COP25: UNA OPORTUNIDAD ÚNICA PARA COMPROMETERNOS A LA DESCARBONIZACIÓN

Por Sergio Vera Araya. 
Ph.D. en Building Engineering, vicepresidente Comité Estratégico de Directores IC Construcción Sustentable y Cambio Climático, director Dpto. de Ingeniería y Gestión de la Construcción, Escuela de Ingeniería UC, Investigador del CEDUS, CIPYCS y del Centro Energía UC.

Chile este año será sede de la Conferencia de las Partes (COP) 25 que tiene dos objetivos: fijar criterios para el cumplimiento del Acuerdo de París y mejorar los compromisos y metas de los países para la mitigación y adaptación al Cambio Climático. Este es un hecho que ha sido causado por la humanidad. Durante 10.000 años, las condiciones climáticas y ambientales eran controladas por los mismos procesos del planeta. Esta época, conocida como Holoceno, permitió que la humanidad se estableciera y las civilizaciones se desarrollaran. Sin embargo, desde la revolución industrial esta barrera planetaria se ha sobrepasado, y las condiciones del planeta ya no son condicionadas por la “Madre Tierra”, sino por la humanidad, que es una nueva era geológica definida como Antropoceno.

Durante el Holoceno, el aumento de temperatura del planeta nunca fue mayor a 1°C, mientras que, en la actualidad, la temperatura ya se ha incrementado 1.1 °C causado por el incremento exponencial de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), los que son producidos por la combustión de combustibles fósiles, generación de metano y deforestación. Este aumento podría ser mayor a 5°C si continuamos haciendo lo mismo que hemos hecho, lo que causaría una intensificación del Cambio Climático y sus efectos.
En este sentido, el sector de la construcción ha tenido un rol significativo en este problema, según datos, del año 2018, de la Global Alliance for Buildings ya que, a nivel mundial el sector generó el 40% de las emisiones de gases efecto invernadero. En Chile se estima que las emisiones del sector corresponden a un 23% del total nacional debido al consumo de energía durante su operación. Si a esto se suman las emisiones industriales asociadas a la fabricación y transporte de materiales y equipos de construcción y la etapa de obra, y se consideran las emisiones asociadas a las obras de infraestructura, la industria de la construcción puede ser responsable de más del 30% de las emisiones GEI a nivel país.
Esto ha llevado diversos organismos internacionales como la Agencia Internacional de Energía y Naciones Unidas a concluir que el sector de la construcción es clave para mitigar el calentamiento global y no superar un incremento de temperatura mayor a 1.5°C en 2050. Además, estos organismos y la evidencia científica y práctica, muestran que el sector tiene la ventaja frente a otros sectores que las tecnologías para reducir emisiones GEI ya existen, son costo-efectivas y su efecto es inmediato.

El acuerdo de París, que Chile ha suscrito, plantea que al 2030 las emisiones deben ser reducidas en 30%, respecto al aumento del Producto Interno Bruto. Además, la Ley de Cambio Climático, actualmente en etapa de consulta, establece que el país deberá ser carbono neutral para el año 2050. Chile se encuentra 30 a 40 años atrasado en términos de políticas públicas para la descarbonización del sector construcción, respecto a otros países de la OCDE. La COP25 es una oportunidad para el sector para “ponerse al día” y definir una meta para el sector y el camino a seguir en términos de mitigación y adaptación al Cambio Climático.

Interior columna

Por otro lado, el ambiente construido y las personas serán muy vulnerables a los daños causados por los efectos del Cambio Climático (inundaciones, aluviones, olas de calor, disminución de la disponibilidad de agua potable, etc.), siendo necesario también avanzar fuertemente en un plan de adaptación de las edificaciones e infraestructura, y mecanismos de financiamiento de mega-proyectos que permitan alcanzar ciudades e infraestructura crítica resilientes frente a los efectos del Cambio Climático.
Tanto la mitigación como la adaptación son una oportunidad no sólo para el sector edificación, sino para toda la industria de la construcción, ya que puede neutralizar sus impactos en el medio ambiente, generar impactos positivos en la comunidad, generar nuevos negocios y expandir fuertemente su mercado no sólo en Chile, sino en Latinoamérica si la industria nacional toma una posición de liderazgo a nivel regional. Esto es lo que se conoce como el triple-bottom-line o 3P (People – Planet – Profit).
El Calentamiento Global es inevitable pero el sector edificación puede contribuir fuertemente a limitarlo y lograr la meta de que la temperatura no se incremente más de 1.5°C al 2050. Para ello, tanto las metas del sector edificación, el camino a seguir y los mecanismos de financiamiento e incentivo deben ser parte de los compromisos de Chile en la COP25.