En la ceremonia de los Premios CES 2024, la Certificación Edificio Sustentable reconocerá a los equipos que alcanzaron los mayores puntajes en edificios y proyectos, que este año se concentran en cuatro regiones de todo el país.
Las regiones de La Araucanía, Maule, Biobío y Aysén son las que zonas en las que están los edificios y proyectos que serán reconocidos en la ceremonia de los Premios CES 2024. Éstos representan a los que obtuvieron los mayores puntajes en el sistema nacional de certificación durante el año 2023.
CES considera diversos parámetros para calificar proyectos de uso público desde su diseño hasta su operación. Este año, nuevamente, destacará a los edificios que alcanzaron mejores niveles de certificación por aspectos como la calidad del ambiente interior, que considera confort térmico, acústico, calidad del aire e iluminación; uso eficiente de la energía, que toma en cuenta demanda, consumo y también huella de carbono en la operación; uso eficiente del agua; y gestión de residuos, entre otros.
La premiación que se realizará el próximo jueves 3 de octubre, a las 09:30 horas, por sexto año consecutivo, busca reconocer a todos los actores que participan en el desarrollo de los proyectos, entre ellos, el mandante, los arquitectos, ingenieros, constructores, asesores CES y evaluadores, que mancomunadamente trabajan por la sustentabilidad de los edificios.
“Estamos expectantes de esta ceremonia, porque a diferencia del año pasado, este 2024 los premios están concentrados principalmente en la zona centro sur e incluyen regiones en las que por primera vez se encuentran proyectos premiados”, explica el jefe de CES, Hernán Madrid.
De esta manera, CES busca incentivar las mejores prácticas sustentables en la edificación y reconocer públicamente a quienes han hecho un esfuerzo por certificarse con una herramienta nacional que incorpora variables propias de cada territorio.
El año pasado el primer lugar en la categoría Certificado, se lo adjudicaron los edificios de apoyo del Recinto Modelo Educación y Trabajo, edificios ADE-DEP y ASA-ADI La Laguna, Talca, en la región del Maule, mientras que como Proyecto Precertificado, fue reconocido el Jardín Infantil y Sala Cuna Chinkowe Temuco.
Al igual que en las versiones anteriores del Premio CES, en esta oportunidad, se reconocerá nuevamente al “Profesional Destacado” del año, distinción que este 2024 recaerá en dos profesionales, uno ligado directamente a CES y otro por su aporte a la sustentabilidad en general, así como a la Política Pública Destacada y la Empresa Destacada.
Pese a las complejidades climáticas y geográficas, la región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo gana terreno en la certificación CES. Estas son las estrategias de diseño de los proyectos que, incluso, han obtenido destacados puntajes.
Chile Chico, Coyhaique, O’Higgins y Aysén son las cuatro comunas en las que durante los últimos dos años se han concentrado los proyectos que han ingresado al proceso de certificación con CES, sumando un total de 13 proyectos de la región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo. Seis de ellos ingresaron en 2023.
Algunos de ellos fueron apoyados por la arquitecta Catalina Yurisic Alvarado, como asesora CES. A su juicio, ha crecido el interés por certificar proyectos en la región, dado que “tiene un clima bastante extremo, uno de los más fríos de nuestro país y, a la vez, con baja radiación solar, por lo que gran cantidad de actividades que en otras zonas pueden ser exteriores, allá se realizan al interior de los edificios”.
De esta manera, hay gran conciencia de la importancia del confort interior y la eficiencia energética que esto requiere. Asimismo, “los proyectos se ven largamente beneficiados al adquirir los estándares CES, ya que generan un mayor confort interno para sus ocupantes y pueden ahorrar un porcentaje importante en sus gastos de operación, junto con un menor ausentismo (menos enfermedades entre sus ocupantes), y con la certificación se asegura que los estándares sean los óptimos para la zona”, opina Yurisic.
Por su parte, “la DA Aysén mantiene los lineamientos que el MOP en general aplica para con sus proyectos, esto es proyectar y construir servicios de infraestructura que sean sustentable y resilientes, continuando el trabajo que impulsó en su momento la Dirección Nacional de Arquitectura en conjunto con otros socios estratégicos del ámbito público y privado”, dice Paola Azócar, directora arquitectura de la región de Aysén.
Por ello, buscan que junto con que cada construcción perdure en el tiempo, “responda también adecuadamente a las necesidades de los territorios como el de Aysén, que se mantenga un adecuado tratamiento de los residuos y que en la operación se disminuyan los costos y la generación de energías innecesarias”, sostiene.
Complejidades propias de la zona
Desde el punto de vista de las condiciones climáticas de la región, el mayor desafío que deben enfrentar los profesionales de la región en sus diseños es el frío. “Ésta presenta muy bajas temperaturas en todo su territorio, acentuándose más hacia el interior, las que están normalmente bajo la media de confort deseado para el ser humano”, explica la asesora CES.
A la vez, esta región presenta una baja radiación solar, ya que los rayos del sol llegan de forma más oblicua y, por lo tanto, calientan menos la superficie terrestre. Así, “estas dos condiciones, bajas temperaturas y baja radiación, son abordadas de diferente manera, ya que por un lado buscamos aislarnos del frío exterior, pero por otra parte, necesitamos abrir los espacios para obtener la mayor radiación y luminosidad natural posible, por lo que hay que encontrar la mejor combinación para satisfacer ambas variantes”, explica.
Adicionalmente, hay importantes lluvias en algunas zonas de la región, principalmente en la costa, lo que disminuye considerablemente a mayor altura y hacia el interior. En esos casos, “debemos protegernos de esta variable considerando zonas secas o protegidas para que no ingrese el agua o la nieve al interior de los edificios, junto con sellos adecuados para impermeabilizar la envolvente”, añade.
Principales estrategias
Como asegura Catalina Yurisic, la principal estrategia para este tipo de complejidades es una buena aislación térmica, gracias a una envolvente térmica adecuada en todo el perímetro del edificio. Junto con eso, “hemos implementado estudios de ganancias solares, con la incorporación de lucarnas o utilizando sistemas que generen ganancias tipo invernadero en los proyectos, lo que junto con ayudar a la temperatura interior contribuye a tener una mejor iluminación natural y disminuir el consumo eléctrico”, especifica.
Por su parte, Paola Azócar da cuenta que en particular, en la región de Aysén “es primordial poder aplicar estas estrategias que permitan contar con edificaciones que generen el menor impacto en lo ambiental y en su entorno, y que trabajen por reducir los costos en las etapas de construcción y de operación”. Por ello, es clave “proyectar teniendo claras las condiciones climáticas de cada zona de la región, aplicando materialidades adecuadas y considerar las logísticas de construcción para llegar a los lugares más apartados, como por ejemplo territorios insulares o más lejanos del eje principal de conectividad (ruta 7)”, complementa la autoridad regional.
Es por eso que también es una variable a considerar la dificultad de acceso de los materiales. “Hemos trabajado en el proceso de diseño de varios proyectos en esta región, por lo que hemos ido adquiriendo experiencia en las necesidades propias del lugar y la factibilidad de materiales”, dice Catalina Yurisic.
Buenos resultados
Otra novedad de la región han sido proyectos con altos puntajes, como el Hogar de Ancianos Padre Antonio Ronchi, que obtuvo 83 puntos en la etapa de precertificación, alcanzando el nivel Sobresaliente.
Por otra parte, Yurisic cuenta de otros proyectos precertificados CES, que alcanzaron nivel “Destacado” y es posible que opten a sobresaliente en etapa de construcción. También está asesorando al “Edificio Consistorial de Chile Chico”, el cual está postulando a la certificación con versión CES 1.1, “por lo que esto es un nuevo desafío para nosotros, ya que este manual es más exigente y con variables diferentes, por lo que estamos buscando nuevas oportunidades para hacer de este un edificio sustentable”, precisa.
Y la arquitecta espera que CES se “siga extendiendo en todas las regiones de Chile y ojalá logre extenderse a todo Latinoamérica, tanto en proyectos públicos como privados, ya que eso permite mejorar los estándares de los edificios, y con ello se consigue no solo un mayor confort para sus ocupantes sino economías en su operación y disminución de uso de energías y combustibles junto con disminución de gases de efecto invernadero que provocan nuestra actual crisis climática”.
Desde agosto se están desarrollando los estudios para generar la certificación CES para proyectos de infraestructura aeroportuaria sustentable, en su versión aeropuertos.
En Aysén se realizó una visita para el levantamiento de las características de los terminales de pasajeros en las tres escalas de los aeropuertos y aeródromos de nuestro país, incluyendo mediciones que servirán de base para un análisis de la tipología que contempla el estudio para generar la versión CES Aeropuertos.
En la oportunidad, se efectuaron diversas actividades en los tres aeródromos, entre ellas la revisión de las estrategias de sustentabilidad implementadas y la medición de parámetros relevantes de confort interior y nivel de ruido asociado a las aeronaves, entre otros.
Los aeródromos de uso civil, prestan servicio en materias tan relevantes como los vuelos ambulancia, de extinción de incendio y de transporte comercial de pasajeros -entre otros-, “tres cuartas partes de ellos tienen alguna edificación destinada directamente a albergar procesos aeronáuticos como terminal o refugio de pasajeros”, explica Francisco Chávez, ingeniero civil y jefe de Proyectos de este estudio en FAIC.
Por su parte, Hernán Madrid de CES, sostiene que “las tres escalas de aeródromos se sumen a la certificación CES es relevante porque forman parte de la infraestructura crítica de nuestro país y contiene edificios que son intensivos en el consumo de recursos y usuarios”.
En tanto, Romy Lückeheide, arquitecta de la administración Certificación CES, señaló que el hecho de que el estudio se haya hecho en Aysén contribuye a obtener características propias de las tres redes aeroportuarias en un clima frío y lluvioso que condiciona las estrategias que pueden ser implementadas en cada terminal.
Aeródromo Cabo 1° Juan Román.
Alcances del estudio
Los estudios en desarrollo tienen como objetivo generar las bases técnicas para incorporar la certificación en los terminales de pasajeros, refugios y su entorno inmediato. En tanto, los otros edificios dentro de un recinto aeroportuario pueden certificarse directamente con la versión CES Edificios Uso Público 1.1.
“Con estos estudios se espera tener la información suficiente para plantear los ajustes necesarios al modelos de certificación, en energía, agua y acústica, y la incorporación de temas no abordados por CES, como son netcero carbono, economía circular, electromovilidad y otras estrategias innovadoras en un recinto aeroportuario”, explica Hernán Madrid, jefe de CES.
Aeródromo Teniente Vidal de Coyhaique.
Actualmente, se encuentra en desarrollo la primera de dos partes del estudio, que concluirá a fines del primer semestre de 2024.
La directora de KIPUS, Centro Tecnológico de la Universidad de Talca, María Luisa del Campo, destacó que la relevancia del estudio está en que la certificación CES hoy es un referente en cuánto a certificaciones de edificios a nivel nacional. “Muchos edificios públicos y privados solicitan en su base de licitación, la incorporación de CES. Ya tiene un valor instalado en los desarrolladores y se muestra como un elemento que le da más valor al proyecto”, subraya.
Por su parte, Francisco Chávez afirma que “este estudio resulta vital para contar con una herramienta potente de certificación y, por ende, empujar a proyectos y ejecuciones de obra en línea con lo que nuestro planeta y país exigen: sustentabilidad, sustentabilidad, sustentabilidad”.
En ese sentido, insiste en que el estudio operará como un verdadero detonante respecto del cambio de paradigma con el que se conciben las edificaciones aeroportuarias del tipo terminal o refugio, no solo para garantizar el confort que ofrecerán tales edificaciones a sus usuarios, sino que también el impacto al medio ambiente en términos de consumos de recursos y generación de emisiones.
Los consultores actualmente han terminado el levantamiento y análisis del estado del arte a nivel nacional e internacional y se encuentran desarrollando el estudio de las variables de energía.
Con uno de los puntajes más altos obtenidos en la etapa de precertificación CES, este proyecto tuvo que enfrentar muy baja radiación solar y temperaturas extremas que pueden alcanzar -10°C a -15°C. Su asesora nos cuenta cómo lo lograron.
En junio de este año, la Reposición Retén de Carabineros Río Tranquilo se precertificó con uno de los puntajes más altos obtenidos en esta categoría en CES, con 81 puntos.
En opinión de la asesora CES y arquitecta de Nórdica, Cecilia Palarino, el buen puntaje logrado demuestra que un edificio en una zona extrema también puede lograr eficiencia y ser confortable. “Pero, independiente del puntaje, nuestro objetivo es pensar en la sustentabilidad de los edificios adaptados al contexto climático y anticipar los problemas que pueden derivar de las condiciones ambientales”, señala.
En el caso de Río Tranquilo, “buscamos mejorar el confort ambiental interior y la eficiencia del edificio, asumiendo las limitaciones de ciertas estrategias, como fue el uso de ERNC. En definitiva, son las estrategias mencionadas y los esfuerzos del equipo de desarrollo las que van configurando el puntaje de la Certificación CES”, asegura la profesional.
De esta manera, lograron un diseño que persigue otorgar una mejor atención a la comunidad para sus requerimientos de seguridad y de situaciones de emergencia que pudieran ocurrir en la localidad y sus alrededores. Así también, se busca que quienes trabajen y pernoctan en las instalaciones, posean mayores y mejores espacios acordes a su funcionalidad.
“El diseño de este tipo de infraestructura busca, además, responder adecuadamente al entorno urbano en el cual se insertan, impactando positivamente en el espacio público inmediato y el entorno urbano adyacente”, explica Palarino.
Para la oficina CC+RR, a cargo del diseño arquitectónico, es fundamental el potenciar la arquitectura con la relación entre la ciudadanía y las instituciones públicas. Por ello, el edificio se desplaza hacia el centro del terreno para generar una plaza pública de acceso y estar, entregando un nuevo espacio a la comunidad. “Se buscó potenciar el carácter público y de servicio de éste”, comenta José Riesco, director, coordinador de proyectos en CC+RR y arquitecto ganador del Premio CES 2022 por el Hospital de Curicó. En ese sentido, “se opta por la eliminación de rejas al exterior del edificio para dar continuidad desde la calle y dar acogida al usuario. En los cerramientos interiores del terreno se optó por la creación de cercos verdes, construidos a través del paisajismo con especies locales, con la idea de potenciar el carácter natural que existe actualmente en el entorno”, añade.
Aspectos climáticos
Sin embargo, el proyecto se enfrentó a una gran complejidad: el clima de la localidad, caracterizado por una muy baja radiación solar y temperaturas extremas que pueden alcanzar -10°C a -15°C.
Cecilia Palarino comenta que “en el diseño del proyecto, en primera instancia se atendieron aspectos bioclimáticos que permitieran minimizar las pérdidas térmicas, aprovechar al máximo la radiación solar y reducir la demanda de energía”.
¿Cómo lo solucionaron? A través de la implementación de una envolvente térmica de alto desempeño, amplias aberturas al norte para obtener las ganancias solares y reducir vanos al sur, para evitar la pérdida de energía. Pero, “debido a las dificultades climáticas, los sistemas activos jugaron un rol muy importante para asegurar el confort térmico, visual y la calidad del aire, considerando en todo momento la eficiencia de los equipos”, especifica la profesional.
En ese sentido, la arquitecta cree que la certificación es “una gran guía de navegación que no solo mide lo que buscamos dentro de un proyecto, sino que también orienta a todas las especialidades a seguir una línea de trabajo, cuantificando los esfuerzos conjuntos para lograr un proyecto sobresaliente como fue el Retén de Carabineros de Río Tranquilo”.
Por su parte, José Riesco considera que la principal relevancia de esta certificación “es el compromiso que asume el Estado de Chile con el planeta a largo plazo de hacer edificios más sostenibles y bajar el consumo energético. En esa línea, es importante que desde el Estado sean conscientes que esto implica mayores costos en la etapa de diseño y construcción, los que deben ser incorporados cada vez con más fuerza en los presupuestos, permitiendo disminuir los costos de operación del edificio en la etapa de funcionamiento”.
Y agrega: “En CC+RR estamos dándole mucha importancia a incorporar en el diseño la sustentabilidad, por lo que creemos es un gran aporte que se esté aplicando la certificación CES”.
Junto con su puntaje de 81 puntos, se alcanzó un 63,1% de reducción de agua, así como los máximos puntajes en los requerimientos de confort térmico pasivo (con un 23% de la reducción de las horas de disconfort térmico); en la demanda anual de energía en climatización e iluminación (con una reducción de 75.7%); y calidad de aire activo con un 25% de aumento del caudal de ventilación, considerando también el máximo filtraje y monitoreo de CO2. Una reducción en la potencia instalada en iluminación artificial del 36% e iluminación natural, cumpliendo con muy buenos niveles de iluminancia útil en los recintos.
El aumento de más del 40% en el número de inscripciones CES, la certificación de proyectos emblemáticos del área de la salud y del rubro de oficinas, así como el trabajo para crear la nueva versión aeropuertos, hicieron de 2021 un año redondo.
El equipo de Certificación Edificio Sustentable cierra el año con enorme satisfacción. Luego de concluir el convenio de tres años con los ministerios de Obras Públicas y Energía, se han visto los frutos de ese trabajo conjunto que ha permitido avanzar en los estándares de sustentabilidad para evaluar, calificar y certificar el comportamiento ambiental de edificios de uso público.
Además, el jefe de CES, Hernán Madrid, destaca el incremento de más de 40% en las inscripciones de proyectos, cuyo número llegó a 87 durante 2021 y la certificación de tres recintos hospitalarios: el Hospital Quillota Petorca, el Hospital de Curicó y la Mutual de Seguridad Providencia.
Asimismo, este año se certificó el primer edificio de oficinas de planta libre en Santiago. Se trata del proyecto Majestic, emplazado en Santo Domingo esquina Av. San Martín.
La Dirección de Arquitectura ha sido un pilar fundamental a lo largo del año para CES y también este año se incorporaron con fuerza otros mandantes, la Junta de Jardines de infantiles (Junji) merece una mención especial, por el número de proyectos inscritos. Y aunque, a la fecha, la Región de La Araucanía -con una población de poco más de un millón de habitantes- es la que más edificios ha inscrito para lograr la certificación, si relacionamos el número de inscripciones con la población en cada región, Aysén y Magallanes se toman la delantera con 12 y 11 proyectos inscritos, respectivamente, ya que estas cifras representan un 17% de los edificios certificados por 100 mil habitantes en el caso de Aysén y un 11% en el caso de Magallanes.
Difusión CES
Dos webinars, en el marco del convenio Minenergía – MOP – IC, buscaron transmitir la importancia de CES y cómo se realiza el proceso desde la inscripción de un proyecto hasta su certificación. El primero, realizado en marzo se tituló “Iniciativas que mejoran la sustentabilidad de la edificación en Chile”.
En dicho encuentro -moderado por la secretaria ejecutiva del Consejo de Construcción Industrializada, Katherine Martínez; y subgerente de Desarrollo de la CDT- participaron Gabriel Prudencio, jefe de la División de Energías Sostenibles del Ministerio de Energía; Raúl Irarrázabal, director nacional de Arquitectura del MOP; Ricardo Fernández, presidente del Consejo Directivo de CES; Margarita Cordaro, jefa del Departamento de Construcción Sustentable de la Dirección de Arquitectura del MOP; Bárbara Rodríguez, profesional de la Unidad Edificación y Ciudades de la División de Energías Sostenibles del Ministerio de Energía; Hernán Madrid, jefe de Certificación Edificio Sustentable; y Romy Luckeheide, asistente de Certificación Edificio Sustentable.
En tanto, el más reciente evento online de difusión fue el denominado “Nuevos enfoques de sustentabilidad en construcción en el contexto internacional”, realizado la primera semana de diciembre. Moderado también por Katherine Martínez, contó con figuras tan relevantes como las del evento organizado en marzo.
Y cómo no mencionar el trabajo con la Dirección de Aeropuertos, que permitió actualizar parámetros para la certificación de los terminales de pasajeros, sus estacionamientos y accesos, sentando las bases de la versión CES aeropuertos.
Asimismo, Hernán Madrid, destacó la inscripción del primer piloto versión Net Zero, desarrollada en el marco del convenio Minenergía – MOP – IC. Se trata del edificio Parque Nacional Alerce Andino mandatado por la Corporación Nacional Forestal, cuyas obras podrían superar los 900 millones de pesos de inversión.