La empresa Sacyr Ingeniería e Infraestructuras recibió el Premio CES 2024 a la Empresa Destacada. Este reconocimiento refleja su compromiso con la sostenibilidad y la innovación en proyectos de gran escala, marcando un precedente en la industria de la construcción en Chile.
La sustentabilidad es un eje esencial en los proyectos de infraestructura moderna, y Sacyr Ingeniería e Infraestructuras lo ha demostrado al ser galardonada con el Premio CES 2024 a la Empresa Destacada. Isabel Barba, gerente de Calidad y Medio Ambiente, atribuye este logro al trabajo incansable de los equipos de Sacyr, los que integran prácticas sostenibles en cada etapa de sus proyectos.
“Este reconocimiento nos enorgullece como compañía, ya que refleja nuestro compromiso con la sustentabilidad en la industria de la construcción, alineado con los pilares del Grupo Sacyr”, comenta la ejecutiva, al referirse al impacto de este premio en la organización.
De hecho, en Chile, son la primera obra y empresa en obtener la certificación AENOR “Residuo Cero”, “lo que acredita que una de nuestras obras, la construcción del Hospital Sótero del Río, valoriza más del 90% de los residuos, evitando así la disposición final en vertedero, promoviendo la economía circular en la obra”, explica.
Y agrega que “nuestro objetivo es recuperar y valorizar la mayor cantidad de residuos posible, promoviendo la economía circular en todas nuestras obras. En algunos casos, como el material de excavación, logramos reutilizar hasta el 100% para elaborar hormigones y rellenos estructurales”.
Durante estos años, han sabido enfrentar los requerimientos de CES, como “un desafío importante que afrontamos con la responsabilidad que eso conlleva”, asegura. Como explica, este desafío se extiende en las etapas de diseño y durante la construcción, donde van apareciendo nuevos requerimientos y materiales más sostenibles.
A la vanguardia en construcción
A su haber, Sacyr también cuenta con los Hospitales Buin-Paine, Sótero del Río y Provincia Cordillera, que están en proceso de certificación CES. Por otra parte, lidera la transición hacia la construcción industrializada mediante su nueva planta de prefabricados. En esta instalación, la empresa produce baños modulares de alto estándar que garantizan calidad, eficiencia y control de costos.
“Actualmente, ofrecemos 30 tipos de baños modulares para proyectos, como los hospitales Buin-Paine, Sótero del Río y Provincia Cordillera. Este enfoque marcará una diferencia significativa en el sector salud y se extenderá a otras industrias”, asegura Isabel Barba.
Asimismo, la construcción del Hospital Sótero del Río ha sido un laboratorio de innovación en la reducción de la huella de carbono. Según Barba, el proyecto logró disminuir las emisiones de 508 a 465 kgCO₂/m², “cifra que resulta muy importante si realizamos una comparación internacional, donde el estándar inglés del National Health Service of London (NHS), la aplicación de las medidas que llevamos a cabo permitiría lograr una intensidad de emisiones bajo el escenario de ‘Diseño Ejemplar’”, plantea.
Las diferentes acciones medioambientales que se ejecutan en esta construcción han permitido reducir en más de 11.510 los viajes a los botaderos y en más de 85.093 los viajes de camiones mixer a obra desde hormigonera más cercana, disminuyendo en 153.002 los kilómetros en transportes y más de 320.270 menos litros de combustible consumidos. “En otras circunstancias, debiesen realizar los viajes a botaderos y plantas de abastecimiento. El objetivo es lograr que un proyecto como este, de enorme tamaño, tenga una baja afección hacia el medioambiente”, analiza.
Y como “en Sacyr creemos que la construcción sustentable es clave para abordar los desafíos globales relacionados con el cambio climático y el uso eficiente de los recursos, desarrollamos proyectos que prioricen la eficiencia energética, la disminución del uso de agua potable, y la gestión responsable de residuos, logrando altas tasas de reciclaje y reutilización.
Además, “la colaboración con socios, proveedores y comunidades será esencial para cumplir con los más altos estándares de sostenibilidad y contribuir al bienestar de las personas y el entorno”, concluye.
La Dirección Nacional de Aeropuertos (DAP) recibió el Premio CES 2024 a la Política Pública Destacada por su compromiso con la sustentabilidad en infraestructura aeroportuaria. Claudia Silva Paredes, su directora, destaca los avances logrados, como la precertificación CES en proyectos clave y la creación de la versión CES Aeropuertos, un estándar pionero que posicionará a Chile como referente en la materia.
La sustentabilidad es un desafío transversal que toca todas las áreas de la infraestructura pública, y los aeropuertos no son la excepción. En reconocimiento a sus esfuerzos por integrar prácticas sostenibles en sus proyectos, la Dirección Nacional de Aeropuertos (DAP), liderada por Claudia Silva Paredes, recibió el Premio CES 2024 a la Política Pública Destacada. Este galardón resalta su compromiso con el diseño de infraestructura aeroportuaria más eficiente y responsable con el medioambiente.
“Fue un gran orgullo y satisfacción recibir este reconocimiento. No lo esperábamos, pero lo sentimos como un aliciente para seguir trabajando en alcanzar altos estándares de sustentabilidad en nuestros aeropuertos”, afirma Claudia Silva Paredes. Desde la DAP, destacan que este logro refleja una labor constante por desarrollar proyectos que, además de cumplir con las necesidades operativas, consideren su impacto ambiental.
Entre los hitos de la DAP en esta materia, sobresale la implementación de estándares CES en el diseño de 12 terminales de pasajeros desde el año 2020. De hecho, en 2024 lograron su primera precertificación CES con el refugio de pasajeros del aeródromo Teniente Marsh en la Antártica Chilena, que alcanzó una categoría Sobresaliente con 86,5 puntos.
Una apuesta para el futuro
Uno de los grandes avances en sostenibilidad impulsados por la DAP es el desarrollo de un estándar de certificación específico para infraestructura aeroportuaria, denominado CES Aeropuertos. Esta herramienta, que se espera implementar en 2025, será pionera a nivel nacional y posicionará a Chile a la vanguardia en la planificación y ejecución de proyectos aeroportuarios.
“Nos dimos cuenta de que la herramienta CES actual no aborda todas las particularidades de los aeropuertos, como la reducción de huella de carbono, economía circular o electromovilidad”, explica Silva. “Por ello, junto con el equipo CES, decidimos desarrollar un estándar específico que asegure que todos los futuros proyectos aeroportuarios sean sostenibles”, cuenta.
La implementación de esta nueva herramienta no ha estado exenta de desafíos. Por ello, los proyectos piloto en Teniente Marsh y Puerto Natales han sido fundamentales para definir los futuros estándares del CES de Aeropuertos. “En el caso de Teniente Marsh, cumplir con las exigencias del Tratado Antártico, que exige no dejar residuo alguno, fue un reto importante. En Puerto Natales, quisimos que el terminal reflejara su papel como puerta de entrada a Torres del Paine, considerando altos estándares de sustentabilidad”, detalla la directora.
Ambos proyectos han requerido identificar excepciones dentro de la actual certificación CES para ajustarse a las particularidades de la infraestructura aeroportuaria. Sin embargo, estas experiencias han resultado enriquecedoras y claves para el desarrollo de este nuevo estándar.
Sustentabilidad como eje estratégico
La sustentabilidad no solo es un objetivo, sino un eje estratégico en la planificación de la DAP. Según Claudia Silva, el crecimiento de los aeropuertos debe planificarse con una mirada de largo plazo. “Estamos pensando en terminales que puedan satisfacer la demanda en 40 o 50 años, incorporando eficiencia energética, materiales sostenibles y soluciones que minimicen su impacto ambiental”, comenta.
A través de sus proyectos y colaboración con CES, la Dirección Nacional de Aeropuertos no solo está transformando la infraestructura aeroportuaria en Chile, sino que también establece un ejemplo de cómo la sostenibilidad puede integrarse como un pilar en las políticas públicas.
Con iniciativas como CES Aeropuertos, Chile lidera el camino hacia una infraestructura más verde, eficiente y alineada con los desafíos globales del cambio climático.
El 2024 marcó un hito histórico para CES con un número récord de proyectos inscritos y precertificados, consolidando su rol como referente en la sustentabilidad de edificios de uso público en Chile. A continuación, un balance de los logros y desafíos del año.
El 2024 será recordado como un año excepcional para la Certificación Edificio Sustentable (CES). Durante este período, se inscribieron 93 proyectos, de los cuales 63 obtuvieron precertificación y 24 fueron certificados, cifras que posicionan al año como el más exitoso en la historia de CES, en términos de inscripción y precertificación de proyectos.
De esta manera, los principales logros del año fueron la ampliación de la base de mandantes, sumando a importantes instituciones como la Dirección de Aeropuertos del MOP, la Universidad Tecnológica Metropolitana y varias municipalidades, entre las que destacan Pudahuel, Colbún y Vitacura. Además, la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) certificó un proyecto e inscribió otros 25, destacándose como el segundo mandante más activo después de la Dirección de Arquitectura del MOP.
Por primera vez, se precertificó un proyecto bajo la versión piloto para edificios existentes, representando un avance significativo en la evaluación de edificaciones ya construidas. Asimismo, se incorporaron cinco hospitales y dos aeropuertos para estos usos, demostrando la adaptabilidad y crecimiento de CES en diferentes sectores.
“El puntaje más alto alcanzado este año en proyectos precertificados fue de 87,5 puntos, mientras que en certificados fue de 73,5, reflejando un compromiso continuo con la excelencia y el cumplimiento de altos estándares de sustentabilidad”, señala Romy Luckeheide, arquitecta en CES.
Tendencias y evolución en una década
A juicio de la profesional, “el crecimiento en el número de proyectos inscritos y precertificados confirma la relevancia de CES en la construcción sustentable en Chile. Desde su inicio en 2014, CES ha evolucionado para integrar nuevas versiones y sectores, consolidando su metodología como un estándar nacional”.
A pesar de los logros, CES enfrenta el reto de continuar promoviendo la sustentabilidad en sectores emergentes y consolidar su presencia en edificaciones existentes. La incorporación de nuevas versiones y mandantes será clave para mantener el dinamismo alcanzado en 2024.
El 2024 fue un año de consolidación y expansión para CES. Los resultados obtenidos no solo reflejan el trabajo colaborativo entre instituciones y profesionales, sino que también abren el camino para nuevos desafíos y oportunidades en el ámbito de la construcción sustentable en Chile.
A través de especialistas del Comité Directivo, las Entidades Evaluadores y Asesores CES, se inició el trabajo que le permitirá adecuar los requerimientos a la actualización de la Reglamentación Térmica, que será obligatoria a partir del próximo año.
La actualización de la Reglamentación Térmica ha traído una serie de modificaciones en distintos ámbitos. De hecho, el equipo de Certificación Edificio Sustentable ya trabaja en un Comité Técnico que “responde a la necesidad de revisar, evaluar e incorporar los impactos que tiene la actualización de la ordenanza en los aspectos de la reglamentación térmica, que incluye un alcance para edificios de uso educación, salud y hoteles”, según cuenta Hernán Madrid, jefe de CES.
“Hemos tenido entre 20 y 25 participantes en cada sesión y prevemos que este comité será acotado en su desarrollo, porque tiene que abordar aspectos específicos, y una vez que se cubra eso, el Comité termina su función al entregar los lineamientos y los ajustes de los requerimientos que tendremos en virtud de la Ordenanza de Urbanismo y Construcciones (OGUC) que entra en vigor el próximo año”, comenta Madrid.
Así, se han detectado diferencias en puntos como la zonificación térmica, el requerimiento mínimo para la envolvente, ventilaciones, condensación e infiltración de aire, elementos que requieren ser ajustados dentro del modelo de certificación, para que esté en sintonía con la nueva reglamentación térmica que se incluye en la OGUC.
“Dentro de los objetivos principales ha sido poder acordar con el comité técnico qué haremos con respecto a un primer punto que es la zonificación térmica y/o climática que usamos actualmente en CES. Un segundo punto es respecto a los requerimientos mínimos de la envolvente, que será una exigencia sólo para salud, educación y hoteles, y si eso es o no extensible a otros usos de edificios que se están actualmente certificando. Un tercer punto es las condiciones de ventilación que se incorporan, un cuarto punto está asociado a las condiciones de evaluación de condensación y un quinto punto está relacionado con infiltración de aire, que será uno de los cambios más importantes del sistema de certificación para adecuarse a lo que exigirá la ordenanza”, explica el ingeniero.
Hasta el momento, el Comité ha tenido cinco sesiones, y los principales acuerdos han sido: primero, respecto a la zonificación térmica versus climática, con el acuerdo de cambiar el uso de todos los sistemas de certificación de las actuales zonas climáticas a las zonas térmicas. “Esto es un acuerdo preliminar, porque Ministerio de Obras Públicas pidió la opción de presentar algún estudio adicional que permita reevaluar la consideración de las zonas climáticas, pero en principio el acuerdo es que lo cambien a las zonas térmicas”, añade Madrid.
Y un segundo acuerdo tiene que ver con el requerimiento mínimo obligatorio que la Ordenanza establece para la envolvente de los edificios, que aplica únicamente a salud, educación y hoteles. “En ese sentido, el acuerdo ha sido que hagamos extensivos los requerimientos a todos los usos de edificios, considerando que, por supuesto salud, educación y hoteles es obligatorio, y para los otros usos que no es obligatorio, la exigencia se transforme en que usemos esos valores de referencia para el modelo de simulación dinámica de demanda, consumo de energía y también confort térmico pasivo, y el requerimiento obligatorio sea una pequeña reducción respecto a ese modelo con esas condiciones, y la estructura del requerimiento que se mantenga igual a la que tenemos hasta al día de hoy. Esos niveles, vamos a tener que ajustarlos y, probablemente, tengamos que hacer un estudio para definirlos”, comenta el jefe de CES.
En términos de condensación, el acuerdo fue en que ésta será la mínima reglamentaria para salud, educación y hoteles, que solicitará la Ordenanza, pero también hacerlo extensible para cualquier tipo de edificio que tenga aislación por el interior y para el caso de uso deportes y, particularmente, en el caso de las piscinas temperadas.
De esta manera, se espera que este comité técnico finalice a más tardar en enero de 2025.
La Vicerrectoría de Vinculación con el Medio de la Universidad de Santiago de Chile (USACH) fue el lugar escogido para realizar el segundo espacio de conversación, en el marco de la conmemoración de los 150 años de la Dirección de Arquitectura.
El pasado jueves 14 de noviembre se conformaron dos paneles de expertos para llevar a cabo el segundo diálogo titulado “Sustentabilidad y Cambio Climático”, en el cual se respondieron a las preguntas sobre cómo inciden las políticas sobre el cambio climático y la sustentabilidad en la edificación pública y cuáles son las nuevas estrategias y tecnologías de la construcción que se presentan para que la sociedad pueda adaptarse al cambio climático.
Al respecto, la directora nacional de Arquitectura, Loreto Wahr, destacó la importancia de generar estos espacios de conversación, a pocos meses de celebrar los 150 años de la Dirección de Arquitectura que se cumplen el próximo 25 de enero de 2025. “Es sumamente importante considerar el ciclo completo de los proyectos, desde la planificación, el diseño y la construcción, estableciendo buenas conversaciones con un trabajo integrado para, posteriormente, innovar en la construcción”, aseguró Whar, recalcando la importancia de incorporar a la mujer y la perspectiva de género en la industria, además del uso de tecnologías avanzadas.
La coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, Alejandra Tapia, remarcó el valor de estos 150 años de experiencia que tiene la Dirección y aspectos claves en la gestión como “la responsabilidad en el diseño de los proyectos y los impactos que estos pueden causar, tanto ambientales como sociales.”
Algo en lo que también coincide el jefe de la División de Infraestructura Sustentable (DIS) de la Dirección General de Obras Públicas, Daniel Bifani, es en que “la planificación es crucial por la importancia estratégica de las obras que se planifican de facto en el territorio, lo que requiere una estrecha colaboración con organismos regionales y el sector académico”. Todo esto, bajo el alero de los cuatro pilares de la Política de Sostenibilidad MOP, que incluyen lo ambiental, lo económico-financiero, lo social y lo institucional.
Desde su área, Rodolfo Jiménez, decano de la Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido de la Universidad de Santiago de Chile, señaló que el mayor desafío que están enfrentando es algo que ya están abordando, y tiene que ver con la formación. “Nuestro enfoque principal es la educación de profesionales. Desde los primeros años, tratamos todos los temas relacionados con la sustentabilidad con nuestros estudiantes. Ahora, creemos que es posible establecer una sinergia mucho mayor con las instituciones públicas, a través de metodologías como el aprendizaje y servicio, lo que permitiría la realización de convenios de colaboración”, agregó.
Andrés Venegas, gerente de Proyecto en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), expresó que es fundamental que la arquitectura se transforme en un sistema eficiente, que minimice el uso de energía y recursos, y que tenga una incidencia positiva a largo plazo en el entorno. Agregando que “el desafío ahora es implementar estas iniciativas, compartirlas transversalmente en la sociedad y educar a las personas para poder construir una nueva sociedad que proteja el planeta y permita nuestra subsistencia como especie.”
En ese sentido, el jefe de la Certificación Edificio Sustentable (CES), Hernán Madrid, consideró que esta fue una oportunidad de “poner en valor el trabajo de política pública que ha hecho la Dirección de Arquitectura con CES, que ha dado muestras de ser una política pública consistente en el tiempo, que empezaron a trabajar hace más de 10 años y que empezaron ellos a apoyar fuertemente incorporando proyectos a certificación”, con lo cual se refuerza la importancia de la planificación como un instrumento clave en esta materia.
El primer panel fue moderado por la arquitecta Margarita Cordaro, funcionaria de la Sección de Sustentabilidad y Normas de la Dirección de Arquitectura, y contó con la participación de Macarena Ortiz Arrieta, secretaria ejecutiva de la Construcción Sustentable DITEC del MINVU; Orietta Valdés, de la División de Evaluación Social de Inversiones del Ministerio de Desarrollo Social y Familia; Alexandre Carbonnel Torralbo, académico de la USACH, Daniel Bifani y Hernán Madrid. Mientras que el segundo panel fue moderado por la arquitecta Paulina Ortiz, jefa (s) de la Unidad de Proyectos de la Dirección de Arquitectura, y contó con la participación de David Cabieles, del Departamento de Edificación y Ciudad del Ministerio de Energía; Evelyn Medel, jefa del Departamento de Sostenibilidad y Cambio Climático de la DGOP; Daniela Vásquez, gerenta del Programa Tecnológico de Construye Zero del Centro Tecnológico para la Innovación en la Construcción; Andrés Venegas, Alejandra Tapia y Rodolfo Jiménez.
Por Paola Molina, presidenta de CES entre julio de 2021 y agosto de 2024
La Certificación Edificio Sustentable, que he tenido el honor de acompañar desde sus inicios y liderar durante los últimos tres años, se encuentra en una etapa clave de consolidación, estando próxima a cumplir 10 años de operación.
Durante este periodo, junto a su directorio y equipo de administración, hemos impulsado avances significativos que han fortalecido su rol como referente en sostenibilidad dentro del sector de la construcción en Chile, contribuyendo tanto a la diversificación de las certificaciones como al compromiso nacional de reducción de emisiones y adaptación climática.
2021: Año de consolidación y nuevos hitos
El año 2021 estuvo marcado por un notable aumento del 40% en la inscripción de proyectos respecto al año anterior, alcanzando un total de 87. Un hito crucial fue la certificación de los primeros hospitales bajo la versión CES Hospitales, incluyendo los hospitales de Quillota-Petorca, Curicó y Mutual Providencia. También culminamos el convenio con el Ministerio de Energía, cuyos estudios sentaron las bases para desarrollar estrategias de NetZero Energía y Carbono, esenciales para que el sector construcción aporte a un futuro sustentable en Chile. Además, en este año, Chile emitió sus primeros Bonos Verdes incorporando edificaciones, donde un 38% de la reducción de emisiones correspondió a proyectos de la DA MOP validados por CES. Cerramos el año con la tercera ceremonia de los Premios CES, realizada en formato online debido a la pandemia.
2022: Diversificación y actualización normativa
El año 2022 fue clave en la diversificación de CES, con la inscripción de proyectos de instituciones como JUNJI, el IND y varios municipios, lo que amplió significativamente nuestra base de mandantes. Un hito importante fue el lanzamiento de la versión CES 1.1 de uso obligatorio, desde abril, que incorporó nuevos requerimientos de Huella de Carbono y Gestión de Residuos, alineados con las metas de economía circular y la emisión de futuros Bonos Verdes. Este año también celebramos la cuarta ceremonia de los Premios CES, a pesar de las restricciones post-pandemia, con todos los resguardos de aforo, la ceremonia fue un éxito; contó con la participación del subsecretario del MOP y se destacó la entrega de un nuevo reconocimiento a un profesional destacado en el medio, que a través de su ejercicio profesional, haya aportado al desarrollo sustentable del sector, siendo otorgado en esta oportunidad al destacado arquitecto Guillermo Hevia Hernández.
2023: Innovación y resiliencia
En 2023, nos enfocamos en la innovación y la resiliencia. En medio de condiciones difíciles para el sector construcción, avanzamos en la creación de la versión CES para Edificios Existentes, iniciando pilotos, y comenzamos el desarrollo de la versión CES Aeropuertos, que incluye actualizaciones en áreas clave como Agua, Energía y Acústica, además de la incorporación de nuevos temas como Huella de Carbono, electromovilidad y H2 verde. Paralelamente, comenzamos a trabajar en la versión CES Resiliencia, que abordará riesgos como terremotos, incendios forestales e inundaciones, entre otros, reafirmando nuestro compromiso con la adaptación al cambio climático. El año culminó con una memorable quinta ceremonia de los Premios CES, realizada en la Cámara Chilena de la Construcción, reuniendo a gran parte del ecosistema de CES.
A principios de este año se logró pasar la barrera de los 500 proyectos registrados dentro del sistema de la certificación, lo que significa otro hito importante; y poner en marcha dos comités técnicos para CES resiliencia, el de Riesgo sísmico y el de Cambio Climático.
Un sector que avanza hacia un desarrollo sostenible de la mano de CES
Este trienio ha sido de un acompañamiento estratégico en el desarrollo continuo de CES, con la mirada puesta en la siguiente década. Hemos visionado todo el ciclo de vida de los edificios, anticipándonos a futuros escenarios y abrazando la economía circular como herramienta clave para optimizar el uso y demanda de recursos a lo largo del ciclo de vida de una construcción. Además, hemos fortalecido la articulación con actores clave del sector público, privado y academia, además de difundir la certificación en otros países del continente, lo que ha permitido expandir la influencia y relevancia de CES.
Visitar los proyectos, hablar con sus usuarios y constatar de primera fuente los positivos impactos sociales, ambientales y económicos, ha sido una experiencia profundamente motivante, conteniendo un abanico de proyectos, que abarcan desde proyectos menores a 700m2 hasta proyectos mayores a 20.000m2. No tengo dudas de que la certificación continuará fortaleciéndose, abarcando nuevas tipologías, enfrentando nuevos desafíos y adoptando requerimientos futuros, que afianzarán la ruta hacia la carbono neutralidad del sector construcción, debido a que CES cuenta desde sus inicios con una estructura resiliente y adaptable que facilita la mejora continua.
Es un orgullo haber podido contribuir activamente durante este periodo, presidiendo la certificación, a la consolidación y diversificación de CES, que hoy es una herramienta esencial para la sostenibilidad, asumiendo un liderazgo, en el sector construcción en Chile.
Representantes de diversas instituciones se reunieron en el segundo Comité Consultivo del Estudio Básico “INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS DE PARÁMETROS PARA CERTIFICACIÓN DE PROYECTOS DE INFRAESTRUCTURA AEROPORTUARIA SUSTENTABLE”, para evaluar avances y compartir perspectivas sobre cómo integrar prácticas sostenibles en el diseño, construcción y operación de los aeropuertos en Chile.
En un esfuerzo por posicionarse como referente en sustentabilidad aeroportuaria, la Dirección de Aeropuertos del Ministerio de Obras Públicas (DAP MOP) lidera un innovador estudio que busca sentar las bases para la versión específica CES Aeropuertos que aborde una infraestructura sostenible. Este proyecto es desarrollado en conjunto con diversas entidades públicas, privadas y académicas, marcando un hito en el desarrollo sustentable del país.
Durante el segundo Comité Consultivo del Estudio Básico “INVESTIGACIÓN Y ANÁLISIS DE PARÁMETROS PARA CERTIFICACIÓN DE PROYECTOS DE INFRAESTRUCTURA AEROPORTUARIA SUSTENTABLE”, expertos y representantes de distintas instituciones evaluaron avances y compartieron perspectivas sobre cómo integrar prácticas sostenibles en el diseño, construcción y operación de los aeropuertos en Chile. Las presentaciones estuvieron a cargo de la arquitecta Martita Molina, inspectora fiscal del Estudio de la Dirección de la DAP MOP, y de María Luisa Del Campo, asesora CES.
Martita Molina y María Luisa del Campo.
“Estamos muy contentos de haber realizado este segundo comité consultivo con una amplia participación y muchas consultas. Este estudio aborda distintas visiones, no solo de la Dirección de Aeropuertos, sino también de otras áreas del MOP y del sector privado. Es un paso clave hacia la certificación sostenible que esperamos concretar el próximo año”, destacó Martita Molina.
El proyecto no solo busca implementar medidas de eficiencia energética e infraestructura verde, sino también establecer una certificación que posicione a Chile como líder en prácticas sustentables a nivel regional. Según Margarita Cordaro, vicepresidenta de CES y representante del MOP, “generar una certificación aeroportuaria representa un avance increíble para Chile. Este trabajo, que reúne tecnología y la colaboración de especialistas, academia e instituciones públicas y privadas, marca un punto de partida en una especialidad maravillosa. Aunque aún queda camino por recorrer, lo logrado hasta ahora es una contribución significativa al desarrollo sustentable”.
Por su parte, el sector privado también ha jugado un rol crucial en este proceso. John Rathkamp, gerente de Sustentabilidad de Nuevo Pudahuel S.A., destacó los esfuerzos realizados para reducir el impacto ambiental de las operaciones aeroportuarias: “Estamos comprometidos con avanzar en la sustentabilidad del aeropuerto, no sólo entregando infraestructura de calidad, sino también reduciendo el impacto ambiental. Medidas como eficiencia energética, uso de energía verde certificada y puentes de embarque sustentables son parte de este esfuerzo por un futuro más sostenible”.
La importancia de este trabajo radica en su capacidad para incorporar innovaciones claves en el diseño y la operación de aeropuertos, como explicó Evelyn Reid, jefa de Edificación y Planes Maestros de la Dirección de Aeropuertos. “Este estudio nos permite integrar temas actuales de sustentabilidad como huella de carbono, net zero e infraestructura verde y azul. Estamos explorando nuevas soluciones que nos ayudarán a mejorar nuestros diseños y medir los avances en sostenibilidad, algo fundamental para el desarrollo de mejores proyectos aeroportuarios”, afirmó.
Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025, participó de esta instancia y comentó que “para el programa es muy importante la certificación CES Aeropuertos, y la inclusión de la economía circular en las certificaciones. Hay muchas oportunidades en la inclusión de materiales con atributos sustentables, como lo son los áridos reciclados y artificiales”.
De esta manera, el estudio continúa avanzando y se espera que en el próximo comité consultivo se consoliden más detalles sobre esta herramienta de certificación, que podría posicionar a Chile como líder en infraestructura sostenible en la región.
La entrega del galardón que lo distingue como Profesional Destacados en los Premio CES 2024, nos permitió tener una conversación con el también Premio Nacional de Arquitectura (2010) y conocer de cerca algunos instantes clave de su carrera, en la que sobresale el icónico edificio Consorcio.
No solo los edificios protagonizaron la ceremonia de entrega de los Premios CES 2024. También hubo espacio para reconocer el trabajo de profesionales destacados por su aporte a la construcción sustentable en el país. Una de las distinciones recayó en el arquitecto y Máster en Planificación Urbana, Enrique Browne.
Dado que el arquitecto no pudo estar presente en la ceremonia, tuvo la gentileza de recibir a una delegación de CES en su propia oficina, ocasión en que se hizo entrega del premio. Lo recibió feliz y emocionado, más aún sabiendo que se trató de un veredicto unánime del Directorio CES.
La entrega del premio fue precedida de una amena conversación, en la que contó algunos detalles de su trayectoria a Paola Molina, Past President; Hernán Madrid, jefe de CES, y Romy Luckeheide, arquitecta de CES. Después de obtener el título de arquitecto y el Máster en Planificación Urbana con distinción en la PUC, continuó estudiando en Estados Unidos, ganó becas en la misma PUC, en la Fundación Ford, en la del Social Science Research Council y en la prestigiosa Guggenheim Foundation.
Su carrera le ha significado numerosos premios. En 2009, la Unión de Facultades de Arquitectura de Latinoamérica (UDEFAL) lo distinguió como el Principal Referente de la Arquitectura Sustentable. El mismo año obtuvo el Premio Bicentenario por el Edificio Consorcio, ubicado en Santiago y reconocido por sus alcances bioclimáticos que mejoran la calidad de vida de los usuarios, aportan a la eficiencia energética y a disminuir la sensación de isla de calor. En 2010 recibió el Premio Nacional de Arquitectura, mientras que en el 2011 obtuvo el Premio Nacional a la Innovación Avonni.
En Chile, ha sido precursor del concepto de la doble piel vegetal, y es autor de emblemáticas obras, como el mencionado Edificio Consorcio, la Casa Caracola, la Iglesia Colegio Villa María, Sonda y las Oficinas Pioneer, entre muchas otras. Ha ejercido su vida profesional enfocado en aportar al entorno ambiental y social, con el que a través de sus obras logró una valorada interacción y resultado, siendo un aporte indiscutible no solo para los usuarios de sus edificios sino también para su entorno, la ciudad.
“Hay dos libros, porque gracias a Dios los proyectos han sido bien publicados, en los que yo nada tengo que ver y que mencionan al edificio Consorcio como el primer edificio en el mundo en tener doble piel verde en altura”, relata, mientras muestra uno de los libros que menciona y que fueron editados por el Center for Buildings Habitats.
Llama la atención ver cómo la naturaleza se apropió del edificio de manera natural, formando un ecosistema.
Claro, y tiene el beneficio de que funcionan (las plantas) de acuerdo con las estaciones, según si necesita luz, aire… Y otra cosa buena es que, a diferencia de edificios en que el verde es pegado al muro, en los que la persona de adentro no ve nada; en el Consorcio sí se ve el verde, eso me parece muy importante.
Y ha sido objeto de estudio. Desde el Laboratorio de Bioclimática de la Universidad Central, los alumnos iban a hacer mediciones y encuestas de la calidad de vida y salía muy bien evaluado.
La gente, gracias a Dios, lo quiere mucho; y eso me encanta. La felicidad más grande es que el cliente quede satisfecho, es como un cocinero que le da comida a gente y pucha, que queden contentos, que los comensales después te digan “oye, millón, de gracias, estaba delicioso”.
Se ha transformado en ícono de Consorcio en cuanto a compañía.
Claro, es como el logo del edificio.
Enrique, y esta información usted la estudió, la investigó, se capacitó… ¿Cómo recibe está información y de manera tan temprana a nivel mundial?
(El arquitecto saca un libro, en este caso de su propia autoría, para ir repasando distintos proyectos en los que ha participado) Proyecté un edificio verde con 60 o 70 pisos de altura, con plazas adentro, y tenía agua, y los departamentos eran como casas, tenían árboles… Después seguí con las casas Parrones, los parrones eran estos, mira… y después este fue el primero que hice con doble piel. Hice estas pérgolas, son todas de circulación vertical en un eje, entra el sol por arriba, cae agua en verano… tienen 2 pérgolas y estas pérgolas tienen un espacio por fuera… esto es del año 74.
¿Cuál era su inspiración en esa época?
Mi padre tenía un campo, que era re malo como campo: no era tan grande, entonces nosotros, en la época de vacaciones, nos íbamos los tres meses y era la libertad total, íbamos a caballo a la playa, a las rocas, nos metíamos a hacer las cosas más peligrosas que hay, entonces, en la vida, esta combinación de campo con mar, de estar siempre en contacto con la naturaleza, siempre me gustó la naturaleza, fue por gusto.
Volviendo a Consorcio, ¿cómo fue la selección de esa planta o trepadora?
La hizo un hombre que es lo mejor que hay en este país para paisajes: Juan Grim. Yo confié en él, lo único que le dije es que teníamos que trabajar con hoja caduca por el paso de las estaciones, pero nada más, y aquí está la explicación de los tipos de formas que vimos. Mira esto primero dije. Bueno, quiero poner los parrones, pero horizontales de esos que le den sombra. Otra posibilidad era poner arbolitos, y después me decidí por la que conocemos.
¿Esa elección fue por el impacto visual que iba a tener?
Bueno, la de los parrones se acomoda muy poco, primero tiene un problema con la rasante… y los árboles, tú sabes que está calculado la cantidad de árboles que tú tienes para arriba, tiene relación con las raíces, es decir, la cantidad de raíces que tú tienes abajo en la esquina es una cantidad muy grande, eso es tierra vegetal al final, entonces llega un momento que no resiste.
Se dice que los médicos tapan su errores con tierra y los arquitectos con plantas, ¿qué opinión le merece esa frase?
La verdad de las cosas, yo no estoy tapando ningún defecto. Yo estoy buscando algo, de una manera que sea razonable, entonces, en invierno y en otoño, tú tienes seis meses con verde, seis meses con sol, ves la hoja cambiar de color, ves cómo cae… eso se busca.
¿Cómo logró instalar un proyecto como el de Consorcio en los 90, cuando era un poco mal mirado el verde en la arquitectura?
Quería mostrarte algo respecto de lo que decíamos, de que la naturaleza se va tomando una arquitectura. Mira, yo creo que eso es muy bueno, un caso típico es el cerro Santa Lucía, el peñón con una serie de monumentos y escalinatas en la subida, yo a Vicuña Mackenna lo encuentro lo mejor que hay, pero hoy el verde se comió a los edificios, como dicen, eran eclécticos, diferentes tipos, y hoy un peñón verde, ¿por qué no? Además, lo hace atemporal, el edificio Consorcio se podría hacer 40 años atrás o 40 años más tarde, da lo mismo: las plantas, los parques y las plazas no pasan de moda, no tienen tiempo. Pueden cambiar los materiales de construcción, las formas con la moda, una arquitectura, pero el verde mismo no va a pasar de moda.
Y en el caso de Consorcio, ¿cómo fue la relación con el mandante?
Primero mostramos el proyecto al director de Consorcio, que, en ese momento, era de una compañía norteamericana. Aquí cayó bien, le fue bien a la proposición, pero en un punto los norteamericanos dijeron “no podemos aprobar una cosa así, que no conocemos hecha, no la hemos visto nunca, tenemos que ir a la central del banco”. Llevamos una foto que mostraba la situación de Santiago; y mostramos que la ciudad en los ochenta estaba llena de edificios. Había pisos que eran blancos y después tenían balcones, los balcones eran algo muy necesario para los chilenos, para poder tener algo en el espacio intermedio, tener algo en relación con la naturaleza. Esos balcones, que protegían del sol, eran de madera, como cortinitas. Bueno, con el tiempo la madera se ha reemplazado por las plantas interiores. La madera protegía del sol y al final, era como un sándwich de lechuga, con lechuga entre medio, y presentamos fotos de eso. Después de que dijeron que nos aprobaban, nos apoyaron en todo, hay que reconocer que Consorcio fue salvaje, soy amigo de toda la gente de Consorcio, desde la gente que trabaja en el subterráneo… bastante loco, así que bueno, entendieron que los chilenos necesitábamos el verde y se abrieron puertas para eso.
Después de una carrera tan destacada, que nos puso en lo más alto de la arquitectura mundial como país, ¿qué imagina para el futuro?
Mira, yo creo que la sustentabilidad y el tema energético, lo ecológico, lo sustentable, es algo que es tendencia mundial; entonces si uno lo ve en el automóvil, en la vida diaria, vamos a ver qué pasará con la inteligencia artificial también, pero esto se va a expandir y va a ser como el signo de los tiempos, igual que el signo de los tiempos en la época del siglo XX fue la industrialización y también la urbanización: la gente que vivía en la ciudad vivía mejor que en el campo, había migraciones… Ahora será distinto, primero la gente va a estar más en contacto con la naturaleza, va a cuidar más la naturaleza… Y las cosas casi sin forzarlas van a empezar a ir por ahí. A principios del siglo XX, realmente todo era industrialización y mecanización y hasta aquí el límite. Ahora vamos hacia otra cosa, entonces, de la época industrial a la época, no sé si me gusta ponerle nombre, pero se podría llamar “época digital sustentable”.
Ambos proyectos cuentan con estrategias pasivas que buscan aumentar el confort de los usuarios mientras hacen que ambos recintos sean más eficientes y sustentables.
El retén de Carabineros Río Tranquilo, en la comuna de Ibáñez, Aysén; y la Escuela La Piedra, en Galvarino, fueron los ganadores del primer y segundo lugar de la categoría Proyecto Precertificado de los Premios CES 2024. La precertificación aplica a tanto a proyectos con diseño de arquitectura y especialidades, como a edificios ya construidos que serán sujetos a mejoramiento de su arquitectura e instalaciones.
El Retén de Carabineros Río Tranquilo, de Río Ibáñez cuenta con 741 metros cuadrados de superficie construida y obtuvo el mayor puntaje, con 81 de 100 puntos en el proceso de precertificación.
En este proyecto se implementaron estrategias pasivas basadas en el aprovechamiento de la radiación solar en invierno y de la luz natural en un clima frío y húmedo. La incorporación de sistemas eficientes juega un rol fundamental en la calidad del ambiente interior, lo que se traduce en: mayor confort térmico pasivo, con un 23% de reducción de horas de disconfort; reducción de las demandas de energía para calefacción e iluminación de casi 76%; aumento del caudal de ventilación de un 25%; reducción de los consumos de energía en iluminación artificial de 36% y reducción del consumo de agua de 63%.
El diseño de este edificio le permitió obtener el puntaje máximo en la categoría de instalaciones-calidad de ambiente interior, y en los requerimientos de confort térmico y demanda de energía.
La asesora CES Cecilia Palarino destaca “el diseño integrado que se llevó a lo largo de todo el proyecto, que permitió mantener la coherencia a lo largo del desarrollo y trabajar de forma integrada con todas las especialidades; y a nosotros como asesores poder ir cubriendo todos los aspectos de la certificación CES”.
Por su parte, el teniente Germán Beroiza, jefe de Tenencia de Puerto Ingeniero Ibáñez, señaló que “nuestros cuarteles poseen un promedio de 60 años de historia. El nuestro se encuentra en servicio desde el año 1968, constituyendo una estructura con diseño y tecnología de hace 60 años. El riguroso clima de Aysén, su lluvia, nieve y viento generan un proceso de deterioro más avanzado que en otras regiones de la zona norte de nuestro país”, por lo que “este cuartel no solo constituye un lugar para acoger denuncias o mantener en custodia detenidos, sino también un espacio de encuentro para la comunidad. En tal sentido, la obtención de este Premio CES constituye un reconocimiento al trabajo que nuestros carabineros desarrollan en beneficio de la comunidad, una mejora en las condiciones de infraestructura y habitabilidad constituye un mejor confort ambiental para quienes aquí se desempeñan, construyendo y mejorando los espacios para la comunidad en sus demandas por seguridad en situaciones de emergencia, generando un impacto positivo en el entorno urbano en que se encuentra insertado este cuartel”.
Educación rural y cultural
Sobre el proyecto que obtuvo el segundo lugar, la Escuela La Piedra, cabe resaltar que el edificio cuenta con aproximadamente 1.400 metros cuadrados construidos, y obtuvo el segundo mayor puntaje, con 76 de 100 puntos.
En términos de sustentabilidad, la escuela cuenta con un diseño educativo pensado para la comunidad, que considera las condiciones climáticas del lugar. Dentro de las estrategias pasivas se prioriza una envolvente hermética, la maximización de la iluminación natural, ventilación cruzada adecuada de recintos incorporando distintos elementos para lograr calidad, confort y eficiencia en los sistemas. Todo esto conlleva un significativo aumento del confort térmico pasivo, con 38% de reducción de horas de disconfort; una reducción de las demandas de energía para calefacción e iluminación, de aproximadamente 30%; ventilación natural para el 100% de los recintos, reducción de consumo de energía en iluminación artificial de 81% y una reducción del consumo de agua de 61%.
El diseño de este edificio le permitió obtener el puntaje máximo en los requerimientos de confort térmico pasivo y consumo de agua potable.
Marcela Gutiérrez, directora de Educación y Cultura de la Fundación Desafío Levantemos Chile, puso de relieve la importancia de “entregar escuelas sustentables de alta eficiencia energética a las comunidades educativas que más lo necesitan. La educación también es una emergencia y por eso estamos ahí, atendiendo a niños y comunidades educativas que más lo necesitan, siendo un puente entre aquellos que pueden ayudar y aquellos que quieren ser ayudados”.
Uno de los aspectos que destaca Eugenio Correa Alliende, arquitecto senior de Correa 3, es la distribución, para lo cual se consultó antes a la comunidad de La Araucanía y “nos explicaron algunas condiciones que debían tener: en las mismas ceremonias, están todos en círculo y no hay nadie a más distancia que el de al lado, todos tienen que estar a la misma distancia. De ahí que las salas de clases tenían que tener una suerte de circunferencia para que no hubiera ningún niño detrás del otro”.
La luz también es muy importante. “Les gusta que entre el rayo de luz del día antes que ingresen los niños a la sala de clases”, precisa. Asimismo, el patio de ceremonias, donde hay un árbol al medio, y todo el mundo ofrece a la madre Tierra.
“Nos preocupamos por el uso de estrategias pasivas, que vayan en beneficio de la sustentabilidad, es decir, estar muy pendientes y muy conscientes de la disposición de las ventanas, de manera tal que permitan una iluminación completa de manera natural al recinto, igualmente poder implementar estrategias de ventilación cruzada para que el recinto esté con una constante ventilación de aire, entre otras”, añadió Felipe Martínez, arquitecto de Correa 3.
El asesor CES Alejandro Reyes, cree que fue un desafío desarrollar este proyecto, porque “había que hacer conversar la arquitectura y requerimientos propios de una escuela, con todo lo que pedía la comunidad en una consulta, relacionado con la cosmovisión mapuche, eso luego acoplarlo a lo que pide CES, para lograr un buen confort para los estudiantes y los usuarios, y una baja demanda energética”.
Esta escuela cuenta con “una estructura que optimiza los puentes térmicos, mejora la hermeticidad a través de una doble capa, donde van las instalaciones que disminuyen las penetraciones en la envolvente higrotérmica, y además de robustecer la resistencia térmica de la misma, maneja bien el control de vapor y de la hermeticidad”, sostiene Reyes.
En el caso de Aduana, el edificio ganador del segundo lugar obtuvo el puntaje máximo en el requerimiento de consumo de energía, mientras que la comisaría, ganadora del tercer lugar, recibió máxima distinción en la categoría de consumo eficiente de agua.
Sin duda, la zona centro-sur del país fue la gran protagonista de la sexta edición de los premios CES, dado que el segundo lugar se quedó en la Región del Biobío, específicamente en el Edificio Institucional de la Dirección Regional de Aduanas de Talcahuano (D.R.A.T.), mientras que la tercera posición, se quedó en la Región del Maule, en la Subcomisaría de Longaví. Estos son los detalles de cada recinto.
Aduana en Talcahuano
Merecedor del segundo lugar, el edificio de Aduanas ostenta una superficie de casi 1.400 metros cuadrados construidos; alcanzando un puntaje de 72,5/100, lo que lo califica en el nivel de Certificación Sobresaliente.
El Servicio Nacional de Aduanas trabajó con la Dirección Regional de Arquitectura del Biobío, con Prado Arquitectos, Francisco Pizarro como asesor CES, 88 Ltda. como Entidad Evaluadora y Gabriel Fernandez de la Maza como constructor.
En su construcción, destacan las estrategias de diseño pasivo para el uso de iluminación natural y la incorporación de diseño y equipamiento eficiente de los sistemas que consumen agua, lo que se traduce en que los recintos con iluminación natural óptima superen el 75% de la superficie, una importante reducción de los consumos de energía para climatización e iluminación (superior al 41%) y una gran disminución del uso de agua potable para consumo humano, superior al 70%.
Hugo Cautivo, Seremi MOP Biobío, menciona que la certificación sobresaliente en CES va en la “línea de nuestro gobierno de construcciones que son sustentables, amigables con el entorno”.
En tanto, Juan Andrés Vega, director regional de Arquitectura, y Margot Vallejos, inspectora fiscal, destacan que las estrategias de sustentabilidad están dadas por la orientación. “Si bien era un pie forzado en la habilitación del edificio, la orientación de las oficinas hacia la fachada nororiente, protegiendo del exceso de sol mediante celosía, son parte de una fachada ventilada, ahorrando con estas medidas pasivas, el consumo eléctrico, ya sea por iluminación o por ventilación”.
Vega añade que la incorporación de dos patios interiores aporta luminosidad a los pasillos internos del edificio, lo que “unido a los tabiques vidriados otorga un aporte de iluminación que ayuda a la baja de consumo eléctrico por este ítem”.
Katherine Ampuero, directora regional de Aduana Talcahuano, agradece a la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, “que nos permite, a través de este proyecto de infraestructura, poder ganar este premio, que se inserta dentro de los compromisos que tiene el Servicio Nacional de Aduanas y el Estado Verde de gobierno”.
Andrés Barrientos, director (S) de Aduana Talcahuano, manifestó que el nuevo edificio constituye el anhelado hogar laboral para los funcionarios de esta institución, luego de años de pasar por varias construcciones.
En palabras de Barrientos, “nos sentimos orgullosos del edificio porque nos da una calidez y un lugar de trabajo muy hermoso, muy renovado, con muchas características que hacen que uno esté contento acá: la luminosidad, los espacios de esparcimiento, las salas donde tomamos el desayuno, hacemos la colación, cada una de las ubicaciones que tienen los funcionarios tienen su propia sistema de calefacción”, por lo que hoy los usuarios disfrutan más pasar tiempo en su espacio de trabajo.
Para el asesor CES de FP Energy, Francisco Pizarro, este proyecto les planteó un desafío importante, puesto que se trataba del reciclaje de dos edificios, “uno de los cuales era una bodega de almacenaje de Aduanas, La idea principal que tuvimos como equipo de diseño fue lograr la mejor iluminación posible en los espacios de oficinas. En ese contexto, se generaron estos patios de luz, que además le entregara a los usuarios del edificio un espacio de recreación y contemplación”.
El asesor CES Iván Orellana, añade otra limitante del proyecto: “el galpón existente limitaba la altura total del edificio, por lo tanto, inhabilitaba el poder tener en el cielo las instalaciones de clima, por eso se generaron clósets, que dividen los espacios de oficinas, que contienen la distribución de la central térmica, que se trata de un chillier polivalente, de alta eficiencia, como también la distribución del sistema central de ventilación mecánica”.
Subcomisaría de Longaví
Con este recinto, Carabineros de Chile se hace presente en cuatro de las seis ceremonias de los Premios CES. Con el diseño de BIS Arquitectos, la asesoría CES de Fernanda Soto y la evaluación de EBP Chile, la nueva comisaría cuenta con más de 1.200 metros cuadrados de superficie construida y obtuvo el tercer mayor puntaje, con 71/100 puntos, alcanzando el nivel de Certificación Sobresaliente. En tanto, la construcción estuvo a cargo de Angel Bartolomé Cecchi Ltda.
En ella, destacan las estrategias de diseño pasivo para la reducción de las necesidades de uso de energía y agua, lo que se traduce en una reducción de la demanda de energía para climatización e iluminación de casi el 30%, una gran disminución del uso de agua potable para consumo humano, superior al 42% y una enorme reducción del uso de agua potable para riego de paisajismo, superior al 70%.
El arquitecto a cargo, Nicolás Martínez de BIS Arquitectos, destaca la relevancia del desarrollo de la arquitectura pública y del estudio de estrategias para mejorar la calidad de los edificios y su habitabilidad. “Es muy importante para nosotros incorporar las estrategias CES; hemos estado hace algunos años participando en estos concursos, aplicando las estrategias y nuestra idea es ir mejorando y hacer que nuestros edificios tengan mejor categoría”, indica.
Para el capitán de Carabineros y subcomisario de Longaví, Diego Rivera Bravo, las principales características de la nueva comisaría son “un buen espacio, con un buen confort para los que trabajamos al interior, una buena aislación térmica que permite que las temperaturas sean adecuadas tanto en verano como en invierno, la iluminación adecuada que permite mantener lugares visibles en todo momento, sin necesidad de usar de forma exagerada la luz eléctrica”. Asimismo, como usuario, agradece que el edificio haya sido bien pensado para su función de comisaría, lo que resulta en espacios cómodos y de buena amplitud para organizar de mejor manera el espacio en el día a día.
La Entidad Evaluadora de este proyecto fue EBP Chile. En su representación, Julio Duarte destaca el orden en la entrega de la documentación por parte de la asesora CES Fernanda Soto. “Su característica principal es su forma compacta y cómo organiza su zonificación interior con recintos principales hacia el norte. Por otra parte, cuenta con una buena envolvente con una buena aislación trópica continua, marco de PVC, y una buena relación entre marco de ventana y protecciones solares, según su orientación”, puntualiza.
Y añade que gracias a esto, “se obtienen excelentes resultados de iluminación, demanda térmica y confort interior, priorizando un diseño pasivo adecuado con ventilación natural y sistemas de climatización individuales y eficientes. Quiero destacar también el espacio exterior, con la adición de especies de bajo consumo hídrico y un sistema de riego automatizado, obteniendo así resultados significativos de ahorros en agua potable destinada a paisajismo”.