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Se espera que la actualización CES 1.1 sea lanzada a fines de 2019.

Luego de 12 meses de trabajo, el Comité Técnico a cargo de la actualización de la Metodología CES 1.1 concluyó su primera etapa durante el mes de mayo.

Esta primera actualización de la metodología está basada en la revisión de los comentarios que se recibieron en la consulta pública realizada entre asesores y entidades evaluadoras a fines del año 2017, incorporando, además, otros alcances los que se han obtenido a lo largo del desarrollo de la propia certificación.

De acuerdo a Gabriela Sabadini, secretaria técnica de la instancia, este grupo deberá retomar el trabajo una vez que se tengan los resultados de un estudio que será ejecutado a contar de junio por 88 Limitada y que tiene por objetivo definir los nuevos umbrales en los niveles de los requerimientos relacionados a confort térmico y demanda y consumo de energía. “Considerando que hubo cambios importantes en las exigencias del caso base en transmitancia térmica, y se incorpora el uso de energía primaria en las evaluaciones de consumo, este estudio entregará valores que deberán ser discutidos en una segunda etapa de trabajo del comité”, sostiene.

Según el protocolo de funcionamiento del comité, los resultados del trabajo realizado deben pasar por la aprobación del Comité Directivo CES, para luego trabajar en la edición y gráfica del manual de esta que es la primera actualización de la versión de CES para edificios de uso público, desde su lanzamiento en mayo de 2014.

Gabriela Sabadini comenta que se espera que la actualización de la metodología esté completa a fines de septiembre de este año, mientras que su lanzamiento se estima para el mes de diciembre de 2019.

La certificación CES 1.1 se comenzará a aplicar a todos los proyectos que se inscriban en una fecha a definir posterior a su lanzamiento, en tanto se establecerá un procedimiento para los proyectos que obtuvieron su pre certificación con la versión actual y se certifiquen estando vigente esta actualización.

En esta actualización trabajaron representantes de las entidades evaluadoras CES, asesores acreditados activos a la fecha de la convocatoria, profesionales de los Ministerios de Salud, Energía, Desarrollo Social y Educación, además de profesionales de otras instituciones como la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA) y Chile GBC, entre otros, así como también se contó con la presencia de especialistas invitados de acuerdo a las temáticas tratadas en cada sesión.

Con más de 1.400 metros cuadrados de superficie construida total el proyecto “Construcción Campamentos Invernales de Vialidad Paso Pehuenche N°1”, ha obtenido la Certificación Edificio Sustentable en el mes de abril de 2019, convirtiéndose en el quinto del año en alcanzar este nivel.

El edificio cuya unidad técnica es la Dirección de Arquitectura MOP del Maule, es una obra del arquitecto Juan Claudio López, contó con la asesoría CES de Francisco Pizarro y con 88 Limitada como Entidad Evaluadora.

Según este último, se trata de un edificio “atípico, en consideración a los comúnmente certificados CES, pues es una obra pensada en el apoyo al mantenimiento de la ruta andina (garage, taller, etc.) y un refugio para los trabajadores en periodos determinados del año”.

Señala que el edificio debe satisfacer sus servicios básicos de manera autónoma (electricidad, agua potable y alcantarillado), por lo que se utilizaron principalmente estrategias pasivas, como generar un bloque compacto de tres niveles que acoge los recintos regularmente ocupados dentro del galpón general.

En tanto, se utilizó una envolvente térmica de alta eficiencia con espesores de aislación de envolvente de 200 a 240mm. Al mismo tiempo, se usaron vanos extremadamente controlados que permitieran el cumpliendo de los niveles de iluminación natural; pero reduciendo al máximo las pérdidas por ventanas, comenta.

En términos de estrategias activas, Francisco Pizarro indica que el proyecto “cuenta con un sistema de ventilación mecánico que se complementa en el área habitable con un sistema de calefacción (resistencia eléctrica) que calienta el aire inyectado”.

Con respecto a la aplicación de la metodología en este proyecto, el Asesor CES señala que los requerimientos obligatorios de la metodología se pudieron desarrollar sin problemas; sin embargo, por sus particularidades -un campamento de alta montaña con condiciones geográficas y climáticas especiales- existieron algunos requerimientos voluntarios que no fue posible evaluar.

Mediante la certificación CES, los usuarios del Campamento Vialidad N° 1 Pehuenche tendrán la certeza de que el edificio donde realizarán sus actividades diarias presentará un adecuado estándar de confort en áreas tan relevantes como la ventilación, temperatura, iluminación natural y artificial, añade: “Por ello, es esperable que estas condiciones de habitabilidad se traduzcan en un mejor desempeño laboral”.

Con el objetivo de generar un mayor impacto en los sectores y áreas donde existen importantes puntos de interés común -como la difusión de Sistemas de Certificación-, es que el Chile Green Building Council (Chile GBC) y la Certificación Edificio Sustentable (CES) siguen desarrollando y afianzando sus lazos a través de un convenio de colaboración mutua.

De acuerdo a la directora ejecutiva del Chile GBC, María Fernanda Aguirre, la difusión de la herramienta de certificación nacional es fundamental pues “entendemos que es el camino para mejorar el desempeño sustentable a lo largo del ciclo de vida de las edificaciones”.

Según cuenta Aguirre, para la organización que actualmente dirige el trabajar con el equipo detrás de CES está “directamente relacionado con todos nuestros objetivos” y entre estos se cuentan: fomentar el desarrollo de la construcción sustentable en Chile y promover la certificación de edificaciones, articular esfuerzos públicos y/o privados e incidir en decisiones estratégicas vinculadas a sustentabilidad en construcción, generar proyectos innovadores vinculando a los socios de la corporación y a otros actores nacionales e internacionales relevantes de la industria, contribuir a la difusión de nuevas tecnologías, metodologías y herramientas relacionadas con construcción sustentable para promover su uso e implementación y apoyar la formación profesional de los distintos actores que conforman la cadena de valor de la construcción sustentable.

“Lo que busca el convenio es formalizar -en el marco de un acuerdo amplio- acciones que son beneficiosas para ambas instituciones. Para Chile GBC, el trabajar junto a otros organismos con intereses similares permite aunar fuerzas y de esta forma lograr una industria más consciente frente a los desafíos y beneficios que plantea la construcción sustentable”, añade la profesional.

El Chile GBC es un actor con vasta trayectoria en el país y desde hace años ha venido colaborando con el Instituto de la Construcción -Entidad administradora de CES- en mesas de trabajo y comités relacionados con temas de sustentabilidad. En este mismo sentido, María Fernanda Aguirre comenta que “el trabajo con CES es fundamental, pues la difusión de sistemas de certificación una de nuestras líneas de acción, entendiendo que permiten acelerar la adopción de mejores prácticas de diseño, construcción y operación en las edificaciones”.

“La relación entre ambas instituciones se remonta a los inicios de CES y desde el Chile GBC estamos altamente comprometidos con la difusión de la certificación” señala Aguirre. Es por ello que entre las actividades que se desarrollan en el marco de este convenio, se encuentran:

• Talleres y cursos de capacitación: El próximo se realizará en el mes de agosto. Para más información puede visitar este link.
• Fichas CES: Fichas de materiales, productos y servicios, disponibles en Portal Verde. La contribución a la certificación ha sido validada y transparentada en este formato que está disponibles para visualización y descarga pública.

Este convenio, agrega la directora ejecutiva, “busca formalizar un trabajo que se ha venido realizando hace tiempo y se enmarca en la planificación estratégica 2019”. Se materializará, aparte de lo mencionado anteriormente, a través de la difusión de temas de interés común, como capacitaciones, participación en comités y mesas y con apoyo en actividades de diversa índole que contribuyan a posicionar los beneficios de CES en distintos tipos de proyectos.

María Fernanda Aguirre asumió la dirección ejecutiva del Chile Green Building Council en noviembre de 2018, luego de más de cinco años a cargo del Área Técnica de la institución. Reconoce que para su gestión es muy importante el poder posicionar a la corporación como un ente articulador tanto intersectorial como interdisciplinariamente, “fortaleciendo la implementación de prácticas sustentables a lo largo de la cadena de valor de los distintos procesos que son parte de los proyectos de infraestructura, edificación y planificación urbana”, agrega.

Señala además que para el año 2020 espera poder estrechar vínculos con el sector público y participar más activamente en el desarrollo normativo que permita posicionar al país como líder regional en construcción sostenible.

Para la profesional es importante relevar a Chile GBC como referente local en materia de sustentabilidad y a esto responden las acciones para vincularse activamente también activamente al ámbito organizacional, “ya que entendemos que es importante que las edificaciones incorporen las mejores condiciones de habitabilidad y calidad de vida para mejorar la productividad y reducir el impacto ambiental, social y económico”, agrega.

Asimismo, María Fernanda Aguirre reconoce que uno de los desafíos mayores es “lograr que nuestros canales de información y comunicación sean de utilidad tanto para el trabajo que realiza cada una de las empresas y organizaciones que pertenecen a Chile GBC, como para difundir nuestros proyectos. Para esto estamos trabajando en que nuestra planificación anual incorpore más hitos de difusión y media partners que nos ayuden en esta tarea”.

“Somos una organización comprometida con el cuidado del medio ambiente, nos preocupa mejorar la calidad de vida de las personas y hacer de nuestro país uno más productivos en el marco de una economía con base en el desarrollo sostenible y es por eso que junto a nuestros socios y partners, trabajamos incansablemente para año a año plantearnos nuevos desafíos que nos permitan cumplir con la misión que tenemos desde nuestra fundación hace casi diez años atrás” finaliza.

Con un equipo que cuenta con más de 30 años de experiencia en el ámbito de la eficiencia energética y la sustentabilidad de las edificaciones, participando en destacadas iniciativas a nivel nacional respecto de desempeño energético y habitabilidad de edificios, SmartB se ha acreditado como Entidad Evaluadora de Certificación Edificio Sustentable.

Según comenta Adelqui Fissore, socio fundador de Smart B, la firma tiene como misión mejorar la sustentabilidad y eficiencia energética de las actividades humanas, donde la edificación es uno de los focos principales. “Por tanto, siendo la Certificación Edificio Sustentable una de las principales herramientas a nivel nacional dedicada a este tema, nos parece fundamental participar activamente y buscar instancias para generar sinergias en el tema”.

Es muy importante, sobre todo en Chile, en donde el tema no está muy desarrollado. El concepto de sustentabilidad está instalado en la sociedad, pero muchos de los profesionales del área de construcción no saben claramente cómo aportar, y esta certificación es, prácticamente, una guía de cómo hacer las cosas bien.

Sin duda, existen muchos beneficios de tener esta certificación en Chile, pero desde el punto de vista de nuestra empresa, uno de los más importantes es que con ella el mandante tiene una forma clara y precisa para llamar a una licitación considerando elementos de sustentabilidad y los oferentes tienen claro lo que se les pide respecto al tema.

Con esto, se logra además que todos los oferentes tengan claro los requerimientos y, por tanto, las ofertas serán comparables entre ellas, ya que estarán basadas en requerimientos claramente definidos. También es una forma para que el mandante pueda controlar posteriormente el cumplimiento de los requerimientos.

Otro punto interesante es que, al existir diferentes niveles de certificación y varias formas de lograrlo, el mandante puede pedir un cierto nivel de certificación o un cierto puntaje de acuerdo a sus requerimientos; los oferentes podrán poner todo el empeño de su equipo de diseño y construcción en lograr el nivel de certificación a un mínimo costo o el mayor puntaje de certificación para un presupuesto dado.

Anteriormente, sin esta certificación y en los inicios de la incorporación de sustentabilidad en los proyectos, las licitaciones se realizaban en base a especificaciones técnicas fijas por partida, que pudieron ser adecuadas, insuficientes o sobredimensionadas en términos del costo/beneficio de la solución, ya que el mandante no tenía las herramientas para definir los valores óptimos previo a un estudio detallado.

Si bien, SmartB es una empresa nueva, los socios tienen una experiencia de más de 30 años en sustentabilidad y eficiencia energética en edificios en Chile. Se debe tener en claro que, hace 30 años, el tema en Chile era incipiente y eran muy pocos los profesionales que se dedicaban a él.

Aprovechando la gran experiencia de los socios, se decidió formar esta nueva empresa para dedicarse en forma prioritaria a la sustentabilidad, que es un tema relevante para la humanidad hoy en día. Dentro de la experiencia de los socios relacionados directamente con el tema de certificación, se puede indicar que realizaron más del 60% los estudios técnicos para la generación de los artículos de la O.G.U.C relacionados con la eficiencia energética en edificios que están vigentes hasta hoy. También desarrollaron el estudio y la implementación técnica del Sistema de Calificación Energética de Viviendas en Chile, versión 1.0.

Además de lo ya mencionado, en relación a la experiencia en proyectos de sustentabilidad hay que hacer un alcance, ya que hace un par de décadas atrás no se hablaba de sustentabilidad, sino que eran estudios de eficiencia energética, donde el objetivo era proponer modificaciones a los proyectos de construcción para disminuir los costos operacionales en calefacción, refrigeración e iluminación, principalmente. Luego, vino todo el tema de la sustentabilidad que corresponde a una mirada mucho más amplia.

Considerando todo este periplo, lo socios de la empresa han aplicado los conceptos de eficiencia energética y sustentabilidad a una serie de proyectos en Chile y en distintos tipos de edificios como centros educacionales, como el Liceo María del Tránsito de la Cruz, ubicado en la comuna de Molina y en cual participaron como asesores CES, y una gran cantidad de proyectos residenciales.

En total, se tienen más de 150 proyectos y más de 1.500.000 m2 asesorados. Los emplazamientos se han realizado en una amplia gama de climas en Chile, desde Iquique a la Antártida; en este último lugar, se realizó una auditoría energética completa de la base Chilena Eduardo Frei y a la Villa las Estrellas.

Dos nuevos edificios certificados agregó a sus registros la Certificación Edificio Sustentable: se trata de los CECREA de Castro y Valdivia, en la Región de Los Lagos y Los Ríos, completando así 26 edificaciones que han conseguido certificarse en el país. Estos centros de creación, mandatados por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, promueven los procesos creativos de aprendizaje para niños y jóvenes entre 7 a 19 años.

El edificio ubicado en la Región de Los Ríos, que cuenta con una superficie útil de más de 1.500 metros cuadrados, consideró una construcción existente, la antigua estación de ferrocarriles de Valdivia, con características arquitectónicas predeterminadas a conservar, dado su carácter patrimonial y de hito urbano, por lo que las estrategias de sustentabilidad se basaron principalmente en las relacionadas con el aporte de luz natural -incluso en recintos alejados de las fachadas- así como aprovechamiento solar pasivo complementando con envolvente térmica y con control de sobrecalentamiento a través de quiebravistas adecuados a la arquitectura existente en la fachada poniente, los cuales además controlan el deslumbramiento provocado por una entrada de luz natural excesiva, señala Ronald Scheel, arquitecto y Asesor CES del proyecto.

Por sus características de funcionamiento con salas de estudio, talleres para actividades ligadas a la creación, espacio de movimiento, sonido, hall central y oficinas, entre otros, y por el hecho de ser un edificio de uso público, el proyecto requiere dar respuesta satisfactoria a todas las actividades que se realizan en él, lo que permite lograr confort lumínico en los espacios de trabajo del edificio.

Menciona también el arquitecto que el acondicionamiento y aislamiento acústico de espacios fueron un objetivo de diseño tomando en cuenta los requerimientos específicos para espacios educativos.

Ronald Scheel también resalta las estrategias incorporadas al diseño del edificio en cuanto al ahorro de agua y “para ello se consideraron estrategias relativas al ahorro de este recurso en los sanitarios”.

Gracias a la implementación de estrategias de sustentabilidad y eficiencia energética que contemplan los requerimientos de la certificación CES, todos los usuarios del edificio podrán disfrutar de espacios confortables visual, térmica y acústicamente, y contarán con lugares de trabajo transparentes, asoleados y bien iluminados que posibilitan el ejercicio grato de las tareas diarias, señala el arquitecto.

Todo lo anterior se logra gracias al trabajo en equipo de profesionales con vasta experiencia en el área, como el asesor acústico y de eficiencia energética, Claudio Poo, y la Constructora Carlos Marín, finaliza Ronald Scheel.

En tanto, el edificio de la Isla de Chiloé que cuenta con una superficie útil de casi 1.400 metros cuadrados, busca por medio de sistemas pasivos principalmente hacer uso consciente de los recursos que están a su alcance, a través de la iluminación natural del edificio, mediante ventanas orientadas al norte, este y oeste, señala Tamara Catalán, asesora CES del proyecto, las que aportan tanto iluminación como ganancia solar para la calefacción durante los escasos meses de calor en la zona sur del país.

Al mismo tiempo, señala, se trabajó con la energía del viento para calefacción, “mediante un sistema de aero-termia con intercambiadores de calor que calefaccionan el edificio por losa radiante. Ello emplea, al utilizar el viento como principal generador de energía, energía renovable la cual evita además el uso de sistemas de calefacción de llama abierta, reduciendo las emisiones de CO2 al planeta”, indica la arquitecta.

Lo anterior, junto a una aislación térmica de la envolvente de manera continua, genera un muy buen comportamiento térmico del edificio, por lo que el consumo en calefacción es muy bajo comparado con edificios de esta envergadura, señala Catalán.

En términos de consumo de agua, “consideramos sanitarios y griferías eficientes para lavamanos y WC, lo que reduce el consumo de este recurso en más de un 20%. Además, se incorpora un sistema de recolección de aguas lluvia para su utilización en riego”, agrega.

Para los sistemas de iluminación se utilizaron luminarias LED de bajo consumo y dimensionadas a no más del 10% de lo que realmente necesita el edificio, reduciendo en gran medida el consumo de electricidad. Además, se automatizó el sistema con sensores de movimiento para evitar así un consumo desmedido de energía.

Este es el primer edificio que se certifica con CES en la Región de Los Lagos a través del procedimiento regular de la certificación, por lo que reviste un hito muy importante para la zona, comenta Tamara Catalán. Además, el uso cultural que tendrá este edificio representa un plus para Castro y sus usuarios, sentando un precedente para el resto del país: “Y es que en el sur de Chile se están haciendo cosas que ayudan a cuidar el planeta, que se puede pensar edificios de manera amigable y cuidando los recursos”, finaliza.