Estas son las características de sustentabilidad del Hospital de Coquimbo

Mandatado por la Dirección General de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas, este hospital está apuntando a un puntaje mayor a 60 puntos, bajo el diseño y asesoría de BBATS CONSULTING & PROJECTS S.L.P.

Inscrito en agosto de este 2024, el Hospital de Coquimbo viene a complementar la lista de estos grandes recintos hospitalarios que cuentan con certificación, apostando por altos puntajes.

De hecho, así lo manifiesta Alex Mollà Domenech, jefe de proyecto “Hospital de Coquimbo”, en representación de BBATS CONSULTING & PROJECTS S.L.P. y la SOCIEDAD CONCESIONARIA HOSPITAL DE COQUIMBO S.A.: “Es imprescindible que los proyectos hospitalarios apunten a un alto puntaje, puesto que esto, como se ha comprobado, es directamente proporcional a la inversión en mantenimiento y consumo energético que se realiza. Un edificio sustentable no solo aporta beneficios a los usuarios, sino que también hace que el proyecto se pueda mantener por más tiempo y a un menor coste”.

Por ello, “en Bbats somos conscientes de ese desafío y lo hemos aplicado en cada uno de nuestros proyectos y el Hospital de Coquimbo es un buen ejemplo de ello”, asegura. 

En ese sentido, cuenta que el hospital está en proceso de obtener una precertificación, en la que esperan alcanzar un puntaje de 61 puntos, que corresponde a una futura certificación destacada.

“El enfoque general del proyecto se adapta a las particularidades del clima de la región, asegurando un diseño que no sólo es eficiente en términos de energía, sino también en el uso sostenible de los recursos”, puntualiza Fabriciano San Martín Lagos, especialista en eficiencia energética y certificación CES “Hospital de Coquimbo”.

Ambos especialistas coinciden en que “si bien tenemos variada experiencia y en la misma región, para este caso localizado en la costa norte, particularmente en Coquimbo, las condiciones climáticas exigen parámetros de diseño específicos que inciden directamente en la reducción del consumo energético”.

Es por ello que “las características del clima local influyeron directamente en el diseño, como la volumetría, en la envolvente térmica y considerando que la cantidad de iluminación es alta, la proporción de ventanas y muros para optimizar la iluminación natural”, dice Mollà.

Características

Como indica el asesor CES, el diseño del hospital incorpora una envolvente térmica adecuada al clima local, lo que asegura una correcta eficiencia energética. Las celosías se integran según la orientación del edificio, lo que maximiza la autonomía lumínica y reduce el deslumbramiento, permitiendo que el edificio aproveche la luz natural sin comprometer el confort visual. También para controlar la iluminación indirecta en los patios se optimiza el ancho de estos para así disponer de iluminación natural sin deslumbramiento. “Se ha predominado el uso de recintos en fachadas o patios interiores que estén mayormente ocupados para que los usuarios y trabajadores del hospital puedan disponer de luz natural”, añade.

De acuerdo con Alex Mollà, “los proyectos de esta magnitud se estudia la implantación en el terreno”, por lo que en esta ocasión, “se ha diseñado un edificio compacto para poder controlar la superficie de fachada con unos patios orientados norte sur para maximizar las horas que estos pueden iluminar naturalmente los recintos. De esta forma, se controla el gasto energético, tanto para la iluminación de los mismos como para la necesidad de clima en los recintos que dan a fachada”.

Así, una vez que se ha diseñado el volumen como estrategia pasiva principal, se ha optimizado el uso de cristales con propiedades de control solar que equilibran el acceso visual con la reducción de las cargas térmicas, disminuyendo el consumo energético tanto en calefacción como en enfriamiento. 

En cuanto a las soluciones activas, Fabriciano San Martín comenta que “el sistema de climatización está basado en bombas de calor de alta eficiencia, lo que permite una recuperación de energía que maximiza el ahorro operativo del edificio. Además, el sistema de ventilación asegura una excelente calidad del aire interior mediante el uso de sistemas de recuperación de calor a lo largo de todo el edificio”.

Asimismo, los profesionales entregan la siguiente información:

Iluminación y Consumo de Agua: 

El sistema de iluminación artificial utiliza tecnología LED de bajo consumo, garantizando niveles de iluminación adecuados en cumplimiento con las normativas chilenas, al mismo tiempo que minimiza el consumo energético. 

En cuanto al consumo de agua, el hospital cuenta con grifería de bajo consumo, lo que maximiza el ahorro de agua potable. Este aspecto es especialmente importante en la zona, debido a la escasez hídrica. Por ello, el ahorro de agua es un objetivo prioritario, apoyado por un sistema de riego eficiente. 

Paisajismo y Riego: 

El diseño paisajístico se ha centrado en la incorporación de especies nativas de bajo consumo de agua, lo que reduce la necesidad de riego. Se cumple la superficie de áreas verdes requeridas para poder optar al mayor puntaje en esta especialidad. El sistema de riego es por goteo, tecnificado y monitoreado, optimizando el uso del recurso hídrico. 

Gestión de Residuos: 

En cuanto a la gestión de residuos durante la etapa de operación, se han incorporado sistemas de reciclaje en todas las zonas públicas del hospital, como salas de espera y áreas comunes. En cuanto al control de manejo de obra, para la etapa de construcción se desarrolló un plan de gestión de residuos que especifica un mínimo de reciclaje de materiales. También se define un área en la unidad de recogida de residuos para poder albergar el reciclaje de los mismos. 

Generación de Energía y Sistemas de Agua Caliente: 

Para la generación de agua caliente sanitaria, se ha implementado un sistema de energía solar térmica, que maximiza el ahorro energético a largo plazo. 

Climatización y Control Centralizado:

El hospital cuenta con un sistema de control centralizado que monitorea constantemente la temperatura en todas las zonas del edificio y gestiona los niveles de CO2 en áreas de alta densidad de ocupación. Este control garantiza un clima interior adecuado y saludable, ajustándose a condiciones óptimas. 

Ricardo Fernández asume por segunda vez la presidencia de CES

Uno de los profesionales destacados con el Premio CES 2023, el ingeniero civil de la Universidad Católica, conoce de cerca la certificación CES y el galardón que recibió, puesto que él fue su impulsor de su creación allá por 2018. En esta entrevista, comenta su emoción de volver a asumir la presidencia de la certificación, luego del período 2018 y 2021, y los desafíos que asumirá.

A partir del 1 de septiembre, Ricardo Fernández asumió por segunda vez la presidencia de CES, puesto para el que fue elegido por los integrantes del Comité Directivo de la Certificación Edificio Sustentable.

Ha permanecido varios años ligado a la certificación nacional, por lo que la conoce muy bien y, además, en 2023, fue galardonado con el Premio CES al profesional Destacado por su aporte a la construcción sustentable, tanto desde el mundo privado como en su faceta gremial.

Por ello, señala que “junto con iniciar mi nuevo periodo como presidente, este año CES cumplirá 10 años y es el momento de difundir el éxito de proyectos realizados, en base un benchmarking con edificios que carecen de certificación o que tienen certificaciones en base a elementos activos”. Asimismo, dice que “anhelo contribuir con otros países de la región para que adopten el modelo CES considerando las características propias de cada uno de ellos y, de esta forma, la gente viva mejor y cuidemos los recursos naturales”.

En esta entrevista, Fernández demuestra su motivación para seguir avanzando en esta materia en Chile

¿Qué motivación tuvo para volver a tomar la presidencia de CES?

La Certificación de Edificio Sustentable, quizás, es el único ejemplo de nuestro país en que, a través de una alianza público – privada se determina y administra una herramienta que nos permite diseñar y operar edificios centrados en el objetivo de lograr una mejor calidad de vida de los usuarios y el uso eficiente de recursos naturales.

En ese sentido, ¿cuáles serán los objetivos de su presidencia?

Actualmente, tenemos versiones CES para Edificios de Uso Público, Hospitales y está pronto a salir la versión CES Aeropuertos. Espero avanzar en sectores como Comercio y Oficinas, Rehabilitación o Renovación de Edificios e Infraestructura Pública.

A su juicio, ¿cuáles son los desafíos aún pendientes en CES?

Tenemos que actualizar nuestra certificación de acuerdo con nuevas Zonas térmicas y nueva reglamentación térmica de nuestro país, vigente desde mayo de 2024. Asimismo, tenemos que incorporar indicadores de cálculo de huella de carbono para construcción y operación de edificios (CO2eq/m2año).

Además, tenemos pendiente aún el incorporar con más fuerza a inmobiliarios privados, logrando un trabajo colaborativo con el sector financiero, que nos permita tener beneficios de créditos verdes para quienes opten por nuestra certificación.

¿Qué evaluación hace de los avances de la certificación entre el período que usted dejó la presidencia y la actualidad?

Creo que el ver los distintos proyectos que han ganado en las últimas versiones del Premio CES, en que encontramos edificios para múltiples funciones y diversos lugares de Chile, nos llena de orgullo y claramente estamos en el camino correcto.

Por otra parte, la clave del buen resultado de CES está en su excelente administración y el gran equipo directivo que trabaja colaborativamente y con mucha generosidad.

Hoy CES, que partió hace sólo diez años, es la certificación con mayor número de edificios en proceso de certificación en nuestro país.

CES y la contribución a los bonos verdes

Por Hernán Madrid, jefe de Certificación Edificio Sustentable.

Dentro de los múltiples beneficios que tiene para un país contar con una certificación para edificación propia, están los que se asocian directamente del desempeño del edificio y otros que, aunque no tienen tanta visibilidad, son muy relevantes de destacar. 

Uno de estos parámetros es la emisión de gases de efecto invernadero GEI, y su reducción respecto al edificio de referencia, con la métrica de CO2 equivalente / año. Poder determinar las reducciones de emisiones en los edificios que se certifican y proyectos que se precertifican con CES, contribuye de manera significativa a acciones que se vinculan con “financiamiento verde”.

La versión CES v1.1 permite determinar la reducción de las emisiones en la etapa de operación de un edificio, basado en la estimación del consumo de energía con los equipos implementados y la comparación respecto al edificio de referencia. El alcance a todo el ciclo de vida de la edificación se encuentra actualmente en desarrollo y será implementado inicialmente en la futura versión CES Aeropuertos, para luego, con el cambio de las respectivas versiones, incorporarse también en CES Edificios Uso Público y CES Hospitales.

Poder llegar a ser una herramienta validada internacionalmente de cuantificación de reducción emisiones de CO2eq o huella de carbono, requirió un gran trabajo conjunto entre los ministerios de Obras Públicas, de Hacienda, de Medio Ambiente y CES. Durante los años 2019 y 2020, pasamos por una exhaustiva revisión de la metodología de cuantificación por parte de la consultora francesa Vigeo Eiris en cumplimiento de los estándares de Climate Bonds Initiative (CBI). Todo esto permitió que en la última emisión de Bonos Verdes de Chile en 2021, la reducción de CO2 en la edificación llevada adelante por DA MOP aportara con 38% de los aproximadamente US$ 4.250 millones.

Desde CES hemos continuado colaborando anualmente con la DA MOP para reportar las reducciones de emisiones de sus proyectos, las que se incrementan año a año al aumentar la cantidad de proyectos certificados. En 2023 (periodo hasta 2022) informamos una reducción acumulada de los edificios certificados hasta ese año de 11.059 tCO2eq/año, y durante este 2024 (periodo 2023) reportamos 985 tCO2eq/año adicionales por los nuevos edificios certificados, lo que, sin duda, servirá de base para una futura emisión de bonos verdes.

Todo esto ha significado un importante impulso para CES, ya que otras instituciones se han sumado al uso de la certificación, permitiéndoles la cuantificación de reducción de emisiones asociadas a sus proyectos, entre las que podemos destacar al Ministerio de Obras Públicas con sus Direcciones de Arquitectura y Aeropuertos, Ministerio de Salud (y todos los Servicios de Salud involucrados), Ministerio de Educación, Instituto Nacional del Deporte (IND), Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) y el reciente trabajo que hemos comenzado con la Dirección General de Concesiones MOP.

Cómo CES, seguiremos trabajando en visibilizar los beneficios de incorporar sustentabilidad en la edificación, evaluada y cuantificada.

CES pública archivos climáticos para todas las comunas de Chile

Más de 400 puntos en todo Chile se encuentran representados con los archivos climáticos, liberados para CES por el Ministerio de Energía, que combinan datos históricos de estaciones meteorológicas y datos a partir de modelos.

Los archivos climáticos son información que representa las condiciones del clima en un lugar específico y que entregan las características climáticas relevantes para el diseño y la evaluación de energía de una edificación con valores hora a hora durante todo el año. Los principales parámetros que presentan son temperatura, radiación solar, nivel de nubosidad, humedad, viento en dirección y velocidad. 

“Esta información es valiosa porque se carga en los software de evaluación de energía y de condiciones de confort interior, permitiendo simular las condiciones climáticas del lugar donde se emplaza el edificio. En CES, los asesores que analizan y postulan proyectos a certificación, podrán utilizarlos para incorporar las condiciones reales del lugar en la evaluación de energía y de confort térmico”, explica Hernán Madrid, jefe de Certificación Edificio Sustentable (CES).

A su juicio, son muy relevantes, porque el nivel de representatividad que puede tener una simulación dinámica está fuertemente relacionado con las condiciones climáticas que se le introducen al software de simulación.

La información actualizada se realizó en base a la API de los exploradores de energía renovable del Ministerio de Energía, por lo tanto, combina datos reales e históricos de estaciones meteorológicas con datos que se obtienen a partir de modelos científicos de predicción, entre los que se encuentran los parámetros de radiación solar. 

“Esto permite que tengan puntos específicos que solicitamos en todas las comunas de nuestro país e incluso en algunas comunas que tienen variaciones importantes de geografía, en más de un punto por comuna. Son del orden de 400 puntos, esto es único en el país, en términos de tener disponible esta información. Ha sido algo muy anhelado por las universidades, los estudiantes y los profesionales que trabajan con software de simulación dinámica”, precisa.

“Esto también tiene relación con la versión CES+Resiliencia que estamos desarrollando, específicamente los requerimientos de cambio climático, porque los archivos climáticos proporcionados por el Ministerio de Energía para que desde CES los podamos disponer públicamente, representan las condiciones del clima del lugar “del pasado”, es decir, de los últimos años”, comenta Madrid.

Y añade: “En el caso de lo que queremos abordar en la versión de resiliencia es una aproximación distinta: cómo puedo representar los cambios en ese clima incluyendo mayores temperaturas, lluvias concentradas, o alguna condiciones diferente del clima, en un archivo climático que podemos llamar de proyección, que hoy no existe, y que tenemos que desarrollar para poder abordar la nueva versión”.

Por ello, Hernán Madrid aclara que los archivos que publicó CES representan solamente las condiciones históricas de los climas de los diferentes lugares de Chile, y lo que se debe realizar para CES+Resiliencia son archivos que representen las condiciones climáticas proyectadas hacia el futuro, en un escenario hacia el 2030 y 2050.

Los archivos climáticos están disponibles aquí: https://www.certificacionsustentable.cl/documentos/?dir=77

CES Net Zero: El camino de la certificación a las cero emisiones netas 

Por Bárbara Rodríguez, académica FAU, Universidad de Chile; coordinadora Magíster en Tecnologías de la Edificación; miembro fundador Foro del Liderazgo del Carbono (CLF LATAM), directora de Certificación Edificio Sustentable.

El año 2021, el Instituto de la Construcción mandató el estudio para construir la definición de Edificación Cero Emisiones Netas y Edificación Cero Energía Neta para Chile con el fin de integrarla a la certificación CES. Un segundo objetivo de este estudio fue apoyar la creación, desarrollo y fortalecimiento de una base de datos y línea de base de huella de carbono para el ciclo de vida completo de la edificación, orientada a proyectos que están en su fase de planificación y diseño. 

El estudio se levantó en el marco de un convenio entre la subsecretaría de Energía firma un Convenio de Colaboración Técnica y Transferencia de Recursos con la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas y el Instituto de la Construcción, con el objetivo general de aportar en la ampliación del alcance y la mejora del modelo técnico de la Certificación de Edificio Sustentable (CES). 

La tarea de contar con dichas definiciones para nuestro país aportaba además al cumplimiento de las metas establecidas en la estrategia climática de largo plazo que indica entre otras metas “Al 2050, todos los nuevos edificios residenciales y no residenciales deberán alcanzar emisiones netas cero” . Adicionalmente dichas definiciones se incluyeron en las metas de la Actualización de la Política Energética 2050, Plan Nacional de Eficiencia Energética 2022-2026, y la Contribución Nacional Determinada, actualización 2020

La primera parte de dicho estudio incluyó una revisión bibliográfica y regulatoria internacional de nueve países (o estados) que cuentan con distintas definiciones de cero emisiones netas y cero energía netas para sus edificaciones: Noruega; Suiza; Países Bajos, Finlandia, Australia, Inglaterra, Francia, España y California. En la segunda parte se identificaron posibles brechas de orden organizacional, regulatorio, técnico, tecnológico, social y financiero, respecto a la adopción, en Chile, de las definiciones. Para cada una de ellas, se propuso luego un esquema de oportunidad de solución o medida de mitigación, priorizada a corto, mediano y largo plazo, destacando aquellas medidas que puedan ser catalizadoras. Finalmente, en el tercer informe se abordó la propuesta de definición de edificaciones de consumo de energía neta cero y edificaciones de carbono neto cero, identificando normativa asociada a la consolidación de ambas definiciones, en Chile y estableciendo una recomendación de alcance para materiales y el ciclo de vida completo del edificio. 

De acuerdo a dicho estudio, una edificación de consumo de energía neta cero se define como “Edificio de consumo de energía neta cero, que durante su ciclo de vida (producción, construcción, operación, fin de vida útil), logra minimizar sus emisiones de carbono incorporado y operacional, y compensar cualquier saldo carbono restante”, mientras que un edificio de consumo de energía neta se define como “Edificio que gracias a su diseño pasivo logra un alto rendimiento energético, y su energía anual neta consumida es cubierta por fuentes de energía renovable generadas en el sitio o cercano a este”. 

Desde el año 2021 nuestro país cuenta con la definición de una edificación cero emisiones netas, a través de un estudio mandatado por el Instituto de la Construcción y bajo un convenio tripartito entre la DA MOP, el IC y la Subsecretaría de Energía. Esta definición que contó con un proceso participativo apunta al cumplimiento de la meta.

En base a lo anterior resulta natural que el modelo técnico de la CES incorpore los lineamientos para alcanzar el estándar cero emisiones netas. Esto implica consolidar un enfoque de medición del carbono de ciclo de vida dentro del sistema de certificación que incluya tanto el carbono operacional así como también el carbono incorporado. 

El carbono operacional es actualmente abordado en el sistema de certificación v1.1 en los requerimientos de Arq.Energía 5- Demanda de Energía, a través de la Evaluación prestacional, INSt. Energía 15 a 17 a través del requerimiento de reducción del consumo anual de energía de todo el edificio e INST. Energía 19 Huella de carbono que establece el requerimiento voluntario con puntaje. 

La reducción del carbono incorporado puede ser establecido en el futuro dentro de la categoría de Arq & Construcción. Materiales y Residuos, con la evolución de la variable 08 ARQ.M&R Declaración Ambiental de Productos. Este requerimiento puede llamarse “Carbono de Ciclo de Vida Completo” y puede incluir una medición estandarizada del carbono incluyendo las etapas de manufactura, construcción, y fin de ciclo de vida. 

Siguiendo la lógica de la evaluación energética prestacional, los equipos de proyecto pueden hacer una modelación del carbono incorporado en etapas tempranas del diseño y comparar un caso propuesto contra el proyecto base. Al igual que en la medición del consumo energético, lo que se busca no es el indicador en sí, si no más bien lograr un porcentaje de reducción a través de varias iteraciones de diseño. Esto permite la utilización de una amplia gama de herramientas de modelación del carbono de ciclo de vida completo. 

La variable puede incluir el requerimiento obligatorio de medir en alcance de sistemas estructurales, fundaciones y envolvente y de manera voluntaria los sistemas mecánicos, eléctricos y sanitarios, junto con terminaciones. 

CES cierra el primer semestre con 30 proyectos inscritos y nuevos mandantes

Junto a ello, destacaron los altos puntajes en la certificación y precertificación. Estas son las cifras totales.

Con 30 proyectos inscritos, destacados puntajes y nuevos mandantes cerró CES el primer semestre de 2024. Asimismo, se precertificaron 30 proyectos y se certificaron 11.

Entre los certificados, destacan la Sala Cuna y Jardín Infantil Pinocho, certificado sobresaliente con 70 puntos. El proyecto de la Junta Nacional de Jardines Infantiles ubicado en Temuco, región de la Araucanía, obtuvo el primer lugar de los Premios CES 2021, en la categoría Proyecto Precertificado, con el diseño de Arquiferreira / Fabián Morales, la asesoría CES de Rodrigo Escobar y la revisión de la Entidad Evaluadora 88 Ltda. Mientras que en el proceso de certificación, trabajaron Wladimir Bugueño como asesor CES y Ecosustenta como entidad evaluadora.

En precertificación, el proyecto de Reposición Escuela Básica Molco Alto alcanzó los 75,5 puntos. También de la región de la Araucanía, este proyecto estará ubicado en Villarrica, su mandante es la Municipalidad de Villarrica, la unidad técnica es la Dirección de Arquitectura del MOP de la región, en tanto la arquitectura está a cargo de ANGO Arquitectura y la asesora CES es de Cecilia Palarino. Además, 88 Ltda. actuó como entidad evaluadora.

Entre los mandantes destacados están la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (MOP), con 14 proyectos, las municipalidades con 5, universidades con 3, la Junta Nacional de Jardines Infantiles con 3, el Instituto Nacional del Deporte con 2, Conaf con 1, Centro de Formación Técnica con 1 y la Dirección de Aeropuertos con 1.

Precisamente, destacaron este primer semestre la incorporación de nuevos mandantes como la Dirección de Aeropuertos del MOP y de dos entidades de educación superior: la Universidad Tecnológica Metropolitana y la Universidad Andrés Bello.

Tipologías

Los usos de los edificios inscritos en el primer semestre de 2024 son:

Educación: 9
Oficinas: 3
Seguridad: 10
Deporte: 3
Cultura: 1
Salud: 2
Hotel o residencia: 1
Transporte: 1

UOH: compromiso con la sostenibilidad y el confort ambiental

Con tres edificios de la Facultad de Ingeniería del Campus Rengo ingresados a CES en 2023, la Universidad de O’Higgins materializa su compromiso con la sostenibilidad ambiental y el bienestar de la comunidad universitaria.

En 2023, la Universidad de O’Higgins ingresó al proceso de certificación de CES bajo la versión 1.1 tres edificios de la Facultad de Ingeniería, en el Campus Rengo: Edificio Escuela, Edificio Auditorio y Casino y Edificio Deportivo, lo que “se traduce en la materialización de un compromiso con la sostenibilidad ambiental, alineado con las demandas globales de preservación y cuidado de los recursos naturales”, de acuerdo con Paula Ávila Oliver, arquitecta de la Dirección Proyecto Campus de Ciencias de la Ingeniería.

Además, “se demuestra el compromiso con el bienestar de la comunidad universitaria al entregarle espacios diseñados bajo óptimas condiciones de confort ambiental que contribuyan a minimizar impactos negativos en la salud, que usualmente generan edificios sin atributos sustentables”, especifica.

Los responsables de la arquitectura son los profesionales Alvaro Ramírez, Martín Schmidt, Carlos Cavagnaro, Francisco Cepeda y Daniel Rojo, quienes para el diseño arquitectónico pasivo consideraron una envolvente térmica eficiente, cuidando detalles que permitan minimizar el riesgo de puentes térmicos. 

En cuanto al diseño de protección solar, se establece un sistema en fachada con el que se garantice el confort térmico y visual. Del mismo modo, se logran estándares de confort acústico propios de edificaciones de enseñanza con los que se aseguran condiciones óptimas para el aprendizaje. 

Adicionalmente, se han considerado criterios activos para la climatización, ventilación, agua caliente sanitaria e iluminación, optimizando parámetros como la potencia de iluminación, la implementación de sistemas de control y la selección de equipamiento con alto rendimiento nominal. “El conjunto de las soluciones mencionadas permite visualizar escenarios de significativos ahorros energéticos”, asegura Ávila. 

Por otro lado, añade que se prevé un bajo consumo hídrico tanto en el interior, gracias al uso de artefactos eficientes, como en el exterior, mediante un diseño paisajístico con vegetación nativa y sistemas de riego eficientes.

Finalmente, “se proyecta la implementación de un plan que contempla la correcta disposición y registro de residuos en etapa de construcción. De igual manera, se ha diseñado un plan para la etapa de operación, que considera la provisión de equipamiento adecuado para la correcta segregación de residuos por parte de los usuarios de las edificaciones”, sostiene.

La evolución de los proyectos de Colbún con CES

Con un puntaje de 73,5, la empresa logró un nivel sobresaliente esta vez con un edificio en el norte de Chile, las oficinas administrativas de una planta fotovoltaica. De esta manera, superó los 33 puntos obtenidos con su primer proyecto CES y los 72 puntos del segundo edificios que la hicieron alcanzar el segundo lugar de los Premios CES en 2022.

En julio se certificó un nuevo proyecto de Colbún. Se trata de las Oficinas Administrativas Planta Fotovoltaica Diego de Almagro Sur, que alcanzó nivel de certificación sobresaliente, con 73,5 puntos. Ya en los Premios CES 2022 obtuvo el segundo lugar con las Oficinas Administrativas Central Hidroeléctrica Colbún, que alcanzaron 72 puntos. En tanto, en 2018, certificaron el Edificio Administración Central Angostura, con 33 puntos.

Por ende, claramente se puede hablar de una evolución en las estrategias utilizadas por la empresa en su infraestructura. Por ello, conversamos con Karen Montes, subgerente de Contratos, encargada de desarrollo del proyecto certificado recientemente, sobre el trabajo que ha venido haciendo Colbún.

“Este proceso es una continuación del trabajo que ya veníamos realizando, primero con las oficinas de la Central Angostura (Biobío) y luego con las oficinas de la Central Colbún (Maule), aprovechando ese aprendizaje y como un estándar para nuestras nuevas oficinas”, confirma Montes.

Asimismo, “conseguir esta tercera certificación CES nos permitió obtener también la primera certificación LEED de nuestras instalaciones, demostrando que la certificación CES resalta aspectos que no sólo son propios de nuestro país, sino que también relevantes a nivel internacional”, sostiene la ejecutiva de Colbún.

¿Cómo fue el trabajo para alcanzar el nivel sobresaliente? Montes comenta que “como base continuamos utilizando el aprendizaje adquirido a partir de nuestras certificaciones previas. En el caso de las oficinas administrativas de Diego de Almagro Sur, la principal diferencia es que cuentan con un componente prefabricado -al ser una base de construcción modular que aportó a optimizar el proceso-, pero que, a su vez, logró adaptarse a los requerimientos necesarios para conseguir la certificación”. 

Adicionalmente, quisieron aprovechar las condiciones climáticas propias del lugar. “A modo de ejemplo: se incorporó una bomba de calor para el agua caliente que aprovecha la temperatura propia de la zona (en palabras simples, transfiere el calor del aire al agua para llevarla a temperatura final de uso en los servicios sanitarios), disminuyendo así el consumo de energía”, cuenta.

Entre las principales estrategias de sustentabilidad utilizadas, Karen Montes explica que el diseño fue realizado bajo los conceptos y requerimientos CES, siendo la eficiencia energética una especialidad más. Además, “se aprovechó la experiencia previa, lo que minimizó el periodo de diseño al extender los estándares definidos para las oficinas anteriores en temas del programa arquitectónico, espacios, instalaciones, materialidad y condiciones de habitabilidad”, añade.

Así, se trabajó en un diseño bioclimático, con un uso eficiente de la energía, que se integró al entorno, tanto en su arquitectura como en colores y paisajismo, basado principalmente en elementos inertes, rocas y algunas cactáceas que requieren mínimo mantenimiento y riego, buscando aprovechar la humedad de la camanchaca.

“Se incorporó un sitio destinado a la gestión de residuos, que se alinea con el resto de las instalaciones de Colbún, y que cobra especial importancia al realizar el esfuerzo en zonas alejadas de los centros poblados, en localidades en donde no se cuenta con tanta disponibilidad de proveedores para el tratamiento de ellos”, dice Montes.

Además, “dado que la construcción modular es un proceso controlado de producción, genera menos residuos, reduce la actividad en obra y permite una construcción más ajustada al optimizar mano de obra, equipos y materiales”, señala.

Finalmente, al término de la vida útil del proyecto, las oficinas podrán ser desarmadas y reutilizadas en gran parte, minimizando los efectos negativos de la demolición de una construcción tradicional.