Minvu convoca a 2º proceso 2020 para la acreditación de evaluadores energéticos de la CEV

Arquitectos, ingenieros y constructores civiles interesados pueden inscribirse desde el 21 de julio hasta el 24 de agosto de 2020.

El Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) abrió la convocatoria para postular al llamado nacional de profesionales interesados en acreditarse como evaluadores energéticos de la Calificación Energética de Viviendas (CEV), instrumento impulsado por esta cartera de Estado junto al Ministerio de Energía.

Para participar en el proceso, los interesados deberán cumplir los requisitos definidos por el Minvu en la Resolución Exenta Minvu N°263 del 7 de febrero de 2020 y completar el formulario de inscripción disponible en el siguiente enlace: http://calificacionenergetica.minvu.cl/proceso-de-acreditacion-de-evaluadores/.
El llamado de acreditación está dirigido a arquitectos, ingenieros y constructores civiles, que cumplan con los requisitos descritos en la resolución N° 263. Los postulantes debidamente inscritos serán seleccionados para rendir una prueba de conocimientos mínimos habilitante para el siguiente paso del proceso. El resultado de la etapa de inscripción se publicará el 27 de agosto de 2020 en la página web de la Calificación Energética de Viviendas (http://www.calificacionenergetica.cl).
Erwin Navarrete, jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional (Ditec) del Minvu, señaló que “Estamos trabajando para que, en el corto plazo, la eficiencia energética sea un atributo que influya al momento de adquirir una vivienda, ya que no solo mejora la calidad de vida de las familias que viven en ellas, sino que también es un importante atributo de calidad que las hace más competitivas, tal como ocurre en mercados más desarrollados. En esta tarea es fundamental el rol de evaluadores energéticos, que son los profesionales acreditados para aplicar la calificación; por esta razón abrimos una nueva convocatoria para sumar nuevos evaluadores a los 928 que ya operan a lo largo del país”.
“Un hito crucial en este ámbito se relaciona con la pronta aprobación de la Ley de Eficiencia Energética –agregó Erwin Navarrete–, que hará obligatoria la exigencia de la CEV para la recepción municipal definitiva de las viviendas. Este nuevo escenario generará un alza en la demanda de evaluaciones, la que requerirá una mayor masa crítica de evaluadores energéticos de los ya existentes, por lo cual estamos trabajando para hacer más expeditos los procesos de inscripción de evaluadores acreditados”, precisó.
Las principales fechas del segundo proceso de acreditación de año 2020 son las siguientes:

Hito

Fechas proceso 2 del  2020

Inscripción en formulario web

Desde 21/7/2020 hasta 24/8/2020

Formulación consultas

Desde 20/7/2020 hasta 17/8/2020

Publicación de inscritos correctamente

27/8/2020

Envío instrucciones prueba conocimientos mínimos (PCM)

7/9/2020

Realización PCM

8/9/2020

Publicación resultados PCM

11/9/2020

Realización prueba de acreditación (PA)

5/11/2020

Publicación resultados PA

12/11/2020


Calificación Energética de Viviendas

La Calificación Energética de Viviendas (CEV) es un instrumento de uso voluntario que permite realizar una evaluación objetiva y estandarizada para estimar y clasificar el requerimiento energético de casas y departamentos para lograr una temperatura considerada como confortable para sus usuarios.


La CEV evalúa la eficiencia energética de las viviendas en su etapa de uso considerando el desempeño de su envolvente, el aporte de energías renovables y el consumo de energía para obtener agua caliente sanitaria, iluminación y calefacción. El resultado de dicha evaluación se materializa en una etiqueta que muestra el porcentaje de ahorro en la demanda de energía y la cantidad de energía necesaria para calefacción y enfriamiento.


Eficiencia energética como indicador de calidad en viviendas

Respecto a este instrumento de medición, el ministro de Vivienda y Urbanismo, Felipe Ward, expresó que: “el Ministerio de Vivienda y Urbanismo está incorporando criterios de eficiencia energética en sus programas y proyectos, convencido de que este tipo de iniciativas, junto con disminuir el consumo energético de las viviendas, permiten mejorar la temperatura al interior, y con ello el bienestar familiar, disminuyendo la generación de gases de efecto invernadero (GEI) y  contribuyendo así a la consolidación de estándares de construcción más sustentables y comprometidos con el medio ambiente.”


Destacó que: “En este contexto, es importante avanzar en el uso de instrumentos que sirvan para medir el desempeño energético y la sustentabilidad de las viviendas. De hecho, actualmente la CEV es el instrumento utilizado para acreditar la eficiencia energética de las viviendas para la Certificación de Vivienda Sustentable, herramienta que nuestro ministerio lanzó hace unos meses, y que considera criterios ambientales, sociales y económicos para establecer el estándar de sostenibilidad de estas edificaciones. Si bien hoy esta evaluación es voluntaria, cada vez contamos con un mayor número de viviendas calificadas por la CEV, y nuestro desafío es que el desempeño energético de las viviendas se afiance como un factor diferenciador a la hora de elegir un hogar, tal como ocurre en países desarrollados”.


Por su parte, el jefe de la Ditec, añadió que: “La información que proporciona la CEV es relevante en muchos sentidos, pero, por sobre todo, para los usuarios finales, ya que una vivienda energéticamente eficiente, no sólo involucra un menor gasto energético, sino también tiene un impacto directo en la calidad de vida de las familias y en la vida útil y plusvalía de la vivienda”.


Asimismo, relevó que: “La CEV fomenta la edificación de viviendas más eficientes, aportando en la introducción de un gran cambio en la forma en que se diseñan y construyen las viviendas en nuestro país, al concebir las medidas de sustentabilidad desde la génesis de los proyectos y no como elementos anexos”.

Avances en la Calificación Energética de Viviendas

La calificación energética está vigente desde 2012. Al 30 de junio de 2020, y a lo largo de todo el país, se han emitido más de 67 mil etiquetas oficiales a viviendas y se han acreditado como evaluadores energéticos de la CEV 928 profesionales.

En 2015 ya se había logrado un gran avance en la instalación de capacidades para el uso masivo de la CEV, lo que permitió recoger la experiencia de distintos actores de los sectores académico, industrial y gubernamental, además de la retroalimentación que aportaron los evaluadores energéticos de distintas regiones a lo largo del país. A partir de esta información se desarrolló la actualización de la CEV que entró en vigencia el 21 de abril de 2018, y que afina el proceso de cálculo, incorporando nuevas variables que incluyen los cambios introducidos en la reglamentación térmica (4.1.10 Bis de la OGUC), y entrega resultados más detallados y útiles, tales como la demanda de enfriamiento y horas fuera de la temperatura confortable.


En los primeros años de operación fue necesario realizar importantes esfuerzos para instalar capacidades a lo largo del país y comunicar los atributos de la CEV a los mandantes de proyectos. Este trabajo se puede ver en el progreso de las evaluaciones de viviendas desarrolladas por inmobiliarias privadas, que, al principio, fue discreta, pero que en 2019 mostró una evolución muy significativa, sobrepasando el volumen de evaluaciones anuales históricas realizadas a viviendas sociales (ver gráfico), con 8.188 evaluaciones oficiales.

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Territorialidad y diseño pasivo: los énfasis de la certificación CES

El presidente y el jefe del sistema que certifica el comportamiento ambiental de edificios de uso público en Chile, detallaron la forma en que se validan los proyectos que buscan mejorar la calidad de vida.

En webinar organizado por Volcán y Las Condes Design, Ricardo Fernández, presidente de CES, explicó cómo la Certificación Edificio Sustentable mejora la calidad de vida, la eficiencia energética y la productividad, y cuida el medioambiente. En el encuentro, estuvo acompañado por Hernán Madrid, jefe de CES, quien destacó cómo el énfasis en el diseño pasivo está mejorando las condiciones de vida en todo el país. 


Cerca del 30% del consumo de energía en Chile está asociado a la operación de edificios y, al menos un tercio de la emisión de gases de efecto invernadero está relacionado con la construcción que, además, produce un tercio de todos los residuos sólidos del país. Para mejorar las condiciones de las personas al interior de los edificios, nació la Certificación Edificio Sustentable que fue explicada en detalle el jueves 2 de julio, en un concurrido evento online. 


“Las personas pasamos cerca del 80% del tiempo en un edificio. Todo lo que hacemos está afectado por variables como la calidad de aire interior, el confort térmico, la iluminación, el ruido y la distribución. CES recoge aspectos propios del territorio en cuanto a latitud y climatología. Además, pone énfasis en el diseño pasivo”, detalló Ricardo Fernández, presidente de CES. 


Enseguida, Hernán Madrid, jefe del sistema administrado por el Instituto de la Construcción, recordó que Chile aprovechó los 20 años de recorrido mundial en certificaciones para sustentabilidad. “Cuando se desarrolló CES, recogió parte de las metodologías técnicas que ya estaban probadas. Además, incorporó las características climáticas y de latitud. Para todos es claro pensar que el ahorro en el consumo de agua debiese ser mayor en la zona norte que en la zona sur; y, al revés, la calidad del aire en la zona sur, sobre todo en invierno, es mucho más relevante que en el norte”, comentó. 


Otro punto fundamental, que refleja el espíritu del sistema, es el fuerte énfasis en el diseño pasivo, que implica estrategias que no requieren enchufes, sino diseño de arquitectura.

Es así como la certificación logra que se entreguen mejores condiciones a las personas, con variables como aislación térmica, elementos para sombrear, ventilación e iluminación natural. “Algunas certificaciones internacionales están muy orientadas a temas mecánicos, entonces, si se produce una falla en el equipo el edificio es insufrible. Sin embargo, con CES nos aseguramos de que haya un mejor comportamiento”, afirma Fernández. 


Según el presidente de CES, las características climáticas de Chile requieren del apoyo de un sistema mecánico en la mayor parte del país, pero el énfasis del diseño debe orientarse al diseño pasivo, para luego ser complementado por los sistemas mecánicos. Así ha ocurrido en los 48 edificios certificados y en esa dirección están avanzando los 146 edificios precertificados a la fecha. Actualmente, hay 319 edificios en proceso de certificación, muchos de los cuales se concentran en las regiones del Biobío y La Araucanía. 


Colaboración público-privada

Un convenio entre los ministerios de Energía, Obras Públicas y el Instituto de la Construcción ha permitido actualizar el modelo técnico del sistema de certificación. De esta manera, fue posible mejorar algunos de los criterios técnicos y ayudó a reenfocar algunos puntos, para potenciar ciertos materiales y productos, en línea con la economía circular. 


Además, la colaboración público-privada logrará crear una certificación específica para edificios existentes. “Hoy todos los edificios nuevos buscan cumplir con un determinado estándar, pero para los existentes se basará en demostrar mejoras”, afirmó Hernán Madrid. 


Finalmente, el presidente de CES valoró la emisión de un bono verde soberano, lanzado por Chile el año pasado, ya que permitirá al Estado tener recursos para el desarrollo de proyectos que incorporen características de sustentabilidad en su desarrollo y demuestren una reducción en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI). En este ámbito, CES contribuye como herramienta técnica para la validación de la reducción de GEI en los proyectos asociados al bono verde.


Asimismo, agregó que “CES debe estar presente en toda obra construida o comprada con recursos del Estado, esperamos que también penetre en el mundo privado, a través de incentivos a la demanda”. 


Por eso, el workcenter de Volcán, ubicado en Las Condes, se certificó como experiencia piloto para el retail, apostando a que, en el futuro, otros centros comerciales obtengan su certificación.

Universidades líderes en sustentabilidad

Poco a poco, los establecimientos de educación superior han ido sumándose a la lista de edificios certificados CES. Dos asesores comparten su experiencia en el proceso.

El proyecto Edificio Inclusión y Servicios Estudiantiles Campus San Joaquín de la UC es uno de los que ha recibido asesoría para acceder a la precertificación CES. El equipo de EBP Chile ha estado coordinando las distintas especialidades, para cumplir con los requerimientos CES. “En la etapa de anteproyecto definimos -junto con el equipo de arquitectura- cuáles serían las estrategias principales del edificio, para reducir su demanda energética y lograr aumentar el confort térmico con una alta calidad de aire interior”, detalla el asesor José Jodar.

Para lograr lo anterior, los especialistas de EBP Chile hicieron análisis de radiación solar, simulaciones térmicas y estudios de iluminación natural, principalmente. De esta manera, pudieron definir las características de la envolvente térmica del proyecto. Además, todas las estrategias consideraron un análisis técnico-económico para asegurar la rentabilidad.

El proyecto de la UC lo componen dos torres que ofrecen protección solar a la zona que queda entre ambas, lo cual ayuda a reducir la demanda en refrigeración, porque disminuye la radiación en varios momentos del día. En tanto, las fachadas incluyen elementos verticales que protegen del sol, manteniendo un buen nivel de iluminación natural. “Se optimizaron los espesores de aislación térmica para no producir sobrecalentamiento, ya que se trata de edificios con un alto nivel de cargas internas y se redujo la superficie de ventana para lograr un buen comportamiento térmico. En cuanto al sistema de ventilación, este cuenta con recuperador de calor para reducir el consumo en climatización”, relata el especialista en construcción sustentable, José Jodar.

Hoy en etapa de licitación para construcción, el proyecto está en proceso de precertificación CES, con excelentes proyecciones de confort para los usuarios, pues, todo el equipo de EBP Chile ha estado trabajando para que, efectivamente, los consumos energéticos sean de la magnitud que los cálculos han estimado para una óptima operación.

Sello Plus Operación

El esquema de la Certificación Edificio Sustentable incluye el sello “Plus Operación”, que evalúa la gestión durante la operación del edificio y la Universidad Católica del Maule está postulando, con su proyecto Edificio de Aulas y Facultades. Con la asesoría de 88 Limitada, se han ido incorporando los elementos que se requieren, tanto de manera obligatoria como voluntaria.

Junto con asegurarse de que las diversas especialidades involucradas cumplan con lo que se pide para lograr la certificación, los profesionales de 88 Limitada, han hecho todas las simulaciones dinámicas necesarias para garantizar el confort térmico pasivo, la Iluminación natural y la demanda de energía, así como los cálculos y documentación, primero para la precertificación; y, ahora, para la certificación.

El edificio de 9.000 m2, aproximadamente, cuenta con aislación térmica en toda su envolvente y posee doble vidriado hermético laminado para mejorar el aislamiento acústico de fachadas. Además, cuenta con un sistema de ventilación mecánica para renovación de aire con recuperador de calor y central térmica en base a chiller polivalente. La infraestructura cuenta con iluminación artificial de alta eficiencia y también una pantalla textil para control solar. También se incorporó aislamiento acústico entre recintos y en las losas, para mejorar la concentración de los alumnos; y los artefactos sanitarios son de bajo consumo.

“El proyecto se encuentra precertificado y se ingresarán prontamente todos los antecedentes para proceder a su certificación, pues ya finalizó su construcción. Esperamos que los usuarios del edificio puedan realizar sus actividades con una mejor calidad ambiental interior y que UCM lidere en el escenario universitario nacional con edificios y campus más sustentables, cuyas prestaciones estén debidamente certificadas, en este caso con CES”, señala Mauricio Ramírez, socio fundador de 88 Limitada.

Los proyectos de universidades inscritos en el sistema CES son:

Proyecto Mandante  Región Año de inscripción Arquitecto Asesor  Evaluador  Estado 
Edificio de Aulas y Facultades UCM Universidad Católica del Maule Región del Maule 2017 Dirección de Administración e Infraestructura UCM Mauricio Ramírez Efizity  Precertificado postula a Sello Plus
Complejo Interdisciplinario para el Desarrollo Sustentable Michel Durand Pontificia Universidad Católica de Chile Región de la Araucanía 2018   José Antonio Espinoza Pendiente En desarrollo
Sede Universitaria Chiloé ULA Universidad de Los Lagos Región de los Lagos 2018 González y Schumacher Arquitectos Tamara Catalán Pendiente En desarrollo
UTA Industrial Campus Saucache Universidad de Tarapacá Región de Arica y Parinacota 2019 Marsino Arquitectos Francisco Gonzalez C. Efizity  Precertificado
Facultad de Medicina Universidad de Atacama Universidad de Atacama Región de Atacama 2019 Bortnik Yurisic Arquitectos Asociados Ltda. Catalina Yurisic 88 Limitada Precertificado
Facultad Medicina y Centro Simulación Clínica UC del Maule  Universidad Católica del Maule Región del Maule 2019 88 Limitada Mauricio Ramírez WSP Precertificado
Universidad de Aysén Universidad de Aysén Región de Aysén 2019  Mas Fernández Arquitectos, Santiago Valdivieso y Laura Signorelli Antonio Espinoza P. 88 Limitada Precertificado
Edificio Inclusión y Servicios Estudiantiles Campus San Joaquín  Pontificia Universidad Católica de Chile Región Metropolitana 2020 Alberto Moletto Jose Jodar  Pendiente En desarrollo

Estrategia Nacional de Huella de Carbono Sector Construcción fija su plan trianual

Expertos y representantes del mundo público y privado trabajan en un sistema que se integrará a las certificaciones existentes (CES y CVS), considerando todas las emisiones de gases de efecto invernadero, en el ciclo de vida completo de la edificación.

Hace casi un año se instauró la Mesa Huella de Carbono Sector Construcción, gracias al convenio de colaboración entre el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) y el Instituto de la Construcción, con la secretaria ejecutiva de Construcción Sustentable del Minvu, Paola Valencia, a la cabeza. En primera instancia, un comité conformado por expertos de carácter técnico y representantes directivos del sector público y privado, definió ciertos aspectos básicos, previos al desarrollo de una estrategia nacional, tales como objetivos, alcance, actividades necesarias, plazos disponibles, actores, posibles fuentes de financiamiento y resultados esperados.

Esa primera fase terminó a fines de abril de este año, con significativos avances, según Rodrigo Narváez Sotomayor, secretario ejecutivo del Instituto de la Construcción, quien explicó que la mesa organizó a las instituciones públicas y privadas, buscando consensos en favor de la creación, desarrollo y fortalecimiento de una base de datos, línea base, calculadora simplificada de huella de carbono y metodología de monitoreo, revisión y verificación, para el ciclo de vida completo de la edificación, en línea con normativas internacionales.

Paola Valencia, encargada de la Secretaría Ejecutiva de Construcción Sustentabie del Minvu, enfatiza que “el trabajo de levantamiento de información sobre los impactos del sector que se desarrolla a través de este comité es crucial, ya que hay escases de estos datos en el país y, por sobre todo, porque sabemos que gestionar la huella nos va a permitir reducir impactos ambientales, hacer más eficientes los procesos y utilizar menos recursos naturales, lo que traerá, además, beneficios para productividad del sector, el medioambiente y la calidad de vida de las personas”.

El trabajo mancomunado permitió establecer un plan de trabajo a tres años para el proyecto “Estrategia Nacional de Huella de Carbono Sector Construcción”. En esta etapa, el grupo definió las bases técnicas para el estudio sobre estado del arte nacional e internacional de alternativas metodológicas para levantamiento de datos, monitoreo, reporte y verificación y calculadoras de huella de carbono.

“A partir del trabajo desarrollado por el comité, en 2019, se definieron lineamientos básicos para la Estrategia Nacional de Huella de Carbono para el sector construcción. Esta deberá ser profundizada y terminada durante 2020 en el comité constituido en el Instituto de la Construcción por mandato del Minvu”, explica Rodrigo Narváez.

Carbono neutralidad 2050

Para que el sector construcción tienda a la carbono neutralidad, con miras a 2050, se identificaron tres niveles de trabajo:

a) Sectorial: información de utilidad para actores como el gobierno y la academia. Se consideran los requerimientos de diferentes ministerios y la identificación de la calidad de información necesaria para satisfacer sus requerimientos.

b) Edificación (Certificaciones): información de utilidad para los actores relacionados con acciones de planificación, diseño, construcción, operación y ocupación de edificaciones (residenciales, no residenciales) e infraestructura. El sector tiene requerimientos de información asociados al alcance de certificaciones de edificios y esquemas para demostrar la sustentabilidad de los proyectos en su ciclo completo o parcial. De esta manera, se espera que se integre con CES y CVS, fortaleciendo la línea de huella de carbono en las certificaciones nacionales.

c) Productos (Ecodiseño): la huella de carbono de los materiales, productos, equipos y sistemas utilizados en el sector construcción afecta directamente el carbono incorporado a las construcciones.

Finalmente, se establecieron tres ejes de trabajo:

a. Levantamiento de base de datos de huella para el ciclo completo de la edificación, definiendo sistemas constructivos y tipologías de edificios a evaluar.

b. Una metodología de monitoreo, reporte y verificación de huella de carbono para el ciclo de vida completo de la edificación.

c. Definición de una metodología para calculadora de huella de carbono para estimar impactos desde la etapa de diseño.

Según el secretario ejecutivo del Instituto de la Construcción, la construcción es clave en la reducción de la huella de carbono del país, en alianza con otros sectores económicos. Sin embargo, no existe hasta ahora un sistema de certificación de huella de carbono de productos (incluyendo edificios) que considere todas las emisiones de gases de efecto invernadero en el ciclo de vida completo de la edificación, que permita levantar información sobre la huella del sector.

Por eso, a nivel macro, los sistemas para la medición de la huella de carbono cubiertos en esta revisión conjunta tienen dos grandes objetivos: el análisis de las decisiones de diseño para apoyar el diseño más sustentable de edificaciones y la certificación del desempeño ambiental de un producto de construcción o una edificación en su ciclo completo o parte de él.

Hoja de ruta

Para gestionar de forma efectiva la huella de carbono en el ciclo de vida de la edificación e infraestructura nacional, la mesa de trabajo propuso ocho acciones críticas:

  1. Establecer un sistema de medición, reporte y verificación (MRV) que facilite el cálculo de la huella de carbono en la industria.
  2. Definir modelo de gestión sostenible para el sistema de MRV.
  3. Lograr una transformación más rápida del sector hacia la construcción baja en carbono, impulsada por las asociaciones.
  4. Generar incentivos transversales que aceleren la medición de la huella de carbono en todo el ciclo de vida de las edificaciones.
  5. Hacer más transparente el proceso de medición de la huella de carbono.
  6. Estandarizar códigos y prácticas para aumentar la comparabilidad de los resultados.
  7. Crear herramientas de uso masivo que faciliten la medición de la huella de carbono en todo el ciclo de vida de la edificación
  8. Generar más datos de huella de carbono y conectar los resultados de todo el ciclo de vida de las edificaciones

Entre las instituciones participantes en la mesa se cuentan: el Minvu, el MOP, el Ministerio de Energía, el Ministerio de Medio Ambiente, Chile Green Building Council, ADDERE – International EPD System, la Asociación Chilena del Vidrio y Aluminio, la Cámara Chilena de la Construcción, Certificación Edificio Sustentable, la Corporación Chilena de la Madera, la consultora ECOEd, EDGE Chile, el Instituto del Cemento y del Hormigón, la Pontificia Universidad Católica, la Universidad Andrés Bello, la Universidad de Chile, Volcán, WSP Chile y, por supuesto, el Instituto de la Construcción.

Puente Alto se prepara para recibir hospital de alta complejidad con sello Plus Operación

El nuevo Hospital Provincia Cordillera destaca por sus características de diseño pasivas y activas, que apuntan a reducir el consumo de energía e incorporar fuentes de generación limpias más elementos de control de radiación en la envolvente del edificio.

Diseñado y construido por Sacyr, el Hospital Provincia Cordillera de la Red de Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente promete garantizar el confort a sus usuarios, gracias a su diseño integrado que combina las mejores estrategias pasivas y activas para alcanzar la máxima eficiencia. Actualmente, el proyecto se encuentra en la sub etapa 3 Diseño General, período de observaciones y revisiones a la documentación entregada.

“Durante la presente sub etapa se ha desarrollado la especialidad de arquitectura en coordinación con cálculo, instalaciones y del resto de especialidades como protecciones radiológicas y mobiliario clínico, entre otras. Además, se ha desarrollado el diseño general de la urbanización exterior en coordinación con paisajismo y pavimentación. Por otra parte, se está estudiando la funcionalidad hospitalaria en el diseño de arquitectura”, explican en Sacyr Ingeniería e Infraestructuras Chile.

El nuevo establecimiento de alta complejidad centrará sus servicios en la atención cerrada (hospitalización) con capacidad total para 394 camas, conjuntamente con la cobertura de todas las especialidades médicas de baja y mediana especialidad. En tanto, la atención abierta (atención ambulatoria de especialidades) se realiza en el Centro de Referencia de Salud (CRS), ubicado en el mismo terreno, desde el primer trimestre de 2017.

El complejo contará con un edificio principal ubicado en el sector poniente del terreno, que dispone de nueve niveles superiores y tres subterráneos; y un edificio técnico ubicado al norte del terreno, por calle Hijuelas, entre el edificio principal, el CRS y otro destinado a sala cuna, jardín infantil y club escolar, ubicado en el sector sur oriente del terreno y contiguo al acceso que da a Av. Eyzaguirre. Todos los edificios se unirán a través de un patio central en el nivel -1, el cual conecta el conjunto arquitectónico con el CRS. “Se ha considerado la configuración de los servicios teniendo en cuenta la diferenciación de las circulaciones de público y funcionarios, para mejora de las interrelaciones entre servicios, lo que optimizará la operación y delimitará circulaciones en zonas restringidas”, detallan en Sacyr Ingeniería e Infraestructuras Chile.

Sello Plus Operación

La certificación CES Hospitales de edificio sustentable con el sello Plus Operación es una de las cualidades que hacen único al recinto, ya que es el primer edificio en optar a él. El sello Plus Operación busca asegurar que todas las estrategias incorporadas en diseño y construcción sean efectivas en la etapa de operación de edificio.

En este ámbito, la asesora Javiera Salazar ha sido partícipe del diseño integrado que permite incorporar las mejores estrategias pasivas y activas en todas las especialidades involucradas, garantizando las mejores opciones de confort interior y maximizando los beneficios económicos, sociales y ambientales del proyecto. “Es clave participar en todas las etapas de diseño del proyecto, donde se realizan simulaciones energéticas, lumínicas, ahorro hídrico y correcto uso de materiales, con el fin de lograr un diseño óptimo para el bienestar de los pacientes y para todos sus usuarios”, comenta.

En este aspecto, las estrategias para conseguir una correcta eficiencia energética son: la incorporación de características de diseño pasivas, como la minimización de puentes térmicos o la reducción de consumo energético con estrategias, tales como la dotación de iluminación natural en la mayor cantidad de recintos; y activas como el uso de energía solar y la incorporación de elementos que controlan la radiación en la envolvente del edificio, en las fachadas con mayor exposición.

“Actualmente, nos encontramos en la evaluación de las características y propiedades de materiales que mejoren los comportamientos energéticos y será en la subetapa siguiente (subetapa de detalles), en la que se podrán concretar las tipologías a considerar en el diseño del proyecto. Se evalúan y revisan tipologías de materiales que mejoren la eficiencia energética como los quiebravistas, tipologías de vidrios y aislamientos térmicos”, explican en Sacyr Ingeniería e Infraestructuras Chile.

Criterios de diseño

  • Conexión con CRS Provincia Cordillera existente.
  • Accesibilidad Universal.
  • Relaciones funcionales eficientes entre unidades.
  • Eficiencia energética.
  • Flexibilidad para futuro crecimiento.
  • Flexibilidad para enfrentar contingencias estacionales.
  • Atención Hospitalaria Cerrada y Atención Ambulatoria Abierta.

Capacidad 

  • 394 camas.
  • 10 pabellones.
  • 24 puestos de diálisis.
  • 46 boxes de atención.
  • 56 boxes de urgencias.
  • 599 estacionamientos.

El rol de los indicadores sociales en la valorización de residuos

La Plataforma Industria Circular de la Región de Valparaíso, proyecto FIC financiado por el Gobierno Regional, ayudará a mejorar la competitividad territorial del sistema productivo y a desarrollar  la sustentabilidad social mediante la creación de valor compartido.

El investigador del proyecto Plataforma Industria Circular de la Región de Valparaíso y trabajador social Álvaro Bello, trabajó en la identificación de los indicadores sociales vinculados a la gestión de residuos, en la que se consideraron dos elementos fundamentales: el tipo de residuo-producto y la categoría de stakeholders o parte interesada receptora del impacto potencial de cada residuo-producto.

“En términos generales, estamos hablando de indicadores de impactos sociales potenciales relacionados a las externalidades positivas o negativas, de acuerdo a subcategorías de impacto social derivadas de la parte interesada (trabajadores) vinculados al proceso de gestión de los distintos residuos gestionados por la plataforma. Es decir, se definieron los indicadores de impacto social potencial considerando las convenciones y directrices nacionales e internacionales relacionadas a los trabajadores”, explica Álvaro Bello.

Así, esta propuesta de indicadores está en línea con otras de orden internacional, tales como las normas ISO 26.000, con la Guía Social LCA,  y con el recientemente actualizado estándar GRI 306 sobre Residuos, de acuerdo con el profesional.

Según el investigador, el proyecto exige alimentar una base de datos con información de las subcategorías de impacto social de los trabajadores vinculados directamente a la gestión de cada uno de los tipos de residuos-productos. Probablemente, esto implicará recabar los datos a partir de un formulario que deberá ser completado por el “oferente” del residuo-producto.  “No obstante, lo anterior deberá estar en sintonía con la manera en que se inserten los indicadores ambientales para resguardar el carácter de integralidad de la plataforma”, detalla.

La Plataforma Industria Circular, proyecto desarrollado por la Universidad de Valparaíso, a través de la Facultad de Ingeniería y dirigido por la académica Patricia Martínez, busca mejorar la competitividad regional, en particular de su sistema productivo, además de contribuir al desarrollo de la sustentabilidad social, mediante la creación de valor compartido, es decir, generar valor económico que, al mismo tiempo, aporte a la sociedad, tomando en cuenta sus necesidades y desafíos. En este aspecto, Álvaro Bello, sostiene que una iniciativa de características sustentables, particularmente en lo social, debe articularse bajo un modelo sinérgico de gobernanza, que regule la dinámica relacional entre los distintos actores del territorio involucrados directa e indirectamente. “Parte importante del éxito de aquello es propender a la generación de capital social, es decir, desarrollar confianza, cooperación y reciprocidad entre los grupos de interés”, argumenta.

Y es muy relevante incluir este parámetro social al proyecto, ya que desde la perspectiva del desarrollo sustentable, el pilar de la sustentabilidad social siempre ha sido relegado por diversas razones, como la predominancia de llevar su discusión y análisis a las áreas del conocimiento ambiental y económica. No obstante, a juicio de Bello, una de las principales razones es su dificultad de ser cuantificada o normalizada, ya que lo social en sí mismo responde a situaciones más cercanas a lo cualitativo fenomenológico. Sin embargo, “junto al equipo interdisciplinario de profesionales, se ha desarrollado una propuesta de indicadores impacto social como una manera de avanzar en su estandarización y monitoreo, los que son integrados en la Plataforma Industria Circular como una forma de relevarlos y aportar efectivamente a una industria de gestión de residuos más sustentable y circular”, precisa.

Un giro en la cultura productiva

En este sentido, proyectos como éste buscan generar las condiciones necesarias y suficientes para el surgimiento de un ecosistema industrial acorde con el desafío de cambio en la cultura productiva y de consumo que involucra modificar instituciones para su desarrollo sustentable. “La plataforma recoge las directrices de la ecología industrial, y como tal, los efectos de los distintos flujos (energía, materiales, etc.) de las actividades industriales y de consumo. Uno de los elementos relacionados a estos flujos es la influencia de factores sociales, en este caso a la gestión de los residuos-productos”, comenta el investigador.

De esta manera, incluir indicadores sociales en la plataforma facilitará el desarrollo de una herramienta de gestión de los residuos-productos que sea lo más integral posible. “Los indicadores sociales permitirán determinar los impactos sociales potenciales de dichas actividades o flujos en torno a la gestión de los residuos-productos recogidos en la plataforma. Desde una mirada amplia, su inclusión ayuda a incluir la dinámica social relacionada al sistema productivo industrial de la región”, detalla Álvaro Bello.

El camino hacia la economía circular considera que la producción y el consumo sean sustentables en el centro de sus actividades, para mejorar el desempeño social y ambiental de la mano de una rentabilidad económica sostenida que redundará en un mayor bienestar de las personas. En este sentido, la experiencia de Plataforma Industria Circular promueve el posicionamiento de la dimensión social de la sustentabilidad en los sistemas de gestión industrial, pero también en el consumo en la región y en el resto del país. Ahora, más allá de la RSE, cuya mirada puede ser parcial, el investigador cree necesario iniciar un camino para conformar y consolidar un sistema de indicadores de impacto social que permita, sobre todo en el actual contexto sanitario, proporcionar herramientas homologables y validadas, conducentes cada vez más incorporar criterios objetivos de impacto social.

Indicadores según subcategorías de impacto social potencial predefinidos para determinar en la Plataforma Industria Circular

Subcategorías de Impacto Social Potencial Indicador
Salario justo Porcentaje de trabajadores que reciben el “salario justo” asociados a la gestión directa del residuo-producto.
Horas de trabajo Porcentaje de trabajadores que cumplen jornada laboral ordinaria (número de horas efectivamente trabajadas) asociada a la gestión directa del residuo-producto.
Igualdad de oportunidades laborales Porcentaje de participación de mujeres en la fuerza laboral asociada a la gestión directa del residuo-producto.

Menos CO2 debido al confinamiento: un respiro para una crisis de largo aliento

Las medidas adoptadas por gobiernos de todo el mundo -de cara al coronavirus- redujeron temporalmente los niveles de emisiones, generando un cambio en la calidad del aire. Sin embargo, la crisis climática está lejos de solucionarse, lo que nos invita a reflexionar y reconvertir procesos.

Un estudio publicado en Nature Climate Change reveló una reducción temporal de las emisiones diarias globales de CO2, durante el confinamiento forzado que provocó el COVID-19. La investigación -que abarcó a 69 países- mostró el declive máximo el 7 de abril, cuando se registró una disminución de 17% en comparación con la misma fecha del año pasado. Esto significó una caída de alrededor de 18,7 millones de toneladas de dióxido de carbono, con estimaciones basadas en datos de emisiones diarias promedio de entre 2017 y 2019.


La disminución de la contaminación a los ecosistemas, según el decano de la Facultad de Ciencias Básicas de la Universidad Católica del Maule (UCM) y especialista en abejas, Dr. Víctor Hugo Monzón, pues cree que, en Chile, esto podría reflejarse en un aumento de los polinizadores. “Sin embargo, la sequía que aún nos afecta, así como la disminución de las temperaturas por el cambio de estación, podría enmascarar este fenómeno”, señala.


Pese a ello, no hay que cantar victoria. El director ejecutivo de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), Giovanni Calderón Bassi, reconoce que el confinamiento de millones de personas en el mundo trajo como consecuencia una reducción de las emisiones globales de CO2, pero recalca que esto no significa que estemos ganando la batalla frente a la crisis climática. “La comunidad científica viene advirtiendo que la concentración de CO2 en la atmósfera ha marcado récords históricos y el hecho de que hayamos reducido nuestras emisiones por la pandemia no significa que estemos superando el problema. Seguimos con la urgencia climática”, afirma.


Una señal de alerta

Si bien ha bajado drásticamente el tráfico vehicular y aéreo, el suministro de energía no lo ha hecho y todavía proviene -en gran parte- de combustibles fósiles. “En Chile, el sector energía genera el 78% del total de emisiones del país, y en el mundo dos tercios de las emisiones mundiales se deben al modo que producimos y usamos la energía”, detalla Giovanni Calderón. 


Según el ejecutivo, la diferencia entre la crisis sanitaria y la climática es que la primera es de corto plazo, muy intensa y grave, pero la segunda se ha producido por la acumulación en el tiempo y su solución requiere medidas de largo plazo. “Por eso, es importante no perder esto de vista para efectos de cómo reactivar la economía, sin producir externalidades ambientales más negativas que las que se veían antes de la pandemia”, sostiene.


En este sentido, el director ejecutivo de la ASCC cree que la reactivación económica tras la pandemia debe ser mirada como una oportunidad para la reconversión de los procesos productivos. “En Chile, las autoridades nacionales tienen conciencia que tenemos que salir de esta crisis por una vía sustentable, reafirmando el compromiso que tenemos como país de reducir un 30% de emisiones para el 2030”, añade.
Por su parte, el director del Laboratorio de Ecología de Abejas y decano de la Facultad de Ciencias Básicas de la UCM, Víctor Hugo Monzón, estima que este es un buen momento para tomar conciencia ambiental. “Esto que está pasando debe ser una enseñanza para la humanidad. La pandemia que nos afecta en lo económico y en lo social, también nos entrega la posibilidad de que hagamos un cambio en nuestras vidas, al darnos cuenta que el planeta está mucho más sano, ambientalmente hablando, con lo que está ocurriendo. Es una señal importante de que tenemos que adecuar nuestra producción y desarrollo, preocupándonos de contaminar y dañar menos al planeta”, reflexiona.

Fotografía: Alisha Lubben from Pexels

Certificación Edificio Sustentable expuso sus avances en webinar de Chile GBC

En el encuentro, en el que también se lanzó la Certificación Vivienda Sustentable, participaron el ministro de Vivienda, Cristián Monckeberg; Paola Valencia, también del Minvu, y el jefe de CES, Hernán Madrid, entre otros especialistas.

Una de las líneas de trabajo de Chile Green Building Council (Chile GBC) es fomentar el desarrollo de la construcción sustentable y promover la certificación de edificaciones. Por eso, el organismo organizó el webinar “Sistemas de Certificación Nacionales, CES y CVS”, moderado por su directora ejecutiva, María Fernanda Aguirre, quien destacó la oferta de cursos y talleres que contribuyen a la capacitación y difusión de las herramientas CES y CVS.

En la actividad, el ministro de Vivienda y Urbanismo (Minvu), Cristián Monckeberg compartió un mensaje sobre la relevancia de la sustentabilidad para la cartera, y participaron la encargada de la Secretaría Ejecutiva de Construcción Sustentable del Minvu, Paola Valencia; la jefa de Sustentabilidad del Centro Tecnológico para la Innovación en la Construcción (CTeC), Natalia Reyes; y el jefe de Certificación Edificio Sustentable (CES), Hernán Madrid.


En su alocución, el secretario de Estado valoró el trabajo de todos quienes hicieron posible la Certificación Vivienda Sustentable (CVS), herramienta en la que participaron gremios, académicos e instituciones públicas y privadas, pero llamó a masificar el sistema. “No puede quedar en las buenas intenciones, no puede quedar solo en las viviendas donde hay recursos públicos, sino también en las privadas. Sería bueno crear instrumentos de mayor fomento a la CVS. La banca, que otorga los créditos, también podría incorporarse de manera activa porque, evidentemente, si la certificación tiene ventajas, respecto de otras viviendas, va a ser un tremendo impulso”, señaló Cristián Monckeberg.


Cambio climático
La Política Nacional de Desarrollo Urbano en Chile -que está basada en el desarrollo sustentable- establece metas claras. Según la encargada de la Secretaría Ejecutiva de Construcción Sustentable del Minvu, Paola Valencia, estas se enfocan en mejorar la calidad de vida de las personas y de las ciudades; fortalecer la gobernanza desde la descentralización; y hacer modificaciones de los cuerpos legales para habilitar ciudades con mejor bienestar. “Las ciudades deben ser conscientes de sus impactos ambientales, por lo tanto, debemos proteger el medioambiente a través de los nuevos procesos de diseño y construcción de ciudades”, enfatizó.


Asimismo, Paola Valencia recordó que el Minvu está cubriendo 12 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), focalizándose en aspectos de desarrollo tales como equidad social, reducción de la pobreza, producción y consumo responsable. En este contexto, la especialista en construcción sustentable comentó que -acorde con las políticas de cambio climático a las que responde el ministerio- se comprometió la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable como un instrumento de seguimiento a la contribución a mitigación. En tanto, en el ámbito de la adaptación lo hizo con un plan de adaptación al cambio climático. “Este año se presentó la actualización de la NDC, con los compromisos nacionales y, en particular, el sector de edificación propone iniciativas que pueden aportar al 17% de reducción de emisiones, dentro del marco estratégico total que busca la carbono neutralidad para 2050”, puntualizó Paola Valencia.


Los cuatro ejes de acción de la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable son: educación, que implica definir y normar; hábitat y bienestar; innovación y competitividad; y gobernanza, que apunta a la mirada holística y el trabajo integrado. Y es en este contexto que las certificaciones componen una familia centrada en ellos. La recién lanzada Certificación Vivienda Sustentable, por ejemplo, promueve viviendas amigables con el entorno urbano y el medioambiente, con menor costo de producción, definiendo un estándar de sustentabilidad que considera criterios económicos, ambientales y sociales. Respecto a la estructura de la CVS, la jefa de sustentabilidad del CTeC, Natalia Reyes, explicó que esta consta de 47 variables que son evaluadas a través de 76 requerimientos que determinan acciones a seguir y estrategias a implementar con los objetivos de cada variable. “Actualmente, contamos con 44 proyectos registrados que corresponden a 6.833 viviendas con cobertura en las regiones Metropolitana, Del Maule, De la Araucanía, De Los Lagos y De Los Ríos”, señaló. Uno de los proyectos emblemáticos de la CVS es el primero que ha sido precertificado, Edificio Goycolea 100, en La Cisterna, que obtuvo 62, 5 puntos.


Los avances de CES

Luego de relatar cómo opera el sistema que evalúa, califica y certifica el comportamiento ambiental de edificios de uso público, el jefe de CES, Hernán Madrid, enfatizó que “Dos tercios de las variables de CES son de comportamiento pasivo, que solo por diseño logran las características de sustentabilidad del edificio y, luego, se acude a variables activas”. Además, Hernán Madrid, se refirió a la diferenciación según la zona climática y por condiciones geográficas, pues, un paso fronterizo, por ejemplo, no tiene acceso a red de alcantarillado o red eléctrica.


CES cuenta con 319 edificios en proceso de certificación de todas las regiones del país, la mayoría fuera de la Región Metropolitana. En su exposición, el jefe de CES, mostró algunos de los proyectos que se han inscrito, dentro de los cuales destacan recintos de salud como el Hospital de Alto Hospicio, en Iquique; el Hospital de Linares, en la Región del Maule; los hospitales Cordillera y Sótero del Río, ubicados en la Región Metropolitana. Dentro de los proyectos precertificados, destacan el Hospital Biprovincial Quillota Petorca, que obtuvo 62 puntos en 2018; y el Hospital de Curicó, que logró 70 puntos. En tanto, los edificios certificados que mencionó Hernán Madrid fueron: la Escuela Bernardo O’ Higgins de Tocopilla (certificada en 2017), que luego de un año de funcionamiento registró un consumo de energía de 14 kw/m2 al año; la Escuela Miguel Anabalón Sáez de Panguipulli (certificada en 2015), que consume entre 33 y 37 kw/m2 por año y que puede funcionar con iluminación natural de septiembre a marzo.


Por otra parte, Madrid comentó que en 2019, se realizó la primera versión del Premio CES, en la que resultó ganador el Centro Día del Adulto Mayor de Punta Arenas, que obtuvo su certificación destacada en 2018. En tanto, el segundo lugar se asignó al Cuartel de Bomberos de Cunco, mientras que el tercero recayó en el Centro Elige Vivir Sano de Caldera. En este ámbito, el jefe de CES, adelantó que ya se prepara una segunda versión de dicho certamen, que reconoce a edificios con alta puntuación.


Plan CES 2020-2023

Dentro de los desafíos CES para los próximos dos años figuran: la creación de la versión de edificios existentes, que no se basa en el cumplimiento de un estándar, sino en la certificación de mejoras en sus condiciones de calidad de ambiente interior, uso de agua y gestión de residuos, entre otros aspectos; el desarrollo de la versión CES para aeropuertos e infraestructura; el desarrollo de la versión para centros comerciales; y el diseño de un modelo de certificación para Latinoamérica y el Caribe, basado en realidades locales, climáticas y geográficas, siguiendo el espíritu que el Instituto de la Construcción ha tenido con la elaboración del “Código Modelo Sísmico”.

Con diseño integrado y sustentable el Hospital Sótero del Río busca la certificación CES

El diseño del complejo que depende del Servicio de Salud Metropolitano Oriente apunta a conseguir el confort térmico con el mínimo requerimiento energético, tanto para calefacción como para enfriamiento.

En 2019, una medición de 200 establecimientos de salud de Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Cuba, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, ubicó al Complejo Asistencial Dr. Sótero del Río en el número 24, con un 65,97% de cumplimiento en indicadores de seguridad y dignidad del paciente, capital humano, capacidad, gestión del conocimiento, eficiencia y prestigio, así como dignidad y experiencia del paciente. Ahora, viene una nueva etapa, un nuevo hospital, con múltiples ventajas, gracias al proyecto de reposición que cuenta con la asesoría CES de Rodrigo Escobar.

El edificio -que está en etapa de diseño- tendrá 12 pisos y albergará a 710 camas, aspirando a la certificación CES nivel destacado. “Se están considerando medidas pasivas para el mejoramiento de los elementos opacos y vidriados, que van a resolver de forma integral los aspectos lumínicos, térmicos y acústicos vinculados al confort de los usuarios y la reducción de las demandas de energía”, explica Rodrigo Escobar.
Actualmente, se están haciendo las modelaciones lumínicas de todo el proyecto, que buscan el máximo aprovechamiento de luz natural apuntando a un mínimo consumo energético en iluminación artificial. Además, el asesor explica que se están realizando las iteraciones para optimizar el desempeño de las protecciones solares, para un mínimo deslumbramiento, evitando ganancias solares que puedan incidir en los requerimientos de frío del edificio, especialmente, en verano.
Calidad del aire

Las modelaciones HVAC, en tanto, apuntan a conseguir el confort térmico con el mínimo requerimiento energético para calefacción y enfriamiento. La óptima calidad del aire se obtendrá mediante sistemas activos que ingresan aire exterior, controlado y tratado, al interior del edificio. Igualmente, se están evaluando soluciones para el aislamiento acústico de las fachadas. En el ámbito de los recursos hídricos, el complejo tendrá griferías de bajo consumo, así como sistemas de riego eficiente, para reducir los requerimientos de agua. “Es un proyecto de eficiencia energética muy amplio, que aborda temáticas relacionadas con CES, pero que también son parte del estándar de salud. La certificación CES es un plus adicional”, destaca Escobar, que ha ido avanzando por etapas para consolidar la precertificación en febrero de 2021.
Lograr el diseño integrado es el gran desafío en esta edificación, en la que participan muchos profesionales. “La sustentabilidad apunta a ser amigable con el medioambiente en todos los aspectos, con la máxima reducción de consumo, demanda y aprovechamiento de la iluminación natural. Por eso, la coordinación es lo más relevante”, indica Rodrigo Escobar.
Ficha técnica

  • Superficie construida total: 213.864 m²
  • Superficie útil: 192.837 m²
  • Superficie del terreno: 258.357 m²
  • Superficie de paisajismo: 156.000 m² aproximados.

El confort térmico, acústico y visual de los hospitales sustentables

Ahorros en energía y agua, confort ambiental interior y un óptimo manejo de los residuos caracterizan al Hospital Alto Hospicio, que se basa en un modelo eficiente y sustentable.

Este año se inscribieron en Certificación Edificio Sustentable dos proyectos clave para la salud pública chilena: el Hospital Base de Linares, ejecutado por el Servicio de Salud Maule, y el Hospital Alto Hospicio, cuyas cualidades fueron destacadas por los asesores CES de la consultora B-Green.

Ubicado en Calle Alemania Lote M-5, Alto Hospicio, Región de Tarapacá, el edificio mandatado a la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (MOP), que actúa como Unidad Técnica, destaca por el diseño de una envolvente de alta eficiencia que da respuesta a las exigentes condiciones de su emplazamiento en la zona norte litoral. Según explican en B-Green, un sistema de protecciones solares compuesto por lamas verticales equidistantes, permite proteger de la radiación solar y posibles deslumbramientos al interior de los recintos del hospital. 

Por supuesto, características como las mencionadas impactan en la reducción de la demanda energética y garantizan condiciones de confort a los usuarios.  Asimismo, gracias a los sistemas activos se prevé un ahorro de hasta el 46% de consumo energético, mediante el diseño de un planta de producción para calefacción y enfriamiento centralizada y común para todo el hospital.

“El diseño del edificio basado en un modelo eficiente y sustentable garantiza condiciones de confort térmico, acústico y visual, lo que incide en el bienestar y la salud de los pacientes, del personal médico y administrativo; tanto en los procesos de recuperación como en las actividades laborales y de atención diarias”, comentan en B-Green.

Además, el proyecto -que beneficiará a unos 130 mil habitantes- cuenta con un diseño paisajístico de vegetación de bajo requerimiento hídrico, lo que permite un significativo ahorro en la demanda de agua potable, de hasta el 80%.

Según los especialistas de B-Green, el diseño integrado de especialidades en el hospital es clave, ya que permite maximizar beneficios económicos, ambientales y sociales. Se trata de un proceso colaborativo entre proyectistas de las especialidades vinculadas a la eficiencia energética y la sustentabilidad, por medio del cual se realiza un constante seguimiento, verificación y asesoría de los proyectos, a través de simulaciones virtuales, cálculos y evaluaciones prescriptivas. De esta manera, se logran los máximos ahorros en energía, agua, confort ambiental interior y un óptimo manejo de los residuos.