Una experiencia cultural sustentable en Valdivia

La representante de CES, María José Ibaceta, viajó a la Región de Los Ríos, donde aplicó encuestas de percepción de confort a usuarios y tuvo acceso a las cuentas de agua y electricidad que le permitirán estimar la eficiencia del Centro de Creación (Cecrea), certificado en 2018.

En el sector histórico industrial de Valdivia, junto a la rivera sur del Calle-Calle, se alza el edificio donde se aloja el Centro de Creación (Cecrea) Los Ríos, que fue reconocido con la Certificación Edificio Sustentable (CES) en 2018 en nivel. En alianza con la Dirección de Arquitectura del MOP como Unidad Técnica, el programa Centros de Creación (Cecrea) del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, mandató la construcción de este espacio de acceso gratuito que facilita el encuentro cultural de niños y jóvenes. 

Este verano, Cecrea Los Ríos, que alcanzó 40 puntos al recibir su certificación, recibió la visita de María José Ibaceta, como parte del programa de seguimiento a edificios certificadas. Tras recorrer el edificio de 1.512 m2 que reutilizó la estructura de hormigón de la antigua estación de trenes de Valdivia y Monumento Nacional, la arquitecta conversó con su directora, Claudia Menéndez respecto a su percepción y evaluación del tiempo que lleva el edificio en operación .

“Hicimos encuestas a los usuarios y administrativos del proyecto, de manera de rescatar temas de funcionamiento y la experiencia en los distintos espacios del edificio. De esta forma, es posible hacerse una idea del edificio completo en operación”, explicó María José Ibaceta. 

El edificio ubicado en el casco histórico de la ciudad aprovecha al máximo la luz natural, utiliza bombas de calor aerotérmicas para su climatización y utiliza tecnología LED para su iluminación. Una maravilla arquitectónica que rescata el hormigón y cuyas canalizaciones eléctricas saltan a la vista, para reforzar el carácter industrial histórico de la edificación.

¿Cómo se evalúa la eficiencia energética y el comportamiento ambiental de los edificios?

En Chile, las herramientas CES, CVS y CEV hoy promueven la optimización energética. Como complemento, se tramita en el Senado una Ley de Eficiencia Energética que buscará disminuir aún más el consumo. 

La edificación de tipo comercial, pública y residencial es responsable del 21% del consumo de energía en Chile, según la Ruta Energética 2018-2022 del Ministerio de Energía. Pero hay herramientas disponibles en Chile que trabajan para disminuir dicho porcentaje. Se trata de las certificaciones Edificio Sustentable (CES), Vivienda Sustentable (CVS) y la Calificación Energética de Viviendas (CEV), sumadas a la Ley de Eficiencia Energética -que se encuentra en tercer trámite en el Senado.

Estas se agrupan de acuerdo a sus características en calificaciones y certificaciones. Además, se dividen por los usos o destinos de la edificación a los que se aplican.

Por una parte, las calificaciones abordan únicamente las variables de demanda y consumo de energía, y pueden entregar un indicador de emisiones de CO2eq durante la operación, basado en el consumo de energía. Asimismo, sus metodologías para la estimación de consumos de energía tienen una aproximación más simplificada, principalmente producto de la masividad de su aplicación. 

Actualmente, “tenemos disponible en el país la Calificación Energética de Viviendas (CEV) desde el año 2012, y producto de la Ley de Eficiencia Energética se creará en los próximos años una calificación para edificios de uso público, comerciales y oficinas”, comenta Hernán Madrid, jefe de CES.

Por otra parte, las certificaciones abordan una mayor cantidad de variables en su evaluación, incluyendo demanda y consumo energía, pero extendiéndose a calidad del ambiente interior, eficiencia en el uso de agua, materiales y residuos, entre otras. “Las metodologías de análisis suelen ser más complejas e incluyen una evaluación de tercera parte. Actualmente, tenemos disponibles la Certificación Edificio Sustentable (CES) para edificios de uso público, comerciales y oficinas desde 2014, y desde este 2020 la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS), que se aplica a viviendas y a la que se integra la CEV en sus variables de energía”, sintetiza el profesional.

Y la nueva Ley de Eficiencia Energética, incluso, traerá aparejado el desarrollo de la definición y certificación “Net Zero Energy” en Chile, para edificaciones de uso público y residencial. Además, el programa “Gestiona Energía” fortalecerá las capacidades técnicas de los gestores energéticos de los servicios públicos y ampliará la cantidad y tipo de edificios monitoreados, incorporando medición inteligente. 

Calificación Energética de Viviendas

Entre las  importantes herramientas orientadas a optimizar el consumo de energía, está la Calificación Energética de Viviendas (CEV), instrumento diseñado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en conjunto con el Ministerio de Energía, que inició sus funciones en 2012 para promover el atributo de eficiencia energética en las edificaciones de uso residencial. 

Desde este año, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo está trabajando en los documentos reglamentarios necesarios para la implementación de la obligatoriedad de la CEV (Reglamento de la CEV y Reglamento del Registro de Evaluadores Energéticos). Además, los equipos regionales del ministerio se concentran en fortalecer las capacidades instaladas y aumentar el número de evaluadores y fiscalizadores.

Una vez aprobada la Ley de Eficiencia Energética, los proyectos nuevos de viviendas, edificios de uso público, edificios comerciales y edificios de oficinas deberán contar con una calificación energética para obtener la recepción final o definitiva por parte de la Dirección de Obras Municipales respectiva. La obligación de precalificación y calificación energética respecto de viviendas, regirá transcurridos 24 meses desde la publicación de la norma. 

Certificación Edificio Sustentable

Asimismo, un sistema de certificación voluntario evalúa las edificaciones de uso público en Chile, tanto nuevas como existentes, considerando una serie de parámetros que incentivan el diseño y la construcción sustentable. La Certificación Edificio Sustentable -desarrollada por el Instituto de la Construcción con el apoyo de 13 instituciones públicas y privadas-  busca que el mercado valore mucho más este tipo de construcciones.

“Las variables se agrupan en líneas de acción como calidad de ambiente interior (confort térmico, acústico, calidad del aire e iluminación), energía (demanda, consumo y energía incorporada), agua (demanda, consumo y energía incorporada), residuos y gestión”, explica Hernán Madrid, jefe de Certificación Edificio Sustentable.

Certificación Vivienda Sustentable

La Certificación de Vivienda Sustentable (CVS) es una herramienta pensada para mejorar la calidad de vida a las personas a través del cuidado del desempeño de los proyectos de vivienda a nivel nacional. Para ello, utiliza como base los Estándares de Construcción Sustentable para Viviendas, publicados en 2016 por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. 

Esta herramienta ayudará a definir los mínimos requerimientos para catalogar una vivienda como “sustentable” y, además, para poner en valor experiencias de edificación residencial que incorporen parámetros de eficiencia energética, hídrica, uso de materiales sustentables, gestión de residuos, medidas de mitigación de impacto ambiental, mejor calidad ambiental para las personas y medidas de respeto al entorno urbano y cultural, durante todo el ciclo de vida del proyecto, es decir, desde el diseño y construcción, hasta la operación.

Ley de Eficiencia Energética: un mundo de posibilidades para la gestión

El proyecto que ya se encuentra en su tercer trámite en el Senado pasará de haber instalado el concepto de eficiencia energética, a un proceso de mejora continua inherente a la excelencia operacional.

La Ley de Eficiencia Energética -que podría ser promulgada este semestre- incorpora una serie de medidas que irán en directo beneficio de la sociedad y el medioambiente. Los Sistemas de Gestión de Energía (SGE), por ejemplo, traerán consigo ahorros que podrían incentivar todavía más a las empresas que aún están pensando en hacer cambios en esta materia.

A ello se suma que, tal como señala Ignacio Santelices, director ejecutivo de la Agencia de Sostenibilidad Energética (AgenciaSE), la nueva ley cambia la forma en que vemos y hacemos eficiencia energética. “Primero, la institucionaliza a nivel de políticas públicas, haciendo que no sea solamente competencia del Ministerio de Energía, sino que a través de planes de cinco años, participen activamente el Ministerio de Transporte, de Vivienda, de Medioambiente, de Obras Públicas, de manera que la eficiencia energética esté incorporada en sus acciones”, explica.

Esto abre infinitas posibilidades y nuevos escenarios. A nivel industrial, la nueva ley vendrá a instalar el concepto más allá de las acciones individuales, como las renovaciones de equipos. Ahora, pasaremos a vivir en un proceso de mejora permanente, donde la eficiencia energética será parte de la gestión y la excelencia operacional de las empresas de la construcción y otros rubros.

“En la Agencia ya llevamos varios años empujando este concepto, a través del cofinanciamiento para la implementación y certificación de Sistemas de Gestión de la Energía (SGE), acompañado, además, de una serie de iniciativas que buscan apoyar al sector productivo en el uso eficiente y sostenible de la energía”, detalla Santelices.

Asimismo, “las grandes industrias productoras presentan avances dispares entre sí, ya que la mayor parte ha desarrollado proyectos aislados de eficiencia energética. Afortunadamente, en 2019 se produjo un incremento en los SGE, ya que permiten identificar de manera sistemática las mejoras energéticas que se deben implementar. Por eso, vemos con optimismo los avances que podremos lograr en 2020”, afirma Héctor Arellano, gerente comercial de Efizity, especialista en gestión energética.

Consumo térmico

A nivel de las personas, un eje clave será informar a la población respecto de la eficiencia energética en las viviendas. “Esta es la principal compra que hace una persona durante su vida y el mayor consumo de energía a nivel residencial está justamente en los consumos térmicos que están muy vinculados con cómo está construida la vivienda. Por lo mismo, es sumamente relevante que las viviendas nuevas informen cómo es el consumo de energía para que la gente, cuando compre, vaya a tomar una buena decisión, bien informada”, añade el director ejecutivo de la AgenciaSE.

Según Héctor Arellano, de Efizity, en Chile existe experiencia relevante en las distintas tecnologías que se pueden aplicar a la eficiencia energética y las metodologías de gestión asociadas, como recambios tecnológicos, control automático de procesos y mejoras en contratos de suministro, entre otros. “Cada condición es distinta, pero, en general, las empresas están dispuestas a invertir en mejoras si estas consiguen un retorno de su inversión en torno a los tres años”, comenta.

En este aspecto, el especialista refuerza que la nueva ley exigirá a las empresas con altos consumos de energía implementar un sistema bajo una norma (ISO 50001) que dé soporte a sus actividades de gestión de energía, con objetivos, metas e indicadores de cumplimiento. Además, estas empresas deberán informar, anualmente, a la Superintendencia de Electricidad y Combustibles sobre sus planes relacionados.

¿Cómo prepararse para estos cambios? Al menos con un diagnóstico que identifique y cuantifique las brechas que la empresa posee. “Es un ejercicio muy práctico y rápido, que permite contar con una carta Gantt para diseñar e implementar un sistema de gestión específico, junto a los costos iniciales y recurrentes de operación, que puede corresponder a costos de inversión en equipos de medición, recambio de tecnología y horas de trabajo gerencial y operativo”, sostiene el profesional de Efizity.

En este sentido, conviene mirar -desde ya- a los SGE como un aliado en el camino a la neutralidad, necesario no solo para el medioambiente, sino también para mejorar la productividad, la competitividad económica y la calidad de vida de las personas. En la construcción, si bien los responsables de las edificaciones ya se están preocupando más profundamente del consumo de energía, ahora tendrán que hacerlo mucho más, pues no sólo contarán con una etiqueta y un informe de eficiencia energética, sino que en la mayoría de los casos deberán presentar esta información a la Dirección de Obras Municipales para obtener la recepción final de la obra.

El rol de la ventilación en la prevención de enfermedades

Ventilación mecánica, climatización y recuperación de calor van de la mano. Según los especialistas, la renovación de aire podría prevenir los contagios de virus y bacterias.

En estos días, el COVID-19 es un tema de preocupación mundial, dada la facilidad con que se traspasa de una persona a otra, especialmente desde las distintas superficies. Pero, junto con la distancia social recomendada para prevenir contagios, hay otro punto clave en la prevención: la ventilación.

Según María Luisa Del Campo, asesora de Certificación Edificio Sustentable (CES) y directora del Centro Tecnológico Kipus, los edificios que funcionan bien tienen incorporado un sistema de ventilación con recuperador de calor, para no perder la temperatura que genera el equipo de climatización. “Lo ideal sería que siempre estuviese incorporado, sobre todo en edificios de uso público, un sistema de ventilación mecánico funcionando, en paralelo con el equipo de climatización y un recuperador de calor”, explica.

En este aspecto, el asesor de CES y arquitecto consultor de Efizity, Carlos Saldaña, comenta que los edificios con buena ventilación retiran el aire viciado e inyectan oxígeno para lograr un desempeño óptimo de las actividades para los que fueron pensados. Esto obligaría a evitar lugares en los que no haya movimiento de aire. “Un análisis de ventilación puede verificar si existen suficientes renovaciones y, además, si existen lugares con ventilación suficiente”, detalla el asesor de CES.

Y es que la renovación de aire hace un aporte significativo a la salud. “Con adecuadas tasas de ventilación, los contagios por virus y bacterias disminuirían. Ahora no es solo abrir ventanas y cerrarlas cuanto antes para evitar el calor, lo ideal es que los edificios tuvieran un proyecto de ventilación, así se hace uno de climatización. En algunos casos, este consiste en extractores de cocina y baño, pero no está incorporado el tubo que debiera inyectar aire fresco”, sostiene María Luisa Del Campo.

Según la asesora de CES, si el proyecto de ventilación no existe o no dimensionan las inyecciones y extracciones de aire, es difícil generar las condiciones para que un edificio se ventile adecuadamente. Un aporte adicional puede ser el recuperador de calor: “Es un equipo que le quita el calor al aire que va saliendo viciado, pero caliente. Este pasa por el equipo, que entrega solo el calor al aire frío que entra renovado al edificio. Naturalmente no entra a los mismos 20 grados con que va saliendo, pero sí a los 18 grados y no a los 5 grados que hay afuera”, explica.

En un escenario ideal, el sistema de ventilación debiera considerarse en el anteproyecto, pues siempre es más costoso incorporarlo después, porque son tuberías y luego hay que ocultarlas. “En los edificios con cielo falso es más sencillo de incorporar, porque las palmetas pueden reemplazarse por una rejilla e incorporar la tubería de inyección”, afirma María Luisa Del Campo.

Según la directora del Centro Tecnológico Kipus, en Chile no le damos suficiente importancia al sistema de ventilación. “Es un problema que el concepto no esté incorporado. Quizá ahora, después de la pandemia, sí empecemos a darnos cuenta de que es necesario”, sostiene Del Campo, quien agrega que algunas tuberías requieren muy poca mantención porque están hechas de materiales que evitan la acumulación de hongos y bacterias.

Cómo detectar problemas

Para pesquisar inconvenientes con ventilación, condensación y humedades intersticiales, los especialistas buscan evidencia de daños en los materiales, humedad y hongos, los que podrían, incluso, generar enfermedades respiratorias en los ocupantes. “Como concepto general, cada recinto en el cual se transite debe tener acceso a un punto de ventilación mecánica o natural. En este último caso, si son muy extensos ver la manera de proporcionar ventilación cruzada. El estándar ASHRAE 62.1 y el AM10, entre otros, permiten asegurar el performance de ventilación”, concluye el arquitecto consultor de Efizity, Carlos Saldaña.

El rol de la ventilación en la prevención de enfermedades

Ventilación mecánica, climatización y recuperación de calor van de la mano. Según los especialistas, la renovación de aire podría prevenir los contagios de virus y bacterias.

En estos días, el COVID-19 es un tema de preocupación mundial, dada la facilidad con que se traspasa de una persona a otra, especialmente desde las distintas superficies. Pero, junto con la distancia social recomendada para prevenir contagios, hay otro punto clave en la prevención: la ventilación.


Según María Luisa Del Campo, asesora de Certificación Edificio Sustentable (CES) y directora del Centro Tecnológico Kipus, los edificios que funcionan bien tienen incorporado un sistema de ventilación con recuperador de calor, para no perder la temperatura que genera el equipo de climatización. “Lo ideal sería que siempre estuviese incorporado, sobre todo en edificios de uso público, un sistema de ventilación mecánico funcionando, en paralelo con el equipo de climatización y un recuperador de calor”, explica.


En este aspecto, el asesor de CES y arquitecto consultor de Efizity, Carlos Saldaña, comenta que los edificios con buena ventilación retiran el aire viciado e inyectan oxígeno para lograr un desempeño óptimo de las actividades para los que fueron pensados. Esto obligaría a evitar lugares en los que no haya movimiento de aire. “Un análisis de ventilación puede verificar si existen suficientes renovaciones y, además, si existen lugares con ventilación suficiente”, detalla el asesor de CES. 

Y es que la renovación de aire hace un aporte significativo a la salud. “Con adecuadas tasas de ventilación, los contagios por virus y bacterias disminuirían. Ahora no es solo abrir ventanas y cerrarlas cuanto antes para evitar el calor, lo ideal es que los edificios tuvieran un proyecto de ventilación, así se hace uno de climatización. En algunos casos, este consiste en extractores de cocina y baño, pero no está incorporado el tubo que debiera inyectar aire fresco”, sostiene María Luisa Del Campo. 

Según la asesora de CES, si el proyecto de ventilación no existe o no dimensionan las inyecciones y extracciones de aire, es difícil generar las condiciones para que un edificio se ventile adecuadamente. Un aporte adicional puede ser el recuperador de calor: “Es un equipo que le quita el calor al aire que va saliendo viciado, pero caliente. Este pasa por el equipo, que entrega solo el calor al aire frío que entra renovado al edificio.

Naturalmente no entra a los mismos 20 grados con que va saliendo, pero sí a los 18 grados y no a los 5 grados que hay afuera”, explica.


En un escenario ideal, el sistema de ventilación debiera considerarse en el anteproyecto, pues siempre es más costoso incorporarlo después, porque son tuberías y luego hay que ocultarlas. “En los edificios con cielo falso es más sencillo de incorporar, porque las palmetas pueden reemplazarse por una rejilla e incorporar la tubería de inyección”, afirma María Luisa Del Campo. Según la directora del Centro Tecnológico Kipus, en Chile no le damos suficiente importancia al sistema de ventilación.

“Es un problema que el concepto no esté incorporado. Quizá ahora, después de la pandemia, sí empecemos a darnos cuenta de que es necesario”, sostiene Del Campo, quien agrega que algunas tuberías requieren muy poca mantención porque están hechas de materiales que evitan la acumulación de hongos y bacterias. 

Cómo detectar problemas
Para pesquisar inconvenientes con ventilación, condensación y humedades intersticiales, los especialistas buscan evidencia de daños en los materiales, humedad y hongos, los que podrían, incluso, generar enfermedades respiratorias en los ocupantes. “Como concepto general, cada recinto en el cual se transite debe tener acceso a un punto de ventilación mecánica o natural.

En este último caso, si son muy extensos ver la manera de proporcionar ventilación cruzada. El estándar ASHRAE 62.1 y el AM10, entre otros, permiten asegurar el performance de ventilación”, concluye el arquitecto consultor de Efizity, Carlos Saldaña.


COMENZÓ LA CONSTRUCCIÓN DE LA PRIMERA ESCUELA PÚBLICA SUSTENTABLE DEL PAÍS

En la comuna de Cartagena, Región de Valparaíso, se dio inicio a la transformación de la Escuela Básica de Lo Zárate, que en 45 días será la primera escuela pública sustentable de Chile.

Con la instalación de la primera piedra y un recorrido por el recinto de la Escuela Rural de Lo Zárate, se dio el puntapié inicial a la construcción de la primera escuela pública sustentable de Chile.

Esta iniciativa está enmarcada dentro del programa “Una Escuela Sustentable”, liderado por la organización uruguaya Tagma, en conjunto con la Fundación Superación de la Pobreza – SERVICIO PAÍS, y es presentada por Unilever a través de OMO, con el apoyo de DIRECTV, Disney y National Geographic, bajo la facilitación de la Municipalidad de Cartagena.

En la actividad, Martín Espósito, Director de Tagma, presentó el proyecto cuyo objetivo es crear una Red de Escuelas Públicas Sustentables en Latinoamérica, de la cual formará parte la Escuela Básica de Lo Zárate, que será la tercera en su tipo de toda América Latina.  La primera fue construida en 2016 en la localidad de Jaureguiberry en Uruguay; y la segunda en Mar Chiquita, Argentina, en 2018.

“Pensamos en una Red de escuelas públicas sustentables, que se construyan en todo Latinoamérica. Esta es una oportunidad de pensar una nueva estructura educacional, para crear nuevos contenidos en educación ambiental y para entender cuál es la educación que queremos tener en el futuro, entendiendo las problemáticas que tenemos en la actualidad alrededor del medio ambiente”, explicó el director de Tagma, Martín Espósito.

El año pasado y tras un arduo proceso de selección la Escuela de Lo Zárate fue escogida por Tagma, entre otras 50 escuelas de la Región de Valparaíso que se postularon al llamado para ser parte del programa.

“Queremos dar las gracias a todo el equipo y a las empresas que hoy día están destinando una gran cantidad de recursos para que este sueño se haga realidad.  La escuela de Lo Zárate viene trabajando desde hace años para ser una escuela ejemplo en lo que es el cuidado del medio ambiente y la sustentabilidad. También agradecemos el trabajo que ha realizado toda la comunidad que tras mucho sacrificio, hoy obtiene su recompensa”, explicó el Alcalde del Municipio de Cartagena.

Asimismo, el director de la Escuela, Juan Manuel Rojas, indicó: “Para nosotros este proyecto es la culminación de un sueño educativo. Hemos trabajado durante muchos años en temas medioambientales y con muy pocos recursos. Cuando postulamos, lo hicimos con el sueño de obtener lo que nos falta para ser una escuela sustentable. Hoy comienza una nueva etapa de este sueño, que es el cuidado del medio ambiente”.

La escuela será construida en un máximo de 45 días, por un equipo de 100 personas de todas partes del mundo que trabajarán para entregar la escuela en marzo y así dar inicio a un nuevo año escolar para los cerca de 48 alumnos que estudian en el lugar con un nuevo modelo de integración de la sustentabilidad en la educación.

La construcción se realizará en formato de curso, a través de un proceso teórico y práctico para que quienes participen aprendan sobre construcción sustentable, desarrollo de proyectos de triple impacto y educación ambiental. Participarán personas de la comunidad de Lo Zárate y estudiantes provenientes de distintos países del mundo, haciendo del proceso una experiencia única de intercambio y colaboración.

Al mismo tiempo, artistas internacionales estarán desarrollando una experiencia de creación colectiva en torno al nuevo edificio, en una residencia artística diseñada por el artista contemporáneo Luis Camnitzer. También, educadores brindarán, charlas, actividades y talleres abiertos a toda la comunidad, con foco en temáticas vinculadas a la educación ambiental.

¿En qué principios de sustentabilidad se basa la primera escuela pública sustentable del país?

  1. Agua como recurso. La escuela tendrá un sistema de captación, reutilización y tratamiento de aguas grises y negras.
  2. Energía limpia: almacenamiento de energía en baterías y retroalimentación de la energía con el tendido eléctrico existente, será la primera escuela del país en inyectar energía a la red.
  3. Hábitat, acondicionamiento térmico. Podrá mantener una temperatura estable, entre 18°C y 25°C todo el año a través de sistemas térmicos pasivos y materiales naturales.
  4. Gestión de residuos y consumo consciente. La construcción del edificio incorpora materiales de descarte y en el aula se trabajarán los conceptos de las 3Rs (reducir, reciclar y reutilizar), el consumo consciente y la economía circular.
  5. Producción de alimentos y biodiversidad. El nuevo edificio contará con diseño de paisaje y espacios educativos abiertos: producción de alimentos, compostaje, juego, deporte, biblioteca, música y clases.
  6. Enfoque humano: la empatía como eje transversal. El trabajo sobre las relaciones humanas: sustentabilidad, valores, colaboración y compromiso.

El impacto en la comunidad, en cifras:

  • 30 participantes de la comunidad educativa intervinieron en el proceso de diseño participativo.
  • 50 niños y 40 apoderados  se involucran directa o indirectamente.
  • 19 docentes participarán de capacitaciones y del proceso constructivo.
  • Hasta 5 becas totales del curso de construcción serán otorgadas para miembros de la comunidad.
  • Hasta 15 becas parciales serán entregadas a integrantes locales que seguirán vinculados al proyecto.
  • 400 personas en la comunidad de Lo Zárate / 22.000 habitantes del Municipio de Cartagena.

CERTIFICACIÓN DE VIVIENDA SUSTENTABLE: REGISTRO DISPONIBLE SOLO VÍA EMAIL

CVS abre registro de proyectos.

Les informamos que, por ahora, el sitio web www.cvschile.cl no está operativo para registros. Sin embargo, aquellos interesados en registrar sus proyectos en Certificación Vivienda Sustentable -sistema voluntario de certificación ambiental que evalúa la implementación de buenas prácticas de diseño y construcción- lo pueden hacer escribiendo a contacto@cvschile.cl

A continuación, compartimos el detalle de la información que debe enviarse para la inscripción de proyectos:

  • Nombre del proyecto
  • Región
  • Ciudad
  • Comuna
  • Dirección
  • Rol de avalúo
  • Superficie del terreno (aproximada)
  • Nombre del mandante
  • Rut del mandante
  • Correo del mandante
  • Tipo de certificación: Puede ser Precertificación (documenta solo diseño) o Certificación (documenta diseño y construcción juntos)
  • Superficie construida (aproximada)
  • Nombre del Asesor acreditado que se hará cargo del proceso de documentación y seguimiento.

El listado de asesores acreditados está disponible en el siguiente link:

Cámara Chilena de la Construcción inscribe dos sedes regionales en proceso de certificación CES

Nota 3
Se trata de los edificios ubicados en Valparaíso y La Serena.

Nota 3Durante el segundo semestre del año 2019 la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) inscribió sus sedes regionales de La Serena y Valparaíso en el proceso de la Certificación Edificio Sustentable (CES). De esta manera, la institución acreditará el comportamiento ambiental de sus edificios, además de evaluar las características de sustentabilidad y estrategias de eficiencia energética de los mismos.

De esta manera, ya son cuatro los edificios de la CChC que forman parte de la cartera de proyectos de CES. A estos dos nuevos inscritos se suman la habilitación de las oficinas de Santiago y la certificación que recibió la sede de Osorno, en abril de 2015, luego de ser parte de los proyectos pilotos de la certificación nacional.
De acuerdo con Carlos Bascou, representante de la CChC en el Comité Directivo CES, la inclusión de dos nuevos edificios responde al hecho de que “tanto nuestra institución como el sector no pueden quedar ajenos del desafío que nos presenta el cambio climático, y debemos aportar, desde nuestra vereda, en las reducciones de consumo energético y de emisiones”.
Además, el profesional destaca el esfuerzo conjunto que la Cámara ha realizado con el Ministerio de Obras Públicas, el Instituto de la Construcción y el Colegio de Arquitectos -desde hace poco más de cinco años- en el desarrollo y difusión de CES, razón por la cual la certificación de sus propias sedes se hace aún más atingente, sobre todo frente al escenario que enfrenta el planeta en términos medioambientales.
Agrega que lo anterior tiene también un impacto positivo en el medioambiente, en los costos de operación y, más importante aún, en las personas que utilizan las instalaciones, pues “hay un fuerte incremento en la calidad del ambiente interior, lo que incrementa la productividad de los usuarios y su confort”.
Finalmente, Carlos Bascou señala que el medioambiente es parte de los pilares estratégicos de la CChC, por tanto, el impulso de la construcción sustentable es parte importante del quehacer del gremio y, desde ese punto de vista, la inclusión de CES dentro de sus sedes regionales es un gran paso hacia la consolidación de las acciones y compromisos que ha asumido la institución.

CES avanza en convenio con Min. Energía, MOP e IC

El acuerdo se extiende por dos años incluye la ejecución y avance de siete iniciativas que tienen como fin fortalecer la construcción sustentable y la eficiencia energética en el país.

Noticia 1

A un año de la firma del Convenio de Colaboración Técnica y Transferencia de Recursos entre la Subsecretaría de Energía, la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas y el Instituto de la Construcción, cuyo desarrollo se ejecuta a través de Certificación Edificio Sustentable (CES), al interior de esta última institución realizan un balance positivo de los objetivos planteados para 2019, junto con avizorar importantes desafíos para el año que se inicia.

“Hemos realizado un trabajo muy satisfactorio: la iniciativa de desarrollo de archivos climáticos está concluida en las primeras dos etapas, de acuerdo con lo establecido en el cronograma del año, estamos terminando el último estudio para tener definido el texto del manual que nos permitirá actualizar la metodología CES, mientras que también estamos concluyendo la discusión de los requerimientos para la metodología CES Edificios Existentes. 

Además, hemos avanzado en el monitoreo de edificios certificados, en la medida de que la situación del país lo ha permitido” sostiene el jefe de CES, Hernán Madrid, haciendo hincapié en la gran participación y compromiso que han suscitado las distintas líneas de trabajo entre las instituciones y profesionales que han sido convocados a los comités.


Detalles del trabajo

Respecto del levantamiento de información para el monitoreo de edificios certificados, en 2019 se visitaron edificios en las zonas norte, centro y algunos del sur, considerando aquellos que tienen más de un año de funcionamiento. “La información se levantó en terreno, donde revisamos las instalaciones para constatar las condiciones de operación relacionadas con la sustentabilidad, consumo de energía y confort, entre otras”, precisa Madrid.


En tanto, CES ha participado activamente del comité perfil de proyecto: Metodología de cálculo de huella de carbono para el ciclo completo de la edificación, que lleva adelante el Instituto de la Construcción en el marco de su plan de trabajo con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, cuya labor se ha extendido por durante el segundo semestre del año y seguirá en 2020.


Recientemente, se inició el comité Calificación Energética para edificación de uso público. Según detalla Madrid, se trata de una iniciativa que fue tomando relevancia considerando que la discusión del proyecto de ley de eficiencia energética. Por ello, se constituyó un comité donde participaran el Ministerio de Energía, Minvu y el MOP, con un plan de trabajo que contempla definir lineamientos y necesidades, con el fin de avanzar en el planteamiento de una Calificación Energética.


Durante 2019, también se trabajó en analizar comparativamente los diferentes archivos climáticos utilizados en Chile, incluyendo la generación de unos a partir de información meteorológica y desde el explorador solar del Ministerio de Energía, de forma de generar ficheros validados. Hemos obtenido resultados muy interesantes respecto a los distintos análisis realizados y se proyecta tener un informe final para marzo 2020”, explica María José Ibaceta, coordinadora del Convenio.


En tanto, en enero de este año se inició el trabajo del Comité Consultivo CES Edificios Existentes, y a partir de mayo comenzó el trabajo del Comité Técnico que busca generar una versión de la certificación para aplicar a edificios que se encuentran operativos, de forma de promover mejoras en las mismas categorías que se abarcan en CES para edificios nuevos, agua, calidad del ambiente interior, energía, residuos y materiales, las cuales serán adaptadas para esta tipología. “Hasta el momento, el trabajo lleva más del 60% de avance y se proyecta poder concluir con el trabajo del comité a principio de abril 2020”, añade Ibaceta.


También, durante 2019 se ha trabajado en la actualización de la herramienta, proyecto denominado CES 1.1. Hoy se encuentra concluido el trabajo de todos los comités de esta iniciativa, donde se modificaron algunos factores dentro de algunos requerimientos obligatorios y voluntarios. “Estas actualizaciones van de la mano en mejorar la herramienta de certificación y atender a los principales comentarios realizados por la consulta pública a asesores y profesionales afines, familiarizados con la certificación CES”, puntualiza la profesional.

Desafíos 2020

Para el próximo año, CES proyecta concluir el manual de la versión 1.1 y el manual de la metodología de Edificios Existentes, presentando a la comunidad afín estas actualizaciones, ponderando su relevancia como herramientas para el avance de la construcción sustentable en el país. También, se contempla trabajar en el desarrollo de una nueva plataforma web operacional, que facilite el trabajo de los asesores y evaluadores.

Además, se implementarán iniciativas que permitan mejorar los aspectos técnicos existentes, como es el caso de los archivos climáticos, con el fin de elevar los resultados de la herramienta.

El desarrollo de lineamientos para el desarrollo de un sello NetZero Energía y su incorporación al esquema CES comenzará en marzo de 2020. La propuesta es ejecutar un instrumento que certifique a los edificios que no utilizan energía neta externa, ya que la que necesitan (minimizada con la incorporación de estrategias de sustentabilidad) la generan en el propio edificio.

Finalmente, el monitoreo de edificios certificados seguirá ejecutándose, con el objetivo de mostrar resultados reales de comportamiento y funcionamiento de los recintos, dando cuenta de la efectividad de incorporar criterios de sustentabilidad en el diseño y construcción de obras.

COP25: UNA OPORTUNIDAD ÚNICA PARA COMPROMETERNOS A LA DESCARBONIZACIÓN

Por Sergio Vera Araya. 
Ph.D. en Building Engineering, vicepresidente Comité Estratégico de Directores IC Construcción Sustentable y Cambio Climático, director Dpto. de Ingeniería y Gestión de la Construcción, Escuela de Ingeniería UC, Investigador del CEDUS, CIPYCS y del Centro Energía UC.

Chile este año será sede de la Conferencia de las Partes (COP) 25 que tiene dos objetivos: fijar criterios para el cumplimiento del Acuerdo de París y mejorar los compromisos y metas de los países para la mitigación y adaptación al Cambio Climático. Este es un hecho que ha sido causado por la humanidad. Durante 10.000 años, las condiciones climáticas y ambientales eran controladas por los mismos procesos del planeta. Esta época, conocida como Holoceno, permitió que la humanidad se estableciera y las civilizaciones se desarrollaran. Sin embargo, desde la revolución industrial esta barrera planetaria se ha sobrepasado, y las condiciones del planeta ya no son condicionadas por la “Madre Tierra”, sino por la humanidad, que es una nueva era geológica definida como Antropoceno.

Durante el Holoceno, el aumento de temperatura del planeta nunca fue mayor a 1°C, mientras que, en la actualidad, la temperatura ya se ha incrementado 1.1 °C causado por el incremento exponencial de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), los que son producidos por la combustión de combustibles fósiles, generación de metano y deforestación. Este aumento podría ser mayor a 5°C si continuamos haciendo lo mismo que hemos hecho, lo que causaría una intensificación del Cambio Climático y sus efectos.
En este sentido, el sector de la construcción ha tenido un rol significativo en este problema, según datos, del año 2018, de la Global Alliance for Buildings ya que, a nivel mundial el sector generó el 40% de las emisiones de gases efecto invernadero. En Chile se estima que las emisiones del sector corresponden a un 23% del total nacional debido al consumo de energía durante su operación. Si a esto se suman las emisiones industriales asociadas a la fabricación y transporte de materiales y equipos de construcción y la etapa de obra, y se consideran las emisiones asociadas a las obras de infraestructura, la industria de la construcción puede ser responsable de más del 30% de las emisiones GEI a nivel país.
Esto ha llevado diversos organismos internacionales como la Agencia Internacional de Energía y Naciones Unidas a concluir que el sector de la construcción es clave para mitigar el calentamiento global y no superar un incremento de temperatura mayor a 1.5°C en 2050. Además, estos organismos y la evidencia científica y práctica, muestran que el sector tiene la ventaja frente a otros sectores que las tecnologías para reducir emisiones GEI ya existen, son costo-efectivas y su efecto es inmediato.

El acuerdo de París, que Chile ha suscrito, plantea que al 2030 las emisiones deben ser reducidas en 30%, respecto al aumento del Producto Interno Bruto. Además, la Ley de Cambio Climático, actualmente en etapa de consulta, establece que el país deberá ser carbono neutral para el año 2050. Chile se encuentra 30 a 40 años atrasado en términos de políticas públicas para la descarbonización del sector construcción, respecto a otros países de la OCDE. La COP25 es una oportunidad para el sector para “ponerse al día” y definir una meta para el sector y el camino a seguir en términos de mitigación y adaptación al Cambio Climático.

Interior columna

Por otro lado, el ambiente construido y las personas serán muy vulnerables a los daños causados por los efectos del Cambio Climático (inundaciones, aluviones, olas de calor, disminución de la disponibilidad de agua potable, etc.), siendo necesario también avanzar fuertemente en un plan de adaptación de las edificaciones e infraestructura, y mecanismos de financiamiento de mega-proyectos que permitan alcanzar ciudades e infraestructura crítica resilientes frente a los efectos del Cambio Climático.
Tanto la mitigación como la adaptación son una oportunidad no sólo para el sector edificación, sino para toda la industria de la construcción, ya que puede neutralizar sus impactos en el medio ambiente, generar impactos positivos en la comunidad, generar nuevos negocios y expandir fuertemente su mercado no sólo en Chile, sino en Latinoamérica si la industria nacional toma una posición de liderazgo a nivel regional. Esto es lo que se conoce como el triple-bottom-line o 3P (People – Planet – Profit).
El Calentamiento Global es inevitable pero el sector edificación puede contribuir fuertemente a limitarlo y lograr la meta de que la temperatura no se incremente más de 1.5°C al 2050. Para ello, tanto las metas del sector edificación, el camino a seguir y los mecanismos de financiamiento e incentivo deben ser parte de los compromisos de Chile en la COP25.