Del check list a la arquitectura

Por Ronald Scheel Bass, arquitecto y asesor CES.

¿Hasta cuándo hablaremos de arquitectura sustentable como si la sustentabilidad fuera una cualidad externa a la arquitectura? ¿Estará aún vigente el compromiso con la buena arquitectura o la sustentabilidad se la está devorando?

Muchas veces se ha dicho que los procedimientos de certificación sustentable más parecen un “check list” que un verdadero sistema promotor de una arquitectura de calidad. Esto, aunque no fuera cierto, nos pone en alerta. Una posible confirmación atentaría en contra del sano principio que ostentan los procedimientos de medición y evaluación de la “sustentabilidad” de los edificios, dentro de los cuales se incluye CES. Definitivamente, estos procesos deben poner al usuario, al ocupante del espacio, en el centro de atención. Y cada vez más. Y esta es la esencia, la razón de ser de la arquitectura.

Hoy por hoy, el coronavirus tiene en jaque las tendencias inmobiliarias del momento y los análisis programáticos arquitectónicos de los edificios en general. Los espacios necesarios para nuestras actividades están repensándose, considerando nuevas necesidades, nuevas funciones. Los espacios más domésticos, más íntimos, como la vivienda, necesitan nuevos programas para dedicar al trabajo o al estudio, “sin salir de casa”. Y a esto hay que agregar nuevos y mayores tiempos de permanencia en los hogares. Por otra parte, los espacios públicos, de encuentro, compartidos, requieren ajustes como aumento en los metros cuadrados por persona, más ventilados, con protocolos de sanitización, espacios de espera o de transición. 

El coronavirus ha puesto en evidencia la importancia del diseño arquitectónico en cuanto a la calidad de este tipo de espacios se refiere. Y son los arquitectos desde la génesis del diseño que tempranamente disponen de las herramientas necesarias para la conducción adecuada en la planificación edilicia, en particular para los edificios de uso público a los que apunta CES.

Aunque parezca una perogrullada, el usuario debe ser el gran protagonista e inspirador en el proceso del “diseño sustentable”. En otras palabras, no debemos quedarnos en resolver la fórmula que permita la calificación buscada. Es necesario ir más allá de la atractiva imagen sustentable, pasando a lo más profundo del contenido de esa imagen. Es, en definitiva, un contenido que habla del usuario, de las personas ocupantes, de sus necesidades, de sus funciones mejor acogidas. Y, finalmente, de cómo estas personas perciben los aportes de estas metodologías.

Es en este sentido que quisiera poner énfasis en el aspecto “calidad medioambiental interior”, elemento de evaluación fundamental en CES y que toma especial relevancia en la concreción de mejores espacios. La inclusión de aspectos pasivos incorporados a la arquitectura, calidad en la relaciones entre recintos, y desde estos al exterior, aislamiento del ruido exterior, buena iluminación natural y aire interior, aspectos todos que apuntan al confort directo del ocupante y que contribuyen directamente en una mejor arquitectura. En definitiva, acciones que son consecuencia directa de un buen diseño arquitectónico. 

Y esta es una muestra de cómo los métodos de certificación ciertamente, lo queramos o no, se han transformado en promotores de edificios en donde las posibilidades de satisfacción de parte de los ocupantes se ve acrecentada.

Más que un check list, se debe tratar de la promoción de buenos resultados para un edificio que debe ir en beneficio de quienes los ocupan y como positivo aporte al desarrollo de sus actividades. Espacios de calidad porque se diseñan de manera consciente con respecto a quienes los usarán. Se trata de cómo vivimos los edificios no sólo cómo los vemos u observamos. 

La pandemia traerá cambios positivos en la arquitectura y así es que, salvo excepciones de fondo, no hay mal que por bien no venga. Es una oportunidad más para poner en valor la importancia que tiene el adecuado diseño de espacios que redunde en que nuestra actividades se desenvuelvan en ambientes de calidad. Es el fin que persigue la arquitectura y CES se ha transformado en un muy buen aliado.

Iluminación en la rehabilitación sustentable de edificios existentes 

Por Natalia Spörke, socia de Ecode SpA y asesora CES.

Actualmente, el desarrollo sustentable es una prioridad explícita de las políticas del Estado de Chile, preocupación compartida también por distintos actores del sector privado. Con este objetivo, la eficiencia energética en el sector de la construcción es un factor relevante para ayudar a alcanzar los objetivos de desarrollo sustentable del país. 

Gran parte del consumo energético asociado al rubro de la construcción se puede atribuir a la etapa de operación de los edificios, principalmente de los edificios existentes que no incorporaron estrategias sustentables y de eficiencia energética en su diseño. En este contexto, existe una gran oportunidad de reducir el consumo energético en la operación de los edificios mediante la rehabilitación con estrategias de diseño sustentable, abarcando los tres ámbitos de la sustentabilidad. Una rehabilitación sustentable reduce el impacto ambiental al disminuir el uso de sistemas mecánicas e iluminación artificial, se mejora la calidad ambiental interior para el beneficio de los usuarios, y se reduce el costo operacional de éstos, lo que en algunos casos genera que el proceso de rehabilitación resulte atractivo para el propietario, extendiendo el ciclo de vida del edificio. 

Parte significativa del consumo energético en edificaciones está asociado a climatización, ventilación e iluminación, por lo que son los principales focos de atención. La luz natural es un recurso disponible, siendo un factor primordial para el ahorro energético de los edificios, la cual al integrase en el diseño de un proyecto de iluminación artificial puede reducir entre un 20-40% del consumo energético asociado a la iluminación artificial (Yun et al 2010).

A diferencia de las nuevas construcciones, el desafío en la rehabilitación de edificios existentes es que la implementación de estrategias de diseño pasivo, eficiencia energética y sustentabilidad se ven limitados por las preexistencias, sobre todo en edificios con valor histórico y patrimonial. En estos casos, uno de los principales desafíos es el aporte de luz natural donde las condiciones y vanos de ventanas existentes no pueden ser intervenidos por su valor patrimonial. Al restringir las variables de orientación, forma y diseño de ventanas para el aporte de luz natural, el diseño integrado toma aún mayor relevancia, ya que las estrategias de diseño no serán mediante el dimensionamiento de vanos, estrategias de control solar y especificación de cristales, sino también tendrán gran influencia variables de diseño como la distribución programática, el trabajo de cubiertas para iluminación cenital y estrategias para la habilitación interior tales como definición de forma, reflectividad de los materiales y particiones interiores, entre otros. La limitación de intervención de edificios históricos para aporte de luz natural deberá complementarse con la iluminación artificial, adquiriendo gran relevancia el diseño integrado para combinar de forma eficiente y confortable la luz natural y artificial en el edificio. 

La luz natural es un recurso renovable y disponible en condiciones adecuadas durante periodos extensos del día en gran parte del mundo; es la fuente de luz con mayor eficiencia luminosa y reproducción cromática, la cual mejora la calidad lumínica interior de los edificios. Los beneficios de la luz natural han sido ampliamente reconocidos, dado que un recinto iluminado naturalmente presenta mejores condiciones de confort, beneficios para la salud y aumenta la productividad de los usuarios. 

En base a lo descrito, resulta esencial el trabajo integrado de las distintas especialidades para conservar y resaltar los valores de construcciones patrimoniales, y a su vez mejorar las condiciones de habitabilidad interior para cumplir con los estándares actuales.

Banco Santander lanza su 1º crédito hipotecario para viviendas con bajo impacto ambiental

Este producto, que está pensado para la compra de viviendas sustentables, también ofrece una tasa de interés preferencial para los clientes.

Banco Santander anunció el lanzamiento de su primer crédito hipotecario verde pensado para la compra de viviendas sustentables y bajas en impacto ambiental, basadas en certificaciones existentes en la industria, como la CVS, impulsada por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, y la Certificación LEED.

Este producto, que va en pos del planeta, beneficia también a los clientes con una tasa de interés preferencial. En efecto, Santander compensará la huella generada por cada hipoteca verde cursada. Esto, a través de la compra de bonos de carbono equivalentes a una tonelada,  además de realizar un aporte a las ONG que buscan conservar la biodiversidad de ecosistemas chilenos que son parte del programa Huella.

De esta manera, este nuevo producto de Santander se alinea con el objetivo de ayudar a los clientes a transitar hacia una economía más verde, compensar los impactos secundarios asociados a todo el proceso en cual intervienen terceros ajenos al banco y apoyar la protección de la biodiversidad del país.

Así lo resaltó el gerente general de Santander Chile, Miguel Mata, quien señaló que “una vez más queremos innovar con productos que sean atractivos para nuestros clientes y que también respondan a los desafíos que enfrenta el mundo. Este crédito hipotecario verde es reflejo de que nuestro Banco incorpora dentro de su estrategia el compromiso por contribuir al cuidado de nuestro planeta”.

La iniciativa también destacada por el ministro de Vivienda y Urbanismo, Felipe Ward, el cual indicó que “como Ministerio estamos muy contentos con este acuerdo. El Crédito Hipotecario Verde es un instrumento financiero para la adquisición de viviendas nuevas certificadas sustentablemente por el Minvu, donde se considerarán -entre varias especificaciones- dos iniciativas nuestras, como la Calificación y la Certificación Energética de Viviendas. Creemos que marca buenos precedentes en relación a la banca y las iniciativas verdes, este es un crédito que se hace cargo de la huella de carbono y el impacto ambiental que se produce en las viviendas”.

Este nuevo hipotecario se enmarca en “Santander verde”, una completa oferta de valor que busca impulsar productos ecofriendly y apoyar la inversión en empresas que sean social y medioambientalmente responsables

Santander verde y sus alcances

“Santander Verde” es una propuesta de valor integral para los clientes que, además de este nuevo crédito hipotecario, contempla otras alternativas ecofriendly, tal como el programa Huella de Carbono.

A través de este programa, los clientes pueden compensar voluntariamente el impacto ambiental de las compras realizadas con sus tarjetas de crédito Santander, haciendo un aporte a diversos proyectos de conservación en Chile o compra de bonos de carbono.Gracias al programa Huella, ya se han compensado más de 2.000 toneladas de carbono y se financió la primera etapa del proyecto “Corredores bilógicos para fauna nativa” en el Parque Hacienda el Durazno, administrado por la Fundación Llampangui en la Región de Coquimbo.

Y, una vez finalizado ese primer hito, las compensaciones se canalizan a la Fundación Huilo Huilo, y así contribuir a la implementación de un sistema de monitoreo para fortalecer su programa de reintroducción del huemul, en la Región de Los Ríos.

Además, “Santander Verde” contempla una alternativa para quienes buscan invertir. De hecho, a través de Santander Asset Mangament, los clientes pueden acceder al primer fondo mutuo con criterios ESG de la gestora, enfocada en compañías de alta calidad y con sólidos criterios medioambientales, sociales y de gobernanza.  Y esta oferta de valor, también pone a disposición de los clientes una serie de beneficios y descuentos en comercios sustentables, siendo esta una iniciativa pionera dentro de la industria financiera.

Fuente: El Dínamo

Los pilares en la sustentabilidad del Hospital Quillota Petorca

Losas prefabricadas, además de montaje en talleres de materiales enviados desde distintos puntos de Chile y el extranjero -como ventanas, puertas, fachadas y ductos de climatización- contribuyeron a que el proyecto se precertificara y dejar en alto su compromiso con la sustentabilidad.

Con la asesoría de B-Green y la evaluación del IDIEM de la Universidad de Chile, el nuevo Hospital Biprovincial Quillota Petorca logró un significativo cambio en la infraestructura sanitaria y, por supuesto, la precertificación CES (Certificación Edificio Sustentable). Esta mega obra hospitalaria, mandatada por el Servicio de Salud Viña del Mar Quillota y ejecutada por el Ministerio de Obras Públicas, quintuplica la superficie del Hospital San Martín de Quillota y está prácticamente listo, pues, según el equipo de Sacyr Ingeniería e Infraestructuras Chile, presenta un 98% de avance.

¿Cómo se llevó a cabo el proceso constructivo del establecimiento? Sacyr presentó su oferta de proyecto y construcción en el último trimestre de 2016, la que fue adjudicada y, luego, se firmó el acta que daba comienzo al contrato el 23 de enero de 2017, entregándose el terreno el 3 de marzo de 2017, para empezar la construcción en julio de 2017.

Para el proyecto, Sacyr creó el Consorcio Hospital Biprovincial Quillota Petorca, formado por SACYR y SOMAGUE INFRAESTRUCTURAS, el cual aportó la mayor parte del personal de la obra, organizado en 14 departamentos diferentes. Producción se organizó en cuatro equipos, uno para cada uno de los tres edificios diferenciados: TH o Torre de Hospitalización, el UPC o Unidad del Paciente Crítico y el CDT o Centro de Diagnóstico y Tratamiento, además de un cuarto equipo para los trabajos exteriores y de urbanización, además de las medidas de mitigación del EISTU (Estudio de Impacto sobre el Sistema de Transporte Urbano).

En estos más de tres años, las obras de construcción se vieron obstaculizadas por diversas situaciones, como un hallazgo arqueológico y la pandemia por COVID-19. Sin embargo, ya solo están pendientes unidades de remates, pruebas de instalaciones, manuales y capacitación.

Mucha industrialización

 “La obra presenta un grado de industrialización muy alto, empezando por las losas prefabricadas que se usaron en la obra gruesa y, en general, por el montaje en talleres de materiales que se enviaban desde distintos puntos de Chile y del extranjero: ventanas, puertas, fachadas, ductos de climatización, mamparas se montaban en el extranjero y se traían a obra para ser instalados, o se premontaban y se traían a obra para ensamblarlos en talleres e instalarlos directamente como producto terminado”, explican en Sacyr Ingeniería e Infraestructuras Chile.

Otro de los aspectos llamativos de esta gran obra hospitalaria es el estricto cumplimiento a la normativa de gestión de residuos, dispuesto en la RCA (Resolución de Calificación Ambiental) del proyecto. “A través del Departamento de Medio Ambiente del Consorcio se han llevado a cabo estrategias internas de clasificación de residuos, más allá de las exigencias normativas. Todos los residuos que salen de la obra son separados y catalogados, para ser conducidos a vertederos autorizados y plantas de tratamiento y valorización”, detallan los especialistas de Sacyr.

Hospital Quillota Petorca en cifras

  • 551 estacionamientos
  • 282 camas
  • 24 salas de procedimientos
  • 15 cupos de diálisis
  • 9 pabellones
  • 9 boxes de Unidad de Emergencia
  • 8 boxes odontológicos
  • 6 pisos, un subterráneo y un nivel terraza con acceso a helipuerto
  • 3 salas de parto integral
  • 1 multicancha

41 proyectos ya iniciaron el proceso para obtener la CVS

Gran interés ha generado en los desarrolladores inmobiliarios la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS), lanzada en mayo por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), con el propósito de poner a disposición de la industria de la construcción una herramienta que permita elevar los estándares constructivos de la vivienda residencial en Chile.

Si bien hay múltiples certificaciones internacionales consolidadas en el mercado, existía una necesidad por contar con un modelo nacional enfocado exclusivamente en las construcciones residenciales, que permitiera reflejar las distintas realidades constructivas, climáticas y contextos de la industria chilena a lo largo del territorio. 

En palabras de Erwin Navarrete, jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional del Minvu, la CVS es un paso crucial en materia de sustentabilidad en la construcción pues “gracias la colaboración de importantes actores del sector, hemos logrado implementar una herramienta que permitirá evaluar la sostenibilidad de lo construido y que nos pone en una posición de liderazgo en estas materias en Latinoamérica. Seguiremos trabajando porque los beneficios de la sustentabilidad lleguen a todos los sectores, en especial a los más vulnerables, pues es un buen camino para mejorar su calidad de vida”.

Actualmente la CVS cuenta con 41 proyectos registrados, tanto para precertificación como certificación, alcanzando con ello una cobertura de 462.626 m2 a lo largo de Chile. Las viviendas registradas en www.cvschile.cl están, principalmente, emplazadas en la Región Metropolitana, sin embargo, hay que destacar el trabajo desarrollado por el resto de las regiones, las que están fuertemente comprometidas por sumar más proyectos. Tal es el caso de la Región de los Lagos, que es la segunda zona con más proyectos inscritos, seguida por la Región de La Araucanía. En cuanto a las características de los proyectos, un 92% de ellos son viviendas en extensión y altura, y un 8% corresponde a viviendas unifamiliares. 

Goycolea 100, de Inmobiliaria Tarragona, ubicado en la Comuna de La Cisterna, se convirtió en el primer proyecto en precertificarse, alcanzando la categoría más alta del sistema, correspondiente al nivel sobresaliente. Gracias a las estrategias de sustentabilidad implementadas por Inmobiliaria Tarragona, en términos de eficiencia energética e hídrica, entre otros aspectos, el proyecto logra un ahorro promedio de un dividendo al año, el cual va en directo beneficio del usuario final. 

Para Natalia Reyes, Jefa de Sustentabilidad del Centro Tecnológico para la Innovación en la Construcción, entidad que está a cargo de la administración de la certificación “desde nuestras labores de administración del sistema hemos podido constatar el gran interés que ha suscitado la Certificación de Vivienda Sustentable, tanto a nivel de profesionales consultores en sustentabilidad y eficiencia energética, como entre los desarrolladores inmobiliarios. Es así como a la fecha, ya se cuenta con 142 profesionales acreditados como Asesores CVS y hemos visto entre los desarrolladores, que además de poner en valor los atributos sustentables de sus proyectos, buscan insertar el pilar de la sustentabilidad a nivel integral en sus propias operaciones”. 

Gracias a herramientas como la CVS, se incentiva al mercado inmobiliario a redoblar sus esfuerzos para avanzar hacia un modelo más sustentable y amigable con el medioambiente y, de esta manera, movilizar, tanto la oferta como la demanda por este tipo de construcciones. 

Fernando Colchero, Asesor de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios de Chile (ADI) e integrante del Comité Directivo de la CVS complementa “la creación de la CVS constituye un hito relevante en el camino para profundizar la penetración de la sustentabilidad en proyectos de vivienda. La CVS permite al comprador tomar una decisión más informada respecto al nivel de sustentabilidad de su vivienda, así como también, permite al desarrollador planificar de forma más precisa cuáles son las medidas de sustentabilidad que permiten alcanzar cada nivel de certificación”.

Desafío de los próximos años

Para complementar y potenciar todas las iniciativas que se están desarrollando para incorporar estrategias de sustentabilidad en el mercado inmobiliario nacional, es indispensable contar con instrumentos de fomento para promover este tipo de iniciativas. Tal es el caso de Banco Estado, que recientemente lanzó su plataforma “Mundo Verde”, la que agrupa, tanto a productos de inversión, como de financiamiento, cuyo objetivo es apoyar la reactivación económica de forma sostenible. Entre estos productos se destaca el crédito hipotecario denominado Ecovivienda, que consiste en un préstamo destinado a la adquisición de viviendas nuevas que cuenten con calificación energética con letra D o superior (A-B-C). Este dispondrá de una tasa del 1,79% anual, con un financiamiento del 80% y a 20 años plazo.

Beneficios para el desarrollador

Una vivienda con atributos de sustentabilidad, según la experiencia internacional, aporta un gran valor al activo inmobiliario desde el punto de vista de su comercialización. Junto con mejorar la imagen de la empresa posicionándola como un actor preocupado por los actuales desafíos medioambientales que enfrenta la sociedad y demuestra un uso eficiente de los recursos, tanto en su construcción como posterior operación. 

Beneficios para el usuario

La CVS permite al usuario mejorar su calidad de vida, pues transparenta la información sobre el estándar de una vivienda en términos de habitabilidad, confort interior, gasto de energía y agua. Contar con viviendas certificadas permite aportar al cuidado del medioambiente, ya que en éstas se han utilizado métodos y materiales amigables con el entorno, lo que reduce la huella de carbono de la vivienda.

Acerca de la Certificación de Vivienda Sustentable

Cabe recordar que la CVS es una herramienta que evalúa y valora, de manera objetiva, el estándar de viviendas en etapa de diseño y construcción, considerando criterios ambientales, sociales y económicos. A través de esta certificación es posible evaluar la correcta implementación de más de setenta estrategias o requerimientos de sustentabilidad, las cuales se encuentran agrupadas en seis categorías: salud y bienestar, energía, agua, materiales y residuos, impacto ambiental y entorno inmediato.

La CVS cuenta con dos etapas de certificación; por un lado, está la Precertificación, la cual se puede obtener en la fase de diseño, una vez que se ha obtenido el respectivo permiso de edificación, con el propósito de que el proyecto pueda comercializarse dando a conocer este atributo. Por otro lado, está la Certificación, la cual se obtiene luego de la recepción final de las obras, pues esta evalúa el proyecto ya construido.  Y por otra parte, la CVS cuenta con tres niveles de certificación denominados el más básico es “Vivienda Sustentable certificada”, el segundo nivel es “Vivienda sustentable destacada” y el tercer nivel y el más exigente es “Vivienda Sustentable Sobresaliente” según el puntaje que acumula el proyecto en el cumplimiento de los requerimientos de la certificación.

Su creación y desarrollo ha sido liderado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, con apoyo de los ministerios de Energía y del Medio Ambiente, además de la colaboración del Colegio de Arquitectos, la Asociación de Oficinas de Arquitectura, el Instituto de la Construcción, la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, la Corporación de Desarrollo Tecnológico, la Cámara Chilena de la Construcción y el Centro Tecnológico para la Innovación en la Construcción, entre otras entidades públicas y privadas. Esta última institución, será la encargada de administrar el sistema, durante los próximos diez años. 

Sustentabilidad y bienestar en edificios educacionales

Por Gonzalo Mut, asesor CES

Sin dudas, la contingencia sanitaria dejará honda huella en nuestras vidas, desde la forma en que nos relacionamos en el día a día, cómo trabajamos, cómo vivimos y en nuestras prioridades. Seguramente la salud será un factor determinante en nuestras decisiones de aquí en más. 

La arquitectura siempre ha sido el reflejo de nuestros estilos de vida, y no será ajena al proceso de transformación abrupto por el que estamos pasando. La sustentabilidad, en el amplio sentido de la palabra, jugará un papel muy importante. Estamos hoy frente a una “Sustentabilidad 2.0”, una mucho más dedicada al bienestar de los ocupantes que en la eficiencia energética, concepto que hasta hoy había sido el foco de atención. Si bien este vuelco hacia el bienestar y la salud se había estado dando de manera sostenida hace ya unos años, la realidad actual ha acelerado esta tendencia permeándose en todos los programas arquitectónicos, sobre todo en aquellos dedicados a las actividades que más se desarrollan en interiores tales como la educación, el trabajo y vivienda.

Hoy en día contamos con numerosas certificaciones, nacionales e internacionales, que abordan los más variados criterios de la sustentabilidad aplicada a los proyectos de arquitectura, desde el ahorro de agua y energía, hasta el bienestar y la salud. En el ámbito internacional encontramos la ya conocida LEED™ o WELL, la cual se centra exclusivamente en el bienestar y salud de los usuarios. 

A nivel local destacamos la Certificación de Vivienda Sustentable o la Certificación de Edificio Sustentable, la cual es aplicable a todo edificio de uso público y aborda los más fundamentales aspectos de la sustentabilidad y con especial foco en la Calidad del Ambiente Interior.

Según un estudio de la Schools for Health: Foundations for Student Success, los alumnos pueden pasar unas 15.000 horas hasta finalizar su enseñanza media. Esto significa que permanecerán en sus edificios educacionales más que en cualquier otro aparte de su vivienda. Estos primeros años son claves en el desarrollo social, cognitivo y emocional de un niño, por lo que exponerlo a un espacio interior deficiente puede tener consecuencias negativas permanentes.  

Por otro lado, crear edificios saludables con espacios interiores saludables, tendrán un impacto positivo en su desarrollo. Los espacios saludables se asocian a la alta productividad, baja de ausentismo y un mayor grado de satisfacción general. Si pensamos en estos beneficios, vemos que son aplicables para cualquier tipo de edificio, sin embargo, pocos tienen la relevancia en el desarrollo de una persona que los educacionales. 

¿Cuáles son las complicaciones en salud que se podrían desprender de un ambiente poco saludable?

  • La exposición a componentes orgánicos volátiles, agentes nocivos que se desprenden de los materiales de terminaciones como pintura, barnices, pegamentos, etc., están asociados a síntomas respiratorios y hasta cáncer.
  • Una mala ventilación puede llevar a elevadas concentraciones de CO2 y producir mareos, dolores de cabeza, aletargamiento y hasta podría desencadenar cuadros de asma.
  • Una iluminación deficiente, tanto natural como artificial, obliga a forzar la vista produciendo cansancio ocular y dolores de cabeza.

Mejorar la calidad del ambiente interior contribuye a un mejor medioambiente general para los estudiantes, mejora el desempeño de profesores y personal de educación y otorga una sensación general de bienestar y salud. Todos estos factores contribuyen a cumplir con el objetivo principal de estos establecimientos, educar.

Todo lo anterior es replicable a casi cualquier edificación y, hoy más que nunca, debemos tomar acción en el resguardo de la salud de quienes habitan nuestros proyectos. Las certificaciones son una excelente herramienta para abordar desde una metodología confiable y técnicamente precisa, todas las estrategias que harán de nuestros edificios lugares saludables y que no representen un riesgo para nuestro bienestar.