EL CAMBIO CLIMÁTICO PARTE POR CASA

Por Felipe Ossio, consultor en DECON UC, Entidad Evaluadora y Asesor CES*

El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el deterioro de la capa de ozono, por nombrar algunas, son externalidades negativas causadas por el modo en que actualmente desarrollamos las diferentes actividades económicas.

De seguir con el actual crecimiento desenfrenado, sin consideración por la utilización de los recursos naturales no renovables y el impacto que dejamos a nuestro paso en el medio ambiente, condicionaremos fuertemente la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus necesidades.

Sin embargo, a la hora de buscar culpables, habitualmente se cae en el error de atribuir exclusivamente a la industria y/o a los sistemas de transporte, el origen principal de estos fenómenos. Pese a esto, el rubro de la construcción y, en particular, los inmuebles donde pasamos la mayor parte de nuestras vidas, son, en gran medida, culpables de dichos problemas.

A modo de ejemplo, el sector de la construcción es actualmente, a nivel mundial, responsable del 45% de consumo total de energía, del 50% del consumo total de recursos, del 40% de desechos generados, del 16% del consumo de agua y del 30% de las emisiones de GEI.

Ahora, si llevamos las cifras a la industria en Chile, la construcción sería responsable del 26% del consumo total de energía y esto sólo en operación de edificios, 50% del consumo total de recursos, del 40% de desechos generados, del 16% del consumo de agua y del 30% de emisiones de GEI.

Luego, la reducción de los múltiples impactos de la construcción en el medio ambiente juega un papel clave, si queremos satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer la capacidad de las futuras para satisfacer sus propias necesidades. Por ello, una construcción centrada en el medio ambiente, una construcción sustentable, es una prioridad.

Pero, ¿qué es construcción sustentable? Según Kibert, se entiende como aquel desarrollo de la construcción tradicional, con una responsabilidad considerable con el medio ambiente por todas las partes y participantes. Ello implica un interés creciente en todas las etapas de la construcción, considerando las diferentes alternativas en el proceso mismo, en favor de la minimización del agotamiento de los recursos, previniendo la degradación ambiental o los perjuicios y proporcionando un ambiente saludable, tanto en el interior de los edificios como en su entorno.

Lo anterior implica buscar una reducción del consumo de energía en todas las etapas del ciclo de vida de un proyecto de construcción, desde el momento en que se diseña, pasando por el proceso constructivo, el período de uso y mantenimiento hasta el momento de su demolición, dado que todas estas etapas conllevan un gran consumo energético con el consiguiente impacto sobre el medio ambiente.

Además, la construcción sustentable implica una adecuada selección e instalación de materiales. Desde el punto de vista de la selección, el material elegido debe tener un proceso de extracción de bajo impacto ambiental, con una fabricación eficiente, en la que se optimice la cantidad de materia prima, se controle el consumo de agua y energía, tenga bajas emisiones de contaminantes y gran parte de los residuos generados se valoricen, reincorporándolos al proceso o transformándolos en otros materiales. Desde el punto de vista de la instalación, una adecuada planificación constructiva que se adapte a las particularidades de cada obra es indispensable para minimizar los impactos ambientales.

Del mismo modo, una disminución de los Residuos de Construcción y Demolición (RCD) también es necesaria. Los RCD generados en los procesos constructivos varían en función del tipo de obra y el modo constructivo utilizado. Una construcción tradicional que emplee mayoritariamente materiales de naturaleza pétrea, generará una gran cantidad de residuos que son responsables del colapso de los vertederos, mientras que una construcción industrializada, utilizará menos volumen y mayor variedad de materiales, con mayores posibilidades de valorización.

Ahora, desde la mirada de los recursos hídricos, también es una aspiración de la construcción sustentable reducir los impactos sobre el ciclo del agua. Lo anterior, pese a que no hay suficiente información sobre la gestión del recurso agua en la fase de construcción que permita establecer generalidades. Pero se debe tener en cuenta la repercusión que van a tener en el consumo directo e indirecto de agua en la obra, la selección de materiales, sistemas y procesos constructivos.

En síntesis, una construcción sustentable debe velar, en todas las etapas del proyecto, por reducir su impacto ambiental, donde en particular los procesos constructivos y las decisiones que se tomen en obra juegan un papel crucial.

Motivo de lo anterior, en DECON UC como Entidad Evaluadora asignamos una gran importancia a la verificación en obra dentro del proceso de Certificación CES. Momento donde verificamos la correcta ejecución de los aspectos de diseño y construcción del edificio evaluado, específicamente aquellas partidas del proyecto relacionadas con el cumplimiento de los requerimientos obligatorios y voluntarios a los que se están postulando para obtener la certificación, así como los requerimientos asociados a la etapa de construcción.

*Felipe Ossio es doctor en Arquitectura Sustentable y profesor de la Escuela de Construcción Civil UC.