El arquitecto Iván Cisternas es el encargado del desarrollo de los campus en la Universidad Católica de Temuco y está a la cabeza de la construcción del Pabellón Docente y del Hospital de Simulación Clínica, ambos en proceso de certificación CES. En esta entrevista comenta los lineamientos de la casa de estudios.
Pabellón Docente.
El arquitecto Iván Cisternas, director de Gestión y Desarrollo de Campus de la Universidad Católica de Temuco, está a cargo del Pabellón Docente de la Casa de Estudios y del Hospital de Simulación Clínica, ambos proyectos en construcción. El profesional comenta que en la Universidad siempre se han incorporado lineamientos de sustentabilidad. Por ello, destaca la importancia de poder incluir en los nuevos edificios los estándares que permitirán generar edificios de mayor calidad constructiva y, por tanto, mayormente sustentables.
Para el equipo de arquitectos del Departamento de Infraestructuras de la casa de estudios, una de las principales motivaciones al incorporar la certificación CES es la posibilidad de incluir edificios que sean más eficientes dentro de los campus, la búsqueda y aplicación de formas, orientaciones y materiales de alto estándar, que los ayuden a cumplir y estar por sobre los estándares de eficiencia energética, entregando mayor valor al edificio como tal y, por sobre todo, al habitar de los usuarios.
“La posibilidad de trabajar de manera colaborativa con expertos en el área es enriquecedor, nos permite tener mayores herramientas como profesionales que buscan aportar y aplicar sus conocimientos, nos ha permitido un mayor entendimiento de lo que significa el concepto de sustentabilidad en su totalidad, cómo verlo reflejado en cada etapa de diseño del proyecto y cómo se van relacionando con cada especialidad del mismo, siempre con el fin de obtener un producto de mejor calidad y desempeño, en este caso, edificios que dan espacio a la comunidad educativa”, precisa Cisternas.
Hospital de Simulación Clínica.
Resultados esperados
Para el profesional, el mayor resultado que esperan al incorporar la Certificación CES, es la posibilidad de obtener edificios de mayor estándar, que logren albergar de manera eficiente los distintos requerimientos, tanto de la comunidad universitaria como de la unidad técnica a cargo. “El uso de materiales innovadores, artefactos de bajo consumo y materiales de alto estándar nos permitirán, a la vez, reducir los costos de uso y mantenimiento que un edificio requiere”, explica.
En ese sentido, el arquitecto considera que “con el correcto cumplimiento de los estándares definidos y la correspondiente fiscalización por los profesionales a cargo de la certificación, no es complejo cumplir con los requerimientos CES”.
Es por esto que ambas obras están llevando una adecuada fiscalización y seguimiento de los avances que se están realizando, desde que se inicia el proceso de excavaciones de obra, “ya que para nosotros es muy importante aportar en la calidad ambiental y eficiencia en el uso de recursos de todo el proceso, obteniendo el mejor resultado para el medio ambiente”, concluye.
Uno de los profesionales destacados con el Premio CES 2023, el ingeniero civil de la Universidad Católica, conoce de cerca la certificación CES y el galardón que recibió, puesto que él fue su impulsor allá por 2018. En esta entrevista, el que fuera presidente de CES entre 2018 y 2021, comenta su emoción y su visión para motivar a más privados a sumarse a la construcción sustentable.
“Emocionado y muy honrado por quienes hacen este reconocimiento y quienes han sido profesional destacado en años anteriores”, describe Ricardo Fernández las sensaciones que tuvo al momento de saber que recibiría el Premio CES 2023 al Profesional Destacado.
El ingeniero civil de la Universidad Católica de Chile y destacado profesional en la industria de la construcción, gerente Técnico & Desarrollo Sostenible en Compañía Industrial El Volcán, se refiere a Norman Goijberg, Margarita Cordaro y Yoselin Rozas, profesionales a quienes entregó el mismo galardón, mientras él fue presidente del Comité Directivo de CES, entre los años 2018 y 2021.
Por ello, dice que recibe el Premio CES con humildad y agradecimiento. “Estoy feliz”, reconoce.
Y es que Ricardo Fernández se ha caracterizado por varios logros con la certificación. Durante el período que lideró el Comité Directivo CES, CES experimentó un crecimiento muy significativo, pudiendo comenzar a operar de manera autónoma con los recursos generados. Se inscribieron 182 nuevos proyectos, se certificaron 56 y se obtuvieron 146 precertificaciones, lo que muestra el comienzo de la consolidación de CES.
Además, en su período y gracias a su impulso personal, comenzó el desarrollo de los Premios CES anualmente, el mismo que él recibe cinco años después de haberlos impulsado.
Asimismo, su carrera se ha caracterizado por el impulso constante de la sustentabilidad desde el sector privado. “Estoy convencido de que debemos respetar la naturaleza, cuidar los recursos naturales y poner en el centro de nuestro quehacer a las personas y esforzarnos para que todos tengamos una mejor calidad de vida, sin afectar a las generaciones futuras”, plantea.
Paola Molina entrega el Premio CES 2023 a Ricardo Fernández.
En ese sentido, cree que “esto ha sido un trabajo continuo y he tenido la oportunidad de desarrollarme laboralmente en una empresa que comparte mis valores y trabajar en distintas asociaciones gremiales que buscan generar impactos positivos en la actividad de construcción”, refiriéndose a su desempeño como presidente del Instituto de la Construcción entre 2021 y 2023.
Luego de tantos años dedicado a la construcción sustentable, Ricardo Fernández es enfático en señalar que aún falta mucho: “algunos se visten de verde, pero sin convicción. El sector público es temeroso de avanzar, pensando que los costos en el corto plazo serán mayores y el sector privado no se proyecta con el beneficio para las nuevas generaciones”.
Considera que “hoy tenemos una deuda en cantidad de edificaciones de todo tipo en nuestro país y, especialmente, en el ámbito habitacional y comercial, tenemos un bajo nivel de eficiencia energética, altas mermas de materiales (desechos) y alta huella de carbono en construcción y operación de edificios”.
A su juicio, la motivación de los privados llegará con “incentivos en el financiamiento de los proyectos de construcción sustentable, tales como tasas de interés con rebajas para proyectos certificados en sustentabilidad, tales como CES, CVS, LEED y WELL”. Asimismo, “debe promoverse el uso de sellos que den información final a los clientes, transparentando la composición de las soluciones constructivas, a modo de ejemplo, se puede incentivar el uso de declaración ambiental de productos”, sostiene.
A ello se suma una receta personal: “En nuestro trabajo, al igual que en nuestra vida personal, debemos tener claro nuestro propósito. Este debe indicarnos el para qué es todo lo que hacemos y estar conscientes que dejaremos una huella (positiva o negativa) que afectará a las futuras generaciones”.
El Edificio Consistorial de Chañaral y el Hospital de Alto Hospicio fueron los seleccionados por sus grandes aportes en eficiencia energética y ambiente interior.
Con casi 1.750 metros cuadrados de superficie construida total, el segundo lugar de los Premios CES en la categoría Edificio Certificado correspondió al Edificio Consistorial de Chañaral, de la región de Atacama, que corresponde a la obra de mayor envergadura e importancia que se ha realizado en la ciudad y el municipio. Obtuvo 61,5 de 100 puntos durante el año 2022 y alcanzó el nivel de Certificación Destacada.
Se encuentra ubicado en el casco histórico de Chañaral y alberga a su Municipalidad. El diseño de este edificio le permitió obtener el puntaje máximo en la categoría de consumo de agua, en línea de lo que se espera de un edificio ubicado en la región de Atacama.
La superficie edificada es de 3.025 m2 distribuidos en tres pisos de hormigón armado sobre superficie natural más estacionamiento subterráneo y zona de bodegas. El Edificio Consistorial es la única infraestructura del lugar que posee dos ascensores, rampa de acceso universal e instalaciones de última tecnología, siendo la sustentabilidad uno de sus principales atributos.
Entre los materiales utilizados sobresale la piedra, elemento característico de la zona, otorgando al edificio una identidad propia de la industria de la zona minera del norte. Asimismo, el techo también es un punto destacado. Al ser semitransparente, se puede observar el faro, símbolo indiscutido de Chañaral. En resumen, se trata de una edificación de alto estándar, que no sólo revitalizará el sector del casco histórico, sino que también cumplirá con el propósito de albergar todos los servicios de la municipalidad para entregar un mejor servicio a la comunidad.
El director de SECPLA de la Municipalidad de Chañaral, Oscar Nieto, compartió algunos aspectos relevantes respecto a la construcción del Edificio Consistorial, como la luz natural, la grifería con temporizadores y el sistema de iluminación fotovoltáica, entre otros: “Quisimos incorporarnos al sistema de edificación sustentable porque nuestra comuna ha sido históricamente afectada por la contaminación ambiental, tenemos un vacío ambiental significativo, y la verdad es que a través de este proyecto quisimos dar una señal con respecto a la mirada que tenemos sobre las construcciones futuras y proyectos amigables con el medio ambiente. Qué mejor que nuestro Edificio pueda tener esas características para disfrutar de sus bondades”. La visión desde el municipio seguirá plasmándose en próximas planificaciones, como la Reposición de un antiguo colegio, cuyos diseños ya están siendo diseñados incorporando las características CES.
La entidad evaluadora fue EBP Chile desde donde José Jodar comentó que: “la revisión de la construcción del Consistorial destacó por la calidad de la documentación entregada por la constructora (Crisosto Smith Arquitectos) y la revisora CES, Fernanda Soto, lo cual ayudó mucho en la revisión del proceso constructivo y del cumplimiento de los requisitos CES a los que postulaba el edificio”.
“De las características del proyecto destacan los elementos de protección solar incluidos en la envolvente térmica, que busca reducir la demanda de refrigeración; equipo bomba calor para climatización con un bajo consumo energético, buenos niveles de iluminación natural y ventilación natural, pensando en el confort de los usuarios, y además logra reducir en gran medida el consumo de energía”, destacó.
Por su parte, la Alcaldesa de Chañaral Margarita Flores, compartió su emoción por el premio y el valor que le entrega a quienes componen el gobierno de su ciudad, al hacerle la vida más grata y en excelentes condiciones para atender a los usuarios de la mejor manera posible.
Hospital de Alto Hospicio
También en el norte se quedó el tercer lugar de los premios, el cual fue para el Hospital de Alto Hospicio, en la región de Tarapacá. El edificio cuenta con más de 38.000 metros cuadrados de superficie construida total y obtuvo el tercer mayor puntaje, alcanzando el nivel de Certificación Destacada.
El Hospital cuenta con grandes beneficios derivados del ahorro en energía y agua, confort ambiental interior y un óptimo manejo de los residuos. Su modelo eficiente y sustentable deslumbra por su diseño paisajístico de vegetación de bajo requerimiento hídrico, que permite un significativo ahorro en la demanda de agua potable de hasta el 80%. Su capacidad es de: 235 camas, 7 pabellones quirúrgicos, 3 salas de parto integral, 12 sillones de diálisis, 7 sillones dentales, 18 box consultas médicas, 10 box profesionales, 14 de procedimiento y 9 de urgencias.
Luis Vallejos, inspector fiscal de la Dirección de Arquitectura de la región de Tarapacá, menciona que la certificación se basa en la implementación de equipos con alta eficiencia energética, en climatización y energía eléctrica, así como un sistema pasivo, basado en sistema EIFS, para evitar pérdidas térmicas y ganancias no deseadas. “Tenemos un control de asoleamiento, en base a lamas verticales de aluminio, que también permiten el control lumínico y aportar a la certificación”, sintetizó.
Por su parte, Alex Mollá, arquitecto de Bbats Consulting & Proyects señaló: “El proyecto de Alto Hospicio supuso un reto muy importante para nuestra oficina por tres asuntos muy importantes: la ubicación, en una zona desértica, lo que supone grandes cambios de temperatura del día a la noche y fuertes vientos. Otro punto importante es que no podíamos utilizar una tecnología clásica porque tiene mucha exposición solar y en tercer lugar, la ubicación: no podíamos realizar el proyecto como si fuese en un entorno urbano, si no que teníamos que buscar otro tipo de arquitectura”.
Al proyectar el hospital, el arquitecto comparte que buscó en los orígenes, en la arquitectura aymara, dónde ésta ocupaba la protección solar, no sólo para proteger, sino también protegían las fachadas de sus edificios con sombra para disminuir la temperatura del exterior y el interior, de esa forma podían tener temperaturas mucho más agradables: “esto lo aplicamos en el hospital para tener menos temperatura al interior, de tal manera que el gasto energético, fuera menor”.
Asimismo, hacían con sus ropas de colores para protegerse del sol, en el Hospital el color es el envolvente, provocando sombra dentro del edificio. De tal forma se baja la temperatura exterior y la interior. Y un patio interior recibe luz natural. La arquitectura del edificio es efímera, respeta su entorno sin ser un elemento contundente en él y cuenta con vegetación autóctona que no tiene gran gasto energético.
“Lo que estamos haciendo es no buscar la certificación CES, sino buscar una certificación CES Destacada. Nos hemos dado cuenta que construir para CES, con eficiencia energética es, al final, hacer buena arquitectura”, concluyó el profesional.
En tanto, Fabián Guzmán, coordinador de la asesoría CES añadió: “El diseño del envolvente de alta eficiencia, responde a las exigentes condiciones de su emplazamiento, por eso cuenta con sistema de protecciones solares de lamas verticales equidistantes que permiten proteger de la radiación solar y los posibles deslumbramientos al interior del recinto del Hospital”.
“Lo más desafiante de un proyecto de arquitectura hospitalaria es que requiere un diseño y un desarrollo de alta complejidad esto conlleva retos en cuanto a la coordinación y al diseño integrado de especialidades. Implica un proceso colaborativo entre los diferentes proyectistas de las especialidades vinculadas a la eficiencia energética y la sustentabilidad. Por medio de él, se realiza un constante seguimiento, verificación y asesoría de los proyectos, a través de simulaciones virtuales, cálculos y evaluaciones prescriptivas. “De esta manera, se logran los máximos ahorros en energía, agua, confort ambiental interior y un óptimo manejo de los residuos”, aportó el especialista.
El director del Hospital, Aníbal Lobos destacó también cómo el compromiso con la comunidad Aymara se refleja en la construcción sustentable. “Es un anhelado proyecto, un proyecto que la misma comunidad viene solicitando desde la década del 2000 y hoy afortunadamente ya tenemos un edificio terminado, un edificio que se hace cargo de el medio ambiente al ser un edificio sustentable. El 45% de nuestros usuarios son del pueblo aymara, donde el equilibrio de las energías, de las fuerzas de la naturaleza son propias de su cosmovisión y a través de este premio nos hacemos cargo también de ésta y ahora también de una operación sustentable”, concluyó.
Aníbal Lobos, director Hospital Alto Hospicio.
En tanto, Osvaldo Carvajal, encargado de Medio Ambiente de Sacyr Ingeniería e Infraestructura Proyecto Hospital de Alto Hospicio, señaló que trabajar con CES tuvo muchas aristas importantes, como la gestión de residuos. El requerimiento apuntaba a alcanzar el 50% de valorización y reciclaje, “lo cual fue conseguido ampliamente, obteniendo alrededor de un 65%”. También destaca las medidas de mitigación ambiental, con reducción de consumo de energía y agua durante toda la etapa del proyecto.
Asimismo, Sergio Fernández, jefe de oficina técnica de Sacyr Ingeniería e Infraestructura. Proyecto Hospital de Alto Hospicio, manifiesta que si bien cumplir con los requerimientos CES fue complejo, también “significó un desafío para la empresa bastante interesante en su ejecución. A medida que en esta obra hospitalaria, se va adquiriendo experiencia, resulta bastante más fácil poder incorporar estos requerimientos en esta ejecución”.
Y dada la experiencia obtenida con el Hospital Alto Hospicio, “podemos decir que es bastante positivo, sobre todo enfocado en el producto final, tanto para los usuarios finales del hospital como para el personal de mantención, que va a poder ver reflejadas bastante optimizaciones en todo el proceso”, afirmó.
La operación
Andrés Dinamarca, subdirector de gestión operacional del hospital, es el encargado de la mantención y operación, se mostró contento de contar con la certificación CES, “ya que nos permite contar con infraestructura de primer nivel y contar con un confort ambiental interno destacado, con una baja generación de residuos y emisiones en la operación del establecimiento”.
“Entre la empresa constructora, con la Dirección de Arquitectura, el Servicio de Salud de Tarapacá, y nosotros como Hospital Alto Hospicio, durante el diseño y la construcción, y ahora en la operación del establecimiento, hemos podido sacar adelante la certificación CES y obtener una calificación destacada, lo que es un desafío no menor para un edificio hospitalario, que tiene una alta demanda energética los 365 días del año, y un logro importante sobre todo para la comunidad, que pocas veces tiene la oportunidad de contar con una infraestructura del nivel que tenemos con este hospital y con esta certificación”, dijo.
Entre los aspectos destacados, Dinamarca enumera los siguientes: protección solar con fachada ventilada, fachada acristalada que permite factor de luminosidad que disminuye energía eléctrica y entrega confort a los pacientes. El sistema de climatización y agua caliente se apoya con energía solar, a través de 60 paneles solares, para disminuir la demanda calorífica de combustibles fósiles. Para el ahorro de agua potable, cuentan con temporizadores en los artefactos, luminarias programables, entre otros.
Asimismo, adelantó que esperan continuar mejorar la certificación CES en la operación del hospital, generando planes para en un futuro obtener el Sello Plus Operación, a través de estrategias como generar los planes de mantención preventiva, para que funcionen de manera eficiente, alianzas con entidades como el municipio de Alto Hospicio y la empresa privada para la gestión de los residuos y reciclaje, avanzando en un convenio de calidad ambiental, que “nos va a permitir manejar nuestros propios residuos y reciclar los de la comunidad y los propios y así seguir en este camino de la sustentabilidad ambiental y energética”, sostuvo.
En Talca se encuentra el Recinto Modelo La Laguna, centro de reclusión en el que se debieron considerar los requerimientos de seguridad que solicita Gendarmería para un recinto de estas características, con los de eficiencia energética.
La región del Maule obtuvo por tercera vez consecutiva el primer lugar de los Premios CES, con el Recinto Modelo Educación y Trabajo Edificios ADE-DEP y ASA-ADI. Ubicado en La Laguna, Talca, a orillas del río Lircay, el centro es un recinto penitenciario donde los internos, tras demostrar cambios en una unidad penal tradicional, llegan para terminar su condena, adquiriendo diversos oficios.
El centro cuenta con varios edificios de más de 6.950 metros cuadrados de superficie construida total en su conjunto y albergará a 2.320 internos. Talca fue elegida para la realización de este enorme proyecto por el porcentaje de sobrepoblación penal de la región y la antigüedad de los recintos existentes. El proyecto del recinto fue diseñado por luis vidal + architects, construido por Acciona, asesorado por la arquitecta Tatiana Vidal y evaluado por Ecosustenta; y es uno de los recintos penitenciarios más modernos del continente y el más grande del país.
Juan Carlos Barros, arquitecto asociado de luis vidal + architects, oficina a cargo del diseño del Recinto Modelo Educación, compartió que el enorme desafío que ha conllevado este proyecto fue posible por la experiencia internacional del estudio, el cual tiene sedes en España, República Dominicana y Estados Unidos. Barros comentó también que es la primera vez que se construye en nuestro país un recinto penitenciario con requerimientos de eficiencia energética. “Se aplicaron diversos criterios de sustentabilidad y adecuación térmica, según la condición de cada uno de los edificios del complejo, donde el requerimiento de seguridad debía primar ante todo. Fue necesario readaptar las soluciones constructivas de envolvente tomando en cuenta esta condición y cruzarlo con los requerimientos del estudio de eficiencia energética. Para conseguirlo, fue necesario un trabajo intenso junto con el especialista y asesor CES, logrando implementar condiciones dirigidas a la eficiencia y ahorro energético sin olvidar -por supuesto- los requerimientos de seguridad exigidos por Gendarmería”, aseveró el arquitecto.
Subrayó que donde mayormente se pudieron implementar condiciones dirigidas a la eficiencia y ahorro energético fue en el edificio de salud y administración interna y en los edificios del sector externo, que recogen las áreas administrativas, las dependencias del personal y el área de visitas.
También se implementaron medidas pasivas como el aprovechamiento de la radiación solar y asegurar la continuidad de la envolvente térmica, pero lo más relevante, explica Juan Carlos Barros, fue la integración de medidas activas como instalaciones eficientes, una planta de generación fotovoltáica y paneles solares térmicos.
Francisca Echevarría de Acciona reconoce que la experiencia de trabajar con CES fue desafiante y enriquecedora, a la vez. Por bases de licitación, tenían que trabajar en dos edificios y lograr un nivel de certificación destacado.
A su juicio, en el edificio ADE-DEP fue más simple incorporar los requerimientos. Sin embargo, “en el ASA-ADI fue un poco más complejo y desafiante, porque prevalecía la seguridad ante el requerimiento CES”, precisó Echeverría. Especificó que en ASA-ADI lo más complicado fue el trabajo con las ventanas, que si bien son termopanel, “lograr un balance entre la seguridad y la funcionalidad fue complejo, lo que se pudo lograr gracias a una doble hoja de policarbonato, con una cámara de aire interior”. También comentó que lograr la grifería antivandálica y de ahorro de consumo de agua, hizo que el equipo tuviera que investigar más en el mercado, para poder dar con este requisito.
Por su parte, el teniente coronel y oficial de Gendarmería, Edgardo Cañiulef, también demostró su orgullo por el premio y destacó cómo con estas características se genera un mejor clima laboral dentro del centro penitenciario y favorece las condiciones de habitabilidad de quienes residen y trabajan en él. “Estamos muy contentos de tener el privilegio de utilizar este edificio, el confort y las condiciones de trabajo que son las propicias para que el personal de Gendarmería tenga las condiciones dignas y adecuadas para que cumpla con su labor. Y es una labor que, por lo general, es dura, por el tipo de servicio que nosotros prestamos a la comunidad, en la relación y la interacción con nuestros usuarios”, agregó.
Asimismo, Carlos Valverde, inspector fiscal de la Dirección de Arquitectura del MOP de la región del Maule, compartió que la experiencia de certificar el edificio con CES “trae a la edificación pública altos estándares de confort, tanto para el usuario como también permite que en la vida útil del edificio, que en este caso es una cárcel, se incrementa para el Fisco a través de los años de uso que se le dan a este tipo de establecimientos que abarcan 60, 80 años e incluso más. Es un ahorro permanente, establece confort lumínico, de temperatura, acústica y de eficiencia energética en cuanto a consumo de clima, de calefacción”.
Y agregó: “En específico para este proyecto, nos vimos enfrentados a la dificultad de poder implementar las distintas materialidades que pide poder alcanzar o bien bajar la transmitancia térmica del punto de vista constructivo. Dentro del proyecto contemplamos dos áreas: principalmente la zona interna, que viene a ser el recinto amurallado donde están los internos y la zona externa, que es el edificio administrativo. Y en el área donde están los internos se requirió elevar la seguridad”.
Con dicha separación se decidió certificar el área ASA-ADI de la zona interna y el ADE-DEF para la externa. En la primera, por ejemplo, se resolvió poner un termo panel de policarbonato con un marco metálico de fierro. Esto permitió mantener la seguridad -porque no hay vidrio- y, a la vez, se mejoró la transmitancia. Y en el exterior, se mejoraron los detalles constructivos para asegurar el nivel destacado de la certificación. “Esto llevó a la constructora a asesorarse y a desarrollar de mejor manera las terminaciones y sandwich constructivo. Producto de todas las mejoras añadidas se avanzó en el puntaje de certificación, permitiéndonos llegar al sobresaliente”, añadió Valverde.
“Nosotros como Dirección de Arquitectura del MOP venimos trabajando desde el 2017 en desarrollar documentos que nos permitan elevar al momento de generar la licitaciones, el estándar de las edificaciones. Este premio nos viene a confirmar que vamos por un camino correcto y que tenemos que seguir avanzando por esta línea”, concluyó.
En la capital de la Araucanía, se encuentra el complejo educacional para la primera infancia que apostó por el bajo impacto ambiental.
En la categoría Proyecto Precertificado, el primer lugar fue para el Jardín Infantil y Sala Cuna Chinkowe de Temuco. El proyecto de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) cuenta con aproximadamente 691 metros cuadrados de superficie construida total y obtuvo el mayor puntaje en el proceso de precertificación.
Destaca en términos de sustentabilidad por una envolvente y estrategias arquitectónicas pasivas que consideran el clima del lugar, y la incorporación de sistemas eficientes que consumen energía y agua.
Chinkowe nace en los años ochenta por iniciativa de un grupo de jóvenes estudiantes mapuche de distintas comunidades de la región que se organizan para dar a conocer la cultura mapuche y educar a sus hijos e hijas en su cultura de origen. En el año 1995, la JUNJI decide apoyar y fortalecer esta iniciativa y lo transforma en un jardín alternativo étnico de administración directa. Hoy, con más de 20 años de funcionamiento, el jardín se presenta como un importante referente de la educación inicial intercultural, atendiendo niños y niñas, mapuche y no mapuche, en sala cuna y niveles medio.
Felipe Barros, arquitecto coordinador de la Dirección Regional JUNJI de la Araucanía, comparte que la certificación CES es uno de los requerimientos que realiza la JUNJI a través de su unidad técnica, con el objetivo de entregar a niños y niñas de la primera infancia edificios con un alto estándar arquitectónico, que posean un bajo consumo energético y minimicen su impacto.
“Actualmente, JUNJI ha exigido a través de sus términos de referencia que todos sus proyectos de diseño y ejecución postulen a la pre certificación y certificación CES. Y la experiencia ha sido muy satisfactoria desde que se implementó, ha implicado un desafío importante desde la revisión del diseño, especialidades y sus respectivas coordinaciones; así como también durante la respectiva inspección de las obras, de las cuales hemos velado por la correcta ejecución de las partidas”.
El resultado de incorporar CES significó varios resultados importantes a destacar: la búsqueda de una arquitectura que potencie el buen desempeño energético mediante estrategias pasivas y activas; la significativa reducción de los consumos hídricos y auditivos del edificio, clima y calefacción mediante el uso de eficiencia.
Para la JUNJI Araucanía, este es el segundo premio CES: “Ello nos refuerza la idea de que vamos por buen camino. En nuestra experiencia como Unidad Técnica creemos que implementar los estándares CES, tanto de diseño como de ejecución, no es un objetivo complejo de alcanzar, es totalmente factible y necesario de llevar a cabo, teniendo en cuenta el complejo escenario global que se nos avecina a raíz del cambio climático”, concluyó.
Características sustentables
El edificio obtuvo 76,5 de 100 puntos durante el año 2022 en un proceso de precertificación.
Destaca en términos de sustentabilidad por una envolvente y estrategias arquitectónicas pasivas que consideran el clima del lugar, y la incorporación de sistemas eficientes que consumen energía y agua, lo que se traduce en:
● Un significativo aumento del confort térmico pasivo, con un 48% de reducción de horas de disconfort.
● Una significativa reducción de las demandas de energía para calefacción e iluminación, de aproximadamente 36%.
● La mayor reducción de consumo de energía de energía para calefacción e iluminación, de 43%, de los proyectos precertificados el 2022.
● Una importante reducción del consumo de agua de 65%.
El diseño de este edificio le permitió obtener el puntaje máximo en los requerimientos de confort térmico pasivo, demanda de energía, consumo de energía y consumo de agua potable.
Un Centro Penitenciario de la región del Maule, un edificio municipal de la región de Atacama, y un hospital de la región de Tarapacá, fueron los ganadores de los Premios CES 2023, destacando por sus estrategias de sustentabilidad, eficiencia energética y confort ambiental para sus usuarios.
Ya se conocen los ganadores de la quinta versión de los Premios CES y la región del Maule obtuvo por tercera vez consecutiva el primer lugar, con el Recinto Modelo Educación y Trabajo Edificios ADE-DEP y ASA-ADI La Laguna, Talca.
Le siguen el Edificio Consistorial de Chañaral, de la región de Atacama, y el Hospital Alto Hospicio, de la región de Atacama, zonas del norte grande del país que por primera vez obtienen galardones en la categoría Edificio Certificado.
Estos tres son los ganadores de un total de 17 edificios que se certificaron en 2022, año en el que también se incorporaron 60 nuevos proyectos al sistema.
Así, con un centenar de asistentes, en el auditorio de la Cámara Chilena de la Construcción, se entregaron galardones en las siguientes categorías: edificio certificado, proyecto precertificado, profesional destacado, empresa destacada y política pública destacada.
“Nos llena de orgullo ver cómo esta iniciativa se ha ido consolidando y transformado en un referente de valoración de proyectos y edificios sustentables a lo largo de todo el país, motivando día a día, mejores logros y alcances”, comentó Paola Molina, presidenta de Certificación Edificio Sustentable (CES).
Y es que “tenemos el objetivo de entregar, a través de la certificación CES, una herramienta acorde a los desafíos a que nos enfrentamos para avanzar hacia un desarrollo sostenible que permita mejorar la productividad y el desempeño de los proyectos que se certifican, desde la perspectiva: social, ambiental y económica; y en todo su ciclo de vida, aportando desde el sector construcción a avanzar hacia la anhelada y comprometida carbono neutralidad al 2050”, añadió.
Marisol Cortez, presidenta de la Comisión de Medioambiente de la Cámara Chilena de la Construcción, destacó el compromiso y el avance. “Dentro del sector de la construcción hay múltiples desafíos, como incorporar tecnología, mejorar procesos, mejorar la productividad; pero todo esto dentro de un contexto de cambio climático que nos recuerda constantemente la necesidad de hacer un cambio en nuestras ciudades y en nuestros edificios”, precisó.
Los ganadores
Como comenta Molina, “los Premios CES, además de ser un reconocimiento al esfuerzo y logro obtenido por los equipos de cada proyecto, son una instancia que celebra el aporte de edificios responsables, que mejoran la calidad de vida de las personas, que son un aporte al cuidado de los recursos, y a la regeneración del medio ambiente; impactando positivamente en nuestra sociedad”.
En el caso del Hospital de Alto Hospicio, Alex Moyá, arquitecto de Bbats Consulting compartió que desarrollar el proyecto con categoría CES fue bastante complicado por la ubicación en medio del desierto, por lo que trabajaron mucho en la sustentabilidad, en que el consumo energético fuera bajo, proyectando unas lamas al perímetro las que le dieron carácter al proyecto, pero a pesar de las dificultades con el trabajo conjunto del equipo lograron un muy buen resultado.
La alcaldesa de Chañaral, Margarita Flores, quien viajó especialmente para recibir este reconocimiento, afirmó que “es muy emotivo y emocionante para mí que ser reconocida como comuna, primero, y luego nuestro edificio sustentable ha sido un orgullo, porque yo lo recibí e inauguré y ahora recibo el reconocimiento de este premio que viene a valorizar mucho más a las personas que trabajamos en este Municipio, a las usuarias, a las trabajadoras y trabajadores del municipio que tienen una mejor calidad de vida, una forma mejor, más agradable de atender a nuestros usuarios y usuarias”.
Asimismo, sostuvo que este “es un edificio que viene a mejorar nuestra calidad de vida. Arreglar, en cierto modo, la visión de la comuna de Chañaral y ser la envidia sana de nuestros vecinos. Es el único edificio que tenemos en la comuna, por tanto, agradecer el estar acá, agradecer a Dios y a todos quienes trabajaron en este proyecto, a la División de Arquitectura, a los ,andantes, y a quienes hacen el proyecto para dejarlo en las condiciones en que está: la verdad, me siento como el primer lugar”.
El primer lugar fue para Edificio Certificado – Recinto Modelo Educación y Trabajo ASA – ADI y ADE – DEP La Laguna, Talca. El inspector operativo subrogante de Gendarmería, Coronel Oscar Luna Mella, también demostró su orgullo “de poder representar a la autoridad ministerial de la institución de Gendarmería de Chile, al recibir este premio, el cual destaca los equipos de trabajo que proyectaron el Recinto de Educación y Trabajo La Laguna y en definitiva, esto provoca tener mejores condiciones de habitabilidad y también, no sólo se circunscribe a la cárcel, también permite generar un apoyo a la seguridad interior, apoyando la reinserción social, los climas laborales de nuestro personal que atiende a quienes son los que están en reclusión”.
Consuelo Larrea de luis vidal + architects, oficina a cargo del diseño de este recinto carcelario también manifestó su orgullo “por el resultado que obtuvimos y el bienestar que puede generar en los usuarios, que podemos pensar, van a obtener una experiencia sustentable también”. Por su parte, “nos parece muy importante que se destaque este tipo de proyectos”, concluyó Juan Carlos Barros, profesional del mismo estudio de arquitectos.
Categoría Proyecto Precertificado
En la categoría proyecto precertificado, los galardones se fueron a las regiones de O’Higgins, que se llevó el tercer lugar, con la Reposición Liceo Claudio Arrau Leon Doñihue, zona que ha sido tan afectada en los últimos meses. El 2° lugar recayó en la región de Valparaíso, con la Reposición Cuartel BICRIM PDI, Villa Alemana.
Y el 1º lugar nuevamente correspondió a la región de La Araucanía, con la Construcción Jardín infantil y Sala Cuna Intercultural Chinkowe. Felipe Barros, arquitecto coordinador de Proyectos-UCMEE-JUNJI Araucanía, señaló que “estamos muy orgullosos, teniendo en cuenta que aquí se conjugan dos cosas: la sustentabilidad y la interculturalidad. Ustedes saben el problema de contaminación que tenemos en Temuco y cómo afecta a los niños, entonces, son estos proyectos los que ayudan a que estos niños tengan una mejor calidad de vida”.
Asimismo, destacó la interculturalidad, “teniendo todos los problemas que existen en la Araucanía. Este es el único jardín intercultural en una capital regional. Esa es la importancia que tiene. Todo nuestro esfuerzo estuvo orientado a crear una arquitectura de calidad, con un alto confort, sustentable para los niños y niñas. Quiero agradecer a todos”, dijo Barros, despidiéndose con unas palabras en mapudungun.
Como ha ocurrido en años anteriores, Hernán Madrid, jefe de CES, contó en el evento que los puntajes han ido aumentando, “lo que habla de una mejora en los estándares de la certificación CES”.
Además, se reconoció como Profesional Destacado CES 2023, a Ricardo Fernández. gerente Técnico & Desarrollo Sostenible en Compañía Industrial El Volcán, quien fue presidente de CES en el periodo 2018-2021 y por su impulso comenzaron los premios CES, y a Teodoro Fernández, renombrado arquitecto chileno, graduado en la Universidad Católica en 1972. Es reconocido por su destacada contribución al mundo de la arquitectura y el diseño. Desde principios de los años 90, Fernández ha sido docente en la Escuela de Arquitectura UC, donde imparte el Taller de Formación y Representación, influyendo en numerosas generaciones de arquitectos talentosos.
Ricardo Fernández.
Teodoro Fernández.
“Estoy muy emocionado, no por recibir el premio, sino por quienes pensaron en mi nombre para esto. Realmente ver al equipo que está en CES, me genera sólo gratitud” (…) e invitó a considerar el impacto en las personas, “el cómo generar valor a las comunidades. “Los invito a seguir siempre con esta bandera de la sostenibilidad, que de la certificación -que si bien hoy día es maravilloso lo que vemos aquí- debiera ser mucho más, el mundo privado, sobre todo, está al debe”, añadió.
Mientras que Teodoro Fernández, “más que recibir felicitaciones, me corresponde felicitar a CES”, compartió, “porque nos ha ido alivianando el trabajo pues, fundamentalmente, ha establecido un estándar, una hoja de ruta o -para nosotros- una especie de guía de diseño, de manera de poder ir elaborando o trabajando con respecto a estos temas”.
Este año, además, se entregó un nuevo reconocimiento, para destacar el trabajo que realiza el sector privado en la construcción sustentable. De esta manera, el primer galardón recayó en la empresa Tánica Inmobiliaria, por su gran aporte al diseño y construcción sustentable en Chile, al ser uno de los pioneros en incorporar en sus proyectos altos estándares de eficiencia energética, tecnología y diseño sustentable. “Estamos muy orgullosos de tener el honor de estar acá. Replicamos la certificación de ese primer edificio piloto corporativo Transoceánica, en otros edificios y proyectos”, señaló Matías Poblete, gerente de Tánica.
El último premio a entregar fue a la Política Pública, que lo obtuvo el Ministerio de Obras Públicas, por la incorporación de la certificación voluntaria CES en la gran mayoría de sus licitaciones. La Dirección de Arquitectura MOP estuvo a cargo como unidad técnica de cinco de los edificios premiados.
“El 96% de los proyectos que ejecuta el Ministerio de Obras Públicas, que son más de dos mil contratos en todo Chile, lo realizan las empresas constructoras y las consultoras con las cuales estamos trabajando, vale decir, el desarrollo de la infraestructura y la edificación pública en el país la hacemos de manera conjunta entre el mundo público y el mundo privado. Por lo tanto, estas alianzas son muy naturales para nosotros y nos parecen además que son virtuosas del punto de vista de la edificación pública que hacemos para las personas”, afirmó Boris Olguin, director general de Obras Públicas.
Por su parte, Loreto Wahr, directora nacional de Arquitectura del MOP, reconoció “un sentimiento de mucho orgullo y de reconocimiento, sobre todo del esfuerzo que hacen las regiones. Este premio es bien relevante para nosotros porque demuestra y da cuenta de la consolidación de una política pública que llevamos impulsando por muchos años desde la Dirección de Arquitectura. Es la consolidación de una trayectoria y el esfuerzo permanente que se ha hecho porque se incorporen criterios de sostenibilidad en la edificación pública y que tengamos cinco de seis premios, de alguna manera, dan cuenta de ese esfuerzo”.
Conferencias, exposición de materiales y servicios ha podido apreciar Hernán Madrid en Washington, gracias a una invitación del Chile GBC.
Gracias a una invitación de Chile GBC a sumarse a la delegación de Latinoamérica, Hernán Madrid, jefe de CES, pudo asistir a la Greenbuild 2023, realizada en Washington del 26 al 29 de septiembre.
Entre las actividades, Madrid destaca las conferencias y exposición de materiales y servicios para la construcción sustentable. Entre ellas ha podido presenciar charlas sobre cómo integrar los criterios y variables de cambio climático, en términos de temperatura y cantidad creciente de lluvia dentro de los sistemas de certificación, planteando desde el análisis climático y proyecciones a futuro.
También pudo acceder a casos de estudio de colegios, hospitales y aeropuertos con aplicación de estrategias de sustentabilidad, en los que apreció cómo abordan los edificios existentes y la recuperación de edificios patrimoniales, que también cuentan con restricciones que se presentan en Chile.
“Desde el Estado de California también están planteando la necesidad de tener requerimientos obligatorios en los códigos de construcción para descarbonización de materiales, para poder incorporar la reducción de huella de carbono en los materiales, porque la velocidad de la descarbonización con procesos voluntarios e incentivos no está acorde con la urgencia de descarbonización por el cambio climático”, comenta el ingeniero.
A su juicio, “eso es muy interesante, algo que debemos comenzar a conversar en Chile ya que estamos bastante lejos de poder tener un código obligatorio para construcción que incorpore descarbonización”, analiza.
Con uno de los puntajes más altos obtenidos en la etapa de precertificación CES, este proyecto tuvo que enfrentar muy baja radiación solar y temperaturas extremas que pueden alcanzar -10°C a -15°C. Su asesora nos cuenta cómo lo lograron.
En junio de este año, la Reposición Retén de Carabineros Río Tranquilo se precertificó con uno de los puntajes más altos obtenidos en esta categoría en CES, con 81 puntos.
En opinión de la asesora CES y arquitecta de Nórdica, Cecilia Palarino, el buen puntaje logrado demuestra que un edificio en una zona extrema también puede lograr eficiencia y ser confortable. “Pero, independiente del puntaje, nuestro objetivo es pensar en la sustentabilidad de los edificios adaptados al contexto climático y anticipar los problemas que pueden derivar de las condiciones ambientales”, señala.
En el caso de Río Tranquilo, “buscamos mejorar el confort ambiental interior y la eficiencia del edificio, asumiendo las limitaciones de ciertas estrategias, como fue el uso de ERNC. En definitiva, son las estrategias mencionadas y los esfuerzos del equipo de desarrollo las que van configurando el puntaje de la Certificación CES”, asegura la profesional.
De esta manera, lograron un diseño que persigue otorgar una mejor atención a la comunidad para sus requerimientos de seguridad y de situaciones de emergencia que pudieran ocurrir en la localidad y sus alrededores. Así también, se busca que quienes trabajen y pernoctan en las instalaciones, posean mayores y mejores espacios acordes a su funcionalidad.
“El diseño de este tipo de infraestructura busca, además, responder adecuadamente al entorno urbano en el cual se insertan, impactando positivamente en el espacio público inmediato y el entorno urbano adyacente”, explica Palarino.
Para la oficina CC+RR, a cargo del diseño arquitectónico, es fundamental el potenciar la arquitectura con la relación entre la ciudadanía y las instituciones públicas. Por ello, el edificio se desplaza hacia el centro del terreno para generar una plaza pública de acceso y estar, entregando un nuevo espacio a la comunidad. “Se buscó potenciar el carácter público y de servicio de éste”, comenta José Riesco, director, coordinador de proyectos en CC+RR y arquitecto ganador del Premio CES 2022 por el Hospital de Curicó. En ese sentido, “se opta por la eliminación de rejas al exterior del edificio para dar continuidad desde la calle y dar acogida al usuario. En los cerramientos interiores del terreno se optó por la creación de cercos verdes, construidos a través del paisajismo con especies locales, con la idea de potenciar el carácter natural que existe actualmente en el entorno”, añade.
Aspectos climáticos
Sin embargo, el proyecto se enfrentó a una gran complejidad: el clima de la localidad, caracterizado por una muy baja radiación solar y temperaturas extremas que pueden alcanzar -10°C a -15°C.
Cecilia Palarino comenta que “en el diseño del proyecto, en primera instancia se atendieron aspectos bioclimáticos que permitieran minimizar las pérdidas térmicas, aprovechar al máximo la radiación solar y reducir la demanda de energía”.
¿Cómo lo solucionaron? A través de la implementación de una envolvente térmica de alto desempeño, amplias aberturas al norte para obtener las ganancias solares y reducir vanos al sur, para evitar la pérdida de energía. Pero, “debido a las dificultades climáticas, los sistemas activos jugaron un rol muy importante para asegurar el confort térmico, visual y la calidad del aire, considerando en todo momento la eficiencia de los equipos”, especifica la profesional.
En ese sentido, la arquitecta cree que la certificación es “una gran guía de navegación que no solo mide lo que buscamos dentro de un proyecto, sino que también orienta a todas las especialidades a seguir una línea de trabajo, cuantificando los esfuerzos conjuntos para lograr un proyecto sobresaliente como fue el Retén de Carabineros de Río Tranquilo”.
Por su parte, José Riesco considera que la principal relevancia de esta certificación “es el compromiso que asume el Estado de Chile con el planeta a largo plazo de hacer edificios más sostenibles y bajar el consumo energético. En esa línea, es importante que desde el Estado sean conscientes que esto implica mayores costos en la etapa de diseño y construcción, los que deben ser incorporados cada vez con más fuerza en los presupuestos, permitiendo disminuir los costos de operación del edificio en la etapa de funcionamiento”.
Y agrega: “En CC+RR estamos dándole mucha importancia a incorporar en el diseño la sustentabilidad, por lo que creemos es un gran aporte que se esté aplicando la certificación CES”.
Junto con su puntaje de 81 puntos, se alcanzó un 63,1% de reducción de agua, así como los máximos puntajes en los requerimientos de confort térmico pasivo (con un 23% de la reducción de las horas de disconfort térmico); en la demanda anual de energía en climatización e iluminación (con una reducción de 75.7%); y calidad de aire activo con un 25% de aumento del caudal de ventilación, considerando también el máximo filtraje y monitoreo de CO2. Una reducción en la potencia instalada en iluminación artificial del 36% e iluminación natural, cumpliendo con muy buenos niveles de iluminancia útil en los recintos.
El establecimiento educacional fue construido en plena pandemia y debió sortear demoras y sobreprecios. Pese a esto, se certificó con nivel sobresaliente (76 puntos) y el mayor porcentaje de reciclaje en obra de todos los edificios certificados.
En octubre de 2020, comenzaron las obras del Liceo B-15 Jorge Teillier, ubicado en Lautaro en la región de La Araucanía, luego de obtener el segundo lugar de los Premios CES 2019, en la categoría Proyecto Precertificado.
La construcción del nuevo liceo significa disponer de nueva infraestructura educativa, deportiva y recreativa para más de 1.200 alumnos de séptimo básico a cuarto medio. La edificación posee tres pisos de altura y se extiende por los costados norte y poniente del sitio, quedando el centro y costados oriente y sur para alojar patios pavimentados, multicanchas e instalaciones menores. Se incluyen instalaciones subterráneas, a la vista y/o bajo cielos para los proyectos de electricidad, clima, sanitarios y otros, para el buen funcionamiento del recinto.
El proyecto Liceo B-15 Jorge Teillier es de 9.215 m2 y es el liceo más grande de Lautaro. En mayo de este año logró la certificación CES con 76 puntos, alcanzando un nivel sobresaliente. Postula, además, al requerimiento 21 Manejo de Residuos durante la construcción de la versión 1 y logra reciclar el 81% de los residuos generados durante la construcción.
“La reducción de consumo energético se logra a través de los equipos eficientes que incorpora, como por ejemplo recuperadores de calor, además de la reducción de demanda energética producto entre otras cosas de un diseño pasivo que aprovecha la energía solar (para iluminación y calefacción) y una envolvente higrotérmica eficiente”, explica Alejandro Reyes, asesor CES del proyecto.
En tanto, el ahorro en consumo energético de iluminación se logra con un aprovechamiento de la iluminación natural, además de la utilización de equipos eficientes. Por su parte, “la reducción en el consumo de agua se logra a través del uso de artefactos eficientes que consideran caudales muy bajos. Lo importante de esto es que se mantiene e, incluso, se mejora la calidad ambiental interior, brindando un ambiente interior óptimo para los estudiantes, profesores y funcionarios”, asegura Reyes.
Romy Lückeheide, arquitecta de CES, comenta que “el edificio se logra posicionar con el mayor porcentaje de reciclaje en obra de todos los proyectos certificados CES hasta ahora. Los grandes responsables de este porcentaje son la constructora en conjunto con el Asesor CES, que orientó al proyecto en cómo se debía ejecutar en obra un plan que valoriza los desechos de construcción”.
Se destaca como estrategia haber implementado el retiro de diversos materiales como madera, fierro, hojalatería, PVC, nylon, planchas OSB y tierra; y el convenio realizado con una empresa externa para el retiro de los residuos de EPS/poliestireno expandido para darle una nueva vida útil.
Si bien en la primera etapa, no se estaba postulando a ese requerimiento, “logramos incluirlo, ya que nos parecía un aspecto muy importante en la sustentabilidad del proyecto”, cuenta Reyes.
Asimismo, la constructora debió cumplir con varios requisitos asociados al cuidado de los residuos de EPS para que efectivamente fueran recibidos y se pudieran reciclar. “El plan implementado por la Constructora Wörner junto al asesor Alejandro Reyes son un muy buen ejemplo y desde la administración esperamos que se empiecen a aplicar estas buenas prácticas con mayor frecuencia en las futuras construcciones”, comenta Lückeheide.
“Me llena de orgullo visitar las aulas de clase y poder vivenciar la calidad de ambiente interior lograda y el producto sustentable y de calidad que se le entregará a la comunidad”, afirma Reyes.
Gracias al buen diseño que se desarrolló inicialmente, a la asesoría del mismo, además de la voluntad y trabajo de todo el equipo en la ejecución del proyecto -en plena pandemia- se pudo lograr un resultado sobresaliente del proyecto en todos los aspectos.
La Certificación Edificio Sustentable reconocerá a los equipos que alcanzaron los mayores puntajes en edificios y proyectos durante 2022.
Diversos indicadores son los que considera Certificación Edificio Sustentable (CES) para calificar proyectos de uso público desde su diseño hasta su operación. Este año, nuevamente, destacará a los edificios que alcanzaron mejores niveles de certificación por aspectos como la calidad del ambiente interior, que considera confort térmico, acústico, calidad del aire e iluminación; energía, que toma en cuenta demanda, consumo y energía incorporada; uso del agua; y gestión de residuos, entre otros.
La premiación que se realizará el próximo 4 de octubre, a las 16:30 horas, por quinto año consecutivo, busca reconocer a todos los actores que participan en el desarrollo de los proyectos, entre ellos, el mandante, los arquitectos, ingenieros, constructoras, asesores CES y evaluadores, que mancomunadamente trabajan por la sustentabilidad de los edificios.
“Los proyectos que obtienen los mayores puntajes en las categorías de Edificio Certificado y Precertificado durante el año anterior, en este caso 2022, son los que se destacan en la entrega de los Premios CES. Este año se realizará la quinta versión, en la que daremos a conocer las distintas estrategias que utilizaron los profesionales de diversas especialidades para lograr importantes atributos de sustentabilidad”, explica el jefe de CES, Hernán Madrid.
De esta manera, CES busca incentivar las mejores prácticas sustentables en la edificación y reconocer públicamente a quienes han hecho un esfuerzo por certificarse con una herramienta nacional que incorpora variables propias de cada territorio.
Al igual que en las versiones anteriores del Premio CES, en esta oportunidad, se reconocerá nuevamente al “Profesional Destacado” del año, distinción que este 2023 recaerá en dos profesionales, uno ligado a CES y otro por su aporte a la sustentabilidad. El año pasado este reconocimiento recayó en el constructor civil Carlos Bascou, y en el arquitecto Guillermo Hevia.