La innovación modular conquista el desierto: Colbún obtiene el 1° lugar Premio CES 2025

El reconocimiento a las Oficinas Administrativas del Parque Fotovoltaico Diego de Almagro Sur deja de manifiesto que el diseño modular y la eficiencia energética son claves para operar en entornos extremos.

La séptima edición de los Premios CES, evento que destaca a los edificios y proyectos con mejores puntajes de acuerdo con el sistema de Certificación Edificio Sustentable (CES), otorgó el máximo galardón en la categoría de proyectos certificados a las Oficinas Administrativas de la Planta Fotovoltaica Diego de Almagro Sur. Este proyecto, ubicado en la Región de Atacama, alcanzó un puntaje sobresaliente de 73.5, destacando su diseño innovador y su capacidad para adaptarse a las condiciones climáticas del desierto más árido del mundo.

Esta es la tercera certificación CES y el segundo Premio CES para Colbún, marcando una clara evolución en las estrategias sostenibles de la empresa. El proyecto no solo ha mejorado su puntaje progresivamente, de los 33 puntos en 2018 a los 72 puntos en 2022, sino que, además, obtuvo la primera certificación LEED de sus instalaciones.

Un enfoque modular y eficiente

Una de las principales diferencias de este proyecto con respecto a los anteriores de Colbún es su componente prefabricado y la construcción modular, lo que ayudó a optimizar el proceso. Este diseño permite que, al término de su vida útil, las oficinas puedan ser desarmadas y reutilizadas, minimizando así los efectos negativos de una demolición tradicional.

La eficiencia energética fue un pilar fundamental en el diseño. Se incorporaron estrategias bioclimáticas que aprovecharon las condiciones del entorno, como una bomba de calor para el agua caliente que utiliza la temperatura del aire para llevarla a su temperatura final de uso, lo que reduce significativamente el consumo de energía. 

Tras recibir el premio, Carlos Alberto Frías, subgerente Proyectos Fotovoltaicos y BESS de Colbún, expresó que “este premio nos motiva enormemente a seguir trabajando en nuestro diseño y nuestra idea de mantener unas oficinas sustentables, que es primordial para nosotros, sobre todo en el ámbito de la energía renovable, que es hoy día donde estamos apostando”.

Por su parte, Karen Montes, subgerente de Contratos en Colbún, destacó que “esto ha sido algo intencionado. Colbún quiso que nuestras oficinas fueran sustentables, y esto va en armonía y concordancia con nuestro propósito, que dice que transformamos la energía en equilibrio con el planeta. Estamos muy contentos de haber obtenido este reconocimiento”.

Los principales resultados de esta estrategia incluyen:

  • Reducción del 84% en las horas de disconfort térmico pasivo.
  • Disminución del 60% en la demanda anual de energía para climatización e iluminación.
  • Reducción del 71% en el consumo anual de energía.
  • Disminución del 61.8% en el consumo de agua potable.
  • Puntaje perfecto en gestión, con 4 de 4 puntos.

Confort y operación en un entorno extremo

El diseño del edificio priorizó la calidad del ambiente interior, una característica vital en una zona geográfica donde la temperatura ambiente puede superar los 30 grados fácilmente, llegando incluso a los 37 o 40 grados Celsius. Álvaro Neira, supervisor de operación y mantenimiento del parque, destacó el confort de las instalaciones. “El edificio es bastante cómodo, es amplio, tiene muy buena ventilación e iluminación. Un punto importante es que el mantenimiento de los equipos de climatización, como los aires acondicionados, los presurizadores, están bajo el plan de mantenimiento. Así, los equipos están siempre en óptimas condiciones para mantener la climatización del edificio”.

El edificio se alimenta energéticamente de los servicios auxiliares de una subestación elevadora que recibe la energía generada por la planta solar durante el día.

La gestión de residuos: Un camino de constancia

Un aspecto que cobró especial importancia en el proyecto es la gestión de residuos, un desafío en zonas alejadas de centros poblados. La premiación busca reconocer a todos los actores que hacen posible el desarrollo de los proyectos, y, en este caso, el esfuerzo por la separación de residuos es un ejemplo concreto. Sharon Palacio Reynoso, encargada de la limpieza y reciclaje en la planta, explicó que la gestión de residuos se maneja con un sistema de registro de peso para cada tipo de basura. “Cada 4 meses se llama el camión del Punto Eco… Él hace el retiro de la basura reciclada y después nos mandan un documento donde nos indican el punto final donde llega la basura”.

Palacio reconoció que la adaptación de los usuarios al sistema de separación de residuos tomó cerca de un año, requiriendo un enfoque de seis capacitaciones durante el primer año y recordatorios permanentes de manera personal para fomentar la constancia en el proceso. 

Como consejo para otras empresas, la profesional subrayó la importancia de establecer un punto de reciclaje para ayudar al medio ambiente, especialmente en un lugar donde se generan grandes cantidades de botellas plásticas debido al intenso calor.

Premio CES 2025: Colbún, PUC y Junji cuentan con los edificios más sustentables del país

Desde Diego de Almagro, Temuco y Santiago, hasta Timaukel y la Antártica, los proyectos premiados en la séptima edición del Premio CES reflejan la diversidad territorial de la edificación sustentable en Chile. La certificación reconoció en la CChC, a iniciativas públicas y privadas que lideran en eficiencia energética, confort ambiental y reducción del impacto ambiental.

En el auditorio de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) se realizó la ceremonia de entrega del Premio CES 2025, que distinguió a los proyectos mejor evaluados en el sistema Certificación Edificio Sustentable (CES) durante el último año. La instancia premió a instituciones públicas y privadas que lideran la transición hacia una construcción más responsable, eficiente y saludable en todo Chile.

Los proyectos ganadores de esta séptima edición provienen de distintas zonas del país, desde Diego de Almagro (Atacama), Temuco (La Araucanía) y Santiago (Región Metropolitana), hasta Timaukel (Magallanes) y la Base Aérea Presidente Frei en la Antártica, evidenciando que la sustentabilidad no es exclusiva de una región, sino un objetivo alcanzable a lo largo del territorio.

En representación de la Cámara Chilena de la Construcción, el vicepresidente Claudio Cerda señaló: “Es un honor dar la bienvenida a esta edición de los Premios CES 2025, reconocimiento que se ha consolidado como un referente nacional para destacar los proyectos que están marcando la diferencia en materia de sostenibilidad en la construcción”.

“Hemos sido testigos de una evolución real: hoy existe mayor conciencia, mejores prácticas y un compromiso creciente con la eficiencia energética, el confort ambiental y la reducción del impacto en nuestros territorios”, afirmó Ricardo Fernández, presidente de CES.

“Hoy, más de 650 edificios de uso público están en proceso de certificación. Eso significa mejores espacios para las personas, ahorro energético para los mandantes, y un impacto ambiental más controlado y medible. Es un logro del que todos podemos sentirnos orgullosos”, agregó.

Desde el sector público, el director nacional de la Dirección General de Obras Públicas del MOP, Boris Olguín, expresó: “Una vez más como Ministerio de Obras Públicas nos hacemos presente en esta instancia, donde se premia a los consultores, a los desarrolladores, a los servicios públicos, a los profesionales que están detrás de esto; a toda una estructura, una orgánica que se ha preocupado efectivamente de relevar el tema de la sostenibilidad”.

El presidente de CES finalizó la ceremonia con un llamado al mundo privado: “Nuestro desafío aún no está completo. Hasta ahora, CES ha sido adoptado principalmente en el mundo público. Sin embargo, es fundamental que el mundo privado también se sume y en ello todos ustedes, socios de la Cámara, tienen mucho que colaborar. El sector privado tiene el talento, los recursos y la capacidad de innovación necesarios para acelerar esta transformación. Y la certificación CES está preparada para acompañar ese camino, con una metodología sólida, transparente y adaptada a la realidad nacional”.

Asimismo, Fernández hizo hincapié en que “la sustentabilidad no es una opción, es una responsabilidad compartida. Sigamos construyendo con propósito, con datos, con evaluación técnica y con visión de futuro”, y recordó los impactos tangibles reportados por CES desde 2014 y hasta 2024: 

  • Reducción anual de 51 millones de kWh, equivalente al consumo de 17.000 viviendas.
  • Disminución de 25.900 toneladas de CO₂, equivalente a sacar 11.000 autos de circulación por un año.
  • Ahorro estimado de $1.800 millones al año en costo social por reducción de emisiones.

Proyectos ganadores

Categoría: Edificios Certificados

Primer lugar
Oficinas Administrativas de la Planta Fotovoltaica Diego de Almagro Sur
(Colbún) – Región de Atacama – 73,5 puntos

Reducción del 84% en horas de disconfort térmico pasivo y 60% en demanda anual de energía para climatización e iluminación.

“Este premio nos motiva enormemente a seguir trabajando en nuestro diseño y nuestra idea de mantener unas oficinas sustentables, que es primordial para nosotros, sobre todo en el ámbito de la energía renovable, que es hoy día donde estamos apostando”, señaló Carlos Alberto Frías, subgerente de proyectos fotovoltaicos y BESS de Colbún.


Empate en segundo lugar (70 puntos):

Sala Cuna y Jardín Infantil Pinocho, Temuco – JUNJI – Región de La Araucanía
“Demuestra que el diálogo, el compromiso y el objetivo común puede transformar la forma en que construimos, educamos y vivimos”, destacó Felipe Barros, arquitecto de JUNJI Araucanía.

Edificio Aulas Pataguas, Torre B, Campus San Joaquín – PUC – Región Metropolitana
“Nos ha permitido consolidar la definición de estándares tanto de arquitectura como de las principales instalaciones, permitiendo implementar mejores espacios, mejores lugares para los alumnos, para nuestra comunidad en general y sobre todo sin descuidar el uso eficiente de los recursos”, señaló Francisco Palacios, jefe de proyectos de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Categoría: Proyectos Precertificados

  • Primer lugar: Edificio Consistorial Timaukel – Región de Magallanes – 87,5 puntos
  • Segundo lugar: Anteproyecto Aeródromo Teniente Rodolfo Marsh Martin – Antártica – 86,5 puntos
  • Reposición Escuela Básica Molco Alto – Región de Los Ríos – 75,5 puntos

Premios especiales

  • Profesional Destacado: Waldo Bustamante, ingeniero civil mecánico de la Universidad de Chile y director del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable UC (CEDEUS). “Estamos en un momento bien particular, en el año 25 de este siglo, un cuarto de siglo, donde los desafíos del país apuntan hacia el 2050, tenemos compromisos que son importantes para el país, porque yo creo que lo que hemos hecho hasta el momento y los desafíos que vienen traen caminos y desafíos que tenemos que resolver”, señaló al aceptar el premio.
  • Política Pública Destacada: Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI). “Cuando contamos con espacios, patios, aulas; cuando manejamos responsablemente los residuos, cuando tenemos sistemas de riego eficiente o un invernadero que acerca a niños y niñas a las maravillas de la naturaleza; no solo creamos un espacio educativo de calidad, sino que también sembramos desde la primera infancia valores de sostenibilidad y conciencia ambiental”, manifestó Daniela Triviño, vicepresidenta ejecutiva de Junji.
  • Iniciativa Privada Destacada: Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC). Recibió el premio Tomás Dalla Porta, director de Infraestructura, quien afirmó que “la Universidad Católica de Chile ha consolidado su compromiso con la sustentabilidad a través de la incorporación de criterios sustentables en sus procesos de construcción y licitación, de infraestructura embarcada en su estrategia para la acción climática y carbono neutral al 2038 y en su plan de desarrollo institucional”.
  • Premio a la Trayectoria 10 Años CES: Margarita Cordaro Cárdenas, arquitecta de la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, vicepresidenta de CES. La profesional que tiene una carrera de más de 40 años dedicados a la construcción sustentable, expresó con emoción que “Chile está dando un ejemplo en esta certificación de sus edificios con una seriedad bárbara, con un grupo de consultores maravillosos, con evaluadoras increíbles; y lo más importante, con arquitectos, empresas constructoras, consultoras, ingenieros, constructores, todos comprometidos”.

10 años de la certificación representados en libro conmemorativo

La publicación destaca la primera década de transformación en la edificación chilena gracias a la Certificación Edificio Sustentable, enfatizando el diseño pasivo a los edificios de uso público en todo el territorio nacional.

En un emotivo y significativo evento, la Certificación Edificio Sustentable (CES) presentó el libro “El impacto de una década: Edificios Certificados CES”, que recoge los avances, logros e impactos concretos alcanzados en sus primeros 10 años de existencia. La ceremonia reunió a autoridades, instituciones fundadoras, colaboradores históricos y representantes del mundo público y privado, que han sido parte fundamental en la consolidación de CES como el sistema de certificación más importante del país en edificación sustentable.

El presidente de CES, Ricardo Fernández, encabezó la jornada destacando el impacto nacional del programa: “Hoy estamos lanzando un libro que refleja el impacto de un gran trabajo, de un gran equipo que, en una década, ha desarrollado una certificación que está generando un impacto hacia el futuro. Es algo de lo que nuestro país puede estar orgulloso”.

Por su parte, Mauricio Salinas, presidente del Instituto de la Construcción, declaró el orgullo que sienten como entidad administradora de CES y del trabajo que se ha hecho en 10 años. “Claramente hay un impacto evidente en las edificaciones, sobre todo en lo que es la edificación pública”, señaló.

Desde 2014, CES ha certificado más de 150 proyectos y cuenta con 350 más en proceso, convirtiéndose en la certificación con más proyectos en Chile. El libro reconoce 19 proyectos premiados por su excelencia en desempeño ambiental, en categorías como eficiencia energética, manejo hídrico, economía circular y reducción de emisiones de carbono.

Uno de los elementos centrales del sistema es su enfoque en el diseño pasivo, estrategia que ha demostrado beneficios concretos. “En un colegio, un alumno aprende mejor si está en un ambiente controlado; en un hospital, un paciente se recupera más rápido si el edificio está bien diseñado”, afirmó Fernández, subrayando el valor humano de la infraestructura sustentable.

De acuerdo con Hernán Madrid, jefe de CES, entre los principales impactos acumulados a 2024, los edificios certificados CES reporta una reducción anual de: 51 millones de kWh (equivalente al consumo de 17.000 viviendas), 25.900 toneladas de CO₂ (igual a 11.000 autos fuera de circulación por un año) y un ahorro estimado de 1.800 millones de pesos al año en costo social por reducción de emisiones.

Colaboración público-privada: el eje de CES

La historia de CES se remonta al convenio firmado en 2014 entre el Ministerio de Obras Públicas, la Cámara Chilena de la Construcción, el Colegio de Arquitectos de Chile y el Instituto de la Construcción. A este grupo fundador se sumaron posteriormente los ministerios de Energía y Vivienda, fortaleciendo la expansión del modelo.

El director ejecutivo del Instituto de la Construcción, Marcos Brito, señaló: “Nos damos cuenta de que Chile está avanzando significativamente en mejorar la calidad de la edificación y, con eso, la calidad de vida de quienes habitan y usan estos edificios. CES cumple con nuestro propósito como Instituto”.

Margarita Cordaro, vicepresidenta de CES en representación del Ministerio de Obras Públicas (MOP), da valor al trabajo realizado por el IC: “nos ha dado una cabida a todos, públicos y privados, con una gran perseverancia en el trabajo. Los profesionales han sido espectaculares, por lo que creo que CES es algo que Chile tiene que cuidar. Aquí hay gente con mucha capacidad y resiliencia, así es que mis felicitaciones a todo lo que se ha hecho”, precisó, también alabando al arquitecto Norman Goijberg, primer presidente de CES y uno de los impulsores de la certificación. 

Un modelo adaptado a Chile y con proyección internacional

Una de las principales fortalezas de CES es su adecuación a la geografía y clima nacional, lo que lo convierte en una herramienta estratégica para enfrentar la crisis climática.

Así lo destacó Paola Valencia, exdirectora de CES y actual jefa de Acción Climática de EBP Chile: “No existe otro sistema de certificación en Sudamérica que haya tenido este nivel de crecimiento y respaldo. Es un sistema emblemático y motivo de orgullo”.

Por su parte, Francisco Costabal, director de CES en representación de la Cámara Chilena de la Construcción, afirmó: “Este libro muestra con datos duros cómo la certificación genera ahorro energético y menor daño ambiental. Es una herramienta clave para arquitectos e ingenieros que desarrollan proyectos sustentables con mirada de futuro”.

Desde el sector privado, Mauricio Ramírez, socio de 88 Limitada, subrayó la importancia del sistema: “La certificación es extremadamente importante para el contexto nacional. Ha logrado convocar a profesionales de alto nivel y generar un estándar del que todos en la industria nos sentimos parte”.

Mario Lobo, director de proyectos de Ecosustenta, manifestó su alegría de poder colaborar en los 10 años de CES, “que ha sido un largo y duro trabajo en pos de la sostenibilidad y la eficiencia energética de los edificios”. 

En tanto, Paola Molina, Past President de CES y representante del Colegio de Arquitectos, comentó que “para poder construir esta certificación ha sido un esfuerzo de más o menos 20 años. Esto viene a coronar un proceso al que, sin duda, le quedan muchas etapas por seguir construyendo, pero hemos logrado definir una modificación que pone en el centro las decisiones que los arquitectos podemos tomar y que no generan un costo permanente en el tiempo, sino un ahorro. En todo el trabajo que tiene que ver con las emisiones, la energía, los residuos, parámetros de economía circular”. 

El libro: una herramienta educativa y de difusión

El libro incluye una línea de tiempo con los principales hitos, fichas técnicas de proyectos destacados y un análisis detallado del impacto acumulado. Fue desarrollado con la participación de estudiantes de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, bajo la dirección de la profesora Bárbara Rodríguez. El enfoque metodológico incorpora indicadores de habitabilidad, diseño pasivo, eficiencia energética, manejo de residuos y agua.

El proyecto fue posible gracias al apoyo de las empresas auspiciadoras 88, EBP Chile, Ecosustenta y Volcán.

“Este libro es también un testimonio de un trabajo colaborativo, interdisciplinario y nacional, que busca mejorar los estándares de edificación pública en Chile”, concluyó Ricardo Fernández.

El libro está disponible para consultas aquí: https://publuu.com/flip-book/903728/2065434

CES celebra su primera década en la Biblioteca Regional Gabriela Mistral de La Serena

El séptimo edificio certificado bajo el sistema CES fue el escenario de una jornada cultural y técnica que celebró el impacto nacional de esta certificación chilena de alto estándar. La biblioteca es hoy un símbolo de sustentabilidad cultural y compromiso ciudadano.

En el corazón de La Serena, donde Gabriela Mistral sembró sueños y educación, la Biblioteca Regional que lleva su nombre se convirtió en el lugar perfecto para conmemorar los 10 años de la Certificación Edificio Sustentable (CES), una iniciativa público-privada que ha transformado la manera en que Chile concibe, diseña y construye edificaciones de uso público.

No fue un lugar elegido al azar: la biblioteca fue el séptimo edificio en obtener esta certificación en 2017, convirtiéndose en un ejemplo de cómo la cultura, la arquitectura y la sustentabilidad pueden convivir al servicio de la ciudadanía.

La jornada comenzó con un emotivo kamishibai sobre la vida de Gabriela Mistral, seguido por las palabras del Seremi de Cultura, Cedric Steinlen: “Esta biblioteca representa un nuevo paradigma: abierta al público y a distintas disciplinas. Es muy simbólico que haya sido construida en un lugar donde Gabriela Mistral quiso desarrollar un espacio de educación en contacto con la naturaleza. Ese espíritu se ha visto representado en esta infraestructura”.

Por su parte, Paloma Soto, directora de la biblioteca, reforzó el compromiso con la sustentabilidad: “Desde que abrimos nuestras puertas hemos tenido dentro de nuestros contenidos centrales la sustentabilidad. (…) No es un documento, es un compromiso, y así lo hemos vivido durante este tiempo en la biblioteca”.

Cifras de sustentabilidad
“Este edificio fue certificado el año 2017, con valores muy buenos, 24 kW/m²-año en la certificación y creo que CES es un ejemplo de certificación que Chile debería mostrar con orgullo”, destacó Ricardo Fernández, presidente de CES.

La Biblioteca Regional Gabriela Mistral, proyecto inscrito Nº 26 en el sistema CES, obtuvo su certificación con 46 puntos en 2017, destacando en calidad del ambiente interior, eficiencia energética y ahorro de agua, lo que se traduce en cifras: 

  • Ahorro de energía: 43%
  • Ahorro en demanda energética: 26%
  • Reducción de agua potable: 36%
  • Reducción en riego: 70%

Además, el edificio integra estrategias arquitectónicas pasivas como protección solar, ventilación cruzada, aislación térmica y un diseño que promueve la adaptación funcional a lo largo del tiempo.

“Ya no basta con diseñar edificios estéticos o seguros. Hoy el gran desafío es la sostenibilidad en la edificación pública”, señaló Jorge Godoy, director regional de Arquitectura del MOP, relevando que en la región de Coquimbo ya existen más de 30.500 m² certificados bajo esta política pública.

Para Javier Sandoval, seremi de Obras Públicas de la región de Coquimbo, “que estemos celebrando este hito de los 10 años de la certificación CES nos marca la hoja de ruta de hacia dónde debemos marchar como región, como país y como ministerio. También es un compromiso nuestro que ha sido recalcado por nuestra ministra Jessica López en torno a que nuestro ministerio ejerza un rol preponderante en torno al cuidado del medio ambiente y a la mitigación del efecto del cambio climático”.

En sus 10 años, CES ha certificado más de 150 edificios y ha alcanzado 621 procesos en todas las regiones del país, aportando no solo a la eficiencia energética, sino al bienestar de las personas y la lucha contra el cambio climático.

“Tenemos que sentirnos orgullosos. Estos edificios hay que cuidarlos. Y el desafío es cómo pasamos de 80 a 8.000”, concluyó Fernández.

Impacto económico, ambiental y social
Los beneficios de los edificios certificados no son solo ambientales. En términos operacionales, por ejemplo, se estima que un hospital certificado por CES puede ahorrar hasta $150 millones anuales en consumo energético. Además, las reducciones de emisiones pueden superar las 3.000 toneladas de CO₂ al año, lo que equivale al funcionamiento de 1.500 automóviles durante 12 meses.

Tal ha sido el impacto que varios edificios certificados —incluida la Biblioteca Regional Gabriela Mistral— formaron parte de los portafolios de bonos verdes soberanos emitidos por Chile, que recaudaron más de USD $1.200 millones para proyectos con impacto positivo en el medioambiente.

Tras la ceremonia, la jornada finalizó con un recorrido técnico por el edificio, liderado por Hans Rozas, encargado de infraestructura, seguido de una fotografía grupal frente a la fachada icónica y un café para celebrar una década de impacto.

Certificación CES Aeropuertos presenta cambios clave enfocados en la huella de carbono 

La nueva versión de la certificación incorpora una categoría dedicada a las emisiones de carbono, con tres nuevos requerimientos voluntarios que permiten evaluar el ciclo de vida completo de las edificaciones aeroportuarias y su gestión operativa.

Una nueva versión de la certificación CES para aeropuertos plantea significativos cambios, particularmente relacionados con la medición de la huella de carbono. A diferencia de versiones anteriores, donde las emisiones se consideraban dentro de la categoría de energía, la actualización propone una categoría especial y exclusiva para las emisiones de CO2 equivalente.

El jefe de CES, Hernán Madrid, explica que esta nueva categoría incorpora un sistema de puntaje máximo de 10 puntos, el cual es totalmente nuevo y está compuesto por tres requerimientos voluntarios.

  1. Huella de carbono de la operación del edificio: Este requerimiento se enfoca en las emisiones asociadas directamente al consumo de energía producto de la operación del edificio. Es el mismo que se ha utilizado desde 2023 en la versión CES Edificios v1.1 y para los reportes de bonos verdes.
  2. Huella de carbono contenida del edificio: Se introduce un requerimiento nuevo que considera la huella de carbono de los materiales y el proceso constructivo. Al sumar la huella de carbono contenida con la de la operación, es posible obtener la huella de carbono del ciclo completo de la edificación, abarcando su diseño, construcción y operación. Según el documento, este segundo requerimiento se enfoca en la huella de carbono contenida.
  3. Integración con ACIAirport Carbon Accreditation (ACA): Un tercer requerimiento está asociado a la integración con la certificación internacional ACA, del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI). Este requerimiento permite el reconocimiento de las mediciones de emisiones relacionadas con la gestión y operación general del aeropuerto.

“Hay un reconocimiento de la medición de las emisiones que tiene que ver con la operación y gestión del aeropuerto en términos generales”, señala Madrid. Esta medición va más allá de los edificios e incluye las emisiones de elementos como tiendas, restaurantes, vehículos internos, e incluso, el combustible de los aviones.

“Estos criterios están más en sintonía con la operación general aeroportuaria, mucho más allá del edificio”, menciona Madrid, agregando que esta nueva mirada constituye un reconocimiento para los aeropuertos que ya trabajan con esta certificación internacional.

De Atacama, RM, la Araucanía y Magallanes son los edificios más sustentables de Chile 

En la ceremonia de los Premios CES 2025, la Certificación Edificio Sustentable reconocerá a los equipos que alcanzaron los mayores puntajes en edificios y proyectos, que este año se concentran en cuatro regiones de todo el país. 

Las regiones de Atacama, La Araucanía, de Magallanes y Metropolitana, son las que zonas en las que están los edificios y proyectos que serán reconocidos en la ceremonia del Premio CES 2025. Éstos representan a los que obtuvieron los mayores puntajes en el sistema nacional de certificación durante el año 2024.

CES considera diversos parámetros para calificar proyectos de uso público desde su diseño hasta su operación. Este año, nuevamente, destacará a los edificios que alcanzaron mejores niveles de certificación por aspectos como la calidad del ambiente interior, que considera confort térmico, acústico, calidad del aire e iluminación; uso eficiente de la energía, que toma en cuenta demanda, consumo y también huella de carbono en la operación; uso eficiente del agua; y gestión de residuos, entre otros.

La premiación que se realizará el próximo martes 30 de septiembre, a las 17:00 horas, por séptimo año consecutivo, busca reconocer a todos los actores que participan en el desarrollo de los proyectos, entre ellos, el mandante, los arquitectos, ingenieros, constructores, asesores CES y evaluadores, que mancomunadamente trabajan por la sustentabilidad de los edificios.

“Estamos expectantes de esta ceremonia, porque a diferencia del año pasado, este 2025 los premios abarcan zonas del norte, centro y sur austral e incluye la región de Magallanes, que vuelve a tener proyectos premiados”, explica el jefe de CES, Hernán Madrid.

De esta manera, CES busca incentivar las mejores prácticas sustentables en la edificación y reconocer públicamente a quienes han hecho un esfuerzo por certificarse con una herramienta nacional que incorpora variables propias de cada territorio.

El año pasado el primer lugar en la categoría Certificado, se lo adjudicó el Liceo B-15 Jorge Teillier, ubicado en la comuna de Lautaro, región de la Araucanía. El segundo lugar fue para el Edificio Institucional de la Dirección Regional de Aduanas de Talcahuano (D.R.A.T.), mientras que en la tercera posición se instaló la Subcomisaría de Longaví.

Al igual que en las versiones anteriores del Premio CES, en esta oportunidad, se reconocerá nuevamente al “Profesional Destacado” del año, la Política Pública Destacada y la Empresa Destacada.

Las inscripciones están disponibles aquí: https://forms.gle/oS2tgeFgRDUdh598A

Un primer semestre marcado por el crecimiento y la diversificación

La Certificación Edificio Sustentable (CES) presenta un alentador balance del primer semestre del año en curso, con un notable aumento en proyectos inscritos y certificados, demostrando la creciente adopción de prácticas sustentables en la construcción pública del país.

La Certificación Edificio Sustentable (CES) cerró el primer semestre de 2025 con cifras que dan cuenta de un dinamismo y una expansión significativos en la adopción de prácticas constructivas amigables con el medio ambiente. Los números hablan por sí solos: se inscribieron 43 proyectos en el sistema de certificación, mientras que 38 se encuentran en etapa de precertificación y 11 obtuvieron la certificación final. Esto representa un alza con respecto al primer semestre de 2024, cuando había 30 proyectos inscritos.

Romy Luckeheide, arquitecta del equipo administrativo de CES, destaca la importancia de estos resultados. “Desde la certificación debemos estar a la vanguardia, empujar a que los edificios logren ser eficientes en pos de dejar la menor huella posible, proporcionando también calidad para los usuarios. Resolver problemáticas del presente, con mirada de futuro”, señala.

Diversidad de usos y mandantes impulsan CES
El panorama de los proyectos inscritos y precertificados revela una amplia gama de usos, lo que subraya la versatilidad y aplicabilidad de CES en distintos ámbitos de la edificación pública.

  • Educación lidera con 18 proyectos.
  • Salud contribuye con 11 iniciativas.
  • Seguridad suma 9 proyectos.
  • Oficinas y Deporte: Cada una suma 2 proyectos.
  • Transporte: Con 1 proyecto, reflejando la incursión en nuevas tipologías.

En cuanto a los mandantes, la colaboración público-privada sigue siendo un pilar fundamental en el avance de la certificación. Las Direcciones Regionales de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas y las municipalidades se posicionan como los principales impulsores, cada una con 10 proyectos inscritos o precertificados. Otros actores relevantes incluyen a la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), con 9 proyectos; y la Mutual de Seguridad CChC con 3.

Proyectos destacados por su alto rendimiento

El compromiso con la excelencia en la sustentabilidad se manifiesta en los altos puntajes obtenidos por varios proyectos, tanto en la fase de precertificación como en la certificación final.

Entre los proyectos precertificados con mejores puntajes, sobresalen:

  • Terminal de Pasajeros Aeródromo Puerto Natales (90 puntos): Un ejemplo de la incursión de CES en infraestructuras de transporte, demostrando el potencial de la certificación en este sector.
  • Gimnasio Municipal Juan Fernández (89 puntos): Resalta el compromiso de las municipalidades con la eficiencia y el confort en sus instalaciones deportivas. Este proyecto es particularmente importante para CES, ya que es el primero en proceso de certificación en la Isla.
  • Brigada de Emergencias Farellones (80.5 puntos): Ilustra la aplicación de criterios de sustentabilidad en edificios de seguridad.

Los proyectos ya certificados que obtuvieron los más altos puntajes este semestre son los siguientes:

  • Construcción Fiscalía Local de Carahue (80.5 puntos): Un proyecto que demuestra el impacto positivo de la certificación en edificios de uso institucional.
  • Contraloría Coquimbo (71 puntos): Refleja la adopción de altos estándares por parte de la Dirección de Arquitectura del MOP.
  • Construcción Piscina Centro Elige Vivir Sano Rancagua (71 puntos): Confirma la relevancia de la certificación en infraestructuras deportivas.

Estas cifras y ejemplos concretos subrayan el impacto creciente de CES en el sector de la construcción en Chile. Como señala Romy Luckeheide, “la certificación de edificios sustentables puede responder de manera objetiva a estas interrogantes. Si un edificio es CES se despliega información relacionada a la sustentabilidad de este en particular, ya que se mide su rendimiento en cuanto a confort, eficiencia, agua, residuos, gestión e innovación”. 

El primer semestre de 2025 confirma que el camino hacia la construcción sustentable es una realidad en constante consolidación.

Contraloría de Coquimbo.

Economía circular: nuevos requerimientos para aeropuertos sustentables

La Certificación de Edificio Sustentable (CES) da un paso clave con la incorporación de una nueva categoría de Economía Circular en su versión para aeropuertos, marcando un antes y un después en la construcción sustentable del país.

La construcción sustentable en Chile alcanza nuevas alturas con los nuevos requerimientos de la Certificación Edificios Sustentables (CES) para aeropuertos, que integra un enfoque pionero en economía circular. En palabras del jefe de CES, Hernán Madrid, esta actualización da un paso adelante por sobre los criterios tradicionales, abarcando desde los materiales hasta el diseño y la gestión de residuos.

“Entre los principales cambios para la versión de aeropuertos se cuenta una categoría especial, llamada economía circular, materiales y residuos“, afirma Madrid. Este hito representa una evolución relevante, transitando “de la lógica que teníamos anteriormente de solo materiales y solo residuos en requerimientos por separado a una lógica completa de economía circular, con requerimientos para materiales sustentables, requerimientos de diseño modular y requerimientos de gestión de residuos. Todo eso en esta categoría de economía circular”.

Materiales sustentables en el foco
Uno de los pilares de esta nueva categoría es el estándar en torno a los materiales. Se introduce un requerimiento específico para la incorporación de Declaraciones Ambientales de Producto (DAP), que evalúan el desempeño ambiental de los productos de construcción. 

Otra importante novedad es el establecimiento de “un requisito completamente nuevo para materiales sustentables que promueve el uso de materiales no virgenes y/o de origen renovable”, precisa Madrid.

Mejorar y ampliar la gestión de residuos
Entre los nuevos requerimientos, la gestión de residuos también experimenta una actualización significativa. Si bien ya existían medidas de control y mitigación durante la construcción, estas se amplían para incluir “mayores condiciones, mayores medidas de control y más seguimiento específico durante la etapa de construcción”, señala el jefe de CES.

Asimismo, se optimiza la declaración de la generación de residuos, estableciendo diferencias por categorías. El plan de gestión de residuos evoluciona a un requisito obligatorio, y se fortalece al incorporar más elementos de la norma chilena de gestión de residuos NCh3562, exigiendo que se aborde completo, incluso un requerimiento transitorio para regiones que no cuenten con espacios de disposición final autorizados. Adicionalmente, se eleva el estándar al requerimiento voluntario la separación, control y reciclaje de residuos durante la fase de construcción.

Diseño modular: el futuro de la construcción

Un elemento completamente innovador, y que justifica la ampliación hacia el concepto de economía circular, es la introducción de un requerimiento de diseño modular. Este nuevo criterio no solo introduce la idea de un “diseño modular como concepto”, sino que también exige “criterios específicos de diseño modular y un plan de desmontaje”, tal como detalla Hernán Madrid.

Lo anterior implica la incorporación de:

  • Una cuadrícula modular espacial y estructural para el diseño del edificio, fomentando la construcción en base a módulos y dimensionamiento estándar.
  • Criterios de compatibilidad entre los sistemas de estructura, revestimientos, instalaciones y componentes arquitectónicos, con el fin de facilitar el ensamblaje y desmontaje futuro.
  • Estrategias de modularidad funcional que promueven el uso de elementos prefabricados o preensamblados, optimizando el transporte, mantenimiento y desmontaje.

El desafío de la construcción en el extremo sur 

El proyecto del complejo deportivo 18 de Septiembre, construido por Bravo Izquierdo no solo constituye una infraestructura deportiva notable, sino también un legado de eficiencia energética y gestión de recursos que marca el camino para futuras construcciones en Chile.

El extremo sur plantea desafíos y oportunidades tan complejos como estimulantes para el sector construcción, dado el carácter único del clima que distingue a la zona. Así, el Complejo Polideportivo 18 de Septiembre, emplazado en el barrio homónimo de la ciudad de Punta Arenas, se erige hoy como un símbolo de que construir con estándares de sustentabilidad no es un desafío futuro sino una realidad de hoy.

El coordinador de Gestión y Sostenibilidad de la constructora Bravo Izquierdo, Raimundo Bravo, relata que el desarrollo de este proyecto representó “un desafío único y una oportunidad de demostrar nuestra capacidad para llevar a cabo proyectos complejos en condiciones difíciles”, pues la empresa cuenta con más de 50 años de experiencia haciendo frente a las particularidades del clima chileno. 

“Nuestra presencia en la región desde 1984 nos ha permitido establecer un conocimiento profundo de las condiciones locales, lo que fue fundamental para el éxito de este proyecto”, detalla.

¿Cuál fue el objetivo principal del proyecto y qué lo hace especial para la comunidad?El objetivo principal fue construir una infraestructura deportiva de calidad, accesible y sustentable que pudiera ser un punto de encuentro para la comunidad del barrio 18 de Septiembre. Lo que lo hace especial es que, al estar ubicado en una zona histórica de la ciudad, refleja el esfuerzo colectivo de los residentes, quienes desde sus inicios han trabajado de manera autogestionada para mejorar su entorno. Este centro deportivo se convierte en un símbolo de progreso y cohesión para un barrio que ha sido testigo de constantes desafíos y transformaciones. Además, al incorporar estándares de sostenibilidad y eficiencia energética, el proyecto responde y fortalece las necesidades actuales de la comunidad, además de establecer un legado para futuras generaciones.

¿Qué aspectos del diseño y la construcción fueron clave para cumplir con los requisitos CES?

Los aspectos claves en este proyecto fueron la eficiencia energética, la gestión del agua y los materiales y la calidad del ambiente interior. El diseño se centró en optimizar el consumo de energía, incorporando soluciones innovadoras para la iluminación, ventilación y aislamiento térmico, lo cual es esencial en un clima tan frío como el de Punta Arenas. Además, se priorizó el uso de materiales locales y reciclables, minimizando el impacto ambiental del proyecto.

Un tema no menor fue implementar un programa de seguimiento y control de materiales y residuos en la obra, proceso clave para garantizar la sostenibilidad del proyecto. Para lograrlo, Bravo Izquierdo estableció rigurosos procedimientos que garantizaran el correcto almacenamiento, utilización y gestión de los materiales. “La segregación y el reciclaje de residuos fueron fundamentales en cada etapa de la obra. Aunque aún es un desafío la gestión de residuos en la industria de la construcción, esta experiencia fue muy positiva ya que se hizo posible el reducir el impacto ambiental, contribuyendo a una construcción más sostenible”, comenta el profesional.

Uno de los principales desafíos técnicos del proyecto fue garantizar que la infraestructura cumpliera con los requisitos de eficiencia energética, considerando las condiciones climáticas extremas de Punta Arenas. El aislamiento térmico y las soluciones para la calefacción y ventilación fueron fundamentales en este proceso. “Además, el clima extremo también presentó dificultades logísticas, como el transporte de materiales, pero gracias a nuestra experiencia en la región, pudimos superar estos obstáculos”, explica.

Para Bravo Izquierdo, la aplicación de la certificación CES fue un proceso acucioso en términos de tiempo y recursos, pero completamente alcanzable, “especialmente por nuestra experiencia en proyectos del MOP”, indica Bravo y añade que incorporaron nuevas mediciones a sus estándares, “pues creemos que este tipo de certificación es muy valiosa a largo plazo”.

¿Cómo ven la importancia de la certificación CES para la industria de la construcción en Chile?

La certificación CES es de gran importancia para la industria de la construcción en Chile, ya que impulsa la construcción de edificios más sostenibles, eficientes y responsables con el medio ambiente. La demanda de proyectos sustentables está en constante crecimiento, y contar con una certificación reconocida permite a las empresas destacarse y ser más competitivas en un mercado que valora cada vez más la sostenibilidad, y fomenta una cultura de construcción más consciente de los recursos y el impacto ambiental.

¿Qué mensaje le darían a otras constructoras o mandantes que están evaluando certificar proyectos con CES?

A otras constructoras y mandantes les diríamos que la certificación CES es una inversión a largo plazo que no solo mejora la calidad de los proyectos, sino que también fortalece la reputación de la empresa como responsable y comprometida con la sostenibilidad. Aunque el proceso puede requerir un esfuerzo adicional, los beneficios en términos de eficiencia operativa, ahorro de recursos y el reconocimiento en el mercado lo hacen altamente valioso. Los invitamos a sumarse a esta tendencia de construir con conciencia ambiental y ser parte del cambio hacia un sector más sustentable.

Avances en CES Aeropuertos: el despegue de un Chile sustentable

El Tercer Comité Consultivo del estudio liderado por la Dirección de Aeropuertos del MOP reveló los resultados finales y los nuevos parámetros de la Certificación Edificio Sustentable (CES) adaptados al sector aeroportuario, marcando un compromiso decisivo con la sostenibilidad.

En el marco del Tercer Comité Consultivo del estudio “Investigación y Análisis de Parámetros para la Certificación de Proyectos de Infraestructura Aeroportuaria Sostenible”, liderado por la Dirección de Aeropuertos (DAP) del Ministerio de Obras Públicas (MOP), se presentaron importantes avances para adaptar los estándares CES al sector aeroportuario chileno.

El evento, que congregó a diversas entidades públicas, privadas y académicas en el Palacio Pereira, fue un espacio crucial para presentar los resultados finales del estudio y delinear el futuro de los proyectos aeroportuarios bajo una mirada sostenible.

Voluntad y compromiso

Claudia Silva Paredes, directora nacional de Aeropuertos MOP, enfatizó la importancia de la voluntad como motor de la certificación sustentable, destacando que no se trata de una obligación, sino de un compromiso genuino. Además, hizo un llamado a la acción para reducir el impacto ambiental de los aeropuertos, reconociendo la necesidad de disminuir el ruido, la contaminación y las emisiones. “Si esos nuevos aeropuertos son capaces de entregar nuestro granito de arena para gastar menos y ser menos contaminantes globales, va a ser un gran aporte y nos vamos a sentir orgullosos”, afirmó. 

CES: una década de impacto 

El presidente de CES, Ricardo Fernández, expresó su agradecimiento al MOP, al que calificó como el “motor” de la certificación. También mencionó importantes proyectos ya en desarrollo o certificados por CES, como el nuevo Aeropuerto de Santiago, así como también iniciativas en Puerto Natales, Antártica y Viña del Mar. 

Fernández destacó la incorporación de conceptos como huella de carbono, economía circular e hidrógeno verde en las nuevas versiones de CES. Con más de 600 proyectos, CES se consolida como la certificación más relevante a nivel nacional, demostrando que “la construcción sostenible no es más cara y que el beneficio es tremendamente mayor que lo que uno invierte”, afirmó.

Por su parte, Hernán Madrid, jefe de CES, subrayó que el desarrollo de la versión para aeropuertos enriquece todo el sistema, incorporando nuevas variables que serán adoptadas paulatinamente en otras versiones de la certificaciones. Madrid presentó datos contundentes sobre el ahorro que implica la certificación: un edificio de 100.000 m² puede ahorrar 6 millones de kWh al año, lo que se traduce en 150-180 millones de pesos chilenos anuales en costos de operación. En términos de emisiones, esto representa una reducción de 3.000 toneladas anuales de CO2. Destacó que los edificios certificados voluntariamente consumen aproximadamente un tercio de la energía promedio del país.

Por su parte, Martita Molina Fitz, inspectora fiscal del Estudio de la Dirección de Aeropuertos, detalló la trayectoria de la DAP en la incorporación de criterios CES desde 2017, identificando brechas en la certificación original que no reconocía la realidad aeroportuaria. Este análisis llevó al desarrollo del estudio actual, iniciado en 2023 y cuyo primer borrador fue presentado en junio de 2025. Molina resaltó los notables logros en la precertificación, incluyendo el Aeródromo Teniente Rodolfo Marsh Martin, con 86.5 puntos y el aeródromo Teniente. Julio Gallardo de Puerto Natales, que alcanzó 90 puntos, siendo el proyecto precertificado con el puntaje más alto registrado por CES.

Nuevos requisitos para aeropuertos sustentables

El estudio abordó un enfoque integral con etapas de diagnóstico, validación de herramientas en energía, agua y acústica, e innovadores estudios en huella de carbono, economía circular, electromovilidad, hidrógeno verde, Net Zero, cambio climático e infraestructura verde y azul. Un análisis de costos sociales reveló que el uso operacional de energía (Etapa B6) representa el 62% de la huella de carbono en el ciclo de vida de un edificio aeroportuario, mientras que la extracción de materiales y la construcción (A1-A3 y A5) son otras etapas cruciales. 

María Luisa del Campo, directora del Centro Tecnológico KIPUS de la Universidad de Talca, detalló la adaptación de las zonas climáticas a zonas térmicas y la diferenciación de exigencias según la envergadura del aeropuerto (red primaria, secundaria, aeródromos pequeños). Además, se incorporaron requisitos de cubierta para el confort acústico ante el ruido de aeronaves, y la implementación de “zonas de silencio” para personas neurodivergentes.

Las nuevas categorías de certificación incluyen:

  • Calidad interior: Enfoque en confort térmico, visual y acústico adaptado a la realidad aeroportuaria, incluyendo el ruido de aeronaves.
  • Energía: Reducción de la demanda anual de energía para calefacción y enfriamiento, reconociendo el alto consumo de los aeropuertos y el uso de energías renovables como estándar.
  • Agua: Requerimientos para el consumo en paisajismo y humano, con énfasis en la reducción del uso de artefactos y la preservación del agua para consumo no humano en operaciones y torres de enfriamiento.
  • Emisiones: Análisis de la huella de carbono, ampliando la mirada a la medición de materiales, productos y sistema constructivo. Esto se suma a lo que ya tenemos incorporado desde 2023 como huella en la operación del edificio.
  • Economía circular: Integración de prácticas de reutilización y minimización de residuos. Evaluación de los requerimientos para materiales y gestión de residuos, y la ampliación a requerimientos de  Diseño Modular y Plan de desmontaje.
  • Gestión: Aspectos de operación del edificio.
  • Innovación: Nueva categoría que aborda electromovilidad, hidrógeno verde, Net Zero, cambio climático e infraestructura verde y azul.