JUNJI: Una inversión estratégica y sustentable premiada por CES

La Junta Nacional de Jardines Infantiles recibió el Premio CES a la Política Pública Destacada 2025, validando su compromiso con ambientes saludables y eficientes que inciden directamente en el bienestar y la experiencia educativa de miles de niñas y niños.

El pasado 30 de septiembre, la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) fue reconocida con el Premio CES a la Política Pública Destacada. Este galardón celebra la decisión institucional de incorporar el estándar de la Certificación Edificio Sustentable (CES) como un sello propio y obligatorio en su infraestructura, demostrando que la edificación pública puede y debe liderar el camino hacia la sustentabilidad en Chile.

En ese contexto, conversamos con Daniela Triviño Millar, vicepresidenta ejecutiva de JUNJI, para quien “recibir este galardón representa un reconocimiento al compromiso sostenido de la Junta Nacional de Jardines Infantiles con el desarrollo de infraestructura sustentable y con la mejora continua de la calidad de los espacios educativos”.

Para Triviño, el Premio CES es mucho más que un trofeo: es la validación de un esfuerzo sostenido por mejorar la calidad de los espacios educativos y construir infraestructura con enfoque ambiental, social y educativo.

Esta decisión ha convertido la certificación en una “herramienta concreta” que refleja una visión de largo plazo: la de ofrecer ambientes que sean saludables, eficientes y sostenibles, donde las niñas y niños puedan crecer, aprender y desarrollarse plenamente. Al convertirse en un sello propio, CES no solo guía la construcción de nuevos jardines infantiles, sino también la reposición de la infraestructura existente.

Costo-eficiencia a largo plazo

Uno de los principales desafíos fue la justificación económica, especialmente ante el Ministerio de Hacienda, considerando que la inversión inicial en proyectos CES es mayor, si bien el ahorro operativo es un beneficio clave. La gestión presentó una argumentación estratégica de costo-eficiencia a largo plazo, considerando que:

  • La inversión inicial se presenta como una medida que genera retornos sostenibles en el tiempo.
  • La durabilidad de las edificaciones CES reduce los gastos de mantenimiento.
  • Se puso en valor el impacto social de la política, destacando cómo los ambientes confortables y saludables influyen directamente en la asistencia, el bienestar y la experiencia educativa.

“De este modo, la sustentabilidad fue abordada no como un gasto adicional, sino como una inversión estratégica en la calidad educativa y en la eficiencia del gasto público”, señala la vicepresidenta.

Contribución a las metas climáticas nacionales

La política de infraestructura sustentable de JUNJI también juega un rol fundamental en el avance de Chile hacia la carbono neutralidad y una construcción más resiliente.

La autoridad de la JUNJI destaca la alineación de la institución con los compromisos nacionales e internacionales de mitigación del cambio climático, específicamente con las metas de la Estrategia Climática de Largo Plazo y la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC).

Al adoptar CES, JUNJI promueve:

  • Edificaciones con mayor eficiencia energética.
  • Menor huella de carbono.
  • Un uso racional de los recursos naturales.

“Esto implica una reducción directa en las emisiones asociadas a la operación de los jardines infantiles y una contribución tangible al avance del país hacia una construcción pública sustentable, que integra criterios de bienestar, eficiencia y resiliencia frente al cambio climático”, resalta Triviño.

El jardín como tercer educador: más allá de las métricas

Si bien el consumo de energía y agua son métricas clave, JUNJI busca medir el impacto de la política en el bienestar y aprendizaje, bajo la premisa de que “la infraestructura educativa no solo alberga los procesos de aprendizaje, sino que también enseña por sí misma”.

Actualmente, no se cuenta con un mecanismo de evaluación cualitativa y cuantitativa ya consolidado. Sin embargo, la institución se prepara para iniciar la medición con el primer edificio con certificación CES.

Los aspectos que se comenzarán a evaluar son:

  • La percepción de confort térmico.
  • La iluminación natural.
  • La calidad del aire interior.
  • El bienestar general de niñas, niños y equipos pedagógicos.

Además de las mediciones directas, la infraestructura sustentable promueve actividades de sensibilización y educación ambiental, fortaleciendo la conciencia ecológica en las familias y los propios equipos. Todos estos factores contribuyen a un entorno educativo “más saludable, equitativo y coherente con los principios de desarrollo sostenible”, a juicio de Triviño.

Los próximos pasos: desempeño post-ocupación y expansión

Con la certificación ya establecida como un requisito para los nuevos proyectos, la JUNJI tiene claros los siguientes pasos para la evolución de esta política. El foco ahora se dirige a la evaluación del desempeño post-ocupación, un paso fundamental para medir el comportamiento real de los edificios una vez que están en uso y, de este modo, retroalimentar el diseño de futuros proyectos.

“Para ello, JUNJI está explorando la aplicación de criterios CES en infraestructura existente, mediante programas de mejoramiento que integren eficiencia energética, confort ambiental y participación comunitaria”, cuenta Daniela Triviño.

Este trabajo se inició en colaboración con el Ministerio de Energía, a través de un convenio que busca aplicar la experiencia ministerial en otros organismos públicos. Un proyecto financiado por dicha cartera está próximo a ejecutarse en un establecimiento antiguo, donde se optimizará la eficiencia energética. Tras la ejecución de esta iniciativa, se aplicará un instrumento desarrollado por el Ministerio de Energía que permitirá “evaluar cualitativa y cuantitativamente la ejecución de la obra y su impacto en los espacios sustentables en la vida cotidiana de las comunidades educativas”.

De esta forma, JUNJI busca consolidar una política integral de infraestructura sustentable que no solo se enfoque en las reposiciones o nuevas construcciones, sino que también fortalezca el parque educativo existente, asegurando condiciones óptimas de aprendizaje y bienestar para todas las comunidades educativas del país.

El desafío de la construcción en el extremo sur 

El proyecto del complejo deportivo 18 de Septiembre, construido por Bravo Izquierdo no solo constituye una infraestructura deportiva notable, sino también un legado de eficiencia energética y gestión de recursos que marca el camino para futuras construcciones en Chile.

El extremo sur plantea desafíos y oportunidades tan complejos como estimulantes para el sector construcción, dado el carácter único del clima que distingue a la zona. Así, el Complejo Polideportivo 18 de Septiembre, emplazado en el barrio homónimo de la ciudad de Punta Arenas, se erige hoy como un símbolo de que construir con estándares de sustentabilidad no es un desafío futuro sino una realidad de hoy.

El coordinador de Gestión y Sostenibilidad de la constructora Bravo Izquierdo, Raimundo Bravo, relata que el desarrollo de este proyecto representó “un desafío único y una oportunidad de demostrar nuestra capacidad para llevar a cabo proyectos complejos en condiciones difíciles”, pues la empresa cuenta con más de 50 años de experiencia haciendo frente a las particularidades del clima chileno. 

“Nuestra presencia en la región desde 1984 nos ha permitido establecer un conocimiento profundo de las condiciones locales, lo que fue fundamental para el éxito de este proyecto”, detalla.

¿Cuál fue el objetivo principal del proyecto y qué lo hace especial para la comunidad?El objetivo principal fue construir una infraestructura deportiva de calidad, accesible y sustentable que pudiera ser un punto de encuentro para la comunidad del barrio 18 de Septiembre. Lo que lo hace especial es que, al estar ubicado en una zona histórica de la ciudad, refleja el esfuerzo colectivo de los residentes, quienes desde sus inicios han trabajado de manera autogestionada para mejorar su entorno. Este centro deportivo se convierte en un símbolo de progreso y cohesión para un barrio que ha sido testigo de constantes desafíos y transformaciones. Además, al incorporar estándares de sostenibilidad y eficiencia energética, el proyecto responde y fortalece las necesidades actuales de la comunidad, además de establecer un legado para futuras generaciones.

¿Qué aspectos del diseño y la construcción fueron clave para cumplir con los requisitos CES?

Los aspectos claves en este proyecto fueron la eficiencia energética, la gestión del agua y los materiales y la calidad del ambiente interior. El diseño se centró en optimizar el consumo de energía, incorporando soluciones innovadoras para la iluminación, ventilación y aislamiento térmico, lo cual es esencial en un clima tan frío como el de Punta Arenas. Además, se priorizó el uso de materiales locales y reciclables, minimizando el impacto ambiental del proyecto.

Un tema no menor fue implementar un programa de seguimiento y control de materiales y residuos en la obra, proceso clave para garantizar la sostenibilidad del proyecto. Para lograrlo, Bravo Izquierdo estableció rigurosos procedimientos que garantizaran el correcto almacenamiento, utilización y gestión de los materiales. “La segregación y el reciclaje de residuos fueron fundamentales en cada etapa de la obra. Aunque aún es un desafío la gestión de residuos en la industria de la construcción, esta experiencia fue muy positiva ya que se hizo posible el reducir el impacto ambiental, contribuyendo a una construcción más sostenible”, comenta el profesional.

Uno de los principales desafíos técnicos del proyecto fue garantizar que la infraestructura cumpliera con los requisitos de eficiencia energética, considerando las condiciones climáticas extremas de Punta Arenas. El aislamiento térmico y las soluciones para la calefacción y ventilación fueron fundamentales en este proceso. “Además, el clima extremo también presentó dificultades logísticas, como el transporte de materiales, pero gracias a nuestra experiencia en la región, pudimos superar estos obstáculos”, explica.

Para Bravo Izquierdo, la aplicación de la certificación CES fue un proceso acucioso en términos de tiempo y recursos, pero completamente alcanzable, “especialmente por nuestra experiencia en proyectos del MOP”, indica Bravo y añade que incorporaron nuevas mediciones a sus estándares, “pues creemos que este tipo de certificación es muy valiosa a largo plazo”.

¿Cómo ven la importancia de la certificación CES para la industria de la construcción en Chile?

La certificación CES es de gran importancia para la industria de la construcción en Chile, ya que impulsa la construcción de edificios más sostenibles, eficientes y responsables con el medio ambiente. La demanda de proyectos sustentables está en constante crecimiento, y contar con una certificación reconocida permite a las empresas destacarse y ser más competitivas en un mercado que valora cada vez más la sostenibilidad, y fomenta una cultura de construcción más consciente de los recursos y el impacto ambiental.

¿Qué mensaje le darían a otras constructoras o mandantes que están evaluando certificar proyectos con CES?

A otras constructoras y mandantes les diríamos que la certificación CES es una inversión a largo plazo que no solo mejora la calidad de los proyectos, sino que también fortalece la reputación de la empresa como responsable y comprometida con la sostenibilidad. Aunque el proceso puede requerir un esfuerzo adicional, los beneficios en términos de eficiencia operativa, ahorro de recursos y el reconocimiento en el mercado lo hacen altamente valioso. Los invitamos a sumarse a esta tendencia de construir con conciencia ambiental y ser parte del cambio hacia un sector más sustentable.

Edificios con propósito: educación sustentable en universidades y jardines infantiles

Desde la eficiencia energética hasta el confort de sus ocupantes, la Certificación Edificio Sustentable (CES) se consolida como un pilar fundamental en la infraestructura educativa chilena. Descubre cómo destacadas casas de estudio y jardines infantiles están implementando esta herramienta para crear ambientes de aprendizaje más saludables y conscientes con el medio ambiente.

El auge de la construcción sustentable en Chile ha encontrado un terreno fértil en el ámbito educativo, con instituciones de renombre y organismos públicos liderando el camino hacia edificaciones más eficientes y amigables con el medio ambiente. A diez años de su creación, la Certificación Edificio Sustentable (CES) se ha posicionado como un referente clave en esta transformación, impactando positivamente en el diseño, construcción y operación de espacios universitarios y jardines infantiles a lo largo del país.

A continuación, revisaremos algunos de los ejemplos más representativos que dan cuenta de estos avances hacia una construcción más sustentable.

Universidad Católica: Un compromiso con la carbono neutralidad

La Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) ha abrazado la certificación CES como un pilar fundamental en su compromiso por alcanzar la carbono neutralidad al 2038. Desde 2010, la PUC ha ido incorporando criterios de sustentabilidad en el diseño de su infraestructura, culminando en la decisión de implementar CES a partir de 2020. Actualmente, la universidad cuenta con dos edificios certificados: el Complejo Interdisciplinario Michel Durand (1.500 m²) y el Edificio Aulas Las Pataguas (4.590 m²), además de otros proyectos en distintas etapas de certificación.

Francisco Palacios, profesional de la Subdirección de Planificación y Proyectos de la Dirección de Infraestructura UC, señala que “la implementación de CES ha consolidado una metodología de diseño que prioriza la reducción de demandas energéticas a través de estrategias pasivas, como una envolvente eficiente, aislación térmica y optimización de la ventilación e iluminación natural”. Este enfoque no solo busca la eficiencia, sino también mayor confort para los usuarios. 

La experiencia ha permitido a la UC generar una cultura y conocimientos en torno a la sustentabilidad y eficiencia energética, integrando los criterios CES en todos los proyectos de infraestructura mayores a 1.000 m². Esta visión se alinea con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la comunidad universitaria, convirtiendo los edificios en espacios que propician un mejor desarrollo académico, docente y administrativo.

Universidad Católica del Maule: Infraestructura como herramienta formativa

La Universidad Católica del Maule (UCM) ha asumido la certificación CES como un reflejo de su compromiso institucional con la sustentabilidad y la mejora de la calidad de vida de su comunidad. Con dos edificios ya certificados, el San José y el de Medicina; y un tercero en proceso, la UCM destaca la importancia de CES para asegurar estándares técnicos y de desempeño ambiental.

Paulina Loyola, jefa del Departamento de Desarrollo Sustentable de la UCM, sostiene que “la incorporación de CES ha promovido una planificación integral y colaborativa en el diseño, priorizando el confort térmico, la iluminación natural, la ventilación eficiente y la gestión responsable del agua y la energía. En la construcción, se han adoptado prácticas más sostenibles, y en la operación, se ha observado una mejora en el desempeño energético y una mayor conciencia sobre el uso eficiente de los recursos”. 

Para la UCM, la infraestructura es un componente activo en los procesos formativos, donde los espacios sustentables fomentan el bienestar, la concentración y la salud de estudiantes y docentes. Por lo tanto, “estos edificios se transforman en recursos pedagógicos vivos, alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas”, señala Loyola. Así, la certificación CES es vista como una herramienta estratégica para construir una universidad resiliente, moderna y con visión de futuro.

JUNJI: Espacios educativos para la primera infancia con sello sustentable

La Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) ha dado un paso significativo hacia la sustentabilidad en la educación inicial, con 31 iniciativas en proceso de certificación CES en todo el país, incluyendo 2 ya certificadas, los jardines infantiles Lircay, de Talca; y Pinocho, de Temuco. Para JUNJI, los jardines infantiles son considerados un “tercer educador”, por lo que buscan brindar las mejores condiciones para el aprendizaje y desarrollo de niñas y niños.

José González, director del Departamento Cobertura y Habilitación de Espacios Educativos, señala que la certificación CES ha influido en el diseño de los jardines, “volviéndolos más exigentes en cuanto al comportamiento climático y el confort para toda la comunidad educativa. Esto se traduce en una reducción del consumo de energía y agua potable, así como en una gestión de residuos más eficiente, desde la construcción hasta la operación del establecimiento”. 

En ambos proyectos se priorizaron soluciones pasivas como ventilación cruzada, aislación y envolventes térmicas eficientes, y el uso de materiales que reducen el ruido interior y exterior. González agrega que aunque la inversión inicial puede ser mayor, las estrategias sustentables reducen significativamente los costos de operación. Los equipos educativos y las familias valoran el confort térmico, el aumento del rendimiento en las actividades y la disminución de enfermedades en los recintos certificados. “JUNJI ha incorporado la certificación CES como un sello para su nueva infraestructura institucional, alineándose con los ODS y promoviendo prácticas sostenibles para las futuras generaciones”, concluye González.

Universidad Austral de Chile: Elevando la calidad de la infraestructura universitaria

La Universidad Austral de Chile (UACh) se ha sumado activamente a la corriente de la construcción sustentable, contando con tres edificios certificados por CES en distintas etapas del proceso: la Clínica de Atención Psicológica, la Sala Cuna para hijos e hijas de funcionarios(as) y el Pabellón Docente, este último reconocido con el primer lugar en la categoría de proyecto precertificado en los Premios CES 2022. “Este compromiso institucional con CES refuerza la política de la universidad de reconocer la sustentabilidad como un eje estratégico para su desarrollo, garantizando eficiencia, durabilidad, habitabilidad y reducción del impacto ambiental en sus proyectos”, explica María José Escares Martínez, directora de Infraestructura y Servicios de la Universidad Austral de Chile.

La implementación de los estándares CES ha elevado la calidad de los espacios universitarios, promoviendo un diseño más eficiente y consciente. Los impactos clave incluyen un uso responsable de energía y agua, mejoras en el confort térmico y ambiental, y la integración de sistemas orientados a una operación eficiente. “El proceso de certificación ha fortalecido las capacidades técnicas de la UACh y ha impulsado una visión integral del ciclo de vida de los proyectos, desde el diseño hasta la operación”, agrega Escares.

Los criterios CES se han integrado progresivamente en los nuevos proyectos de infraestructura universitaria, estableciendo un requisito transversal en el desarrollo de nuevos recintos. La UACh destaca que la infraestructura sustentable no solo mejora las condiciones físicas, sino que también se convierte en una herramienta formativa, actuando como recurso pedagógico y fomentando la conciencia ecológica en la comunidad universitaria.

Estas son las características de sustentabilidad del Hospital de Coquimbo

Mandatado por la Dirección General de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas, este hospital está apuntando a un puntaje mayor a 60 puntos, bajo el diseño y asesoría de BBATS CONSULTING & PROJECTS S.L.P.

Inscrito en agosto de este 2024, el Hospital de Coquimbo viene a complementar la lista de estos grandes recintos hospitalarios que cuentan con certificación, apostando por altos puntajes.

De hecho, así lo manifiesta Alex Mollà Domenech, jefe de proyecto “Hospital de Coquimbo”, en representación de BBATS CONSULTING & PROJECTS S.L.P. y la SOCIEDAD CONCESIONARIA HOSPITAL DE COQUIMBO S.A.: “Es imprescindible que los proyectos hospitalarios apunten a un alto puntaje, puesto que esto, como se ha comprobado, es directamente proporcional a la inversión en mantenimiento y consumo energético que se realiza. Un edificio sustentable no solo aporta beneficios a los usuarios, sino que también hace que el proyecto se pueda mantener por más tiempo y a un menor coste”.

Por ello, “en Bbats somos conscientes de ese desafío y lo hemos aplicado en cada uno de nuestros proyectos y el Hospital de Coquimbo es un buen ejemplo de ello”, asegura. 

En ese sentido, cuenta que el hospital está en proceso de obtener una precertificación, en la que esperan alcanzar un puntaje de 61 puntos, que corresponde a una futura certificación destacada.

“El enfoque general del proyecto se adapta a las particularidades del clima de la región, asegurando un diseño que no sólo es eficiente en términos de energía, sino también en el uso sostenible de los recursos”, puntualiza Fabriciano San Martín Lagos, especialista en eficiencia energética y certificación CES “Hospital de Coquimbo”.

Ambos especialistas coinciden en que “si bien tenemos variada experiencia y en la misma región, para este caso localizado en la costa norte, particularmente en Coquimbo, las condiciones climáticas exigen parámetros de diseño específicos que inciden directamente en la reducción del consumo energético”.

Es por ello que “las características del clima local influyeron directamente en el diseño, como la volumetría, en la envolvente térmica y considerando que la cantidad de iluminación es alta, la proporción de ventanas y muros para optimizar la iluminación natural”, dice Mollà.

Características

Como indica el asesor CES, el diseño del hospital incorpora una envolvente térmica adecuada al clima local, lo que asegura una correcta eficiencia energética. Las celosías se integran según la orientación del edificio, lo que maximiza la autonomía lumínica y reduce el deslumbramiento, permitiendo que el edificio aproveche la luz natural sin comprometer el confort visual. También para controlar la iluminación indirecta en los patios se optimiza el ancho de estos para así disponer de iluminación natural sin deslumbramiento. “Se ha predominado el uso de recintos en fachadas o patios interiores que estén mayormente ocupados para que los usuarios y trabajadores del hospital puedan disponer de luz natural”, añade.

De acuerdo con Alex Mollà, “los proyectos de esta magnitud se estudia la implantación en el terreno”, por lo que en esta ocasión, “se ha diseñado un edificio compacto para poder controlar la superficie de fachada con unos patios orientados norte sur para maximizar las horas que estos pueden iluminar naturalmente los recintos. De esta forma, se controla el gasto energético, tanto para la iluminación de los mismos como para la necesidad de clima en los recintos que dan a fachada”.

Así, una vez que se ha diseñado el volumen como estrategia pasiva principal, se ha optimizado el uso de cristales con propiedades de control solar que equilibran el acceso visual con la reducción de las cargas térmicas, disminuyendo el consumo energético tanto en calefacción como en enfriamiento. 

En cuanto a las soluciones activas, Fabriciano San Martín comenta que “el sistema de climatización está basado en bombas de calor de alta eficiencia, lo que permite una recuperación de energía que maximiza el ahorro operativo del edificio. Además, el sistema de ventilación asegura una excelente calidad del aire interior mediante el uso de sistemas de recuperación de calor a lo largo de todo el edificio”.

Asimismo, los profesionales entregan la siguiente información:

Iluminación y Consumo de Agua: 

El sistema de iluminación artificial utiliza tecnología LED de bajo consumo, garantizando niveles de iluminación adecuados en cumplimiento con las normativas chilenas, al mismo tiempo que minimiza el consumo energético. 

En cuanto al consumo de agua, el hospital cuenta con grifería de bajo consumo, lo que maximiza el ahorro de agua potable. Este aspecto es especialmente importante en la zona, debido a la escasez hídrica. Por ello, el ahorro de agua es un objetivo prioritario, apoyado por un sistema de riego eficiente. 

Paisajismo y Riego: 

El diseño paisajístico se ha centrado en la incorporación de especies nativas de bajo consumo de agua, lo que reduce la necesidad de riego. Se cumple la superficie de áreas verdes requeridas para poder optar al mayor puntaje en esta especialidad. El sistema de riego es por goteo, tecnificado y monitoreado, optimizando el uso del recurso hídrico. 

Gestión de Residuos: 

En cuanto a la gestión de residuos durante la etapa de operación, se han incorporado sistemas de reciclaje en todas las zonas públicas del hospital, como salas de espera y áreas comunes. En cuanto al control de manejo de obra, para la etapa de construcción se desarrolló un plan de gestión de residuos que especifica un mínimo de reciclaje de materiales. También se define un área en la unidad de recogida de residuos para poder albergar el reciclaje de los mismos. 

Generación de Energía y Sistemas de Agua Caliente: 

Para la generación de agua caliente sanitaria, se ha implementado un sistema de energía solar térmica, que maximiza el ahorro energético a largo plazo. 

Climatización y Control Centralizado:

El hospital cuenta con un sistema de control centralizado que monitorea constantemente la temperatura en todas las zonas del edificio y gestiona los niveles de CO2 en áreas de alta densidad de ocupación. Este control garantiza un clima interior adecuado y saludable, ajustándose a condiciones óptimas. 

Ya están precertificados los tres hospitales de la Red de Salud Maule

Energías Renovables No Convencionales, eficiencia energética en el diseño de la envolvente térmica, así como en los sistemas de climatización, ventilación e iluminación, son algunas de las estrategias de sustentabilidad de los tres recintos que ya pasaron la etapa de precertificación. 

A menos de un año de su ingreso al sistema de Certificación CES, los hospitales de Constitución, Cauquenes y Parral, obtuvieron su precertificación con muy buenos puntajes: 65,5, 63,0 y 62,5, respectivamente.

Con el diseño del estudio luis vidal + arquitectos y la asesoría CES de b-green, los tres hospitales han aplicado criterios de sustentabilidad consistentes, destacando la implementación de Energías Renovables No Convencionales, la eficiencia energética en el diseño de la envolvente térmica, así como en los sistemas de climatización, ventilación e iluminación, como cuenta Nathalie Jaimes, coordinadora de Proyectos de b-green.

Es así como los tres hospitales estarán equipados con sistemas de colectores solares que contribuyen con un 45 % a la producción de Agua Caliente Sanitaria (ACS) en sus instalaciones.

“También se ha optimizado el uso del agua mediante la selección de artefactos sanitarios, griferías, paisajismo y sistemas de riego de bajo consumo. En cuanto a los materiales, se ha considerado la reutilización y el reciclaje de los residuos generados tanto en la etapa de construcción como en la de operación. Además, el acero utilizado en el sistema estructural de los edificios proviene de productores sostenibles”, precisa la profesional.

Asimismo, las estrategias de diseño han abordado aspectos clave para asegurar el confort de los usuarios. “Se ha garantizado un óptimo confort visual pasivo mediante una adecuada aportación de luz natural, así como un buen confort acústico a través de la configuración de los elementos constructivos interiores y exteriores. La calidad del aire será óptima gracias al diseño de ventanas operables y un sistema mecánico de inyección de aire exterior, equipado con filtros de alta eficiencia. Estos elementos, junto con los parámetros de diseño de climatización, aseguran también el confort térmico de los usuarios”, añade.

Desafíos particulares

Hospital de Constitución.

Si bien el nivel de dificultad en la integración de estrategias CES fue equivalente para los tres recintos hospitalarios, “podría considerarse que en el Hospital de Constitución fue más desafiante lograr el cumplimiento del aporte de luz natural, atribuyendo esto a las condiciones de emplazamiento y orientación”, afirma Jaimes.

Esto llevó a que el análisis iterativo del diseño de fachada fuese más exhaustivo, “buscando dar respuesta a soluciones que no afectaran la coherencia del lenguaje arquitectónico, pero que sobre todo, otorgaran la mayor uniformidad posible y el cumplimiento de las condiciones mínimas que permitieran el máximo aprovechamiento de la luz natural”, dice.

Para el sistema de control solar, éste se priorizó a través de la selección de cristales con propiedades adecuadas. “Complementario a esto y al diseño retranqueado de ventanas de los paramentos de fachadas, se incorporaron elementos de protección solar adicionales en función de la ubicación y la orientación”, específica la profesional.

Así, en el Hospital de Cauquenes, “se han diseñado celosías horizontales en la fachada norte para reducir la incidencia solar, especialmente en las áreas de hospitalización, igual que en los hospitales de Parral y Constitución, en los que adicionalmente se disponen lamas verticales en las fachadas este y oeste. Adicionalmente, en el Hospital de Constitución se han considerado mallas microperforadas para reducir la exposición solar en los tramos de muro cortina”, asegura.

Hospital de Cauquenes.

Por último, Nathalie Jaimes cuenta que la reducción del consumo en iluminación se generará mediante la instalación de dispositivos LED en el 100% de las instalaciones. Los hospitales contarán con un sistema de control centralizado con opciones de configuración de programación y ajuste teniendo en cuenta factores como la ocupación y las horas del día. 

“El sistema, además, contempla la instalación de sensores de presencia, movimiento y de regulación de la intensidad de la luz. Cabe destacar que se ha desarrollado un plan de gestión y mantenimiento de las instalaciones, por lo que las auditorías periódicas del consumo energético, permitirán evaluar el comportamiento del sistema identificando áreas de mejora y ajustes según sea necesario”, sostiene.

Hospital de Parral.

La madera en la ingeniería estructural

Por Jorge Tobar Palma, ingeniero civil estructural de la U. Chile, C.E.O CLANN INGENIEROS, director de AICE

Como ingeniero civil estructural y director de la Asociación de Ingenieros Civiles Estructurales (AICE), así como integrante del Subcomité de Madera, he tenido la oportunidad de observar de cerca la evolución de la madera, tanto desde un punto de vista estructural como medioambiental. El diseño con madera ha ganado popularidad en los últimos años debido a sus múltiples ventajas, como la disminución de la huella de carbono de las edificaciones; pero también es fundamental asegurarse de que cumple con las normativas vigentes para garantizar la seguridad y la eficiencia de las estructuras.

Cumplimiento normativo

La madera, al igual que cualquier otro material de construcción, debe cumplir con estrictas normativas para ser utilizada de manera segura en proyectos estructurales. En Chile, las normativas que regulan el uso de la madera en la construcción se encuentran detalladas en la Norma Chilena NCh1198, la cual establece los requisitos que deben cumplir las estructuras de madera en cuanto a diseño, materiales, ejecución y mantenimiento.

El diseño con madera debe considerar aspectos como la resistencia a la carga, el comportamiento ante el fuego y la durabilidad frente a factores ambientales. Es crucial que los ingenieros estructurales realicen un análisis exhaustivo y utilicen métodos de diseño avanzados, como el análisis por elementos finitos, para asegurar que las estructuras cumplan con los estándares de seguridad y eficiencia.

Beneficios del diseño con madera

  1. Sostenibilidad: La madera es un material renovable y su uso en la construcción contribuye a la reducción de la huella de carbono. La gestión sostenible de los bosques garantiza un suministro constante de este recurso.
  2. Rapidez de construcción: Las estructuras de madera suelen ser más rápidas de montar en comparación con otros materiales, lo que puede resultar en una reducción significativa de los tiempos de construcción.
  3. Aislamiento térmico y acústico: La madera posee propiedades de aislamiento térmico y acústico, lo que mejoran la eficiencia energética y el confort en los edificios.

Restricciones y desafíos

  1. Resistencia al fuego: Aunque la madera es combustible, los avances en tratamientos ignífugos y diseños estructurales han mejorado su comportamiento ante el fuego. Sin embargo, sigue siendo un aspecto crítico a considerar en el diseño.
  2. Durabilidad: La madera es susceptible a la degradación por humedad, insectos y hongos. Es necesario implementar medidas de protección, como tratamientos químicos y diseños que minimicen la exposición a la humedad.
  3. Normativas y conocimientos técnicos: La adopción de la madera en la construcción requiere un conocimiento especializado y una correcta interpretación y aplicación de las normativas vigentes. La formación continua y la actualización de los profesionales del sector son fundamentales.

En conclusión, el diseño con madera representa una opción viable y sostenible para la construcción de estructuras. Su adecuada implementación requiere el cumplimiento de estrictas normativas y una comprensión profunda de sus propiedades y limitaciones. Como ingenieros estructurales, debemos seguir investigando y desarrollando técnicas que permitan aprovechar al máximo los beneficios de la madera, garantizando, al mismo tiempo, la seguridad y durabilidad de las estructuras. Desde esa perspectiva, tenemos la certeza de que las estructuras mixtas deberían ser el punto de partida en un país sísmico como Chile.

Aislación sísmica y sustentabilidad en un edificio universitario

Con un sistema de aislación sísmica que genera una estructura suspendida y una planta fotovoltaica que incluye paneles BIPV, se certificó este 2024 el edificio UTA Industrial Campus Saucache.

A simple vista, dos son los elementos que llaman la atención del edificio de Ingeniería Industrial de la Universidad de Tarapacá, en el Campus Saucache de Arica: los paneles solares de su fachada y los aisladores sísmicos.

Con un nivel destacado y un puntaje de 57, este edificio se certificó en enero de este año, con el diseño arquitectónico de Marsino Arquitectos, el cálculo estructural de Claudio Hinojosa, la asesoría CES de Francisco González, en tanto que el CIAES UCN actuó como Entidad Evaluadora.

“Este edificio se concibe como un prototipo, un módulo repetitivo, resiliente y sustentable. Su diseño de planta libre permite una flexibilidad total de usos. Los volúmenes aislados del primer piso se adaptan fácilmente al programa y al terreno donde se emplacen”, cuenta el arquitecto Francisco González.

El especialista comenta que este la fachada del edificio se ha concebido como un soporte para la generación de energía renovable, incorporando aleros fotovoltaicos y una doble piel de paneles perforados para la protección solar, con un fuerte énfasis en mejorar las condiciones de habitabilidad y confort interior.

“Las amplias superficies vidriadas de la fachada buscan maximizar la iluminación y ventilación natural de los recintos docentes y oficinas, reforzando la relación visual entre los usuarios y el campus”, añade.

En tanto, el núcleo del edificio actúa como un canal de ventilación natural forzada, permitiendo la ventilación cruzada del interior de los recintos y cumpliendo con los requerimientos de ventilación natural. Los pisos 2, 3 y 4 están suspendidos del suelo, mientras que el nivel superior del núcleo vertical de circulación se abre hacia el exterior para lograr el efecto chimenea de ventilación.

“Los sistemas activos del edificio incluyen climatización de expansión directa tipo VRF y unidades interiores tipo cassette en oficinas y laboratorios de computación. Además, se han incorporado artefactos sanitarios de bajo consumo, luminarias eficientes y equipamiento para un manejo adecuado de residuos durante la operación”, especifica González.

La planta fotovoltaica de este edificio consiste en lo diferenciador, como señala el asesor CES, “en paneles fotovoltaicos de última tecnología Bifaciales, PERC, Monocristalinos, de doble vidrio, y sin marcos, que además tienen el grado de “Integración de Fotovoltaica del Edificio” (BIPV, por us siglas en inglés), que no solo hacen un aporte energético al edificio, sino que también les permite ser parte de los elementos constructivos del mismo”.

Como paneles BIPV, en este proyecto se instalaron como aleros del edificio, en cada piso y en las cuatro caras, lo que les permite reducir la cantidad de radiación solar que ingresa por las ventanas y, a su vez, no bloquear totalmente el paso de luz. 

“Los paneles tradicionales tienen una lámina trasera de PVC blanca que no permite que pase la luz ni se vean claramente las celdas; sin embargo, en este proyecto se consideró este panel tipo vidrio-celda-vidrio, que permite pasar la luz entre los espacios que hay entre celda y celda, para que los usuarios tengan cierto grado de luminosidad natural y así también poder visualizar las celdas fotovoltaicas desde el interior del edificio”, detalla el profesional.

Asimismo, el edificio cuenta con un sistema de aislación sísmica generando una estructura suspendida, compuesta por un sistema ortogonal de pilares y vigas que convergen en una base estructural diagonal. 

UTA INDUSTRIAL_CORTE.
UTA INDUSTRIAL_PLANTA TIPO.

MOP desarrollará nueva política de sustentabilidad

El Ministerio de Obras Públicas (MOP) dio inicio al desarrollo de la nueva política de sustentabilidad de la cartera, en un encuentro encabezado por la ministra de Obras Públicas, Jessica López, y el ministro de Medio Ambiente (s), Maximiano Proaño.

Según las autoridades, el objetivo de esta nueva política es avanzar en forma integral en diversas dimensiones de la sustentabilidad -ambiental, económica, social e institucional-, contribuyendo en términos de equidad e inclusión, con enfoque transversal de género y transparencia, acorde a los desafíos que plantea la crisis climática y de biodiversidad. La idea -se explicó- es ser congruente con la normativa y directrices de sustentabilidad, contando con herramientas de cuantificación, seguimiento y verificación.

En la reunión se planteó además que se quiere lograr la implementación y monitoreo de la sustentabilidad del MOP, tanto en su gestión interna como en la ejecución de edificación e infraestructura pública y gestión hídrica.

Al respecto, la ministra de Obras Públicas, Jessica López, afirmó que “la actual política ambiental del Ministerio fue aprobada en 2016, por lo que una serie de nuevos criterios de sustentabilidad y de indicadores para su medición y seguimiento deben ser recogidos. Por esa razón, estamos comenzado el desarrollo de una nueva Política de Sustentabilidad, que sea transversal a todo el ministerio y que integre al mundo de la construcción, a las universidades y a organizaciones no gubernamentales. Este es uno de los focos fundamentales de nuestra gestión, en la que tenemos como prioridad proyectar obras que recojan los desafíos del cambio climático”.

De esta manera, se podrán establecer criterios que permitan minimizar los impactos ambientales, económicos y sociales, contando con indicadores para su seguimiento, con el objetivo de contribuir a un desarrollo armónico y equilibrado con el medio ambiente, con beneficios en eficiencia y eficacia operativa.

En el marco de esta política, las autoridades anunciaron que se realizarán talleres donde los diversos actores participarán con sus miradas.

A la firma de este compromiso por la sustentabilidad concurrieron los ministros de Obras Públicas y de Medio Ambiente, junto a los directores generales de Obras Públicas, Concesiones y Aguas del MOP, junto con los directores nacionales de Obras Portuarias, la Fiscalía Nacional, de Contabilidad y Finanzas, Vialidad, Obras Hidráulicas, Planeamiento, Instituto Nacional de Hidráulica y el presidente del Cosoc del ministerio. A ellos se suman los representantes de la Cámara Chilena de la Construcción; el Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), de la Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería; el Banco Interamericano de Desarrollo; Open Contracting Partnership; el Observatorio del Gasto Fiscal y Construye2025.

Fuente: CPI

Se lanza innovadora plataforma para elaborar pasaportes de materiales

El Pasaporte de Materiales y Activos Sostenibles P+ fue lanzado de manera oficial a través de una actividad online que contó con la participación de más de 180 asistentes. Consiste en una plataforma tecnológica innovadora y pionera a nivel nacional y latinoamericano, cuyo objetivo es la elaboración de pasaportes de materiales y bienes inmuebles, basados en información verificada que sustente atributos de circularidad, impactos ambientales y toxicidad de todos los materiales, productos y componentes de una edificación, convirtiéndose en un gran inventario para los actores del ecosistema y brindando información detallada que apoyará la gestión sustentable de los activos inmobiliarios.

Esta información permite realizar cálculos y generar indicadores e informes, que además de dar valor al uso actual del producto o bien evaluado, ayuda a visualizar su potencial de valorización apoyando así un enfoque holístico de la gestión sostenible.

Esta iniciativa, pionera e innovadora a nivel nacional y regional, es desarrollada y gestionada por Chile Green Building Council (Chile GBC) y el Centro Tecnológico para la Innovación en Construcción (CTEC), ambas organizaciones sin fines de lucro y especialistas en promover el desarrollo sostenible e innovación en el sector construcción.

María Fernanda Aguirre, directora ejecutiva de Chile GBC, señala que “el propósito del pasaporte es comunicar atributos de sustentabilidad en materiales y edificios, promoviendo y fomentando la regeneración, preservación de recursos no renovables, reducción de emisiones y transparencia de componentes químicos potencialmente dañinos, reduciendo así el daño ambiental y la huella social en el entorno construido”.

Asimismo, es un recurso importante para recopilar información relevante para la elaboración de políticas públicas y la fijación de metas en el marco de los compromisos de adaptación, mitigación y resiliencia al cambio climático.

“Entre sus beneficios, incluye indicadores de desempeño de impacto ambiental en la etapa de producto del ciclo de vida de acuerdo con EN 15804 y EN 15978, y la construcción de una línea base de carbono incorporada para materiales y productos con la colaboración de la plataforma EC3 del Carbon Leadership Forum, que también estará vinculada a elementos BIM. Todo esto permitirá la gestión de impactos a través de estrategias de reducción y la comparabilidad basada en la intensidad de carbono”, añade María Fernanda Aguirre.

Por su parte, Natalia Reyes, jefe de Sustentabilidad del CTEC, señala que “a nivel de activos la Plataforma de Pasaporte de Materiales (P+), registra información de cada uno de los materiales y productos que integran sus distintas partidas, así como también, su respectiva cubicación. Donde, para comparabilidad de los resultados asociados a distintas tipologías de edificios, se utilizó un formato de estandarización denominado Master Format CSI. Luego, por cada material o producto ingresado se consulta por la disponibilidad o no de pasaporte y su código correspondiente, con la finalidad de reconocer internamente indicadores de sustentabilidad, toxicidad y circularidad, plasmando de esta forma, data agregada asociada al edificio Igualmente se está trabajando en un dashboard el cual podrá exhibir gráficas de desempeño de forma más interactiva que el PDF exportado, asociada a la aplicación de filtros de elementos constructivos de modelos 3D aplicables”.

P+ es una iniciativa que contribuye al desarrollo e implementación de modelos de circularidad de ciclo de vida completo que favorecen una economía baja en carbono y eficiente en recursos, al tiempo que cuidan la salud de las personas, y se espera que impulse iniciativas similares en otros países de América Latina.

En este sentido, María Fernanda Aguirre, señala que uno de los principales valores para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible, tiene que ver con las alianzas y, por lo tanto, el apoyo de la industria en toda su cadena de valor es fundamental.

“Invitamos a todas las empresas proveedoras de materiales, como también a los desarrolladores de infraestructura y de activos inmobiliarios, tanto del sector público como privado, a conocer y sumarse a la plataforma P+, para que puedan medir y cuantificar sus impactos ambientales en términos de sustentabilidad, circularidad y toxicidad, y también para que puedan proveer data de valor a la industria que nos permita cumplir con los objetivos que tenemos planteados como país al 2050”.

En esta misma línea, Natalia Reyes, señala que la Plataforma de Pasaporte de Materiales (P+), fue diseñada contemplado una  arquitectura que modular, flexible, escalable y conectada, esto quiere decir que integra módulos de información que pueden ser ampliados y escalados, para integrar en el futuro otros atributos e indicadores que se consideren relevantes para la transparencia y sustentabilidad de la industria, así como también para apoyar estrategias o iniciativas públicas y/o privadas en la materia. De igual manera, la Plataforma P+ se concibe como un desarrollo cuyo valor aumenta al vincularse con plataformas sinérgicas, motivo por el cual, se ha definido una línea de trabajo interna orientada a establecer alianzas con organizaciones claves, con las cuales fortalecerse recíprocamente, tales como EC3 – de Carbon Leadership Forum, Catálogo BIM – de Catálogo Arquitectura y Plataforma Industria Circular.

En definitiva, la implementación de esta plataforma tendrá un impacto positivo en el sector, al incrementar o mantener el valor de los materiales, productos y componentes de construcción a lo largo del tiempo; facilitando que desarrolladores seleccionen materiales de construcción circulares, sostenibles y saludables; promoviendo el diseño con materiales más sustentables y circulares; facilitando la trazabilidad del flujo de materiales de construcción en un activo inmobiliario; disponibilizando información ambiental de productos y materiales de construcción; fomentando los incentivos y garantías para materiales secundarios y las compras sustentables, y facilitando la logística inversa o devolución de productos, materiales y componentes, cerrando ciclos, y fomentando de esta manera una construcción más consciente con el medio ambiente y en sintonía con el desafío país de avanzar hacia la carbono neutralidad.

Cabe indicar que P+ es un proyecto cuenta con el apoyo de reconocidas empresas nacionales como AZA Acero, Grupo Cintac, Volcán y Falabella Inmobiliario.

CTEC lanzó Construye Zero, programa que busca hacer frente a la crisis climática

El lanzamiento se desarrolló durante dos jornadas, y contó con la participación de más de 450 asistentes, junto a expertos del País Vasco y de UK.

Con una invitación a sumarse al cambio del modelo productivo en la industria de la construcción nacional, CTEC lanzó este 19 y 20 de abril el Programa Tecnológico Construye Zero, el cual contó con la participación de más de 450 asistentes en ambas jornadas.

Chile es un país altamente vulnerable a la crisis climática, lo que está desencadenando un proceso de cambios importantes en lo que respecta al modo de vivir en sociedad y a la relación e interacción con el medio ambiente. Bajo este contexto se lanza Construye Zero, programa liderado por CTEC y co-financiado por Corfo, que busca impulsar el desarrollo y transferencia de soluciones tecnológicas y sustentables que permitan acortar brechas asociadas a la productividad y eficiencia de recursos, con el objetivo de contribuir a enfrentar la crisis climática.

En palabras de Carolina Briones, directora ejecutiva de CTEC “Construye Zero, busca ser una punta de lanza, una flecha movilizadora de energía que nos saque de la inercia y nos abra caminos. Caminos con ejemplos concretos, que aceleren el cambio cultural, el modo de pensar y actuar, y no sólo de las próximas generaciones, por qué no, iniciando con todos nosotros los presentes”.

La iniciativa contempla un portafolio con 10 proyectos que consideran tecnologías de adaptación ante el cambio climático denominados TACC, y cuenta con la participación de empresas, universidades y asociaciones gremiales como la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT) de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de Estructuras y Materiales (IDIEM) de la Universidad de Chile, la Universidad de Santiago de Chile (USACH), ACCIONA, Echeverría Izquierdo, Melón, INVES, CINTAC, Revaloriza, Recylink, VerdeActivo, WatGen y Kaptus.

Paula Urenda, gerente general de la CChC indicó durante la primera jornada “El cambio climático sin duda está modificando la manera en que estamos habitando nuestras ciudades y representa un enorme desafío a escala global. Satisfacer las necesidades de acceso a la vivienda y aportar al logro de ciudades más sostenibles y a su vez responder al cambio climático, claramente son desafíos muy importantes para el sector de la construcción. Necesitamos avanzar en productividad y sostenibilidad ambiental, y la construcción tiene una oportunidad de protagonizar, tanto los procesos de adaptación y resiliencia de las ciudades, como también la mitigación de las emisiones”. 

Construye Zero, con una mirada a tres años busca generar un impacto en el sector como elevar los estándares que se requieren para dar cumplimiento al compromiso de carbono neutralidad al 2050, con un impulso en el desarrollo y masificación de nuevas metodologías colaborativas y tecnologías digitales; junto a la reconfiguración de nuevos modelos de negocio, todo esto con el potencial de dar un nuevo impulso al rubro que ha perdido dinamismo.

La directora de Innovación de la U. de Chile, Anahí Urquiza, una de las expositoras del lanzamiento destacó la importancia de este proyecto para la Casa de Bello. “Este proyecto es tremendamente importante para nosotros como Universidad porque nos permite acoger una colaboración entre diferentes instituciones de educación superior, el sector privado y el sector público, para abordar uno de los grandes desafíos que tenemos hoy día: cómo avanzar y dar un salto significativo en la construcción para lograr que sea sustentable, para reducir las emisiones, para avanzar en economía circular y al mismo tiempo, para lograr que podamos solucionar los problemas y las necesidades que tiene nuestra población”.

“Quiero destacar el tipo de instituciones que este programa ha logrado convocar, hay una pluralidad de empresas que suelen competir, sin embargo, acá se juntaron para abordar una problemática en común. Y esta problemática, es la que originó el Programa Tecnológico de Transformación Productiva ante el Cambio Climático del cual Construye Zero es parte”, señaló durante la jornada Fernando Hentzchel, gerente de Capacidades Tecnológicas de Corfo. 

El programa contempla proyectos que permiten medir y monitorear las distintas soluciones que forman parte de Construye Zero, como es el caso de las plataformas que permiten la integración y gestión de información tales como el Pasaporte de Materiales P+, el Gemelo Digital y la Plataforma de optimización en eficiencia energética. Por otro lado, señala Daniela Vásquez, gerente general de Construye Zero “se desarrollará un laboratorio de resiliencia de los materiales de construcción, así como también, un módulo sin emisiones, fachadas prefabricadas industrializadas, impresión 3D con mezclas que consideran reutilización de productos locales, además de testeo y aprendizaje relativos a soluciones constructivas prefabricadas de hormigón y madera. Finalmente, con el objetivo de lograr autonomía energética en viviendas, existe un proyecto que considera el prototipado y validación de un módulo de generación fotovoltaica off-grid”.

Para conocer más detalles sobre los proyectos pueden ingresar en: