CLIMATIZACIÓN EN EDIFICIOS

Por Juan Carlos Troncoso, presidente de la Asociación de Profesionales de Climatización y Refrigeración de Chile (DITAR Chile A.G.)

Aunque todos sabemos que el ahorro energético en la construcción comienza con el diseño del edificio, la orientación, la aislación, los materiales de construcción, etc., parece que algo se nos ha olvidado, porque no siempre el resultado es el óptimo.

En Chile el potencial de eficiencia, es decir, el porcentaje de energía y electricidad que podemos dejar de consumir, aun es muy significativo. Hoy el gasto energético de un edificio producto del sistema de climatización está entre el 40% y el 65% del total. Esta alta cifra podría hacer suponer un elevado confort; pero no siempre es así y, a menudo, a nuestra asociación llegan consultas como: ¿Por qué el sistema de climatización de mi edificio no resulta confortable?, ¿Por qué me siento muchas veces más cómodo al abrir las ventanas que al encender el sistema?, ¿Por qué el costo operativo del sistema de climatización es tan elevado? Frente a tales interrogantes, debemos saber que más del 70% del costo total del ciclo de vida de una edificación es destinado al gasto operativo.

En Chile se construyen muchos edificios en donde predomina el muro cortina que provoca al interior del inmueble el indeseado “efecto invernadero”, obligando al sistema de aire acondicionado a operar constantemente ya que, de lo contrario, la temperatura al interior podría elevarse hasta los 40° C. Esto obviamente aumenta de manera considerable el consumo total de energía y disminuye el confort térmico humano.

Si bien cada vez más se proyectan e instalan tecnologías con mayor eficiencia, como por ejemplo el sistema VRF (Volumen de Refrigerante Variable), no mucho se sabe de los pro y contra del sistema. El VRF se puede controlar desde cualquier lugar (teniendo un PC e internet), puede enviar avisos de falla ante un mal funcionamiento, permite doblar el número de unidades conectadas con solo incorporar un adaptador, es silencioso, cada oficina puede funcionar con total independencia de temperatura (sistema con recuperación de calor), la distancia entre unidades interiores y exteriores es muy superior a la acostumbrada, etc. 

Pero no todo es ideal en estos sistemas, ya que poseen un elevado costo inicial; por sí mismos no permiten el control de humedad ni la opción de free-cooling. Hay que tener  cuidado en el diseño de la recuperación del aceite, que al diluirse con el gas caliente es transportado a través del circuito frigorífico, debiendo buscar soluciones para asegurar su retorno a los compresores. Y, dada la gran cantidad de refrigerante a alta presión que utilizan, en caso de ser inhalado en proporciones importantes puede producir asfixia. Además, en contacto con la piel puede producir quemaduras por congelación (enfriamiento espontáneo a -51,6° C) y, en caso de incendio, se descomponen en productos altamente tóxicos, por lo que no se sugiere su utilización en hoteles u hospitales, entre otras construcciones. Ello, sin considerar que al instalar un sistema VRF se dificulta la posibilidad de cambiarse de marca (salvo que se modifique todo el sistema). El mantenimiento de este tipo de instalaciones siempre es delicado y depende del suministro de piezas del fabricante: algo tan sencillo en un sistema tradicional como cambiar una válvula, puede ser toda una complicación en este nuevo sistema. 

En Ditar nos ocupamos de este y otros temas desde 1993: por algo somos la organización técnica con más experiencia en HVAC-R en Chile y estamos siendo consultados permanentemente por ministerios y universidades del país y del extranjero.