El confort térmico, acústico y visual de los hospitales sustentables

Ahorros en energía y agua, confort ambiental interior y un óptimo manejo de los residuos caracterizan al Hospital Alto Hospicio, que se basa en un modelo eficiente y sustentable.

Este año se inscribieron en Certificación Edificio Sustentable dos proyectos clave para la salud pública chilena: el Hospital Base de Linares, ejecutado por el Servicio de Salud Maule, y el Hospital Alto Hospicio, cuyas cualidades fueron destacadas por los asesores CES de la consultora B-Green.

Ubicado en Calle Alemania Lote M-5, Alto Hospicio, Región de Tarapacá, el edificio mandatado a la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (MOP), que actúa como Unidad Técnica, destaca por el diseño de una envolvente de alta eficiencia que da respuesta a las exigentes condiciones de su emplazamiento en la zona norte litoral. Según explican en B-Green, un sistema de protecciones solares compuesto por lamas verticales equidistantes, permite proteger de la radiación solar y posibles deslumbramientos al interior de los recintos del hospital. 

Por supuesto, características como las mencionadas impactan en la reducción de la demanda energética y garantizan condiciones de confort a los usuarios.  Asimismo, gracias a los sistemas activos se prevé un ahorro de hasta el 46% de consumo energético, mediante el diseño de un planta de producción para calefacción y enfriamiento centralizada y común para todo el hospital.

“El diseño del edificio basado en un modelo eficiente y sustentable garantiza condiciones de confort térmico, acústico y visual, lo que incide en el bienestar y la salud de los pacientes, del personal médico y administrativo; tanto en los procesos de recuperación como en las actividades laborales y de atención diarias”, comentan en B-Green.

Además, el proyecto -que beneficiará a unos 130 mil habitantes- cuenta con un diseño paisajístico de vegetación de bajo requerimiento hídrico, lo que permite un significativo ahorro en la demanda de agua potable, de hasta el 80%.

Según los especialistas de B-Green, el diseño integrado de especialidades en el hospital es clave, ya que permite maximizar beneficios económicos, ambientales y sociales. Se trata de un proceso colaborativo entre proyectistas de las especialidades vinculadas a la eficiencia energética y la sustentabilidad, por medio del cual se realiza un constante seguimiento, verificación y asesoría de los proyectos, a través de simulaciones virtuales, cálculos y evaluaciones prescriptivas. De esta manera, se logran los máximos ahorros en energía, agua, confort ambiental interior y un óptimo manejo de los residuos.  

CES 1.1: nuevos enfoques metodológicos y prácticas constructivas en la recta final

Acústica, iluminación, gestión de residuos y paisajismo fueron algunos de los aspectos considerados en la revisión de la metodología que ha impulsado la edificación sustentable en el sector público por más de cinco años. 

Los estándares de la construcción cambian constantemente, por eso, los especialistas de CES hicieron la revisión y discutieron los nuevos estándares asociados a cada requerimiento de la herramienta nacional. Actualmente, el proceso se encuentra en la etapa de redacción del nuevo manual, cuyo diseño gráfico debiera iniciarse en mayo, para publicarlo el segundo semestre de 2020.

“Se hizo una revisión de todos los requerimientos desde el punto de vista técnico. Esto incluye las metodologías de cálculo y los requisitos asociados, por lo que hay modificaciones y/o precisiones acotadas en la mayor parte de los requerimientos”, explicó el jefe de CES, Hernán Madrid.

En algunos requerimientos, los cambios son significativos, como se detalla a continuación: 

  1. Modificación del caso de referencia para los requerimientos asociados a energía (demanda de energía, consumo de energía y confort térmico pasivo).
  2. Incorporación de metodología para hermeticidad de la envolvente de la versión CES Hospitales.
  3. Incorporación de plan de gestión de residuos.
  4. Incorporación de una categoría de “materiales” orientada a Declaración Ambiental de Productos (DAP), que reemplaza a los requerimientos de energía incorporada y al de gua incorporada.

En un Comité Técnico formado para este efecto se discutieron y acordaron las modificaciones a incorporar en los requerimientos, lo que fue complementado con sesiones específicas, en las que participaron especialistas en cada aspecto particular, como por ejemplo, en acústica, iluminación, gestión de residuos y paisajismo, entre otros.

Además, para complementar la discusión en materias que el comité -cuyos participantes son voluntarios- no podía desarrollar, se contrataron estudios complementarios para aportar información a la discusión, como sucedió con la evaluación del impacto de los cambios en el edificio de referencia en los requerimientos asociados a energía.

“Durante los cinco años de funcionamiento de la metodología ha habido cambios importantes de tecnologías, enfoques metodológicos y prácticas constructivas. Ante esto, el sistema de certificación debe responder actualizándose”, concluye Hernán Madrid. Una tarea multidisciplinaria, en la que participan asesores CES, representantes de entidades evaluadoras e integrantes de los comités consultivos y técnicos de CES.

Una experiencia cultural sustentable en Valdivia

La representante de CES, María José Ibaceta, viajó a la Región de Los Ríos, donde aplicó encuestas de percepción de confort a usuarios y tuvo acceso a las cuentas de agua y electricidad que le permitirán estimar la eficiencia del Centro de Creación (Cecrea), certificado en 2018.

En el sector histórico industrial de Valdivia, junto a la rivera sur del Calle-Calle, se alza el edificio donde se aloja el Centro de Creación (Cecrea) Los Ríos, que fue reconocido con la Certificación Edificio Sustentable (CES) en 2018 en nivel. En alianza con la Dirección de Arquitectura del MOP como Unidad Técnica, el programa Centros de Creación (Cecrea) del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, mandató la construcción de este espacio de acceso gratuito que facilita el encuentro cultural de niños y jóvenes. 

Este verano, Cecrea Los Ríos, que alcanzó 40 puntos al recibir su certificación, recibió la visita de María José Ibaceta, como parte del programa de seguimiento a edificios certificadas. Tras recorrer el edificio de 1.512 m2 que reutilizó la estructura de hormigón de la antigua estación de trenes de Valdivia y Monumento Nacional, la arquitecta conversó con su directora, Claudia Menéndez respecto a su percepción y evaluación del tiempo que lleva el edificio en operación .

“Hicimos encuestas a los usuarios y administrativos del proyecto, de manera de rescatar temas de funcionamiento y la experiencia en los distintos espacios del edificio. De esta forma, es posible hacerse una idea del edificio completo en operación”, explicó María José Ibaceta. 

El edificio ubicado en el casco histórico de la ciudad aprovecha al máximo la luz natural, utiliza bombas de calor aerotérmicas para su climatización y utiliza tecnología LED para su iluminación. Una maravilla arquitectónica que rescata el hormigón y cuyas canalizaciones eléctricas saltan a la vista, para reforzar el carácter industrial histórico de la edificación.

Aportes para un estándar constructivo nacional más sustentable

Erwin Navarrete Saldivia, jefe de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional y representante titular del Minvu en el Directorio de CES.

Las circunstancias actuales nos han puesto a prueba como sociedad. Estamos frente a una de las mayores crisis que hemos vivido mundialmente en la era de la globalización, lo que ha dejado de manifiesto las vulnerabilidades que tiene nuestro sistema de vida. 

Problemáticas globales como la migración a zonas urbanas y, por ende, la planificación de esas zonas, entre muchas otras, se han traducido en factores que han favorecido que el mundo se vea impactado hoy por una pandemia de estas características, por lo que vale preguntarse ¿cómo podemos aportar desde el sector construcción a mejorar las condiciones futuras de vida para que esto no se repita?

Como ministerio nos preocupa el impacto ambiental que tienen las edificaciones a lo largo de su ciclo de vida, ya que consumen grandes porcentajes de energía y agua, y generan altos índices de residuos y contaminación ambiental en las ciudades, entre otras externalidades negativas. 

En respuesta a lo anterior, hemos asumido en nuestro quehacer un compromiso fundamental con el medioambiente y la calidad de vida de los ciudadanos, por esta razón, hace más de una década hemos incorporado la sustentabilidad como una herramienta central para desarrollar nuestra labor, es así que hemos desarrollado políticas y programas que permitan incorporar estándares de sustentabilidad en la industria de la construcción, que han permitido mejorar la calidad constructiva, así como del ambiente interior de las viviendas, impulsando diversas acciones que buscan reducir el impacto de las edificaciones en el medioambiente y en la vida de las personas. 

Una de estas iniciativas es la Certificación Edificio Sustentable (CES), administrada por el Instituto de la Construcción (IC), que está enfocada en incentivar la construcción sustentable en edificios de uso público. La CES comparte una misma línea estratégica con la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS) que lidera el Minvu, y que es parte de las iniciativas de la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable para fomentar la incorporación de sustentabilidad en la edificación. 

Dado lo anterior, hemos propiciado generar sinergias entre las dos iniciativas, participando mutuamente, tanto en los comités directivos como en los técnicos de ambas certificaciones. Asimismo, hemos intencionado un trabajo conjunto para alinear otros aspectos en estas iniciativas, como la homologación de conceptos, con el fin de que compartan un lenguaje común y la misma lógica de trabajo, y con ello facilitar la masificación en el uso de ambos instrumentos en el mercado. 

Todos estos esfuerzos apuntan a un objetivo común, que es optimizar las condiciones de vida de las familias chilenas, teniendo directo impacto en la salud de las personas a través de estrategias que privilegien metodologías de trabajo, diseños, materialidades y comportamientos de uso de viviendas, espacios comunes y medio urbano.

¿Cómo se evalúa la eficiencia energética y el comportamiento ambiental de los edificios?

En Chile, las herramientas CES, CVS y CEV hoy promueven la optimización energética. Como complemento, se tramita en el Senado una Ley de Eficiencia Energética que buscará disminuir aún más el consumo. 

La edificación de tipo comercial, pública y residencial es responsable del 21% del consumo de energía en Chile, según la Ruta Energética 2018-2022 del Ministerio de Energía. Pero hay herramientas disponibles en Chile que trabajan para disminuir dicho porcentaje. Se trata de las certificaciones Edificio Sustentable (CES), Vivienda Sustentable (CVS) y la Calificación Energética de Viviendas (CEV), sumadas a la Ley de Eficiencia Energética -que se encuentra en tercer trámite en el Senado.

Estas se agrupan de acuerdo a sus características en calificaciones y certificaciones. Además, se dividen por los usos o destinos de la edificación a los que se aplican.

Por una parte, las calificaciones abordan únicamente las variables de demanda y consumo de energía, y pueden entregar un indicador de emisiones de CO2eq durante la operación, basado en el consumo de energía. Asimismo, sus metodologías para la estimación de consumos de energía tienen una aproximación más simplificada, principalmente producto de la masividad de su aplicación. 

Actualmente, “tenemos disponible en el país la Calificación Energética de Viviendas (CEV) desde el año 2012, y producto de la Ley de Eficiencia Energética se creará en los próximos años una calificación para edificios de uso público, comerciales y oficinas”, comenta Hernán Madrid, jefe de CES.

Por otra parte, las certificaciones abordan una mayor cantidad de variables en su evaluación, incluyendo demanda y consumo energía, pero extendiéndose a calidad del ambiente interior, eficiencia en el uso de agua, materiales y residuos, entre otras. “Las metodologías de análisis suelen ser más complejas e incluyen una evaluación de tercera parte. Actualmente, tenemos disponibles la Certificación Edificio Sustentable (CES) para edificios de uso público, comerciales y oficinas desde 2014, y desde este 2020 la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS), que se aplica a viviendas y a la que se integra la CEV en sus variables de energía”, sintetiza el profesional.

Y la nueva Ley de Eficiencia Energética, incluso, traerá aparejado el desarrollo de la definición y certificación “Net Zero Energy” en Chile, para edificaciones de uso público y residencial. Además, el programa “Gestiona Energía” fortalecerá las capacidades técnicas de los gestores energéticos de los servicios públicos y ampliará la cantidad y tipo de edificios monitoreados, incorporando medición inteligente. 

Calificación Energética de Viviendas

Entre las  importantes herramientas orientadas a optimizar el consumo de energía, está la Calificación Energética de Viviendas (CEV), instrumento diseñado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en conjunto con el Ministerio de Energía, que inició sus funciones en 2012 para promover el atributo de eficiencia energética en las edificaciones de uso residencial. 

Desde este año, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo está trabajando en los documentos reglamentarios necesarios para la implementación de la obligatoriedad de la CEV (Reglamento de la CEV y Reglamento del Registro de Evaluadores Energéticos). Además, los equipos regionales del ministerio se concentran en fortalecer las capacidades instaladas y aumentar el número de evaluadores y fiscalizadores.

Una vez aprobada la Ley de Eficiencia Energética, los proyectos nuevos de viviendas, edificios de uso público, edificios comerciales y edificios de oficinas deberán contar con una calificación energética para obtener la recepción final o definitiva por parte de la Dirección de Obras Municipales respectiva. La obligación de precalificación y calificación energética respecto de viviendas, regirá transcurridos 24 meses desde la publicación de la norma. 

Certificación Edificio Sustentable

Asimismo, un sistema de certificación voluntario evalúa las edificaciones de uso público en Chile, tanto nuevas como existentes, considerando una serie de parámetros que incentivan el diseño y la construcción sustentable. La Certificación Edificio Sustentable -desarrollada por el Instituto de la Construcción con el apoyo de 13 instituciones públicas y privadas-  busca que el mercado valore mucho más este tipo de construcciones.

“Las variables se agrupan en líneas de acción como calidad de ambiente interior (confort térmico, acústico, calidad del aire e iluminación), energía (demanda, consumo y energía incorporada), agua (demanda, consumo y energía incorporada), residuos y gestión”, explica Hernán Madrid, jefe de Certificación Edificio Sustentable.

Certificación Vivienda Sustentable

La Certificación de Vivienda Sustentable (CVS) es una herramienta pensada para mejorar la calidad de vida a las personas a través del cuidado del desempeño de los proyectos de vivienda a nivel nacional. Para ello, utiliza como base los Estándares de Construcción Sustentable para Viviendas, publicados en 2016 por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. 

Esta herramienta ayudará a definir los mínimos requerimientos para catalogar una vivienda como “sustentable” y, además, para poner en valor experiencias de edificación residencial que incorporen parámetros de eficiencia energética, hídrica, uso de materiales sustentables, gestión de residuos, medidas de mitigación de impacto ambiental, mejor calidad ambiental para las personas y medidas de respeto al entorno urbano y cultural, durante todo el ciclo de vida del proyecto, es decir, desde el diseño y construcción, hasta la operación.

Ley de Eficiencia Energética: un mundo de posibilidades para la gestión

El proyecto que ya se encuentra en su tercer trámite en el Senado pasará de haber instalado el concepto de eficiencia energética, a un proceso de mejora continua inherente a la excelencia operacional.

La Ley de Eficiencia Energética -que podría ser promulgada este semestre- incorpora una serie de medidas que irán en directo beneficio de la sociedad y el medioambiente. Los Sistemas de Gestión de Energía (SGE), por ejemplo, traerán consigo ahorros que podrían incentivar todavía más a las empresas que aún están pensando en hacer cambios en esta materia.

A ello se suma que, tal como señala Ignacio Santelices, director ejecutivo de la Agencia de Sostenibilidad Energética (AgenciaSE), la nueva ley cambia la forma en que vemos y hacemos eficiencia energética. “Primero, la institucionaliza a nivel de políticas públicas, haciendo que no sea solamente competencia del Ministerio de Energía, sino que a través de planes de cinco años, participen activamente el Ministerio de Transporte, de Vivienda, de Medioambiente, de Obras Públicas, de manera que la eficiencia energética esté incorporada en sus acciones”, explica.

Esto abre infinitas posibilidades y nuevos escenarios. A nivel industrial, la nueva ley vendrá a instalar el concepto más allá de las acciones individuales, como las renovaciones de equipos. Ahora, pasaremos a vivir en un proceso de mejora permanente, donde la eficiencia energética será parte de la gestión y la excelencia operacional de las empresas de la construcción y otros rubros.

“En la Agencia ya llevamos varios años empujando este concepto, a través del cofinanciamiento para la implementación y certificación de Sistemas de Gestión de la Energía (SGE), acompañado, además, de una serie de iniciativas que buscan apoyar al sector productivo en el uso eficiente y sostenible de la energía”, detalla Santelices.

Asimismo, “las grandes industrias productoras presentan avances dispares entre sí, ya que la mayor parte ha desarrollado proyectos aislados de eficiencia energética. Afortunadamente, en 2019 se produjo un incremento en los SGE, ya que permiten identificar de manera sistemática las mejoras energéticas que se deben implementar. Por eso, vemos con optimismo los avances que podremos lograr en 2020”, afirma Héctor Arellano, gerente comercial de Efizity, especialista en gestión energética.

Consumo térmico

A nivel de las personas, un eje clave será informar a la población respecto de la eficiencia energética en las viviendas. “Esta es la principal compra que hace una persona durante su vida y el mayor consumo de energía a nivel residencial está justamente en los consumos térmicos que están muy vinculados con cómo está construida la vivienda. Por lo mismo, es sumamente relevante que las viviendas nuevas informen cómo es el consumo de energía para que la gente, cuando compre, vaya a tomar una buena decisión, bien informada”, añade el director ejecutivo de la AgenciaSE.

Según Héctor Arellano, de Efizity, en Chile existe experiencia relevante en las distintas tecnologías que se pueden aplicar a la eficiencia energética y las metodologías de gestión asociadas, como recambios tecnológicos, control automático de procesos y mejoras en contratos de suministro, entre otros. “Cada condición es distinta, pero, en general, las empresas están dispuestas a invertir en mejoras si estas consiguen un retorno de su inversión en torno a los tres años”, comenta.

En este aspecto, el especialista refuerza que la nueva ley exigirá a las empresas con altos consumos de energía implementar un sistema bajo una norma (ISO 50001) que dé soporte a sus actividades de gestión de energía, con objetivos, metas e indicadores de cumplimiento. Además, estas empresas deberán informar, anualmente, a la Superintendencia de Electricidad y Combustibles sobre sus planes relacionados.

¿Cómo prepararse para estos cambios? Al menos con un diagnóstico que identifique y cuantifique las brechas que la empresa posee. “Es un ejercicio muy práctico y rápido, que permite contar con una carta Gantt para diseñar e implementar un sistema de gestión específico, junto a los costos iniciales y recurrentes de operación, que puede corresponder a costos de inversión en equipos de medición, recambio de tecnología y horas de trabajo gerencial y operativo”, sostiene el profesional de Efizity.

En este sentido, conviene mirar -desde ya- a los SGE como un aliado en el camino a la neutralidad, necesario no solo para el medioambiente, sino también para mejorar la productividad, la competitividad económica y la calidad de vida de las personas. En la construcción, si bien los responsables de las edificaciones ya se están preocupando más profundamente del consumo de energía, ahora tendrán que hacerlo mucho más, pues no sólo contarán con una etiqueta y un informe de eficiencia energética, sino que en la mayoría de los casos deberán presentar esta información a la Dirección de Obras Municipales para obtener la recepción final de la obra.

El rol de la ventilación en la prevención de enfermedades

Ventilación mecánica, climatización y recuperación de calor van de la mano. Según los especialistas, la renovación de aire podría prevenir los contagios de virus y bacterias.

En estos días, el COVID-19 es un tema de preocupación mundial, dada la facilidad con que se traspasa de una persona a otra, especialmente desde las distintas superficies. Pero, junto con la distancia social recomendada para prevenir contagios, hay otro punto clave en la prevención: la ventilación.

Según María Luisa Del Campo, asesora de Certificación Edificio Sustentable (CES) y directora del Centro Tecnológico Kipus, los edificios que funcionan bien tienen incorporado un sistema de ventilación con recuperador de calor, para no perder la temperatura que genera el equipo de climatización. “Lo ideal sería que siempre estuviese incorporado, sobre todo en edificios de uso público, un sistema de ventilación mecánico funcionando, en paralelo con el equipo de climatización y un recuperador de calor”, explica.

En este aspecto, el asesor de CES y arquitecto consultor de Efizity, Carlos Saldaña, comenta que los edificios con buena ventilación retiran el aire viciado e inyectan oxígeno para lograr un desempeño óptimo de las actividades para los que fueron pensados. Esto obligaría a evitar lugares en los que no haya movimiento de aire. “Un análisis de ventilación puede verificar si existen suficientes renovaciones y, además, si existen lugares con ventilación suficiente”, detalla el asesor de CES.

Y es que la renovación de aire hace un aporte significativo a la salud. “Con adecuadas tasas de ventilación, los contagios por virus y bacterias disminuirían. Ahora no es solo abrir ventanas y cerrarlas cuanto antes para evitar el calor, lo ideal es que los edificios tuvieran un proyecto de ventilación, así se hace uno de climatización. En algunos casos, este consiste en extractores de cocina y baño, pero no está incorporado el tubo que debiera inyectar aire fresco”, sostiene María Luisa Del Campo.

Según la asesora de CES, si el proyecto de ventilación no existe o no dimensionan las inyecciones y extracciones de aire, es difícil generar las condiciones para que un edificio se ventile adecuadamente. Un aporte adicional puede ser el recuperador de calor: “Es un equipo que le quita el calor al aire que va saliendo viciado, pero caliente. Este pasa por el equipo, que entrega solo el calor al aire frío que entra renovado al edificio. Naturalmente no entra a los mismos 20 grados con que va saliendo, pero sí a los 18 grados y no a los 5 grados que hay afuera”, explica.

En un escenario ideal, el sistema de ventilación debiera considerarse en el anteproyecto, pues siempre es más costoso incorporarlo después, porque son tuberías y luego hay que ocultarlas. “En los edificios con cielo falso es más sencillo de incorporar, porque las palmetas pueden reemplazarse por una rejilla e incorporar la tubería de inyección”, afirma María Luisa Del Campo.

Según la directora del Centro Tecnológico Kipus, en Chile no le damos suficiente importancia al sistema de ventilación. “Es un problema que el concepto no esté incorporado. Quizá ahora, después de la pandemia, sí empecemos a darnos cuenta de que es necesario”, sostiene Del Campo, quien agrega que algunas tuberías requieren muy poca mantención porque están hechas de materiales que evitan la acumulación de hongos y bacterias.

Cómo detectar problemas

Para pesquisar inconvenientes con ventilación, condensación y humedades intersticiales, los especialistas buscan evidencia de daños en los materiales, humedad y hongos, los que podrían, incluso, generar enfermedades respiratorias en los ocupantes. “Como concepto general, cada recinto en el cual se transite debe tener acceso a un punto de ventilación mecánica o natural. En este último caso, si son muy extensos ver la manera de proporcionar ventilación cruzada. El estándar ASHRAE 62.1 y el AM10, entre otros, permiten asegurar el performance de ventilación”, concluye el arquitecto consultor de Efizity, Carlos Saldaña.