CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE PARA CHILE

Por Ricardo Fernández, representante del Instituto de la Construcción en Comité Directivo CES

En los últimos años, en nuestro país, hemos visto incrementada la frecuencia y los daños producidos por desastres naturales, tales como incendios, terremotos, marejadas y tsunamis, aludes e incendios, por lo que, luego de ver los efectos causados, debemos trabajar en dos grandes pilares: la regularización y mejoramientos de edificaciones y ciudades, y tomar medidas para mitigar el calentamiento global.

Es usual que las viviendas dañadas por los eventos de la naturaleza mencionados correspondan a viviendas que no cumplen los mínimos señalados en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC) y están emplazadas informalmente, mediante sistemas de autoconstrucción. Debemos fiscalizar y aumentar exigencias de la Ordenanza para asegurar emplazamientos seguros con edificios de calidad. Asimismo, hay que determinar las matrices de riesgos para cada ciudad y trabajar en la contención o mitigación de posibles impactos determinados previamente.

En cuanto al calentamiento global, sabiendo que somos y seremos uno de los países más afectados por este fenómeno, se debe avanzar para que los consumidores puedan distinguir entre los productos de construcción y tipos de edificaciones según los impactos que tengan asociados, usando los análisis de ciclos de vida y declaración ambiental de productos, quedando claras sus distintas huellas (impactos desde su cuna a la tumba), es decir, cuantificar impactos desde extracción de materias primas, fabricación de materiales, transporte, construcción, demolición, reciclaje y disposición final, de manera que la información sea clara y comparable. 

Hoy contamos con una excelente herramienta para demostrar condiciones de buen diseño y existen edificios con condiciones de operación que aportan en confort a los usuarios, mediante calidad de aire interior, temperaturas de trabajo, iluminación, etc., y que generan menores gastos energéticos. A la fecha, está orientada a todo tipo de edificios de uso público y recientemente se ha realizado una versión para establecimientos de salud. Creo relevante hacer un esfuerzo país para que esta herramienta, Certificación Edificio Sustentable, pueda expandirse a todos los tipos de edificación y sea un instrumento de validación y comparación de ellas. Sería un error que coexistan muchos tipos de certificaciones y los usuarios se pierdan, al no poder hacer una comparación fácil y entendible. 

El uso del CES permite avalar diseños y construcciones más eficientes, así como generar ambientes de mayor calidad de vida y productividad para los usuarios. Debo recalcar que certificar es asumir un pequeño costo inicial, pero al hacerlo, lo esperable es que las etapas de construcción, venta y operación tengan mayores beneficios.

Construcción sostenible es aquella que está consciente de sus impactos, los disminuye y toma en consideración los aspectos ambientales y sociales del medio en que se desarrolla.

modern building

REFORMULACIÓN EN LOS PROCESOS DE DESARROLLO DE LOS PROYECTOS

Por Margarita Cordaro, presidenta Comité Directivo Certificación Edificio Sustentable

La necesidad de disponer de una herramienta de análisis, evaluación, calificación y certificación del grado de sustentabilidad de los edificios que incorpore las particularidades del país, especialmente temas de características climáticas, disponibilidad de recursos y énfasis en líneas de acción determinadas, que acojan nuestra realidad nacional, nos llevaron a crear el sistema nacional Certificación Edificio Sustentable, que se formalizó en julio de 2014.

El Ministerio de Obras Públicas, la Cámara Chilena de la Construcción, el Colegio de Arquitectos y el Instituto de la Construcción firmaron un convenio cuatripartito para llevar adelante la Certificación nacional. Este paso constituyó un hito para la construcción sustentable del país, ya que a partir de este sistema es posible tener más edificios con mejor calidad ambiental y más eficientes en su operación, a las que vez que permite obtener un indicador acorde con la realidad del país.

En ese sentido, la incorporación de una mayor cantidad de proyectos al sistema nacional Certificación Edificio Sustentable desde 2014 a la fecha muestra el buen trabajo de difusión integrada público y privada que se ha desarrollado en distintas regiones de Chile, articulada a través del Comité Directivo CES, y por medio de un plan de trabajo orientado a aumentar la cantidad de mandantes que utilicen nuestra herramienta de certificación nacional.

En el sector público se ha implementado la gestión de calidad en el diseño y construcción de proyectos, para lo cual la certificación CES es apropiada para su evaluación y medición, acogiendo las características geográficas, climáticas y arquitectónicas de Chile. Así, CES ha tenido un gran impulso específicamente desde los Ministerios de Obras Públicas, Salud, Educación y Deportes.

En el sector privado, la reacción ha sido más lenta, no es de extrañar, ya que por experiencia, es similar a lo que ha acontecido en los otros países donde se ha ido incorporado el proceso de certificación paulatinamente.

La incorporación de la exigencia de la certificación como herramienta de evaluación, medición y calificación, de la calidad de los proyectos de diseño, de las obras de construcción y de operación de los edificios, implica una reformulación en los procesos de desarrollo de cualquier proyecto de inversión y debemos demostrar su eficiencia al tener edificios que logren niveles adecuados de calidad ambiental interior, con un uso eficiente de recursos y baja generación de residuos y emisiones.

Todo lo planteado nos permite entender que los tiempos de consolidación de lo que implica la certificación son lentos en su etapa inicial y así lo demuestran nuestras estadísticas. Pero desde el 2015 al 2016 el crecimiento es más de 10 veces y también durante este año el CES ha tenido una inscripción de proyectos a certificar. 

Crecer, diversificarnos, autofinanciarnos y generar la Versión 2 actualizada del CES, está entre los principales desafíos que nos ocuparán este 2017. La diversificación también es un tema que ha ido surgiendo desde el trabajo directo con instituciones donde se está implementando el CES (surge CES Hospitales y CES infraestructura aeroportuaria. 

Paralelamente, es de suma relevancia aumentar la participación de mandantes del sector privado y autofinanciarnos, todo esto planificado y realizado a través de un gran trabajo de gestión integrada público-privada para consolidar la certificación CES y su difusión a nivel nacional. 

Los sistemas de certificación como CES se orientan al desempeño y no algún tipo de material o diseño en particular. De esta manera, cumpliendo un determinado nivel de comportamiento, es posible utilizar materiales tradicionales o innovadores. Por ello, CES lleva a volver a pensar la arquitectura y su relación e impacto con el entorno, con el clima donde se ubicará el edificio. Es retomar el diseño considerando el impacto que tendrá sobre el edificio el contexto en el que está inmerso.

Para que un edificio sea sustentable no requiere necesariamente incorporar alta tecnología, es pensar y diseñar un edificio en relación a su ubicación geográfica, topografía, materialidad, entorno, funcionalidad y con participación del usuario (caso público) o el impacto que esto tendrá en los usuarios, envolvente con la materialidad adecuada, complementada con equipos eficientes y su efecto en el medio ambiente.

Actualmente es importante considerar el manejo eficiente del edificio, ya sea a través de un gestor energético o un equipo especializado, de acuerdo al nivel de complejidad del edificio a gestionar.

LA CONSTRUCCIÓN SUSTENTABLE LLEGÓ PARA QUEDARSE

Por Carlos Bascou, representante Cámara Chilena de la Construcción en Comité Directivo CES

La construcción sustentable implica un cambio cultural relevante a través de toda la cadena de valor, partiendo por el inversionista o mandante hasta el cliente final, pasando por arquitectos, constructores, proveedores y todos los colaboradores, sin dejar de lado la parte de regulación y políticas públicas.

Innovar, según la Real Academia Española (RAE), es “Mudar o alterar algo, introduciendo novedades” y claramente la construcción sustentable hoy implica introducir novedades o alterar la manera como por años hemos desarrollado nuestras construcciones. Aspectos clave como la eficiencia energética, iluminación, calidad del ambiente interior, consumo de agua o confort acústico, se han mantenido sin grandes cambios a través de décadas, pero si nos comparamos con los grandes cambios de otras industrias y vemos algunos casos de lo que es posible lograr hoy a través del diseño, materiales o nuevas tecnologías, es evidente que el gran paso hacia la construcción sustentable debe ser a través de la innovación.

En Chile, el nivel es aún incipiente. Hay mucho interés y curiosidad, lo que es bueno pues potencia y acelera los cambios, pero estamos recién comenzando y queda todo por hacer si nos comparamos con países nórdicos y desarrollados.

La conciencia de las nuevas generaciones respecto a la necesidad del cuidado del planeta y el medioambiente, sumado a la evidencia de que el sector construcción e inmobiliario consume casi un 30% en nuestro país y hasta el 40% en países nórdicos, hacen urgente adoptar cambios en el sector. Conocimiento y nuevas prácticas hacen posible que hoy se pueda reducir de manera dramática el consumo energético, por lo que es una tremenda oportunidad para el sector inmobiliario y construcción en nuestro país. Existen proyectos que han logrado reducir el consumo energético entre un 30 y 60% sin necesariamente encarecer los costos de construcción, y si lo anterior lo aplicamos a la vida útil de un edificio, los beneficios, tanto económicos como relacionados a la huella de carbono, son enormes.

En este contexto, es valioso destacar la Certificación Edificio Sustentable (CES), un sistema que permite evaluar, calificar y certificar los comportamientos ambientales de edificios de uso público en Chile, tanto nuevos como existentes, sin diferenciar administración o propiedad pública o privada.

CES, tal como LEED que comenzó a difundirse y a aplicarse en Estados Unidos, primero se desarrolló a través del sector público. Hoy, en Chile, la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas lo está haciendo exigible en una gran cantidad de proyectos y, a su vez, en el sector privado, sin ser el sistema de carácter obligatorio, empresas o mandantes han comenzado a aplicarlo en proyectos entre los que se encuentran oficinas, colegios, hoteles, retail, etc.

Existen a la fecha varios ejemplos destacables, algunos de los cuales cuentan con la certificación que comenzó a ser aplicada hace dos años, pero muchos otros anteriores que muestran cifras alentadoras respecto a lo que es posible lograr en aspectos de sustentabilidad. 

Es necesario educar e informar a toda la población mostrando casos con cifras y datos concretos, para lo cual debemos comenzar a medir y tomar conciencia de nuestro consumo energético proyecto a proyecto, así como también de manera agregada.

La construcción sustentable llegó para quedarse en las nuevas edificaciones, pero es necesario ver formas o incentivos para comenzar a aplicarla en toda la edificación ya existente. Queda mucho por avanzar y una manera eficiente de hacerlo es mirar la experiencia de países que llevan años en esto donde Dinamarca, Alemania o, en general, los países nórdicos, son un muy buen ejemplo.

GEOREFERENCIA Y REFERENCIA SOCIAL

Por Paola Molina, arquitecta, presidenta grupo Ecoarq Comité Sustentabilidad y Energía Colegio de Arquitectos y miembro del Comité Directivo CES

Para comenzar quiero citar al arquitecto Edward Mazria, gestor de uno de los primeros manuales de arquitectura pasiva en la década de los 70 y actual representante en el Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) del área de la construcción en reconocimiento a su trayectoria. Él se pregunta: ¿Por qué diseñar con un propósito? A lo que responde: porque hoy la vida depende de ello.

Como ya muchos saben, hoy, la comunidad científica nos plantea que tenemos como única opción no subir más de dos grados de temperatura en los próximos 15 años, en realidad no más de 1.5 y luego, mediante buenas estrategias, lograr saltar a la temperatura que había previo a la época de la industrialización.

¡Esto implica un tremendo esfuerzo y trabajo! Es como parar un tren de golpe en pocos metros. De lo contrario, el IPCC nos adelanta que para el año 2047 la temperatura del año más frío en nuestro planeta será equivalente al registro del año más caliente que hasta hoy conocemos.

Entonces, es importante preguntarnos, ¿qué responsabilidad tiene el diseño, construcción y ciclo de vida de los edificios en todo esto?

Hoy el medioambiente urbano emite el 75% de los gases de efecto invernadero globales. Si a esto le sumamos que en los próximos 15 años se construirá el 60% de lo ya edificado a nivel global (representando Latinoamérica el 9% de este total) podemos deducir que la responsabilidad que compete al área de la construcción en el calentamiento global no es indiferente. Según Mazria, esta cifra está cerca del 45% en relación con la responsabilidad de consumo energético.

Producto del desarrollo de tecnologías, hoy tenemos edificios confortables. Sin embargo, al no considerar el diseño pasivo, consumen cada vez más energía durante su ciclo de vida, ya que sin ella simplemente no pueden operar.

Cada vez se consume más, cuando se debe hacer exactamente lo contrario. Hay algo que no cuadra. Podríamos decir que la eficiencia de los equipos ayuda a disminuir un poco la curva de crecimiento del consumo energético, pero no la reduce totalmente. Hoy, la única forma de hacer caer el consumo de una manera drástica es a través del diseño pasivo y acondicionamiento térmico de lo existente.

Si un proyecto está bien diseñado, vinculándose con el medioambiente, en el escenario más modesto ahorrará de base entre un 40 a un 60% del consumo energético en su ciclo de vida. 

A eso sumémosle que vivimos cerca del 80% de nuestro tiempo dentro de los edificios, lo que implica ahorrar, pero obteniendo la óptima calidad de vida y salud en su interior. Esto nos muestra que hacer buenos proyectos ya no es una opción, es un deber y una responsabilidad global. 

La Certificación Edificio Sustentable (CES), desde sus inicios, ha calibrado en sus requisitos obligatorios que se valore con un 65% el diseño pasivo y un 35% los equipos. Esto provee la mejor hoja de ruta para el desarrollo de nuestro país en cuanto a economía energética, mejora de la calidad de vida de las personas y cuidado del medioambiente, y lo mejor de todo esto es que se ha graduado con el apoyo de muchos especialistas nacionales en cada una de las materias, de acuerdo con nuestra realidad, requerimiento y cultura, considerando también la experiencia internacional.

También quiero mencionar que se podría pensar que estamos hablando de tecnologías y requerimientos sofisticados para países desarrollados; pero no es tan así. Un ejemplo de ello es que el Ministerio de Obras Públicas se ha transformado en el principal promotor de esta herramienta. ¿Por qué? Porque los proyectos que estén certificados CES ahorrarán en la operación, pagándose con creces durante su ciclo de vida el incremento en el costo inicial y de ejecución, si es que este existiese.

¿Cuáles son los desafíos futuros de la construcción en Chile? Los horizontes son incuantificables y quienes trabajamos para el desarrollo de esta certificación estamos comprometidos con el estudio de ello, de manera de ir actualizándola.

Los requerimientos deberán ser cada vez mayores hasta llegar a edificios carbono neutral y plusenergy (que aportan energía al sistema); pero vamos paso a paso, y CES hoy se nos presenta como una gran herramienta al alcance de nuestra realidad y mercado, para hacer que todo lo anterior suceda.

CLIMATIZACIÓN EN EDIFICIOS

Por Juan Carlos Troncoso, presidente de la Asociación de Profesionales de Climatización y Refrigeración de Chile (DITAR Chile A.G.)

Aunque todos sabemos que el ahorro energético en la construcción comienza con el diseño del edificio, la orientación, la aislación, los materiales de construcción, etc., parece que algo se nos ha olvidado, porque no siempre el resultado es el óptimo.

En Chile el potencial de eficiencia, es decir, el porcentaje de energía y electricidad que podemos dejar de consumir, aun es muy significativo. Hoy el gasto energético de un edificio producto del sistema de climatización está entre el 40% y el 65% del total. Esta alta cifra podría hacer suponer un elevado confort; pero no siempre es así y, a menudo, a nuestra asociación llegan consultas como: ¿Por qué el sistema de climatización de mi edificio no resulta confortable?, ¿Por qué me siento muchas veces más cómodo al abrir las ventanas que al encender el sistema?, ¿Por qué el costo operativo del sistema de climatización es tan elevado? Frente a tales interrogantes, debemos saber que más del 70% del costo total del ciclo de vida de una edificación es destinado al gasto operativo.

En Chile se construyen muchos edificios en donde predomina el muro cortina que provoca al interior del inmueble el indeseado “efecto invernadero”, obligando al sistema de aire acondicionado a operar constantemente ya que, de lo contrario, la temperatura al interior podría elevarse hasta los 40° C. Esto obviamente aumenta de manera considerable el consumo total de energía y disminuye el confort térmico humano.

Si bien cada vez más se proyectan e instalan tecnologías con mayor eficiencia, como por ejemplo el sistema VRF (Volumen de Refrigerante Variable), no mucho se sabe de los pro y contra del sistema. El VRF se puede controlar desde cualquier lugar (teniendo un PC e internet), puede enviar avisos de falla ante un mal funcionamiento, permite doblar el número de unidades conectadas con solo incorporar un adaptador, es silencioso, cada oficina puede funcionar con total independencia de temperatura (sistema con recuperación de calor), la distancia entre unidades interiores y exteriores es muy superior a la acostumbrada, etc. 

Pero no todo es ideal en estos sistemas, ya que poseen un elevado costo inicial; por sí mismos no permiten el control de humedad ni la opción de free-cooling. Hay que tener  cuidado en el diseño de la recuperación del aceite, que al diluirse con el gas caliente es transportado a través del circuito frigorífico, debiendo buscar soluciones para asegurar su retorno a los compresores. Y, dada la gran cantidad de refrigerante a alta presión que utilizan, en caso de ser inhalado en proporciones importantes puede producir asfixia. Además, en contacto con la piel puede producir quemaduras por congelación (enfriamiento espontáneo a -51,6° C) y, en caso de incendio, se descomponen en productos altamente tóxicos, por lo que no se sugiere su utilización en hoteles u hospitales, entre otras construcciones. Ello, sin considerar que al instalar un sistema VRF se dificulta la posibilidad de cambiarse de marca (salvo que se modifique todo el sistema). El mantenimiento de este tipo de instalaciones siempre es delicado y depende del suministro de piezas del fabricante: algo tan sencillo en un sistema tradicional como cambiar una válvula, puede ser toda una complicación en este nuevo sistema. 

En Ditar nos ocupamos de este y otros temas desde 1993: por algo somos la organización técnica con más experiencia en HVAC-R en Chile y estamos siendo consultados permanentemente por ministerios y universidades del país y del extranjero.

COMO UN TERREMOTO ANUNCIADO

Por Norman Goijberg, vicepresidente Comité Directivo CES

La serie de conferencias Sustainable Built Environment (SBE) -Ambiente Construido Sustentable- se inició en el año 2000 y opera en un ciclo de tres años, incluyendo a cuatro organizaciones internacionales como co-propietarios: la International Initiative for a Sustainable Built Environment (iiSBE), International Council for Research and Innovation in Building and Construction (CIB), Sustainable Buildings and Climate Initiative (Unep) e International Federation of Consulting Engineers (Fidic).

Se les considera como una serie preeminente de conferencias internacionales en construcción sustentable. El ciclo de tres años tiene uno para preparación, las conferencias nacionales/regionales en el año dos y la conferencia global en el año tres.

Las series ponen énfasis en un núcleo de documentos (papers) revisados por profesionales equivalentes (peer-review), presentaciones de políticas regionales, muestras de proyectos pre-evaluados y un cierto número de exhibiciones comerciales de alta calidad.

Estos eventos permiten una inclusión rápida de los mejores documentos de las conferencias nacionales/regionales en el evento global, como también políticas de inscripción diseñadas para estimular la participación de estudiantes y delegados de países en desarrollo.

Por otra parte, desde 1998 he asistido a las instancias de World Sustainable Building Conferences, en representación de la Cámara Chilena de la Construcción, y en algunas oportunidades hemos presentado ejemplos chilenos, como el Edificio Varela, en Maastrict, Holanda el 2000; el Edificio Consalud, en Oslo, Noruega en 2002, y el nuevo aeropuerto de Temuco DA/MOP, en Tokio, Japón, el año 2005; en los que hemos aplicado el método GBTool® de iisBE, con excelentes resultados.

Este 2016, se están realizando 21 conferencias nacionales/regionales en distintos países. Una de las más recientes fue la SBE16 Brazil & Portugal, llevada a cabo entre el 7 y 9 de septiembre, en la ciudad de Vitoria, Brasil.

En esta ocasión, los temas principales fueron Tecnologías para un ambiente construido sustentable, Casi cero y energía positiva para ambientes construidos, El concepto BIM aplicado a edificios y ciudades sustentables, Entrenamiento y educación para promover la adopción de enfoques sustentables, Métodos de evaluación de sustentabilidad, Adaptación de ciudades y edificios al cambio climático, Mitigación de impactos en áreas urbanas, Planificación urbana para comunidades sustentables, Mobilidad y accesibilidad urbana sustentable, Gobernanza y estrategias para un ambiente construido sustentable.

Durante tres días se efectuaron seis presentaciones en sesiones plenarias, más 147 presentaciones en 17 sesiones simultáneas.

Y ya tenemos un próximo desafío que es participar en la World Sustainable Built Environment Conference 2017, en Hong Kong. Esta Conferencia Internacional examinará en junio de 2017 cómo la innovación e integración son capaces de generar sinergia e interconectar diferentes aspectos con un foco en cuatro áreas principales de discusión: Edificios de Alto Rendimiento, Renovación Profunda de los Edificios, Barrios Sustentables y Empoderamiento de la Comunidad.

Asimismo, en diciembre de 2015 se realizó en París la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP21, donde se llegó al histórico acuerdo para establecer el camino para mantener el aumento de la temperatura muy por debajo de 2 grados Celsius. Hasta la fecha, 185 naciones han firmado el acuerdo incluyendo a los dos mayores emisores de GEI: Estados Unidos y China. Tendrá efecto 30 días después de que 55 países representativos del 55% de las emisiones globales, depositen sus ratificaciones ante el secretario general de Naciones Unidas.

El 3 de diciembre de 2015, fue el Día de la Construcción –Buildings Day– y por primera vez se dedicó un día a los temas de la construcción, que había sido destacado como parte del COP. En este evento se lanzó la Global Alliance for Building and Construction (Global ABC), alianza de organizaciones y gobiernos creada con el objetivo de sacar adelante estos objetivos y está comprometida a ayudar a poner al sector de la edificación y la construcción en el “camino bajo los dos grados”, a alinear iniciativas existentes, compromisos y programas para lograr una escala mayor e incrementar la velocidad de las mitigaciones de gases de efecto invernadero GEI, y a catalizar una colaboración más fuerte, objetivos de acción climáticas y soluciones para todos en el sector. 

En ese sentido, ante el escenario global que estamos viviendo en construcción sustentable, como país es necesario ponernos al día con la discusión de estos temas. El ambiente construido tiene un impacto importante en la producción de GEI, en todo su ciclo de vida, desde la producción de los materiales, el proceso de construcción y la vida útil de los edificios, incluyendo la renovación de las construcciones existentes.

Esto implicará hacer una revisión a fondo para alinear iniciativas, compromisos y programas para lograr una escala mayor e incrementar la velocidad de las mitigaciones de GEI. Aumentar la concientización y hacer visible la magnitud de las oportunidades e impactos en el sector de la construcción, definir objetivos sectoriales y promover la transparencia e intercambio de información. Permitir transformaciones de políticas públicas y de mercado, estimular asociaciones público-privadas-académicas, compartiendo tecnologías y conocimientos; y mejorar el acceso a financiamientos eficientes.

Los efectos del cambio climático y el calentamiento global son como un terremoto anunciado: así como hemos aprendido a prevenir los efectos sísmicos y evitar los derrumbes, debemos realizar todos los esfuerzos necesarios para prevenir y evitar la catástrofe climática para toda la humanidad.

TRABAJO INTEGRADO PARA IMPULSAR LA SUSTENTABILIDAD GLOBAL

El objetivo final de una certificación de calidad ambiental de las edificaciones es educar a la población, es decir, que sean los mismos usuarios quienes puedan apreciar -y demandar- los beneficios que reciben al contar con un edificio de vanguardia: un mejor ambiente interior que favorezca su calidad de vida, además de reducción de gastos de energía y agua.

Sin embargo, más allá de los beneficios directos, es necesario fortalecer también el concepto de contribuir a la sustentabilidad global, con el uso de material o energías renovables y esfuerzos para disminuir la contaminación ambiental y evitar la generación de gases de efecto invernadero.

En los países desarrollados estos conceptos se han masificado y ya existe la demanda: aunque la certificación de sustentabilidad de las edificaciones no es obligatoria, sí se ha ampliado el interés y, por lo tanto, la oferta de las construcciones sustentables.

En Chile todavía no hemos llegado a este nivel. Certificación Edificio Sustentable es un aporte en cuanto, a nivel nacional, permite evaluar, calificar y certificar el comportamiento ambiental de edificios de uso público, tanto nuevos como existentes, sin diferenciar administración o propiedad pública o privada.

En el sector público se ha incorporado la exigencia de certificación CES a los proyectos que desarrollan la Dirección de Arquitectura y la Dirección de Aeropuertos del Ministerio de Obras Públicas, en el Ministerio de Educación, Ministerio de Salud y el Instituto Nacional del Deporte.

Como en todo orden de cosas, se requiere tiempo: es necesaria la difusión e información de los beneficios a corto y largo plazo para los usuarios, además de impulsar el cambio de actitud de las personas y empresas.

Es importante considerar que existen situaciones diferentes y necesidades más apremiantes que en otros países. Las naciones del mundo desarrollado, con altos niveles de contaminación y reducción de sus recursos naturales no renovables, han establecido políticas dirigidas a remediar o paliar estos problemas, por ejemplo, creando múltiples subsidios que hoy están afectando a sus economías. No hay soluciones fáciles. 

En Chile hemos progresado mucho en las últimas décadas; anteriormente estuvimos enfrentados a dar vivienda, mientras hoy ya estamos empezando a incorporar los conceptos de calidad y sustentabilidad. Es de esperar que, herramientas como CES y otros esfuerzos en la misma línea, permitan incorporar en las personas el concepto de sustentabilidad, contribuyendo a su calidad de vida y, a la vez, al cuidado del planeta.

CONSTRUCCIÓN SUSTENTABLE PARA HOSPITALES

Por Renato Miranda, gerente Edificio Verde, ASHRAE Lifemember y conferencista Hospitalaria 2016

Hoy en día no es posible pensar en construir un hospital que no sea sustentable. Basta conocer un solo hecho que te obliga a hacerlo: Los hospitales consumen en promedio dos veces y media la cantidad de energía que consume un edificio comercial. El impacto, a través de las emisiones de CO2 sobre el cambio climático hace necesario adoptar cualquier sistema de certificación sustentable para aminorarlo.

Los sistemas de certificación más utilizados a nivel mundial son el Sistema LEED para Hospitales, por lejos el más popular; el Green Star para Hospitales, de origen australiano; El BREEAM para Hospitales, de origen inglés y de aplicación en Europa y el más nuevo, revolucionario y vanguardista Living Building Challenge (Desafío del Edificio Natural) que no tiene una traducción perfecta, pero está basado en copiar -lo más posible-, lo que pasa en la vida real. En Chile está en etapa de revisión un sistema de certificación especial para hospitales, a cargo del Instituto de la Construcción, el CES de Hospitales.

La construcción sustentable deriva de la necesidad de controlar el cambio climático a través del ahorro de energía que toma diversas formas según se aplique a los procesos productivos de los materiales, a los sistemas constructivos o a su reciclaje o reutilización final.

Del ecosistema general depende la preservación de los sistemas ecológicos y de la biósfera y de una gran variedad de plantas y animales, de la agricultura de terrenos fértiles, de la necesidad de agua pura y otros sistemas que transforman el medio ambiente en uno más limitado, que tiene recursos finitos. La preocupación común de todas las personas es la protección de la vitalidad de la tierra fértil, su diversidad y su belleza.


Es, entonces un deber sagrado, que proviene de La Carta del Planeta Tierra a sus habitantes, escrita el año 2.000 por un grupo de científicos y que, entre otras, establece la necesidad de hacer los diseños de la Cuna a la Cuna (Craddle to Craddle): esto quiere decir el aprovechamiento de los materiales durante toda su vida útil y la disposición de ellos, posteriormente, para seguir usándolos, ya sea como el mismo material o transformándolos en otros.


Esto, a su vez, da lugar a lo que llamamos la constitución de uno de los principios de la filosofía de la Cuna a la Cuna, que establece las iniciativas para la construcción sustentable que tienen que ver con la imitación de los sistemas naturales. Estos operan basados en la luz solar, usando solo la energía que se necesita y adaptan la forma a la función, reciclan absolutamente todo, están basados en la diversidad y requieren de la experiencia local para manejar los excesos, se alimenta de los recursos naturales de poder eléctrico (sol y viento, corrientes marinas, aguas termales, etc.).


Los edificios que se comportan naturalmente deberían considerar recolectar agua y energía en el lugar donde están y adaptarse específicamente al lugar y al clima, modificar sus condiciones a medida que cambia el clima y operar sin producir residuos. En su evolución no deben generar basuras que no se puedan reutilizar en otros procesos y deben promover la salud y el bienestar del todo los habitantes, como hace un ecosistema saludable. También debe interrelacionar todos sus sistemas para maximizar la eficiencia y el confort y, finalmente, permitir diseñar edificios agradables de usar para inspirarnos en nuestro diario quehacer y trabajar contentos.


El cambio climático continúa imponiendo amenazas sin precedentes sobre la salud de los habitantes del mundo. A pesar de que no es posible precisar sus impactos, estos harán presión sobre la salud de las personas en la forma de muertes y enfermedades por ondas de calor; eventos climáticos extremos que afecten la salud y la polución ambiental; efectos sobre la salud por contaminación del agua y los alimentos o la transmisión de enfermedades. 

Los efectos del cambio climático en las organizaciones de salud se han dejado ver en el último tiempo por acontecimientos naturales que han dejado en evidencia la falla del sistema de salud para responder adecuadamente. Por ejemplo, en el huracán Sandy, el 2012, muchos hospitales de Nueva York tuvieron que ser evacuados, poniendo en riesgo la vida de cientos de pacientes vulnerables. Otro ejemplo es el huracán Katrina, ocurrido el 2005 en Luisiana, que causó 1800 muertes en la Ciudad. En tanto, una ola de calor en Europa el año 2003 mató a más de 50.000 personas.


A medida de que los impactos del cambio climático y la contaminación química sobre la salud se incrementan, hay que moverse y progresar para prevenir una cascada de enfermedades crónicas relacionada con el calor, la sequía y la falta de alimentos; solamente para tratar a las personas con secuelas se necesita redefinir el rol de los hospitales y promover de servicios esenciales a la comunidad, se necesita ayudar a restaurar el agua; el medioambiente en las comunidades que no tienen acceso a servicios y la salud de cada persona.

Lo anterior nos permite definir los indicadores de sustentabilidad claves para la construcción de un hospital que coinciden con los parámetros básicos de la construcción sustentable, que son la ubicación de estos centros como actividad primordial, en lugares de fácil acceso con locomoción pública, con estacionamientos ojalá superficiales o en edificios sobre el terreno que no necesitan iluminación diurna ni ventilación permanente de contaminantes, en conjunto con los edificios principales pueden captar y hacer la recolección de agua de lluvia en estanques especiales para uso de los baños; la reducción del uso del agua a través de a artefactos de bajo consumo y de mecanismos para regular su flujo. El almacenamiento de aguas lluvia para uso en riego y en los baños (WC) que puede hacerse en los estanques de incendio o en lagunas, que además pueden utilizarse para recibir el agua de los equipos de aire acondicionado o las torres de refrigeración o eliminar estas últimas usando el agua, si la laguna es suficientemente grande.


En un hospital mal diseñado, se puede reducir hasta un sesenta por ciento de la energía que habitualmente usa el recinto con varias medidas especiales, la energía será relacionada con la eficiencia energética y el análisis digital de todos los elementos de cada proyecto que la utiliza en el hospital y su evaluación simultánea. El sistema de sustentabilidad también toma en cuenta los materiales utilizados o reutilizados, el transporte de los mismos, el uso de la ventilación, el confort de los ocupantes, la generación de energía in situ, el sistema de administración y control de la energía por sistemas computarizados, el seguimiento del comportamiento de cada equipo y la verificación anual de sus consumos. La selección de los materiales de construcción y terminaciones se basa en las condiciones ecológicas de composición y procesos de fabricación de cada uno y sus impactos ambientales, incluyendo el traslado hasta la obra.

CONSTRUCCIÓN SUSTENTABLE: RETO DE PAÍSES EMERGENTES

Por Norman Goijberg, arquitecto y presidente Comité Directivo CES

La construcción sustentable, impulsada hoy en todo el mundo, provee beneficios tanto económicos como ambientales y de calidad de vida. Es parte de una visión global de desarrollo sostenible, liderada por las Naciones Unidas, que se definió en 1987 como “la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”.

Intenta lograr, de manera equilibrada, el desarrollo económico, social y la protección del medio ambiente.

En lo económico, si se incorporan tempranamente criterios de construcción sustentable, se utilizan materiales y procesos de menor impacto ambiental, logrando disminuir los requerimientos de agua y energía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero; en lo económico, se consiguen redistribuciones en los costos, por ejemplo, restringiendo requerimientos de climatización. En tanto, al tener una mejor calidad de ambiente interior -ya sea en temperatura, iluminación, calidad del aire y confort acústico- está comprobado que se eleva el rendimiento (en el caso de las oficinas y centros educacionales) y la satisfacción de las personas.

¿Qué es?

La construcción sustentable considera todo el ciclo de vida de la edificación, desde el origen de los materiales que se utilizan -también el proceso de transporte y fabricación- hasta la construcción, operación y deconstrucción (entendida como el retiro de partes, piezas y materiales para ser reutilizados). Tenemos que considerar que nuestras obras estarán por las próximas décadas, incluso siglos, por lo que un proyecto ineficiente hoy tendrá un impacto negativo por largo tiempo.
Contar con edificaciones que entreguen un nivel adecuado de confortabilidad, que minimicen el impacto ambiental y el uso de recursos durante su construcción y operación, puede contribuir a que los países alcancen metas de reducción de consumo de energía y emisiones de gases de efecto invernadero.
Certificación Edificio Sustentable (CES) es una herramienta local para evaluar, calificar y certificar el comportamiento ambiental de los edificios de uso público en Chile. Nace de un trabajo de años en el Instituto de la Construcción (IC), donde se analizaron los sistemas que han desarrollado los países más avanzados -Estados Unidos, Canadá, Francia, Inglaterra y Japón, por mencionar algunos-, detallando un conjunto de variables para elegir las más adecuadas a las construcciones del país. 

Teniendo en cuenta la diversidad climática y territorial que se encuentra en la región -en Chile incluso a lo largo y ancho-, es fundamental considerar las características locales al momento de planificar unaedificación: los requerimientos de climatización, iluminación y aislación térmica son completamente diferentes y pueden ser reducidos por un buen diseño de arquitectura pasiva (en el CES permite obtener hasta 2/3 de la puntuación).

Escuela CES

El desarrollo de sistemas propios de certificación es una visión del mundo más desarrollado. Hoy, CES responde con una mirada de futuro a un desafío que en el hemisferio norte, principalmente, ya se hainternalizado. A través de una herramienta estandarizada y validada desde la experiencia y realidad chilena, recoge buenas prácticas y estándares en construcción sustentable, lo que permite promover y acercar niveles superiores en cuanto a diseño y construcción de los emplazamientos, con foco en eficiencia energética, calidad de ambiente interior, utilización de agua y otros recursos, además del manejo de residuos. 

Es de esperar que ejemplos como este se repliquen en la región, asumiendo un desafío que permitirá avanzar en pos de un desarrollo sustentable, que beneficie la productividad de los países y la calidad de vida de las personas.
*Esta columna fue publicada en la edición junio de la Revista Construcción Latinoamericana.