar sustentable, asesoría en eficiencia energética, desarrollo de proyectos y manejo de equipos, entre otras áreas.

Tres edificios de la Región de la Araucanía y uno de la Región de Atacama se sumaron al sistema nacional Certificación Edificio Sustentable. En el norte del país se cuenta el Edificio Consistorial de Tierra Amarilla, mientras que en el sur se ubican el Consistorial de Curarrehue, la Escuela Collin Alto y el Complejo Educacional Reino de Suecia, en Puerto Saavedra.

El Edificio Consistorial de Tierra Amarilla es el primero de la Región de Atacama que contará con la certificación nacional, buscando, en primera instancia, conseguir la precertificación CES. Para lograr este nivel, el anteproyecto se someterá a la evaluación de diseño para, una vez iniciada la etapa de construcción, poder completar el proceso de certificación.

Gonzalo Mut, arquitecto de Pasiva y asesor acreditado CES, fue el encargado de guiar al municipio local en los requerimientos técnicos y administrativos exigidos por la certificación. Reconoce que “recibimos el edificio con un nivel bastante definido de arquitectura y con aspectos generales de sustentabilidad bien resueltos”.

El edificio tendrá una superficie construida total de 3.116 m2 y la calidad del ambiente interior -en cuanto a iluminación, ventilación y acondicionamiento térmico pasivo- es una de las características de sustentabilidad en que más se centró el accionar del asesor.

Mut también es el asesor de la Escuela Básica Collin Alto de la Araucanía, cuya arquitectura está basada esencialmente en la cultura mapuche, considerando aspectos sociales (por su forma), medioambientales (materialidad en la estructura) y sistema de acondicionamiento pasivo.

“El proyecto se encuentra todavía en desarrollo, pero se han empleado estrategias de ventilación natural, aprovechando los vientos predominantes de la zona. La planta circular se divide en anillos que determinan los sectores de mayor permanencia de usuarios con los pasillos, por lo que se plantean volúmenes de diferentes alturas, generando flujos de aire constante que atraviesan las zonas altas de estos volúmenes para una ventilación cruzada eficiente”, cuenta. Asimismo, en términos de materialidad, se está optando por una solución de construcción liviana, poniendo especial énfasis en la aislación de envolvente para poder elevar la temperatura rápidamente en los espacios mayormente utilizados (como las aulas). “Al no utilizar el edificio durante la noche, si calentamos masa térmica, estaríamos desperdiciando energía. Por otro lado, se está aprovechando en gran medida el asoleamiento para acondicionar térmicamente de manera pasiva en la mayor medida posible y contar con radiadores como soporte”, añade.

En el caso del Edificio Consistorial de Curarrehue (2.500 m2 aprox.) y el Complejo Educacional Reino de Suecia de Puerto Saavedra (3.900 m2 aprox.), el Asesor CES es la consultora Bio Espacios, con apoyo del profesional José Antonio Espinoza, quien comenta que los proyectos apuntan a obtener los niveles Destacado y Certificado, respectivamente, luego de lograr la precertificación CES.

Ambas edificaciones están pensandas de acuerdo con la zona climática en que se emplazan dentro de la Región de la Araucanía.

En el caso de Currarehue, se trata de un área andina, por lo que el Edificio Consistorial cuenta con una envolvente de alto estándar, lo que permite que se pierda una menor cantidad de calor. Además, tendrá un sistema de calefacción en base a biomasa, explica Espinoza.

Por su parte, Reino de Suecia, ubicado en zona costera como es Puerto Saavedra, es un edificio que tiene un amplio patio interior alrededor del cual se ubican los recintos, lo que permite que exista menos intercambio con el aire frío del exterior. “Eso ayuda a reducir la demanda energética, aparte de otros aspectos que estamos abordando. Este Complejo Educacional tiene un paisajismo muy amplio”, precisa Espinoza.

“La certificación CES tiene la virtud de que está muy adaptada a la realidad local, no solo del país, sino de cada zona, y para cada una propone aplicar estrategias de envolvente, agua, manejo de residuos y energías renovables, de acuerdo con la capacidad de cada localidad, lo que es muy bueno”, concluye.

Desde mediados del año 2015, el Chile Green Building Council, miembro establecido del World Green Building Council, se encuentra trabajando en el desarrollo de fichas para productos y sistemas que contribuyen -junto a otras estrategias- a lograr los objetivos de los distintos requerimientos obligatorios y voluntarios de Certificación Edificio Sustentable.

La organización trabaja para promover y estimular la construcción y el desarrollo sustentable en el país, con innovación tecnológica y certificación de emplazamientos afines.

Así, Portal Verde –www.portalverdechilegbc.cl– se erige como una plataforma que permite a profesionales y empresas de la industria de la construcción acceder libremente a información técnica y comercial sobre productos que pueden aportar a las distintas certificaciones para edificaciones sustentables disponibles en el mercado chileno.

María Fernanda Aguirre, profesional del área técnica, proyectos y estudios del Chile GBC, además de asesora CES, comenta que estas plataformas facilitan la especificación y compra de productos con características sustentables: “independientemente de si una construcción opta por algún tipo de certificación, las cualidades ‘verdes’ son universales, constituyendo un aporte para cualquier tipo de proyecto que desee integrar la sustentabilidad durante las distintas etapas de diseño, construcción y operación”.

Hoy, opina la experta, se hace necesaria la existencia de una certificación o ecoetiquetado nacional de productos, considerando que los distintos sellos disponibles para proyectos y actualmente en uso en Chile (LEED, Passivhaus, CES, etc.) son certificaciones para construcciones sustentables; pero no para materiales.

De esta forma, los interesados en validar sus productos deben hacerlo a través de la emisión y provisión de documentación creíble de respaldo (ensayos, certificados, cartas, fichas, etc.), además de demostrar que cumplen con los requerimientos establecidos por las distintas certificaciones bajo las cuales se construye la ficha.

De acuerdo con Aguirre, la inclusión de CES dentro de este material se enmarca en los objetivos que tiene Chile GBC como organización pues, a través de las fichas, se busca estimular al mercado tanto en oferta como en demanda. “No son solo documentos técnicos, sino también comerciales, pues buscan -a través de información fidedigna- ayudar a los equipos de proyecto en los distintos materiales, productos y servicios que necesitan para conseguir la certificación esperada”.

La incorporación de Fichas CES está contemplada dentro del crecimiento de la plataforma, facilitando la labor de búsqueda de arquitectos, consultores, constructuras y mandantes.

Dada su estructura, permite educar a los distintos actores que intervienen en el proceso: el proveedor puede entender mejor su producto y por qué algunas cualidades del mismo se consideran sustentables; mientras que el cliente final puede tomar mejores y más informadas decisiones de compra.

Según la profesional, mientras que la presencia de las Fichas CES en Portal Verde permiten educar y estimular al mercado y sus actores, la herramienta, con poco tiempo de operación, llega de forma más eficiente a sus públicos se interés y acrecienta su demanda.

Las Fichas CES estarán disponibles desde fines de marzo, pues ya existe una desarrollada y otra en proceso. Aguirre comenta también que “estamos invitando a todos los proveedores que ya cuenta con LEED en nuestro portal a desarrollar las fichas CES, de forma de validar sus contribuciones en ambos sistemas”.

 

Al igual que otros 162 profesionales del sector, Rodrigo Escobar, ingeniero acústico y fundador de la consultura Serrago, ha acreditado ante el Instituto de la Construcción -entidad administradora de CES- las competencias técnicas y experiencia profesional establecidas en el Manual 2 de Operación de la certificación, convirtiéndose así en asesor de la herramienta.

Actualmente, Escobar se encuentra asesorando la normalización del Cuerpo de Bomberos de Cunco, en la Región de La Araucanía y el Laboratorio de Vialidad de Putre, en la región de Arica y Parinacota. Adicional a esto, está trabajando en otros tres proyectos que se encuentran en etapa de licitación, abordando la coordinación de especialidades, para asegurarse de que se tenga claridad sobre los criterios que se abordan para lograr la certificación.

Con más de cinco años de experiencia junto a la consultura Serrago coordinando y desarrollando especialidades de climatización, gas y acústica basada en normativa internacional, ha traspasado toda esta experticia al estudio y aplicación de otras metodologías de certificación sustentable como LEED, la calificación energética de Viviendas del Minvu y, desde hace un tiempo, CES.

Es enfático en señalar que la existencia de una herramienta nacional como CES permite que muchos de los términos de referencia o las bases de un diseño resulten idénticas, lo que permite estandarizar los servicios, independiente si se implenta en el norte o sur del país. Y agrega que “conociendo la base, conocemos hacia dónde debemos dirigir la consultoría así como las especialidades que vincula el proceso de precertificación que atiende al diseño principalmente”.

A pesar del gran número de proyectos que incorporan a CES en las distintas regiones del país, Escobar siente que “aun existe desconocimiento de lo esta herramienta implica tanto administrativa como técnicamente”. No obstante, reconoce también que la existencia de asesores y entidades evaluadoras regionales han “permitido descentralizar el proceso, permitiendo que la construcción sustentable llegue a más puntos del territorio nacional, acelerando además la coordinación que se requiere para conducir el proceso de certificación”, finaliza.

Verificar y comunicar el cumplimiento de los requerimientos de los edificios que postulen para obtener la Certificación Edificio Sustentable será el rol que desde este mes deberá cumplir el Centro de Investigación en Tecnologías de la Construcción, CITEC.

El centro es una unidad de desarrollo y transferencia tecnológica perteneciente a la Universidad del Biobío que se dedica a realizar actividades de investigación, desarrollo y tranferencia tecnológica en áreas de las ciencias y tecnologías de la construcción con foco en la física de la construcción, arquitectura y construcción sustentable.

Con esta última acreditación, CES cuenta con 11 Entidades Evaluadoras que cumplen un rol fundamental dentro del proceso de certificación al ser ellas quienes pueden evaluar el cumplimiento en un edificio de los requerimientos que se establacen en los manuales del sistema de certificación nacional.

De esta manera, CITEC se convierte en la quinta institución regional en pasar a formar parte de las Entidades Evaluadoras de CES, lo que para Hernán Madrid, jefe de la certificación es “muy relevante pues nos permite seguir marcando presencia en regiones y nos da la posibilidad de seguir incentivando la certificación de edificios en ciudades y localidades que hoy están construyendo edificios con características de sustentabilidad”.

Para quienes deseen conocer más sobre el trabajo que desarrolla este centro de investigación pueden visitar su sitio web http://www.citecubb.cl/web/

Con una superficie construida total de 926,9 m2 y ubicado en la localidad de Putre en la Región de Arica y Parinacota, el Taller de Vialidad del MOP se convierte en el primer edificio inscrito para el proceso de certificación CES ubicado en el extremo norte del país.

El taller es parte de los edificios que la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas ha incluido dentro de los proyectos que incluyen a CES dentro de sus términos de referencia, tanto en el diseño como en la construcción del mismo.

El desarrollo y cumplimiento de los requerimientos obligatorios y otros voluntarios de la herramienta CES ha estado apoyado por el asesor acreditado en la herramienta, Rodrigo Escobar, ingeniero acústico y parte de Serrago Consultores, quien reconoce que este proyecto ha representado un gran desafío pues “al estar emplazado a más de 3 mil metros de altura, en una localidad tan alejada y expuesto a condiciones climáticas extremas, ha resultado complejo lograr el cumplimiento de los requisitos obligatorios y voluntarios. Además, ha sido necesario atender temas constructivos y de costos para no complejizar el proyecto en la etapa de construcción”.

Para Escobar, lo anterior es posible de resolver incorporando soluciones innovadoras. Por ejemplo, para el ahorro de agua y la reducción de su consumo, se puede optar por un sistema de reciclaje: “estamos trabajando en este tema y analizando la incorporación de lavamanos e inodoros integrados o sistema W+W” comenta.

De acuerdo con el ingeniero, otros de los criterios que han representado un reto mayor son aquellos que tienen relación con la eficiencia energética, pues cada medida pasiva y/o activa requiere de herramientas más complejas para su estudio: “se torna significativa a la hora de analizar los resultados, poniendo atención, además, en que las recomendaciones sean susceptibles de incorporar en el proyecto”.

También destaca la importancia del programa arquitectónico, el cual debe asegurar estrategias que permitan un “adecuado confort térmico interior, que mantenga a los usuarios protegidos de la alta oscilación térmica diaria propia del Norte Grande”.

Independiente del reto que esta obra representa en términos profesionales tanto para el asesor como para el proceso de certificación en sí, Escobar destaca que es un “paso importante para la comunidad de Putre contar con un edificio con características sustentables, pues es un indicador de que el proceso de certificación es más que un procedimiento de evaluación al que pueden acceder solo las grandes ciudades”.

Y agrega que esto definitivamente terminará alentando a otras comunas no solo a pensar en proyectos certificables, “sino que además permite generar conciencia sobre la importancia del ahorro energético y su repercusión en los costos de operación de los edificios” concluye.