Jefe de CES viajó a Australia con Misión Tecnológica de construcción industrializada, productividad y sustentabilidad

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El viaje incluyó la asistencia a prefabAUS 2017 Conference, visitas a edificios prefabricados y reuniones con universidades, entre otras actividades.

Noticia 2 fEn representación del Instituto de la Construcción, el jefe de Certificación Edificio Sustentable (CES), Hernán Madrid, viajó a la Misión Tecnológica a Melbourne surgida desde el Plan de Industrialización y Construcción Limpia del programa Construye 2025, y organizada por la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la CChC.

De esta manera, entre el 11 y el 13 de septiembre, un grupo de especialistas pudo asistir a la prefabAUS 2017 Conference, realizada en GlassHouse del AAMI Park, que incluyó cuatro visitas relacionadas con la conferencia, cuyo “foco estaba puesto en la modularización y prefabricación para la construcción, como una forma de incrementar la productividad, sustentabilidad e importantes beneficios en seguridad”, comenta Hernán Madrid.
En el marco de PreFabAUS fue posible visitar dos obras en etapa de construcción (un proyecto de vivienda y un edificio de un jardín infantil y sala cuna). Si bien el foco en Australia para desarrollar la industrialización en la construcción se presenta desde la necesidad de incrementar la productividad, debido a que la cantidad de trabajadores (en construcción y, en general, en toda la actividad económica) es escaso, los beneficios desde el punto de vista de la construcción sustentable son evidentes, especialmente en la reducción de residuos y el impacto ambiental durante el proceso de construcción, esto sumado a que permite incorporar sistemas constructivos que facilitan el incremento en las condiciones ambientales interiores para los usuarios y reducir los costos del proceso, abordando el área social y económica de la sustentabilidad.

Edificios prefabricados y sustentables

Melbourne ha sido por seis años consecutivos distinguida como la ciudad con la mejor calidad de vida en el mundo, según el ránking del Instituto Economist Intelligence Unit, por lo que las expectativas de esta misión eran altas. De hecho, según el jefe de CES, es impactante que la ciudad esté pensada para las personas, con la presencia de ciclovías de alto estándar en todas las calles principales, avenidas amplias, sistema de transporte público en base a tranvías, una gran cantidad de recintos y parques con infraestructura que permite la práctica deportiva en forma masiva de los ciudadanos (deportes como remo, vela, deportes náuticos, ciclismo, fútbol, fútbol australiano, rugby, entre otros). “Uno de los aspectos que más impresionan es el énfasis de Melbourne en las áreas verdes, las que alcanzan un promedio de 46m2 por persona, mientras que en Chile, este llega a 4m2”, de acuerdo con Hernán Madrid.AUS 2
Si bien en la ciudad el énfasis no está puesto tanto en la eficiencia energética, aun cuando en Australia se utiliza la certificación GreenStar de forma voluntaria, en edificios, sí es prioritario el uso del agua a nivel ciudad. “Australia es un país que no tiene mucha disponibilidad de agua, aunque Melbourne tiene una gran cantidad de áreas verdes porque se han preocupado por la eficiencia en el uso de este recurso y la reutilización de aguas grises para el riego de áreas verdes, además todos los edificios nuevos tienen captadores y acumuladores de aguas lluvia para destinarlas a riego, como parte de una política de la Municipalidad de Melbourne”, dice el ingeniero, quien también precisa que, pensando en el futuro de la certificación CES, este enfoque de ciudad marca un giro natural que se debería considerar en futuras versiones.
Avances en prefabricación

Dentro de las innovaciones que los asistentes de la Misión Tecnológica pudieron conocer destacan los siguientes:
  • En PreFabAUS Mikael Ludvigsson de Smart Housing presentó estudios en construcción de edificios prefabricados en madera de más de 20 pisos, que incluyen desde el punto de vista de sustentabilidad análisis de ciclo de vida (ACV), y estudios para incorporar celdas fotovoltaicas en los cristales de ventanas.
  • Uso de ventanas de alto desempeño con triple y cuádruple vidriado, con láminas de baja emisividad, aislación acústica e, incluso, una ventana con una antena 4G para uso en la casa, integrada con sistemas prefabricados.
  • Nick Carter, de Tesla, presentó innovaciones en generación de energía y auto sustentabilidad energética en las construcciones, junto a baterías con paneles solares para casas, cuyo consumo se independiza de la red eléctrica.
  • Alexander Neuss, de SEMA Group, mostró el ejemplo de un edificio Hoho en Austria, prefabricado y del que presentaron algunos de los indicadores de sustentabilidad asociados al uso de madera.
  • James Murray expuso el código de construcción prefabricada, que incluye análisis sísmico con el que están trabajando en Melbourne, lo que permitiría difundir la prefabricación de edificios altos.
  • Visita al edificio de la Biblioteca Docklands en Melbourne: con ventilación pasiva, captación de aguas lluvia de toda la superficie del techo para uso de riego de áreas verdes. Paneles solares fotovoltaicos para abastecer el 40% del consumo. Construcción 100% con sistema prefabricado en madera CLT y laminado.
  • Edificio Forte, de Docklands: 10 pisos, 33 deptos, 100% madera, sistema CLT. Es el edificio más alto de madera construido en sistema CLT. Está certificado GreenStar nivel 5, no tiene subterráneo ni estacionamientos. El diseño duró seis meses, la fabricación cuatro (es 100% prefabricado), se transportó desde Austria y la instalación duró un mes. Tiempo total: de 13 a 14 meses.

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  • Edificio One 9: construcción modular en acero, 10 pisos. Presenta el 70% prefabricado, fue montado en obra en cuatro días, versus 18 meses con construcción tradicional. Solo el primer piso es de hormigón prefabricado con estacionamientos y comercio. Los nueve pisos superiores presentan prefabricados de acero, completos, incluyendo baño, instalaciones, terminación. Hasta 2016 fue el edificio más alto prefabricado de estructura modular de acero en Australia; ahora hay dos edificios más en construcción de 13 y 15 pisos.

Certificación Edificio Sustentable es parte de primeros Encuentros Regionales de Construcción Sustentable

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La actividad organizada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo se realizó en cuatro regiones del país.

Noticia 3 cCon la participación de Gabriela Sabadini y Hernán Madrid como expositores, junto a otros profesionales del sector, se llevaron a cabo los “Encuentros Regionales de Construcción Sustentable” en las regiones del Maule, Los Ríos, Coquimbo y Arica y Parinacota.

La actividad fue organizada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo junto al programa Estratégico de Corfo Construye 2025, contando con la participación del Instituto de la Construcción y la Agencia Chilena de Eficiencia Energética. En primer lugar se visitó la ciudad de Talca (12 de septiembre) y luego Valdivia (14 de septiembre), y en ambas ocasiones estuvo representando a CES la arquitecta Gabriela Sabadini.

La profesional fue la encargada de presentar la certificación nacional en términos de sus beneficios y aplicación, así como también la evolución que ha tenido la metodología desde su puesta en marcha en 2014.

De esta manera, los asistentes a ambos encuentros, pudieron conocer más sobre Certificación Edificio Sustentable, resolver dudas y tener una mejor perspectiva de la herramienta.

Asimismo, Hernán Madrid fue el encargado de representar a CES en los encuentros que se realizaron el 26 de septiembre, en La Serena, y hoy 28 de septiembre, en Arica.

La actividad tenía por objetivo dar a conocer el estado del arte de la construcción sustentable en Chile, además de difundir las distintas iniciativas estratégicas que se están realizando en torno a la materia.

Así, junto a CES también se presentaron charlas de la Secretaría de Construcción Sustentable del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, la Agencia Chilena de Eficiencia Energética, la Corporación de Desarrollo Tecnológico de la Cámara Chilena de la Construcción, así como iniciativas locales.

Escuela Libertador General Bernardo O’Higgins de Tocopilla recibe certificación CES

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El proyecto es el primero de la Región de Antofagasta en certificar sus características de sustentabilidad.

Noticia 1La Escuela Libertador General Bernardo O’Higgins, ubicada en la comuna de Tocopilla, en la Región de Antofagasta, es el primer edificio de la zona norte en evaluar, calificar y certificar su comportamiento ambiental con esta herramienta nacional, convirtiéndose así en un edificio Certificado CES.

El establecimiento, que tiene una superficie construida de más cinco mil metros cuadrados, contó con la asesoría de María Luisa del Campo y la Entidad Evaluadora a cargo del proceso de certificación fue el CIAES de la Universidad Católica del Norte.

De acuerdo con su asesora y considerando el emplazamiento del edificio en el Norte de Chile -muy cercano al desierto-, el control de la radiación solar y su impacto sobre los ambientes interiores para favorecer el confort térmico, tomó especial relevancia. Asimismo, las estrategias de manejo eficiente del agua, tanto para riego como para uso de artefactos sanitarios, también fueron importantes. “Fue necesario atender la posibilidad de sobrecalentamiento por efecto de la radiación solar que reciben estos proyectos durante gran parte del año.

El desarrollo del diseño consideró este factor, sin afectar el aprovechamiento de la luz natural y la transparencia de los muros”, sostiene María Luisa del Campo. De esta manera, se espera que la certificación de este establecimiento educacional sea un referente para el desarrollo de futuros proyectos en la zona, en cuanto mejoran la calidad de vida de los usuarios al entregar ambientes más confortables en términos de temperatura, acústica e iluminación.

Para la experta, la incorporación de algunas características de sustentabilidad, tanto en el diseño como en la construcción, no tienen que necesariamente comprometer el costo de las obras. Asimismo, comenta que, en muchas ocasiones y con la incorporación de algunos cambios, se generan impactos relevantes en el ahorro de energía y funcionamiento diario de los proyectos. El proyecto fue mandatado por la Dirección de Arquitectura de la Región de Antofagasta, es obra de la oficina Valle y Cornejo Arquitectos y fue ejecutado por la Constructora B y C Ltda.

 

LA IMPORTANCIA DEL CONFORT AMBIENTAL EN LAS SALAS DE CLASES

Por Esteban Montenegro, jefe del Área de Arquitectura del Departamento de Infraestructura y Equipamiento Educacional del Mineduc.

El Decreto 548 del Ministerio de Educación, establece que las salas de clases de educación básica y media deben contar con una temperatura interior de 12 grados, en tanto que las de educación parvularia, 15 grados, lo que claramente se hace insuficiente. 

Ha sido muy difícil modificar ese decreto por diferentes motivos, ya que este se aplica a toda la infraestructura escolar y no solo a la pública, y obviamente aumentar estándares implica costos.

Sin embargo, dado que era necesario mejorar las condiciones de confort ambiental para los estudiantes, el Mineduc estableció que toda la construcción nueva financiada por el Estado tuviese mejores estándares. En ese sentido, el ministerio tuvo una participación activa desde el proceso de elaboración de la herramienta nacional Certificación Edificio Sustentable (CES) -apoyada por el MOP, CChC, Colegio de Arquitectos, Instituto de la Construcción, Minvu y Ministerio de Energía- y puso gran interés en su promoción, lo que se ve avalado por la incorporación, a partir del año 2015, de la exigencia de certificación CES en todos los proyectos de reposición.

De hecho, aun antes de que surgiera Certificación Edificio Sustentable, la cartera ya exigía criterios de sustentabilidad apoyados en ese momento por estándares propios o del Ministerio de Obras Públicas. Al implementarse CES fue posible asegurar la verificación de una tercera parte, lo que entrega el respaldo necesario a las autoridades de que el diseño tuviese ciertas condiciones de confort térmico, acústico, calidad del aire, etc.

Este hecho se vuelve relevante, sobre todo considerando que la experiencia acumulada en la última década, y en especial en los proyectos conjuntos con el Mineduc, Unesco y el BID, avalan la importancia de asegurar buenas condiciones de confort térmico, acústico, visual y de calidad del aire al interior de los espacios educativos, dado el impacto positivo que tendrían sobre el desempeño y el bienestar de estudiantes, docentes y comunidad educativa en general.

Esto, sumado al fomento de la responsabilidad ambiental y a la optimización de los costos de operación, hace que la certificación CES se convierta en una excelente herramienta para promover un nuevo estándar en las edificaciones escolares públicas.

De esta manera, en la actualidad tres establecimientos cuentan con la certificación: la Escuela Manuel Anabalón de Panguipulli, la primera certificada (2015), la Escuela Libertador Bernardo O’Higgins de Tocopilla (2017), y el Liceo Experimental Artístico de Quinta Normal (2018). Asimismo, 35 escuelas están en proceso de certificación CES.

Y es que la diversidad de construcciones, ubicaciones y materialidades que sin duda tendrán las diversas obras son abordadas muy bien debido a la amplitud de la Certificación Edificio Sustentable, que es una herramienta local, adaptable a nuestra industria, en términos de diferencias climáticas, geográficas y de énfasis regionales.

Por ejemplo, en el sur de Chile, la Escuela Manuel Anabalón de Panguipulli alcanza temperaturas interiores dentro del rango de confort, incluso los niños han indicado que las salas son “levemente calurosas”, y su consumo en calefacción, basado en un sistema de caldera de pellets y radiadores de agua, corresponde a $4.500.000 por año (consumo aproximado de 33 a 37 kWh/m2 año).

Asimismo, profesionales del Mineduc que han visitado colegios de la zona sur del país, específicamente de la Región de la Araucanía, han notado el cambio en los edificios que aplican criterios de sustentabilidad -aunque no estén certificados CES-, visualizando que a la fecha de mayo-junio, aún no era necesario el uso de calefacción, versus otros de la misma zona que no tenían los estándares sustentables, ya estaban con calefacción, incluso al interior del aula, con los problemas de contaminación intradomiciliaria que ello acarrea.

CERTIFICACIONES DE SUSTENTABILIDAD: UN POCO SOBRE LEED Y CES

Por Norman Goijberg, vicepresidente Comité Directivo Certificación Edificio Sustentable

Las certificaciones de sustentabilidad de las construcciones existen en todo el mundo; dentro de las más conocidas a nivel internacional están BREEAM de Inglaterra (la más antigua), CASBEE de Japón, HKBEEAM de Hong Kong, HQE de Francia y la más conocida LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) del US Green Building Council de Estados Unidos USGBC. LEED, de cierto modo, se ha convertido en una certificación internacional porque se está utilizando en muchos países, con adaptaciones locales sólo en países como India e Italia, las que han sido realizadas por los GBC de estos países. Se ha internacionalizado por la inexistencia de certificaciones locales y también por el interés de inversionistas extranjeros en comprar y/o arrendar espacios de trabajo que cumplan con estándares de calidad reconocidos internacionalmente. Un ejemplo es el edificio Titanium construido el año 2006 y que fue el primer edificio en inscribirse para la certificación LEED en Chile.

En el año 2014, gracias a un convenio entre la Cámara Chilena de la Construcción CChC, el Ministerio de Obras Públicas, el Colegio de Arquitectos y el Instituto de la Construcción, se creó el método nacional Certificación Edificio Sustentable CES, para edificios de uso público.

La Metodología de CES considera las características de nuestro clima, el 63% de los puntos se pueden obtener por diseño pasivo de arquitectura, y el resto por equipamiento eficiente. Esta es la diferencia fundamental con el LEED, ya que este sistema da mayor relevancia a otras características que se logran con equipamiento tecnológico eficiente y características del entorno.

Existen edificios que son más complejos y que quedaron fuera del alcance de la primera versión CES; para abordar algunos de ellos se desarrolló una versión especial CES Hospitales. Se están estudiando versiones para otros tipos como centros comerciales, hoteles, etc.

Un edificio puede tener dos certificaciones, ya que estas no son incompatibles, un ejemplo es el nuevo edificio de la CChC, que está en proceso de certificación LEED (Core and Shell) y también con CES para sus oficinas. Además, la CChC tomó como política certificar sus sedes regionales con CES; la primera sede certificada fue la de Osorno y hay otras en proceso.

El principal beneficio de estas certificaciones, aparte de promover y exigir la sustentabilidad de los edificios, es entregar información relevante y objetiva a la demanda, la cual sólo puede ser otorgada por una entidad independiente, que certifica que el edificio cumple con ciertas características definidas por una metodología aprobada y conocida; es una información real y que debiera empezar a ser más valorada.

En la medida que hacemos un edificio con mejor calidad del ambiente interior, adecuada temperatura, ventilación e iluminación, que consume menos energía y agua, esto nos entrega una mejor calidad de vida. 

Además, CES cuenta con numerosos ejemplos que demuestran que construir un edificio sustentable no cuesta más caro, siempre que se trabaje en un proceso integrado de diseño desde el inicio del proyecto. En los casos en que ha resultado un costo inicial mayor para construir, esta inversión se recupera en los primeros años de uso con los ahorros en la operación.

Hoy, toda esta información se está conociendo y en muchos casos ya es un hecho: podemos hacer edificios mejores, que no son más caros y que claramente mejorarán nuestra calidad de vida.

OPINIÓN – CES EN NUEVA COMISARÍA DE COLINA

Por Carlos Bascou, gerente general de Constructora Basco y representante de la Cámara Chilena de la Construcción en el Comité Directivo CES.

Una comisaría nueva, clave y anhelada para la zona norte de Santiago, está pronta a ser inaugurada y puesta en funcionamiento. Pero no solo los 2.800 m2 de construcción, una dotación 180 Carabineros y una inversión en construcción de $2.890 millones destacan en este nuevo edificio, sino que esta nueva obra ha sido concebida desde su origen como un edificio sustentable y que por lo tanto se sumará a una incipiente nueva lista de edificios certificados que podrán destacarse durante todo su ciclo de vida por una baja demanda en energía y recursos naturales, además de impactos positivos en la calidad de vida de sus usuarios y del medio ambiente, gracias a la decisión de haberla incorporado al sistema de Certificación Edificio Sustentable (CES).

Este proyecto, liderado por el Ministerio de Obras Públicas (MOP) y financiado mayoritariamente por el GORE de la Región Metropolitana fue adjudicado luego de un proceso de licitación bajo el sistema de pago contra recepción a la empresa Basco S.A. quien debió competir no solo con la oferta económica sino que también con el proyecto desarrollado en base a los términos de referencia entregados por Carabineros y el MOP.

Sin embargo, el desafío esta vez era diferente pues no solo se debía optimizar un proyecto buscando ser la oferta más competitiva, sino que además integrar de manera holística a todas las especialidades buscando la optimización arquitectónica del recinto, incorporando esta vez los distintos aspectos de sustentabilidad ponderados y evaluados bajo el sistema CES.

Fue así como este particular recinto de múltiples tipologías de uso, tales como; oficinas, zonas de pernoctación o salas de atención al público 24/7, entre otros, debió definir una estrategia de eficiencia energética para el edificio completo habiéndose manteniendo los costos alcanzados en proyectos similares gracias a la optimización de los equipos, y un uso adecuado y protagónica de la arquitectura pasiva, que es en definitiva la que determina mayoritariamente los niveles de certificación CES.

El haber integrado en la licitación el precio de la oferta, el proyecto y la exigencia de certificación, no solo permitió acortar significativamente los tiempos del proceso sino que además optimizar sus costos alcanzando precios equivalentes al de proyectos no certificados y por sobre todo garantizar menores demandas de energía, impactos medio ambientales y mejoras significativas en la calidad de vida de sus usuarios.

Como lo ha mostrado la experiencia en otros países que han impulsado sus sistemas de certificación como el LEED Americano, el BREEAM del Reino Unido, BEAM de Hong Kong y varios otros, son precisamente los proyectos públicos los que han liderado su implementación y uso en fases iniciales gracias a la exigencia y compromiso del mandante estatal, pero que en definitiva han demostrado al sector privado y a los usuarios y por ende al mercado, que hoy si es posible lograr altos estándares en materias de ahorro energético y calidad de vida interior para todo el ciclo de vida de una edificación.

Por último organismos internacionales como la ONU y la Global Alliance for Building and Construction (GABC) han estimado que la energía usada en edificios y el sector construcción en general, son responsables de un tercio de la energía generada a nivel global y casi un 25% de la emisión de Gases de Efecto Invernadero por lo que como país, sectores públicos y privados y académicos; empresarios y usuarios, podemos tomar este desafío con amplios espacios para mejorar, limitando nuestros impactos medioambientales, mejorando la calidad de vida de las personas y comprometiéndonos con un mejor futuro para nuestro planeta.

EL CAMBIO CLIMÁTICO PARTE POR CASA

Por Felipe Ossio, consultor en DECON UC, Entidad Evaluadora y Asesor CES*

El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el deterioro de la capa de ozono, por nombrar algunas, son externalidades negativas causadas por el modo en que actualmente desarrollamos las diferentes actividades económicas.

De seguir con el actual crecimiento desenfrenado, sin consideración por la utilización de los recursos naturales no renovables y el impacto que dejamos a nuestro paso en el medio ambiente, condicionaremos fuertemente la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus necesidades.

Sin embargo, a la hora de buscar culpables, habitualmente se cae en el error de atribuir exclusivamente a la industria y/o a los sistemas de transporte, el origen principal de estos fenómenos. Pese a esto, el rubro de la construcción y, en particular, los inmuebles donde pasamos la mayor parte de nuestras vidas, son, en gran medida, culpables de dichos problemas.

A modo de ejemplo, el sector de la construcción es actualmente, a nivel mundial, responsable del 45% de consumo total de energía, del 50% del consumo total de recursos, del 40% de desechos generados, del 16% del consumo de agua y del 30% de las emisiones de GEI.

Ahora, si llevamos las cifras a la industria en Chile, la construcción sería responsable del 26% del consumo total de energía y esto sólo en operación de edificios, 50% del consumo total de recursos, del 40% de desechos generados, del 16% del consumo de agua y del 30% de emisiones de GEI.

Luego, la reducción de los múltiples impactos de la construcción en el medio ambiente juega un papel clave, si queremos satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las futuras para satisfacer sus propias necesidades. Por ello, una construcción centrada en el medio ambiente, una construcción sustentable, es una prioridad.

Pero, ¿qué es construcción sustentable? Según Kibert, se entiende como aquel desarrollo de la construcción tradicional, con una responsabilidad considerable con el medio ambiente por todas las partes y participantes. Ello implica un interés creciente en todas las etapas de la construcción, considerando las diferentes alternativas en el proceso mismo, en favor de la minimización del agotamiento de los recursos, previniendo la degradación ambiental o los perjuicios y proporcionando un ambiente saludable, tanto en el interior de los edificios como en su entorno.

Lo anterior implica buscar una reducción del consumo de energía en todas las etapas del ciclo de vida de un proyecto de construcción, desde el momento en que se diseña, pasando por el proceso constructivo, el período de uso y mantenimiento hasta el momento de su demolición, dado que todas estas etapas conllevan un gran consumo energético con el consiguiente impacto sobre el medio ambiente.

Además, la construcción sustentable implica una adecuada selección e instalación de materiales. Desde el punto de vista de la selección, el material elegido debe tener un proceso de extracción de bajo impacto ambiental, con una fabricación eficiente, en la que se optimice la cantidad de materia prima, se controle el consumo de agua y energía, tenga bajas emisiones de contaminantes y gran parte de los residuos generados se valoricen, reincorporándolos al proceso o transformándolos en otros materiales. Desde el punto de vista de la instalación, una adecuada planificación constructiva que se adapte a las particularidades de cada obra es indispensable para minimizar los impactos ambientales.

Del mismo modo, una disminución de los Residuos de Construcción y Demolición (RCD) también es necesaria. Los RCD generados en los procesos constructivos varían en función del tipo de obra y el modo constructivo utilizado. Una construcción tradicional que emplee mayoritariamente materiales de naturaleza pétrea, generará una gran cantidad de residuos que son responsables del colapso de los vertederos, mientras que una construcción industrializada, utilizará menos volumen y mayor variedad de materiales, con mayores posibilidades de valorización.

Ahora, desde la mirada de los recursos hídricos, también es una aspiración de la construcción sustentable reducir los impactos sobre el ciclo del agua. Lo anterior, pese a que no hay suficiente información sobre la gestión del recurso agua en la fase de construcción que permita establecer generalidades. Pero se debe tener en cuenta la repercusión que van a tener en el consumo directo e indirecto de agua en la obra, la selección de materiales, sistemas y procesos constructivos.

En síntesis, una construcción sustentable debe velar, en todas las etapas del proyecto, por reducir su impacto ambiental, donde en particular los procesos constructivos y las decisiones que se tomen en obra juegan un papel crucial.

Motivo de lo anterior, en DECON UC como Entidad Evaluadora asignamos una gran importancia a la verificación en obra dentro del proceso de Certificación CES. Momento donde verificamos la correcta ejecución de los aspectos de diseño y construcción del edificio evaluado, específicamente aquellas partidas del proyecto relacionadas con el cumplimiento de los requerimientos obligatorios y voluntarios a los que se están postulando para obtener la certificación, así como los requerimientos asociados a la etapa de construcción.

*Felipe Ossio es doctor en Arquitectura Sustentable y profesor de la Escuela de Construcción Civil UC.

Escuela G-268 La Angostura


Datos del proyecto

  • Mandante: Ilustre Municipalidad de Lonquimay
  • Arquitecto: Leonardo Fox
  • Unidad técnica:DA MOP Región de La Araucanía
  • Asesor: Rodrigo Escobar
  • Entidad Evaluadora: 88 LIMITADA
  • Región: La Araucanía
  • Comuna: Lonquimay
  • Versión de certificación: Pv1 – Certificación Edificio Sustentable Edificios de Uso Público Versión 1

Ultimo logro

  • Nivel obtenido: Precertificado
  • Fecha de logro obtenido: 21 sept. 2017
  • Puntaje obtenido: 59
  • Asesor precertificación: Rodrigo Escobar
  • Entidad evaluadora precertificación: 88 LIMITADA

EL DESAFÍO DE LA MEDICIÓN DEL COMPORTAMIENTO DEL EDIFICIO

Por Carlos Saldaña, arquitecto consultor en Efizity, Entidad Evaluadora y Asesor CES

Habitar/trabajar en un edificio sustentable supone que existen condiciones propuestas mediante el diseño integrado de las partes responsables del proyecto, que son afines a conceptos de confort y, por lo tanto, aportan a la salud de sus usuarios.

Por otra parte, que su construcción y operación tengan un bajo impacto en el medio ambiente quiere decir que se han considerado productos sustentables y criterios de eficiencia energética que, a largo y mediano plazo, ayudan en la conservación de los recursos naturales.

Dichas condiciones impactan de dos maneras en el usuario: por un lado, mejoran su experiencia al habitar el edificio y, por otro, se genera conciencia de los recursos disponibles del planeta y cómo estos permiten desarrollar actividades cotidianas, en la medida que exista difusión y conocimiento de los atributos del inmueble.

Un edificio sustentable engloba múltiples características parametrizadas por un sistema de certificación, que permite comparar atributos y valorizar cada una de las medidas que se han integrado en el diseño y construcción y que se reflejan en el habitar de los usuarios y en la vida útil del mismo. En términos generales, una certificación sustentable valida -mediante un sistema de evaluación imparcial, en el cual se establecen estándares y requerimientos de cumplimiento- que las características del proyecto contribuyen a que durante su operación se disminuya el consumo de agua y energía, así como que se aseguren niveles de confort para los usuarios y calidad del proceso constructivo, entre otros.

Si utilizamos de ejemplo el Edificio Corporativo de Caja Los Andes en Santiago, que recibió la certificación CES el año 2017 y en cuya asesoría participamos, los beneficios para el usuario van desde el acceso a vistas al exterior y la iluminación natural hasta niveles de ventilación adecuados, lo que permite generar una mejor calidad de ambiente interior.

Todo esto se puede traducir en una disminución en la cantidad de enfermedades de los trabajadores y en el aumento de la productividad, lo que es posible de medir en función del número de licencias presentadas y mediante encuestas de confort interior que se realicen periódicamente a los usuarios del edificio.

La medición del comportamiento del edificio durante su operación es, sin duda, uno de los desafíos que se presentan inmediatamente después de que este recibe su certificación. Ahora, la forma o metodología para efectuar esta medición está sujeta a la variable a medir. Para el caso de los ahorros energéticos, por ejemplo, una alternativa es mediante la calibración del modelo de simulación en base a la cual se estimó el ahorro durante la etapa de diseño, ajustando valores, tanto del caso base como del caso propuesto, como por ejemplo, a la cantidad real de usuarios y los horarios reales de operación del edificio, cuantificados durante la operación del inmueble. De esta forma, se podrá lograr definir el consumo de un caso base coherente con el caso real que será comparable con los consumos medidos in situ durante la operación del edificio.

El objetivo de un edificio sustentable es contar con una mejor infraestructura para el desempeño de actividades humanas en armonía y conciencia del medio ambiente, y desde el diseño del proyecto se integra una serie de parámetros cuantificables -que van desde aspectos energéticos, confort de los usuarios, materiales y prácticas sustentable-, que comienzan a medirse durante la construcción, para que finalmente, durante la operación, se pueda evaluar en qué medida estas características se traducen en desempeños reales.

Así, es posible entregar herramientas que permitan optimizar la performance del edificio y la calidad de sus interiores. Este último concepto, “calidad”, es el que caracteriza a las edificaciones sustentables, siendo la certificación -CES o cualquier otra- una herramienta más dentro del desarrollo, que, acompañado por un buen diseño proyectual, permite que exista una visión más integrada y analítica de las edificaciones.

CES: HERRAMIENTA PARA ASEGURAR CALIDAD EN ESPACIOS EDUCATIVOS

Por Esteban Montenegro, jefe Área de Arquitectura, Depto. de Infraestructura Escolar, Ministerio de Educación

En los últimos años el debate en torno a la calidad de la educación ha tomado un lugar importante en la agenda pública de nuestro país. Se trata de un tema complejo, en el cual intervienen múltiples variables, muchas de las cuales requieren medidas de largo plazo, con impactos difíciles de evaluar.

Afortunadamente, en el ámbito de la infraestructura existen parámetros objetivos que sí se pueden medir, y que, de acuerdo a la experiencia internacional, tienen un impacto en el desempeño y bienestar de alumnos y profesores.

En efecto, numerosos estudios han establecido la importancia de las condiciones de confort en la generación de ambientes educativos de calidad, dada la correlación que existiría entre las características del ambiente interior, -confort térmico, visual, acústico y de calidad del aire-, y el desempeño académico (Heschong Mahone Group, 1999) (Küller, 1992) (Shendell, 2004). En general, está demostrado que deficientes condiciones de confort afectan negativamente el desempeño de alumnos y profesores, generan un aumento en las patologías respiratorias y en el ausentismo escolar, e influyen en una alta rotación de profesores.

En el caso de Chile, se han realizado numerosas evaluaciones destinadas a diagnosticar el estado de confort al interior de los espacios educativos, especialmente en lo relativo a los aspectos térmicos, visuales y de calidad del aire interior (Armijo, 2011) (Gargiulo, 2014) (Trebilcook, 2015). Los resultados de dichas evaluaciones han dejado en evidencia las graves deficiencias que presentan nuestros edificios escolares en este ámbito. Las situaciones más complejas detectadas corresponden a deficiencias en el confort térmico y en la calidad del aire interior. Por ejemplo, se han registrado temperaturas inferiores a 8°C al interior de aulas escolares en invierno, así como concentraciones de dióxido de carbono (CO2) por sobre los 3.800 ppm, muy superiores a los niveles recomendados (1.000 a 1.500 ppm máx.). Las condiciones climáticas favorables que presenta nuestro país permiten que muchas de estas situaciones puedan evitarse mediante estrategias de diseño arquitectónico pasivo, logrando condiciones de confort adecuadas sin recurrir necesariamente a equipos mecánicos, con el consecuente ahorro energético.

Convencido de este potencial, el Mineduc ha promovido que los nuevos proyectos sean concebidos bajo esta óptica de diseño sustentable, estableciendo como exigencia la obtención de la “Certificación Edificio Sustentable”. Dicho modelo de evaluación permite tener mayor certeza respecto a la aplicación de criterios de diseño eficiente, pues incorpora una evaluación externa (entidades evaluadoras) que verifica el cumplimiento de los estándares de sustentabilidad, eficiencia energética y confort, asegurando por lo tanto, condiciones para espacios educativos de calidad.

Partícipe desde un inicio del proyecto que dio origen a la certificación CES, el Mineduc ha jugado un rol clave en el impulso de este sistema de certificación, promoviendo su aplicación en todo nuevo proyecto de reposición o construcción nueva. De esta forma, a la fecha, es la institución que más proyectos ha ingresado al sistema, con 34 iniciativas en distintas fases de evaluación: 2 proyectos certificados, 22 precertificados y 10 en proceso. Es importante destacar, además, que el objetivo ha sido no sólo lograr los 30 puntos mínimos requeridos para la certificación, sino que se ha promovido la obtención del mayor puntaje posible en cada proyecto. De esta forma, el puntaje promedio de los proyectos certificados y pre certificados alcanza los 53,3 puntos, a 1,5 puntos del nivel de certificación destacada.

BibliografíaArmijo, G. e. (2011). Post-Occupancy Evaluation of State Schools in 5 Climatic Zones of Chile. Gazi University Journal of Science, 24(2):365-374.Gargiulo, C. (2014). Aprendizajes en las escuelas del siglo XXI: Notas técnicas. Washington DC: Banco Interamericano de Desarrollo. Dirección de Educación.Heschong Mahone Group. (1999). Windows and classrooms: a study of student performance and the indoor environment. Los Angeles: California Energy Commission.Küller, R. e. (1992). Health and behavior of children in classrooms with and without windows. Journal of Environmental Psychology, 12(4): p.305-317.Shendell, D. e. (2004). Associations between classroom CO2 concentrations and student attendance in Washington and Idaho. Indoor Air, 14 : p. 333–341.Trebilcook, M. (2015). Metodología para el análisis dinámico del confort térmico en el proceso de diseño arquitectónico de establecimientos educacionales en Chile. Santiago, Chile.: Proyecto FONDECYT Regular 1130596.