La Universidad de Talca suma dos edificios con especificidades al proceso CES

Se trata del Bioterio y Edificio Laboratorios de Microbiología y Biología. La arquitecta y asesora CES María Luis del Campo estuvo a cargo de la inscripción y asesorías de ambos edificios; en esta nota comparte sus requerimientos, sus características y la relevancia de certificarlos.

Edificio Laboratorios de Microbiología y Biología.

María Luisa del Campo es profesora del Departamento de Ingeniería y Gestión de la Construcción de la Universidad de Talca, además es la directora del Diplomado de en Edificación Sustentable de la misma casa de estudios y directora del Centro Tecnológico Kipus. En sus manos estuvo la inscripción de los proyectos del Bioterio y del Edificio Laboratorios de Microbiología y Biología de dicha Universidad. Ambas edificaciones con particularidades por sus requerimientos específicos: el primero por ser un lugar destinado para la mantención y alojamiento de animales de experimentación y con cumplimiento riguroso de las normas de bioética, y el segundo, por las necesidades propias de iluminación de las salas de laboratorios.

La construcción del Bioterio en el Campus Talca necesitó por sus especificidades de uso, es decir, el trabajo científico con animales de experimentación, en un ambiente lo más óptimo posible y con cumplimiento riguroso de las normas de bioética; ¿cuáles fueron estas necesidades en términos de infraestructura del edificio?

Una de las particularidades del Bioterio es ser completamente cerrado, tiene muy pocos ingresos de luz natural, por las mismas condiciones que el laboratorio requería. Por lo tanto, es un edificio ya bien especial en ese sentido, con lo cual para la certificación estamos considerando solicitar que se desarrolle este proyecto como piloto, producto de estas condiciones tan especiales y particulares que se presentaban. Por otro lado, la ventilación no podía ser natural, sino que tenía que ser mecánica y, además, con una serie de filtros, tanto al ingreso como a la salida de estos sistemas, para no contaminar ni siquiera las muestras al interior del laboratorio que se iban a tratar, así como tampoco contaminar el aire producto de eventuales análisis específicos que no deben ser liberados naturalmente al ambiente. 

Por lo tanto, son condiciones bastante especiales para lo cual tuvimos que hacer unos ajustes adicionales. Sin embargo, gracias a esa flexibilidad que permite el sistema de Certificación CES, pudimos validar, frente a estas especificidades tan particulares, con un muy alto estándar de sustentabilidad en este edificio.

¿Cuáles son las características del edificio Laboratorios de Microbiología y Biología?

Es un edificio que tiene salas de laboratorio, donde principalmente se realizan clases con estudiantes y otros que son profesores, académicos e investigadores ya más particulares. El edificio cuenta con un ordenamiento bastante eficiente de su distribución programática, así como la iluminación artificial está homogéneamente distribuida, también la iluminación natural del edificio genera que todos los recintos o la mayor parte de ellos cuente con iluminación natural y alto confort térmico interior. Tienen un muy buen desempeño en cuanto a su consumo energético, gracias a los equipos de climatización de alta eficiencia.

¿Cuál es la relevancia de que estos edificios cuenten con la Certificación CES?

Es muy relevante que los edificios cuenten con la certificación, de alguna forma, es la validación al diseño, a la propuesta de anteproyecto y, finalmente, a su materialización que efectivamente ha pasado por un proceso de revisión externo, con requisitos exigentes para lo que son habitualmente los estándares típicos de construcción en nuestro país. Por lo tanto, el contar con la certificación, es una validación a este buen desempeño de sustentabilidad. No sería lo mismo que el edificio fuese diseñado con ciertos requerimientos y que no cuente con una certificación que lo valide a que tenga el respaldo de una entidad, además tan reconocida como lo es el Instituto de la Construcción.

¿La Universidad de Talca seguirá certificando futuras construcciones?

Sí, la Universidad está impulsando que todos sus edificios, tanto los que están en proceso de diseño como sus edificios que van en un futuro a pasar a un proceso de licitación, cuenten con estándares CES. Nuevamente, es la forma de poder luego validar frente a análisis de sustentabilidad que la Universidad quiera aplicar. Naturalmente, hay una diferencia al tener este respaldo de la Certificación cuando se presenten estos informes y en la política de migrar hacia campus sustentable que muchas de las universidades están promoviendo, la sustentabilidad es un gran plus de validación. 

La circularidad llega a la demolición

El sector de la construcción se prepara para continuar impulsado la economía circular en todo el ciclo de vida de la edificación. Cómo lo está haciendo se conversará en el webinar “Gestión Circular de la Demolición”, organizado por Construye2025 para el 25 de mayo.

En el contexto de la Hoja de Ruta RCD Economía Circular en Construcción 2035 y la Estrategia Economía Circular en Construcción 2025, Construye2025 organiza el webinar “Gestión Circular de la Demolición”, con el objetivo de introducir la economía circular en las distintas etapas de la demolición, y abordar los desafíos para su implementación mediante iniciativas y buenas prácticas.

“La gestión circular consiste en planificar y ejecutar obras de demolición en un activo construido, considerando principios y estrategias que permitan mantener el valor de materiales y recursos por el mayor tiempo posible, reducir impactos en el medio ambiente, y evitar el daño a la salud de las personas”, comenta Alejandra Tapia, coordinadora de Sustentabilidad de Construye2025.

A nivel nacional, se ha avanzado en la materia a través de la norma NCh3727 “Gestión de residuos – Consideraciones para la gestión de residuos en obras de demolición y auditorías previas a obras de demolición”, que presenta una serie de buenas prácticas para la actividad. Asimismo, ya hay ejemplos de deconstrucción y reutilización de materiales.

Para dar el contexto del escenario actual, Carolina Garafulich, presidenta de Construye2025, y Rubén González, profesional de la Oficina de Economía Circular del Ministerio de Medio Ambiente, darán unas palabras de bienvenida.

Los temas centrales serán presentados por María Eugenia Ubilla, gerente de Medio Ambiente, Flesan; Reynaldo Del Pozo, director ejecutivo de ReusaMaterial, la arquitecta Anamaria De León; y Alejandra Tapia, de Construye2025.

El webinar se realizará este 25 de mayo, a las 10:00 horas, y cuenta con el patrocinio de la Escuela de Construcción Civil de la Universidad Católica.

Inscripciones abiertas aquí: https://forms.gle/MX9DA2hdVgkatHeQ9

Ecobuilding: Nueva entidad evaluadora ingresa a CES

Porque han visto que CES logra alcanzar estándares que tienen un impacto positivo en los habitantes de las edificaciones certificadas, decidieron dar un paso más allá y acreditarse como entidad evaluadora CES.

Ha ingresado a CES una nueva entidad evaluadora. Se trata de Ecobuilding, empresa consultora multidisciplinar conformada por un equipo con más de 20 años de experiencia en eficiencia energética en el sector público y privado.

Desde el 2017, los integrantes del equipo de esta empresa están acreditados como asesores CES, tanto para edificaciones comerciales como de oficinas y edificios institucionales, educacionales, industriales e infraestructura, entre otros. “En el 2022, el trabajo de nuestro equipo asesor fue reconocido en la premiación anual CES en la categoría Edificio Certificado Sobresaliente, al obtener el segundo lugar con la asesoría al Proyecto Oficinas Administrativas Central Hidroeléctrica de Colbún”, comenta el arquitecto John Fookes, consultor energético y asesor CES.

Fookes explica que se sumaron a CES como Entidad Evaluadora, porque “queremos ser parte de este proceso de mejoras en el rubro de la edificación, y creemos que nuestra experiencia es valiosa y puede contribuir al fortalecimiento y desarrollo de proyectos integrales, donde la Certificación CES es una herramienta clave e importante para evaluar, calificar y certificar objetivamente el comportamiento ambiental de proyectos que se ajusta a la realidad nacional”.

El arquitecto agrega que “en nuestra experiencia, hemos visto que la certificación logra alcanzar estándares que tienen un impacto positivo en las personas que utilizan las edificaciones certificadas, lo que se traduce en un impacto real, aportando al bienestar de las personas en proyectos que son un aporte a la sociedad”.

De esta manera, como Ecobuilding buscan generar un impacto real en el bienestar de las personas y sociedad, a través de proyectos personalizados y adaptados a las necesidades de cada cliente con un enfoque en eficiencia energética y sustentabilidad. A juicio de John Fookes, “esto se traduce en soluciones integrales en los distintos ámbitos del proyecto a través de la implementación y gestión de estrategias innovadoras. Esto no sólo agrega valor a los proyectos y clientes, sino que también asegura una inversión a largo plazo con bajos costos de operación, rentabilizando el proyecto en las distintas etapas del ciclo de vida del mismo”.

CChC regionales contribuyen al uso sostenible del agua en proyectos de construcción

Cámaras regionales de Valparaíso y O’Higgins, junto con la Gerencia de Vivienda CChC, presentaron estudio “Uso Eficiente del Agua en la Industria de la Construcción”, el que forma parte de un proyecto desarrollado por el GT interregional Gestión del Agua y que fue desarrollado por la consultora Greening, en un trabajo conjunto con empresas socias.

Con el objetivo de lograr que las empresas de la construcción gestionen de un modo más eficiente y sostenible el agua en el ciclo de vida de sus proyectos y, de esta manera, hacer como gremio una contribución concreta para superar la crisis hídrica que afecta el país, las Cámaras regionales de Valparaíso y O’Higgins, junto a la Gerencia de Vivienda CChC, presentaron hoy en conjunto el estudio gremial “Uso Eficiente del Agua en la Industria de la Construcción”.

Se trata de una investigación acerca del estado del arte en la materia a nivel nacional e internacional, el que fue encargado a la consultora especializada Greening, y con el que se cumple una primera etapa de un proyecto gremial mayor impulsado por el Grupo de Trabajo interregional Gestión del Agua, constituido por socios y socias de las Cámara regionales de Valparaíso y O’Higgins, además de profesionales de la Gerencia de Vivienda CChC.

“A partir de este estudio queremos socializar sus alcances y posteriormente proponer medidas concretas a las empresas socias y en general a la industria de la construcción, para cambiar el comportamiento y hacer esfuerzos genuinos para asegurar la disponibilidad de agua para la población en la actual crisis hídrica que enfrenta Chile”, explicó el presidente de la CChC Valparaíso, Gabriel Benavente, en su saludo de bienvenida.

La actividad se desarrolló de manera presencial en las sedes gremiales de Valparaíso y Rancagua, mientras socios de otras regiones del país se conectaron a través del sistema de video conferencia.

En la oportunidad expusieron la presidenta del GT Gestión del Agua, Andrea Ceruti; la ingeniera especialista el recurso hídrico y académica Damaris Orphanópoulos; los consultores David González e Ivonne Constanzo de Greening; las preguntas de la audiencia tras las presentaciones, fueron moderadas por el vicepresidente del GT Gestión del Agua, el consejero regional y nacional, Pablo González; y cerró el evento el presidente de la CChC O’Higgins, Juan Pablo Gramsch.

“Como gremio, nos desafiamos a gestionar de modo eficiente el uso del agua en nuestras actividades y hacer una contribución concreta para superar la crisis hídrica en nuestro país. Desde nuestras Cámaras regionales, trabajamos en un proyecto destinado a resolver el problema del uso ineficiente del agua en el sector construcción”, expresó Gabriel Benavente

“Este estudio es el resultado de un trabajo integrado de nuestros socios y socias en el Grupo interregional de Gestión del Agua, con el liderazgo de Andrea Ceruti en Valparaíso y Pablo González en la Región de O´Higgins. Estamos orgullosos de poder presentar este estudio y agradecemos la participación de todos los actores involucrados”, agregó el presidente de la CChC Valparaíso.

Por su parte Andrea Ceruti destacó el compromiso del gremio con la construcción sustentable y la oportunidad que significa acceder a la información del estudio y ponerla en práctica en las obras, todo en el marco de la apuesta pro la sostenibilidad de la industria que impulsa el gremio a través de la iniciativa Compromiso Pro.

“Invitamos a todos los actores del sector, a unirse a nuestra apuesta por la sostenibilidad de nuestro gremio y por el desarrollo sostenible de nuestro país. Juntos podemos hacer una diferencia, generar mejores obras y asegurar la disponibilidad de agua para la población”, comentó.

“A través de este proyecto, vamos a proponer y promover la adopción de medidas concretas por parte de las empresas, para responder desde nuestro sector a la emergencia”, concluyó Andrea Ceruti.

Finalmente, Juan Pablo Gramsch señaló que “como gremio de la construcción, nos sentimos llamados a contribuir, a través de la investigación de iniciativas destinadas a mejorar la gestión del recurso hídrico en nuestro rubro. Además de concientizar a nuestros asociados la implementación de estas, con el fin de aportar en el uso eficiente del agua. Nuestro compromiso con el país, nos motiva a buscar nuevas instancias y oportunidades de mejoras para contribuir con el desarrollo sostenible”.

Fuente: CChC

Agua: los cambios del requerimiento en el Manual CES 1.1 

Diseño de paisaje y sistemas eficientes son las principales áreas en las que la versión 1.1 del Manual CES considera cambios, con respecto a la metodología anterior.

En el sistema de certificación CES, los requerimientos relacionados al consumo de agua se materializan, principalmente, en el diseño del paisaje y en la especificación de sistemas eficientes. 

La versión 1.1 de edificios públicos, cuyo uso ya es obligatorio, se centra en que todos los proyectos, sin excepciones, tengan de base un diseño de paisaje que disminuya la evapotranspiración, especificando dentro del proyecto de paisaje vegetación nativa o que se adapte al clima del lugar. El cumplimiento es obligatorio, independiente los m2 de paisajismo que tenga el proyecto o la latitud donde esté ubicado el proyecto.

Asimismo, “se hace una definición más específica de cuál es el significado de paisajismo para CES, que no es el mismo publicado en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones (OGUC), ya que para la certificación, el área considerada debe ser área verde, lo que excluye paseos peatonales, gravilla y cualquier área donde no existe vegetación”, explica Romy Luckeheide, arquitecta de CES.

En ese sentido, CES reconoce los beneficios y aportes de la vegetación que aportan gran cantidad de oxígeno y disminuye la cantidad de CO2, junto con el efecto de isla de calor, son una contribución a la biodiversidad, entre otros. 

Así, “una vez que el proyecto logra demostrar desde el diseño de paisajismo una reducción mínima de la evapotranspiración, se debe incorporar un sistema de riego eficiente”, señala Luckeheide. 

En tanto, “los proyectos que postulen al requerimiento voluntario de paisajismo y riego eficiente sí tendrán que cumplir con un mínimo de área verde de un 20% de la superficie del terreno”, detalla la profesional.

Al igual que la versión anterior, ésta exige un mínimo de ahorro de consumo de agua potable logrado a través de sistemas como inodoros, lavamanos y griferías eficientes y continúa valorando con alto puntaje los proyectos con ahorros que superan el mínimo. Además, “se considera también en la nueva categoría de innovación, en los edificios que logren un cumplimiento por sobre el nivel máximo definido”, añade.

Por último, la metodología de cálculo utilizada para los requerimientos relacionados al consumo y reducción son los mismos de la versión 1, en base al cálculo estimado del consumo real de agua del edificio y la comparación con un caso de referencia, el que representa un edificio estándar. 

Infraestructura universitaria de la UC: modelos a imitar

Éstos se encuentran enmarcados en el proyecto de construcciones sustentables de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Edificio docente Medicina Veterinaria UC.

En 2022 la Pontificia Universidad Católica de Chile construyó el edificio docente para la carrera de Medicina Veterinaria. Se trata de una construcción de más de 4.800 m2, constituida por un laboratorio de investigación central; uno multidisciplinario; un moderno pabellón de anatomía y otro de patología, oficinas docentes y espacios para los alumnos, ubicados en el Campus San Joaquín de la casa de estudios.

La obra arquitectónica fue realizada por Dieguez Arquitectos y es una moderna infraestructura de cuatro niveles. La misma oficina de arquitectura fue la encargada del proyecto para un Edificio de Laboratorios, ubicado en Marcoleta 432. El diseño de su fachada logra -mediante un único elemento controlar el asoleamiento que recibe la fachada orientada hacia el norponiente. 

Edificio de Laboratorios, Marcoleta 432.

Tomás Dalla Porta, director de Infraestructura de la UC, fue el mandante de ambos proyectos, que se encuentran dentro del “Proyecto Construcciones Sustentables en la UC”, perteneciente a la Dirección de Infraestructura de la Vicerrectoría Económica de la casa de estudios. 

El plan de desarrollo correspondiente al período 2020 a 2025, comenta el profesional, tiene como eje de gestión institucional la sustentabilidad económica, mayor eficiencia y sinergias al interior de la universidad y avanzar en la carbono neutralidad, a través de una mayor eficiencia en el uso de los recursos de las instalaciones y nuevos estándares mínimos para la infraestructura que se construya en la universidad y mejoras graduales en las edificaciones ya existentes.

“Entre los avances en sustentabilidad y eficiencia energética implementados, el año 2020 se implementó el piloto de Certificación Edificio Sustentable (CES) en el Complejo Interdisciplinario Michel Durand, Villarrica, y en las aulas Las Pataguas, del Campus San Joaquín”, explica Dalla Porta.

Dado el éxito del piloto, comenta el director, “la UC adoptó la certificación CES como la principal metodología para lograr los objetivos planteados, ya que ésta permite evaluar de forma integral el carácter sustentable de un edificio, considerando entre otras cosas la calidad ambiental interior, uso eficiente de la energía y el agua, y el manejo de residuos de la construcción”.

Edificio cubo

En tanto, también para el Campus San Joaquín se proyectó el edificio Carreras Interdisciplinarias de la Universidad Católica. El edificio es una torre de 9 pisos más una terraza superior, cuya configuración en planta es la de un cuadrado perfecto, cuyos lados son de 25 m de longitud. Por consiguiente, en términos volumétricos, su expresión es la de un cubo y esto obedece, entre otras razones, a la búsqueda de una imagen rotunda y memorable.

Edificio Carreras Interdisciplinarias.

La envergadura del proyecto alcanza los 5.417 m2 de ampliación en torre, más 257 m2 de remodelación del pabellón existente, que data de la década de los ‘60s. Además, se gestiona la Certificación CES, por lo que se consideraron criterios de sustentabilidad en su diseño.

José Jodar, de EBP, fue Asesor CES del proyecto y comenta: “El edificio cuenta con una doble piel de lamas de madera en toda su envolvente térmica para controlar el ingreso de radiación solar. Este sistema de lamas de madera cambia su ángulo en función de la orientación de la fachada, de forma que se minimicen las ganancias de radiación solar en verano y se aprovechen durante el invierno”.

Además, explica que cuenta con una envolvente térmica aislada térmicamente, con reducción de puentes térmicos y con un alto nivel de hermeticidad para tratar de reducir lo máximo posible la demanda térmica del edificio. Esto se combina con sistemas de climatización eficientes y un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor para lograr un bajo consumo en climatización durante la operación del edificio”.

Respecto a la decisión de certificar, señala que “CES nos ayuda a mantener una metodología que se complementa con el proceso de análisis de nuestra asesoría de eficiencia energética, lo cual favorece que el resultado final del proyecto, teniendo en cuenta el diseño integrado, obtenga una mejor coordinación entre especialidades y se asegure el logro de los objetivo perseguidos por el proyecto en cuanto a eficiencia energética y sustentabilidad”.

Sostiene también que la participación de las especialidades del proyecto durante el proceso de diseño y, en especial, del equipo de arquitectura, liderado por el arquitecto Osvaldo Muñoz, fue fundamental para alcanzar un estándar alto de eficiencia energética y un buen resultado de certificación.

Ya está inscrito el primer proyecto con la versión 1.1 del Manual CES

Se trata del proyecto Ampliación Centro de Reinserción Social Talca, del GORE Maule, diseñado por Ango Arquitectura y asesorado por Matías Yachán de E3, quien destaca el énfasis en la medición e información de los RCD, así como en el plan de gestión de residuos.

A partir del 1 de abril de 2023, los proyectos inscritos en CES tienen la obligatoriedad de utilizar el Manual CES 1.1, disponible a partir de enero de este año. Así, el proyecto Ampliación Centro de Reinserción Social Talca se convirtió en el primero en inscribirse bajo la metodología actualizada. Este tiene por mandante al GORE Maule, fue diseñado por Ango Arquitectura, su asesor CES es Matías Yachán y tiene por Unidad Técnica a la Dirección Regional de Arquitectura del Maule.

El ingeniero asociado de E3, Matías Yachán, explica que el principio de mejora continua es un desafío que los identifica como empresa, y puso sobre la mesa “la necesidad de apoyar los esfuerzos realizados en la actualización del Manual CES a su versión 1.1, y, a su vez, en la importancia de cuantificar y comenzar a exigir esfuerzos asociados a la gestión ambientalmente responsable de los residuos de la construcción y demolición (RCD)”. 

En ese sentido, “la nueva versión del manual CES le entrega mayor responsabilidad a la constructora en cuantificar y reportar sus residuos en etapa de construcción. A diferencia de la versión 1, cuando se diseñó hace 12 años atrás, el concepto de análisis de ciclo de vida, aunque sí estaba sobre la mesa, como sociedad e industria, su potencial acogida era mucho menor a nuestro presente”, precisa el ingeniero.

En cambio, actualmente, “con más estadísticas, donde se ha podido estimar los residuos que genera la construcción y demolición, y que equivalen a un tercio de todos los residuos generados a nivel país, se torna inminente entonces buscar estrategias para afrontarlo. Como profesionales que nos encontramos relacionados a la etapa de diseño, esta es nuestra manera de aportar”, sostiene el asesor CES.

Nuevos requerimientos

Precisamente, el plan de gestión de residuos es importante para E3, puesto que cuentan con profesionales que han participado desde los inicios de la creación de la NCh3562 “Gestión de residuos demolición (RCD) para el plan de gestión. Residuos de construcción y. Clasificación y directrices “,por lo que nuestra preocupación en visibilizar y cuantificar lo relacionado con la mitigación y gestión de los residuos parte hace años. Positivo es resaltar que el plan de mitigación de la NCh3562 es compartido entre la CES v1.1 y la CVS, unificando criterios entre ambas certificaciones”, puntualiza.

Desde su visión de Asesor CES, Matías Yachán destaca que en la nueva versión, el cumplimiento de ciertos puntajes o requerimientos obligatorios se ha modificado. “Por ejemplo, el cálculo del Factor Luz Día, para iluminación natural ahora debe ser realizado con software dinámico, lo cual incrementa su precisión, pero encarece el servicio”, dice.

Por otra parte, “el incremento en los mínimos exigidos en aislación para muros impacta positivamente en el desempeño energético para climatización de las edificaciones, disminuyendo el consumo de energía en etapa de operación”, añade.

A su juicio y “considerando que nuestra matriz energética eléctrica aún presenta porcentajes bajos de energías renovables, esta disminución impacta directamente en la generación de CO2e, fundamental aporte entonces, para las metas país del 2050 de alcanzar la carbono neutralidad”.

La nueva vida del Palacio Subercaseaux como Archivo Regional de Valparaíso

La remodelación a partir de las ruinas del palacio ubicado en el barrio puerto, conjuga lo existente con lo proyectado y con alto estándar de eficiencia.

A comienzos del año pasado, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (SNPC), abrió el proceso de licitación para el diseño del Archivo Regional de Valparaíso. La construcción tenía el desafío de valorizar y reactivar las ruinas del histórico Palacio Subercaseaux en el barrio puerto de Valparaíso y, a la vez, el objetivo de conservar documentos y colecciones históricas. Se admitieron 13 iniciativas, siendo la ganadora la de las arquitectas Cecilia Puga, Paula Velasco y equipo. A cargo de la eficiencia energética, estuvo Antonio Espinoza de EBP.

Carolina Sepúlveda Zepeda, jefa del Departamento de Gestión de Proyectos Patrimoniales del SNPC, precisa que el objetivo de la construcción/remodelación del Palacio Subercaseaux es elaborar un proyecto de diseño y, posteriormente, la ejecución de la obra, que ponga en valor la tipología de edificio-manzana del Ex Palacio Subercaseaux, contemplando la reparación de su capacidad estructural y rehabilitando sus condiciones arquitectónicas y funcionales. 

Por ello, se considera la construcción de una obra nueva al interior del predio que dialogue armónicamente con lo existente, con el mejoramiento del entorno inmediato, de manera tal de conservar la integridad tipológica del edificio, en cuanto a sus materialidades, a la quinta fachada y al ritmo y proporciones de sus fachadas. Se respetan crujías, ritmos y proporciones existentes con materiales de primera calidad, procurando mantener la imagen histórica del vestigio que actualmente existe. Se mantiene en ritmo de la fachada, previa liberación de intervenciones discordantes, con la posibilidad de reinterpretar los vanos existentes.

De la propuesta ganadora, “se destaca el respeto de los elementos originales, conjugando adecuadamente lo existente con lo proyectado, mostrando respeto con el entorno, las alturas, teniendo especial énfasis en los criterios de intervención del edificio y ser un proyecto que se adecúa a las necesidades planteadas en el encargo y las materializa, consolidando y rehabilitando adecuadamente las fachadas existentes, a partir de las relaciones programáticas del encargo”, señala Sepúlveda.

El 10 de marzo, este proyecto ingresó al proceso de certificación CES. La representante del SNPC afirma que “tiene una gran relevancia en cuanto al estándar de la construcción con que contaremos para el Archivo Regional de Valparaíso, que nos permite ser un ejemplo a seguir para la recuperación de edificios de conservación patrimonial, sobre todo por la envergadura del proyecto y su importancia en la recuperación de Valparaíso, esperamos ser pioneros y que este tipo de iniciativas se puedan replicar para el mejoramiento de la calidad de vida de los funcionarios y ciudadanos que ocupen los edificios”.

En términos de eficiencia energética, el Asesor CES Antonio Espinoza comenta que el edificio presentaba dos problemas principales: que las piezas del Archivo tienen condiciones de control de viabilidad muy ajustados, entonces el proyecto tenía que ser capaz de proveer esas condiciones sin que las variaciones de temperatura y humedad afecten al edificio. Y también hay un problema público que es en el primer nivel, junto con el auditorio, se tiene que proveer condiciones de habitabilidad en transición, porque hay espacios de transición que se están proyectando, como dos grandes lobbies -por ejemplo- y espacios de oficina que están en la parte superior, donde hay mayor adaptabilidad, gracias a que cuentan con una cubierta extensa y una terraza que permite tanto las vistas como el control solar. 

“La relevancia que tiene la certificación CES en un edificio como el Archivo Regional de Valparaíso está principalmente en demostrar que se puede proyectar algo moderno en una envolvente, en este caso existente, patrimonial, con criterios de sostenibilidad poniendo en valor la arquitectura. Es una combinación de estos factores que van en paralelo sin superponerse uno al otro. La habitabilidad y el confort es tan importante como la arquitectura en este caso y es tan importante como las condiciones de eficiencia energética, entonces, la CES permite poner esa parte en valor. Y ha sido, en general, una herramienta que ha fortalecido mucho la calidad en la edificación, el conocimiento y el control”, explica el profesional.

Espinoza, quien es Máster en Diseño Ambiental Sostenible por la Asociación de Arquitectura de Reino Unido; agrega que la premisa de diseño del proyecto es que es un edificio que está dentro de una cáscara existente, de un envolvente de adobe, piedra o ladrillo -dependiendo de la época de construcción- con que se comunica. 

Además, “tiene una serie de vanos que son parte del edificio nuevo y eso es muy interesante, porque en el diseño tenemos que ver cómo hacer parte las condiciones de confort y habitabilidad, entre el área existente con la nueva y es por eso que tanto al sector norte como al sector sur de la parte pública, los accesos se han pensado como grandes espacios de transición. Uno es más cerrado que el otro, semi cerrado, que será climatizado naturalmente, con el control de aperturas; mientras que el otro es abierto porque también tiene que proveer el aire para los sistemas de climatización, no podemos dejarlo fuera, porque las condiciones de climatización del Archivo tienen que ser muy controladas. Entonces, la combinación de esos factores, gracias a la arquitectura, es muy importante para la parte de eficiencia energética”, especifica.

CTEC lanzó Construye Zero, programa que busca hacer frente a la crisis climática

El lanzamiento se desarrolló durante dos jornadas, y contó con la participación de más de 450 asistentes, junto a expertos del País Vasco y de UK.

Con una invitación a sumarse al cambio del modelo productivo en la industria de la construcción nacional, CTEC lanzó este 19 y 20 de abril el Programa Tecnológico Construye Zero, el cual contó con la participación de más de 450 asistentes en ambas jornadas.

Chile es un país altamente vulnerable a la crisis climática, lo que está desencadenando un proceso de cambios importantes en lo que respecta al modo de vivir en sociedad y a la relación e interacción con el medio ambiente. Bajo este contexto se lanza Construye Zero, programa liderado por CTEC y co-financiado por Corfo, que busca impulsar el desarrollo y transferencia de soluciones tecnológicas y sustentables que permitan acortar brechas asociadas a la productividad y eficiencia de recursos, con el objetivo de contribuir a enfrentar la crisis climática.

En palabras de Carolina Briones, directora ejecutiva de CTEC “Construye Zero, busca ser una punta de lanza, una flecha movilizadora de energía que nos saque de la inercia y nos abra caminos. Caminos con ejemplos concretos, que aceleren el cambio cultural, el modo de pensar y actuar, y no sólo de las próximas generaciones, por qué no, iniciando con todos nosotros los presentes”.

La iniciativa contempla un portafolio con 10 proyectos que consideran tecnologías de adaptación ante el cambio climático denominados TACC, y cuenta con la participación de empresas, universidades y asociaciones gremiales como la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de Estructuras y Materiales (IDIEM) de la Universidad de Chile, la Universidad de Santiago de Chile (USACH), ACCIONA, Echeverría Izquierdo, Melón, INVES, CINTAC, Revaloriza, Recylink, VerdeActivo, WatGen y Kaptus.

Paula Urenda, gerente general de la CChC indicó durante la primera jornada “El cambio climático sin duda está modificando la manera en que estamos habitando nuestras ciudades y representa un enorme desafío a escala global. Satisfacer las necesidades de acceso a la vivienda y aportar al logro de ciudades más sostenibles y a su vez responder al cambio climático, claramente son desafíos muy importantes para el sector de la construcción. Necesitamos avanzar en productividad y sostenibilidad ambiental, y la construcción tiene una oportunidad de protagonizar, tanto los procesos de adaptación y resiliencia de las ciudades, como también la mitigación de las emisiones”. 

Construye Zero, con una mirada a tres años busca generar un impacto en el sector como elevar los estándares que se requieren para dar cumplimiento al compromiso de carbono neutralidad al 2050, con un impulso en el desarrollo y masificación de nuevas metodologías colaborativas y tecnologías digitales; junto a la reconfiguración de nuevos modelos de negocio, todo esto con el potencial de dar un nuevo impulso al rubro que ha perdido dinamismo.

La directora de Innovación de la U. de Chile, Anahí Urquiza, una de las expositoras del lanzamiento destacó la importancia de este proyecto para la Casa de Bello. “Este proyecto es tremendamente importante para nosotros como Universidad porque nos permite acoger una colaboración entre diferentes instituciones de educación superior, el sector privado y el sector público, para abordar uno de los grandes desafíos que tenemos hoy día: cómo avanzar y dar un salto significativo en la construcción para lograr que sea sustentable, para reducir las emisiones, para avanzar en economía circular y al mismo tiempo, para lograr que podamos solucionar los problemas y las necesidades que tiene nuestra población”.

“Quiero destacar el tipo de instituciones que este programa ha logrado convocar, hay una pluralidad de empresas que suelen competir, sin embargo, acá se juntaron para abordar una problemática en común. Y esta problemática, es la que originó el Programa Tecnológico de Transformación Productiva ante el Cambio Climático del cual Construye Zero es parte”, señaló durante la jornada Fernando Hentzchel, gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo. 

El programa contempla proyectos que permiten medir y monitorear las distintas soluciones que forman parte de Construye Zero, como es el caso de las plataformas que permiten la integración y gestión de información tales como el Pasaporte de Materiales P+, el Gemelo Digital y la Plataforma de optimización en eficiencia energética. Por otro lado, señala Daniela Vásquez, gerente general de Construye Zero “se desarrollará un laboratorio de resiliencia de los materiales de construcción, así como también, un módulo sin emisiones, fachadas prefabricadas industrializadas, impresión 3D con mezclas que consideran reutilización de productos locales, además de testeo y aprendizaje relativos a soluciones constructivas prefabricadas de hormigón y madera. Finalmente, con el objetivo de lograr autonomía energética en viviendas, existe un proyecto que considera el prototipado y validación de un módulo de generación fotovoltaica off-grid”.

Para conocer más detalles sobre los proyectos pueden ingresar en:

Más de 30 equipos universitarios diseñarán las viviendas sociales del futuro

Los grupos, conformados por estudiantes de diferentes universidades de todo el país, diseñarán proyectos de viviendas sociales innovadoras y sustentables. 

Son 34 los equipos de 16 universidades de todo el país los que serán responsables de diseñar las viviendas sociales del futuro a través del Desafío NetZero 2030, concurso para estudiantes de pregrado de arquitectura y carreras afines a la construcción, que busca generar un proyecto de vivienda social, considerando el consumo neto de energía, emisiones netas de CO2, industrialización y la economía circular como sus pilares fundamentales.

En una jornada online, encabezada por Construye2025 y el Colegio de Arquitectos de Chile, fueron presentados los equipos inscritos y se dio a conocer el terreno donde deberán diseñar los proyectos. El sector elegido es Isla Cautín, emplazada en la comuna de Temuco y colindante con Padre Las Casas, en La Araucanía, por lo que los concursantes deberán tomar en cuenta las características y necesidades propias de la zona. 

Marcos Brito, gerente de Construye2025, programa impulsado por Corfo y administrado por el Instituto de la Construcción, junto con Natalie Mollenhauer, arquitecta y directora del concurso, indicaron que los prototipos también deberán ir en línea con el Programa de Integración Social y Territorial del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (DS19), el Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA) del Ministerio del Medio Ambiente y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la 

ONU. De esta manera, “no sólo estaremos avanzando en estos objetivos, sino también en ser un aporte para paliar el déficit de viviendas, que supera las 650 mil unidades a nivel nacional”, destacó Brito. 

Por su parte, Beatriz Buccicardi, presidenta del Colegio de Arquitectos, indicó que “este concurso es un gran desafío, porque nos ayuda a generar un ecosistema que apoye a los futuros profesionales para que puedan enfrentar los desafíos que nos impone el cambio climático. Es un desafío para la academia, tanto en la formación como en la investigación; para los proveedores de materiales, quienes deben avanzar hacia prácticas cada vez más sostenibles; y también al sector de la construcción, entregando profesionales cada vez más empoderados que puedan proponer diseños y concretar construcciones NetZero”.

Los protagonistas

Los equipos están conformados por dos o más estudiantes de arquitectura y otras carreras ligadas a la construcción de las universidades de Santiago, de Chile, Pontificia Universidad Católica, Tecnológica Metropolitana, UNIACC, del Desarrollo, de La Serena, Católica del Norte, de las Américas, del Bío-Bío, de Viña del Mar, San Sebastián, Mayor (sede Temuco), Autónoma (sede Temuco) y Austral, planteles que brindarán el acompañamiento necesario a los alumnos para desarrollar los proyectos que serán presentados al jurado.

Pablo Vera, estudiante de arquitectura y capitán de uno de los equipos de la Universidad Mayor, indicó que “como equipo estamos emocionados por participar en este concurso de vivienda Netzero. Creemos firmemente en la importancia de la innovación en la construcción de viviendas sociales, especialmente en la región de La Araucanía, donde existe una gran necesidad de soluciones habitacionales sostenibles y accesibles para la población”. En tanto, Paula Araya, capitana del equipo de la U. de la Serena, agregó que “nos motivaron a ser parte de la temática, tanto su problemática habitacional como su énfasis en las estrategias bioclimática, que es algo tan importante para el futuro del país y del mundo”.

Asimismo, Sarai Toledo, estudiante de arquitectura y capitana de uno de los grupos de la Universidad de Santiago, comentó sobre su motivación y la de sus compañeras para conformar un equipo y participar en este desafío. “Nos llamó bastante la atención el tema de la sustentabilidad, creemos que es una de las bases para un mejor vivir, que la implementación de ésta en la arquitectura es completamente relevante y prudente en el contexto actual y en cómo nos puede entregar soluciones”, enfatizó. 

Por último, Carolina Garafulich, presidenta de Construye2025, indicó que estos equipos pasan a ser parte de los constructores del nuevo mundo, haciendo hincapié en el impacto positivo que tendrá esta experiencia en nuestro país, ayudando a las instituciones y la sociedad en general – a través de sus proyectos- a cómo alcanzar la carbono neutralidad para el 2050. 

El concurso se desarrollará durante todo este año, conociéndose a los ganadores en noviembre, quienes realizarán una pasantía en la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, además de premios en dinero para el segundo y tercer lugar.