CONSTRUYENDO UNA NUEVA ESTÉTICA: HABITAR/TRABAJAR EN UN EDIFICIO SUSTENTABLE

Por José Guerra Ramírez, Doctor arquitecto, asesor CES, director de CIAES-UCN, entidad evaluadora CES

La relación que las personas establecemos con el espacio construido se vincula con la calidad de la experiencia existencial del ambiente que nos rodea, todo lo cual nos hace pertenecer a una totalidad social y cultural[1].

Nuestras percepciones y experiencia espaciales quedan asociadas y almacenadas en nuestros recuerdos y memoria, junto con las cualidades ambientales de una determinada temperie y calidad lumínica. En el caso del espacio educativo, las características de confort de las aulas impactan en la calidad de los aprendizajes, como también la experiencia de satisfacción al contemplar una obra de teatro, estará asociada a la atmósfera y calidad acústica de la sala de espectáculo y de igual modo la calidad de nuestro entorno laboral estimulará nuestro rendimiento y productividad laboral.

De ahí que la valoración que hacemos del edificio sustentable no se debe limitar a destacar los ahorros energéticos o los menores costos en la factura de mantención del mismo. La mayor importancia de un edificio sustentable radica en el positivo impacto y cambio en las condiciones de habitabilidad, las que se alojan en los niveles de bienestar, en nuestra matriz de satisfacción existenciales de ser y estar, que son en definitiva los atributos de mayor trascendencia de la arquitectura sustentable.

Nuestra experiencia, como la única Entidad Evaluadora CES en el norte de Chile, en la certificación de edificios sustentables como el Colegio Bernardo O’Higgins y la Reposición del Teatro Andrés Pérez, ambas obras ubicadas en la comuna de Tocopilla y a cargo de la empresa constructora ByC Ltda., nos ha permitido constatar que la incorporación de altos estándares en la calidad arquitectónica del ambiente interior, la integración de estrategias pasivas de acondicionamiento ambiental y la especificación técnica de materiales adecuados, impactan positivamente en la percepción físico espacial y en la modificación de las actitudes de la conducta psicosocial de los usuarios, en un contexto de inclusión que influyen en la formación de la identidad y contribuyen a acortar las brechas de desigualdad social en el país.

Estos edificios públicos son un aporte a la calidad del acontecimiento urbano, una significativa contribución al entorno cultural de la comunidad de Tocopilla, que se manifiesta además en la construcción una nueva estética en relación con la fisonomía y expresión de la envolvente.

El diseño energético está cambiando la expresión y lenguaje de la arquitectura, expresadas de una nueva estética, una nueva fisonomía que integra y fortalece la identidad regional, formas que son una reinterpretación contemporánea de lenguajes que evocan a una arquitectura patrimonial, donde se destaca el diseño de una envolvente que actúa de filtro solar, tamiz lumínico, doble piel, espacio intermedios ventilados, cubiertas de sombra y lucernarios que fragmentan la intensidad lumínica del paisaje desértico.