CES: Herramienta robusta para la sustentabilidad de instituciones de educación superior

Por Mauricio Ramírez Molina, arquitecto, MSc UCLouvain, socio de 88 Limitada, y asesor CES.

Es indudable la importancia de las instituciones de educación superior (IES) en el desarrollo de un país por su rol en la creación y difusión del conocimiento, en la formación de profesionales y especialistas y en la investigación, transferencia tecnológica e innovación. Todo esto tiene mucha relevancia cuando hablamos de sustentabilidad porque dentro de las IES, las universidades son además importantes agentes de cambio. Por esta razón es clave la implementación exitosa, masiva y profunda del “Segundo Acuerdo de Producción Limpia Educación Superior Sustentable” (APL II), impulsado por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático y la Red de Campus Sustentable (RCS).

Este APL II, que además está respaldado por los ministerios de Medio Ambiente, Educación, Energía, Salud y Desarrollo Social, establece una hoja de ruta con cinco ejes principales: Gobernanza y Seguimiento, Academia, Gestión de Campus, Cultura Sustentable y Vinculación con el Medio & Responsabilidad Social. Son 116 acciones, compatibles con la agenda 2030 de Naciones Unidas, las que deben ser implementadas en un plazo de tres años a partir del 1 de enero del 2022.

Si bien varias de esas acciones requieren la construcción o adaptación y posterior validación de métricas, procedimientos y protocolos en áreas donde la sustentabilidad es aún “difusa”, hay otras que en nuestro país pueden ser rápidamente instaladas a través de herramientas altamente especializadas, robustas y de clase mundial como lo es la Certificación Edificio Sustentable CES, que calza perfectamente en el eje de Gestión de Campus, pero que además alimenta los demás ejes con mayor o menor protagonismo y con una muy buena coherencia con la herramienta RESIES desarrollada por la RCS, a través de la cual se medirá la sustentabilidad en ellas.

Un ejemplo concreto de esto son las certificaciones CES de edificios en diversas universidades del país, predominantemente en regiones: UACh, UCM, UMAG, PUC, UTA, UDA, ULagos, UAysen, USACh y UCh, ordenadas por fecha de certificación de edificios o pre-certificación de proyectos. Los procesos de incorporación de CES en universidades se iniciaron el año 2017 a través de las direcciones de infraestructura —con la UACh y UCM como líderes en el tema— y a la fecha ya muestra resultados positivos tanto en ahorro de energía como en desempeño ambiental en edificios, que ya llevan algunos años en uso. Si bien la cantidad de edificios certificados es menor en comparación a todo el parque construido que las universidades poseen a nivel nacional, es suficiente como para despejar cualquier duda que alguna autoridad académica tenga respecto de las ventajas, exigencias y procedimientos que se requieren para la correcta implementación de CES en edificios nuevos, así como en edificación existente que deba actualizarse para cumplir con las metas de sustentabilidad del APL II.

Por otra parte, las mismas IES deben tener en consideración que muchos de sus futuros estudiantes ya están viviendo hoy su formación pre-escolar y escolar (básica y media) en edificios que cuentan o contarán con Certificación CES, debido a que el Ministerio de Educación y la Junji lahan establecido como estándar para un gran porcentaje de sus proyectos de nueva edificación desde el año 2015 y 2019, respectivamente.

Con la experiencia (como 88 Limitada) de haber asesorado los primeros edificios universitarios certificados con CES y con Sello Plus Operación (UACh y UCM), de haber incorporado estándares de sustentabilidad en el diseño de planes maestros integrales de siete campus universitarios (UCM y UCT) y habiendo sido 11 años académico jerarquizado y de planta en una universidad estatal de regiones (UTalca), me permito afirmar lo siguiente: si las IES quieren avanzar rápidamente en sus metas de sustentabilidad, carbono neutralidad, energía neta cero y circularidad de su entorno construido, usen CES ahora, porque el camino se tornará mucho más sencillo.

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El imponente edificio de la Facultad de Administración y Economía de la USACH

En el diseño de esta obra destacan su base circular y forma piramidal, sus muros parcialmente acristalados, las terrazas con áreas verdes en cada nivel y una terraza en altura, desde donde se puede observar todo el campus.

En una superficie de más de 13 mil metros cuadrados se emplaza el nuevo edificio de la Facultad de Administración y Economía (FAE) de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), en proceso de precertificación CES. El diseño -hecho por Marsino Arquitectos Asociados- contará con doce pisos de 3,40 metros de altura para privilegiar el espacio y la libertad.

Con la asesoría de Efizity, el edificio ha logrado disminuir la ganancia térmica e incorporar un eficiente sistema de protección solar en la fachada. “No es 100% climatizado, solo hay calefacción en las salas y sistema para aire frío con tecnología inverter en las oficinas y estudio”, comenta Carlos Saldaña, asesor CES de Efizity.

La infraestructura consta de 12 pisos y tres subterráneos, salas de clases, auditorio para cerca de 350 personas, salas de estudio, recintos para profesores, cafeterías y casino. Su diseño incorpora espacios para centros de alumnos y una amplia cafetería central para estudiantes y funcionarios que se proyecta a los jardines exteriores.

La arquitectura del edificio invita a aprovechar los espacios, evitando puertas y cierres, para transitar por pasillos que unen los pisos como abriéndose a la conversación entre los usuarios, porque todo confluye en este proyecto único que busca fomentar la participación de los estudiantes, en todo lo que conlleva la vida universitaria.

Menos ganancia

Otro elemento diferenciador de esta mega obra -que sobresale por su belleza en Estación Central- es el uso de acero reciclado y otros materiales de bajas emisiones, según Saldaña. “Se pensó en el confort de los estudiantes, hubo estudios acústicos en salas y auditorios para lograr el mayor confort posible”, detalla el asesor CES.

 En tanto, las celosías verticales y profundas que adornan rítmicamente la fachada evitan la radiación solar directa. “Como las salas tienen harta ganancia térmica el objetivo fue evitar lo más posible las ganancias solares. Las salas, además, se ventilan mediante las ventanas”, afirma Carlos Saldaña.

Cuatro datos clave

Características pasivas: celosías verticales, cristal doble vidriado hermético.
Sistema de climatización: calefacción con calderas de condensación para salas de clases y oficinas; otros programas sistema de VRV Inverter.
Iluminación: se privilegia la iluminación natural de los espacios y se usa tecnología LED para la iluminación artificial.
Materiales: acero reciclado para la estructura y materiales de bajas emisiones para las terminaciones.
Ahorro de agua: el proyecto considera ahorro de agua tanto para el paisajismo, con vegetación de bajo consumo y riego por goteo; como para los artefactos sanitarios que también son de bajo consumo.