Despegue sostenible: Los nuevos requerimientos de agua en CES Aeropuertos

Desde sistemas de reciclaje de aguas grises hasta paisajismo xerófilo: la certificación impulsa estrategias innovadoras para la optimización del recurso hídrico, sentando las bases para futuras expansiones.

El estudio de agua realizado para aeropuertos por la Certificación Edificio Sustentable (CES) se traduce en una exhaustiva propuesta que define una estrategia a largo plazo para este sector, con posibilidades de expansión a otras versiones de CES. 

“Esta revisión no solo busca mejorar los requerimientos actuales de la v1.1 y adaptarlos al uso aeroportuario, sino que incorpora la experiencia nacional e internacional, una vasta bibliografía y un estudio de normativa para establecer nuevos requisitos de agua para aeropuertos”, comenta la arquitecta de CES Romy Luckeheide.

Nuevos requerimientos que marcan la pauta

Como explica la profesional, “la gran novedad en esta propuesta son los nuevos requerimientos, que amplían significativamente las posibilidades para la captación y reutilización de agua”. Estos elementos definen el camino para una gestión hídrica más resiliente y estratégica, y se estructuran en diversas alternativas:

  • Sistemas de captación y reutilización de agua:
    • Reutilización de aguas grises o de precipitaciones para uso sanitario: Se promueve el apoyo al consumo de agua sanitaria mediante el reciclaje de aguas grises o la recolección de aguas de precipitaciones. Esto incluye la implementación de sistemas avanzados para el tratamiento y reutilización de aguas, como Filtros de membrana (Ultrafiltración) o Biorreactores de membrana (MBR). El diseño debe garantizar que el agua tratada cumpla con los estándares de calidad.
    • Sistemas de riego eficiente con reutilización de aguas grises o precipitaciones.
    • Uso de agua reciclada en operaciones aeroportuarias.
  • Estrategias para diferentes usos:
    • Se reconoce el esfuerzo de proyectos que instalen sistemas de agua sanitarios con planta de tratamiento in situ para permitir la reutilización de aguas grises y negras para fines no potables.
    • Se promueve la captura de agua adaptada a la diversidad meteorológica de Chile (sistemas históricos o nuevas tecnologías) para uso sanitario, paisaje u otros.
  • Consumo de agua de las torres de refrigeración: Un criterio que busca optimizar el uso del agua en sistemas de refrigeración, controlando los niveles de microorganismos, corrosión y formación de escamas.
  • Paisajismo xerófilo: Un enfoque sistemático para promover la conservación del agua en áreas de paisajismo, valorando a los proyectos que logren esta catalogación mediante la selección de especies endémicas o adaptadas.
  • Uso de aguas desalinizadas: Se valora la incorporación de plantas desalinizadoras y el uso de agua desalinizada en operaciones aeroportuarias en zonas litorales, con niveles de implementación según el porcentaje utilizado.

Ajustes de enfoque y metodología: Actualizaciones

Las actualizaciones en los requerimientos existentes están enfocadas en la precisión metodológica y la adaptación al contexto aeroportuario:

  • Reducción de consumo de agua potable: Se introduce un nuevo concepto de zonas de precipitación, debido a que no en todos los casos coinciden con las zonas climáticas.
  • Metodología de reducción de agua potable-sistemas: Se mantiene lo establecido en la versión 1.1, pero se ajustan los usuarios para el contexto aeroportuario. Se definió una nueva jornada de ocupación para los pasajeros, considerándolos con un tiempo de estancia similar a los usuarios transitorios, pero con un comportamiento similar a los de media jornada.
  • Requerimiento de paisaje: Se complementa la información con la definición de factores clave como el Coeficiente de paisajismo, el Factor de especie, el Factor de densidad y el Factor de microclima. Esto facilita el cálculo de evapotranspiración para el caso de referencia y el propuesto, y se agregan más tipos de riego y sus eficiencias.

Lo que permanece en la versión 1.1

Finalmente, se mantiene un requerimiento clave que refuerza la calidad del agua y la infraestructura: la dureza del agua. En este punto se mantiene la exigencia de instalación de sistemas de tratamiento para remoción de la dureza del agua.

“Esta reformulación de los requerimientos de agua para aeropuertos consolida a CES como una herramienta fundamental para la construcción sustentable en Chile, impulsando a la infraestructura aeroportuaria hacia estándares de gestión hídrica de clase mundial”, concluye Romy Luckeheide.

Certificación CES Aeropuertos presenta cambios clave enfocados en la huella de carbono 

La nueva versión de la certificación incorpora una categoría dedicada a las emisiones de carbono, con tres nuevos requerimientos voluntarios que permiten evaluar el ciclo de vida completo de las edificaciones aeroportuarias y su gestión operativa.

Una nueva versión de la certificación CES para aeropuertos plantea significativos cambios, particularmente relacionados con la medición de la huella de carbono. A diferencia de versiones anteriores, donde las emisiones se consideraban dentro de la categoría de energía, la actualización propone una categoría especial y exclusiva para las emisiones de CO2 equivalente.

El jefe de CES, Hernán Madrid, explica que esta nueva categoría incorpora un sistema de puntaje máximo de 10 puntos, el cual es totalmente nuevo y está compuesto por tres requerimientos voluntarios.

  1. Huella de carbono de la operación del edificio: Este requerimiento se enfoca en las emisiones asociadas directamente al consumo de energía producto de la operación del edificio. Es el mismo que se ha utilizado desde 2023 en la versión CES Edificios v1.1 y para los reportes de bonos verdes.
  2. Huella de carbono contenida del edificio: Se introduce un requerimiento nuevo que considera la huella de carbono de los materiales y el proceso constructivo. Al sumar la huella de carbono contenida con la de la operación, es posible obtener la huella de carbono del ciclo completo de la edificación, abarcando su diseño, construcción y operación. Según el documento, este segundo requerimiento se enfoca en la huella de carbono contenida.
  3. Integración con ACIAirport Carbon Accreditation (ACA): Un tercer requerimiento está asociado a la integración con la certificación internacional ACA, del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI). Este requerimiento permite el reconocimiento de las mediciones de emisiones relacionadas con la gestión y operación general del aeropuerto.

“Hay un reconocimiento de la medición de las emisiones que tiene que ver con la operación y gestión del aeropuerto en términos generales”, señala Madrid. Esta medición va más allá de los edificios e incluye las emisiones de elementos como tiendas, restaurantes, vehículos internos, e incluso, el combustible de los aviones.

“Estos criterios están más en sintonía con la operación general aeroportuaria, mucho más allá del edificio”, menciona Madrid, agregando que esta nueva mirada constituye un reconocimiento para los aeropuertos que ya trabajan con esta certificación internacional.

Economía circular: nuevos requerimientos para aeropuertos sustentables

La Certificación de Edificio Sustentable (CES) da un paso clave con la incorporación de una nueva categoría de Economía Circular en su versión para aeropuertos, marcando un antes y un después en la construcción sustentable del país.

La construcción sustentable en Chile alcanza nuevas alturas con los nuevos requerimientos de la Certificación Edificios Sustentables (CES) para aeropuertos, que integra un enfoque pionero en economía circular. En palabras del jefe de CES, Hernán Madrid, esta actualización da un paso adelante por sobre los criterios tradicionales, abarcando desde los materiales hasta el diseño y la gestión de residuos.

“Entre los principales cambios para la versión de aeropuertos se cuenta una categoría especial, llamada economía circular, materiales y residuos“, afirma Madrid. Este hito representa una evolución relevante, transitando “de la lógica que teníamos anteriormente de solo materiales y solo residuos en requerimientos por separado a una lógica completa de economía circular, con requerimientos para materiales sustentables, requerimientos de diseño modular y requerimientos de gestión de residuos. Todo eso en esta categoría de economía circular”.

Materiales sustentables en el foco
Uno de los pilares de esta nueva categoría es el estándar en torno a los materiales. Se introduce un requerimiento específico para la incorporación de Declaraciones Ambientales de Producto (DAP), que evalúan el desempeño ambiental de los productos de construcción. 

Otra importante novedad es el establecimiento de “un requisito completamente nuevo para materiales sustentables que promueve el uso de materiales no virgenes y/o de origen renovable”, precisa Madrid.

Mejorar y ampliar la gestión de residuos
Entre los nuevos requerimientos, la gestión de residuos también experimenta una actualización significativa. Si bien ya existían medidas de control y mitigación durante la construcción, estas se amplían para incluir “mayores condiciones, mayores medidas de control y más seguimiento específico durante la etapa de construcción”, señala el jefe de CES.

Asimismo, se optimiza la declaración de la generación de residuos, estableciendo diferencias por categorías. El plan de gestión de residuos evoluciona a un requisito obligatorio, y se fortalece al incorporar más elementos de la norma chilena de gestión de residuos NCh3562, exigiendo que se aborde completo, incluso un requerimiento transitorio para regiones que no cuenten con espacios de disposición final autorizados. Adicionalmente, se eleva el estándar al requerimiento voluntario la separación, control y reciclaje de residuos durante la fase de construcción.

Diseño modular: el futuro de la construcción

Un elemento completamente innovador, y que justifica la ampliación hacia el concepto de economía circular, es la introducción de un requerimiento de diseño modular. Este nuevo criterio no solo introduce la idea de un “diseño modular como concepto”, sino que también exige “criterios específicos de diseño modular y un plan de desmontaje”, tal como detalla Hernán Madrid.

Lo anterior implica la incorporación de:

  • Una cuadrícula modular espacial y estructural para el diseño del edificio, fomentando la construcción en base a módulos y dimensionamiento estándar.
  • Criterios de compatibilidad entre los sistemas de estructura, revestimientos, instalaciones y componentes arquitectónicos, con el fin de facilitar el ensamblaje y desmontaje futuro.
  • Estrategias de modularidad funcional que promueven el uso de elementos prefabricados o preensamblados, optimizando el transporte, mantenimiento y desmontaje.

CES trabaja para equiparar el sistema con los cambios a la Reglamentación Térmica 

A través de especialistas del Comité Directivo, las Entidades Evaluadores y Asesores CES, se inició el trabajo que le permitirá adecuar los requerimientos a la actualización de la Reglamentación Térmica, que será obligatoria a partir del próximo año.

La actualización de la Reglamentación Térmica ha traído una serie de modificaciones en distintos ámbitos. De hecho, el equipo de Certificación Edificio Sustentable ya trabaja en un Comité Técnico que “responde a la necesidad de revisar, evaluar e incorporar los impactos que tiene la actualización de la ordenanza en los aspectos de la reglamentación térmica, que incluye un alcance para edificios de uso educación, salud y hoteles”, según cuenta Hernán Madrid, jefe de CES.

A esta instancia están convocados actores de distintas instituciones relevantes. Por ejemplo, desde el Comité Directivo CES, han estado participando la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas, el Colegio de Arquitectos, y desde los Comités Consultivos, los ministerios de Salud, Educación, Desarrollo Social y el ChileGBC más la Dirección de Aeropuertos del MOP, representantes de las Entidades Evaluadoras activas y asesores CES. 

“Hemos tenido entre 20 y 25 participantes en cada sesión y prevemos que este comité será acotado en su desarrollo, porque tiene que abordar aspectos específicos, y una vez que se cubra eso, el Comité termina su función al entregar los lineamientos y los ajustes de los requerimientos que tendremos en virtud de la Ordenanza de Urbanismo y Construcciones (OGUC) que entra en vigor el próximo año”, comenta Madrid.

Así, se han detectado diferencias en puntos como la zonificación térmica, el requerimiento mínimo para la envolvente, ventilaciones, condensación e infiltración de aire, elementos que requieren ser ajustados dentro del modelo de certificación, para que esté en sintonía con la nueva reglamentación térmica que se incluye en la OGUC.

“Dentro de los objetivos principales ha sido poder acordar con el comité técnico qué haremos con respecto a un primer punto que es la zonificación térmica y/o climática que usamos actualmente en CES. Un segundo punto es respecto a los requerimientos mínimos de la envolvente, que será una exigencia sólo para salud, educación y hoteles, y si eso es o no extensible a otros usos de edificios que se están actualmente certificando. Un tercer punto es las condiciones de ventilación que se incorporan, un cuarto punto está asociado a las condiciones de evaluación de condensación y un quinto punto está relacionado con infiltración de aire, que será uno de los cambios más importantes del sistema de certificación para adecuarse a lo que exigirá la ordenanza”, explica el ingeniero.

Hasta el momento, el Comité ha tenido cinco sesiones, y los principales acuerdos han sido: primero, respecto a la zonificación térmica versus climática, con el acuerdo de cambiar el uso de todos los sistemas de certificación de las actuales zonas climáticas a las zonas térmicas. “Esto es un acuerdo preliminar, porque Ministerio de Obras Públicas pidió la opción de presentar algún estudio adicional que permita reevaluar la consideración de las zonas climáticas, pero en principio el acuerdo es que lo cambien a las zonas térmicas”, añade Madrid.

Y un segundo acuerdo tiene que ver con el requerimiento mínimo obligatorio que la Ordenanza establece para la envolvente de los edificios, que aplica únicamente a salud, educación y hoteles. “En ese sentido, el acuerdo ha sido que hagamos extensivos los requerimientos a todos los usos de edificios, considerando que, por supuesto salud, educación y hoteles es obligatorio, y para los otros usos que no es obligatorio, la exigencia se transforme en que usemos esos valores de referencia para el modelo de simulación dinámica de demanda, consumo de energía y también confort térmico pasivo, y el requerimiento obligatorio sea una pequeña reducción respecto a ese modelo con esas condiciones, y la estructura del requerimiento que se mantenga igual a la que tenemos hasta al día de hoy. Esos niveles, vamos a tener que ajustarlos y, probablemente, tengamos que hacer un estudio para definirlos”, comenta el jefe de CES.

En términos de condensación, el acuerdo fue en que ésta será la mínima reglamentaria para salud, educación y hoteles, que solicitará la Ordenanza, pero también hacerlo extensible para cualquier tipo de edificio que tenga aislación por el interior y para el caso de uso deportes y, particularmente, en el caso de las piscinas temperadas. 

De esta manera, se espera que este comité técnico finalice a más tardar en enero de 2025.

Ya está inscrito el primer proyecto con la versión 1.1 del Manual CES

Se trata del proyecto Ampliación Centro de Reinserción Social Talca, del GORE Maule, diseñado por Ango Arquitectura y asesorado por Matías Yachán de E3, quien destaca el énfasis en la medición e información de los RCD, así como en el plan de gestión de residuos.

A partir del 1 de abril de 2023, los proyectos inscritos en CES tienen la obligatoriedad de utilizar el Manual CES 1.1, disponible a partir de enero de este año. Así, el proyecto Ampliación Centro de Reinserción Social Talca se convirtió en el primero en inscribirse bajo la metodología actualizada. Este tiene por mandante al GORE Maule, fue diseñado por Ango Arquitectura, su asesor CES es Matías Yachán y tiene por Unidad Técnica a la Dirección Regional de Arquitectura del Maule.

El ingeniero asociado de E3, Matías Yachán, explica que el principio de mejora continua es un desafío que los identifica como empresa, y puso sobre la mesa “la necesidad de apoyar los esfuerzos realizados en la actualización del Manual CES a su versión 1.1, y, a su vez, en la importancia de cuantificar y comenzar a exigir esfuerzos asociados a la gestión ambientalmente responsable de los residuos de la construcción y demolición (RCD)”. 

En ese sentido, “la nueva versión del manual CES le entrega mayor responsabilidad a la constructora en cuantificar y reportar sus residuos en etapa de construcción. A diferencia de la versión 1, cuando se diseñó hace 12 años atrás, el concepto de análisis de ciclo de vida, aunque sí estaba sobre la mesa, como sociedad e industria, su potencial acogida era mucho menor a nuestro presente”, precisa el ingeniero.

En cambio, actualmente, “con más estadísticas, donde se ha podido estimar los residuos que genera la construcción y demolición, y que equivalen a un tercio de todos los residuos generados a nivel país, se torna inminente entonces buscar estrategias para afrontarlo. Como profesionales que nos encontramos relacionados a la etapa de diseño, esta es nuestra manera de aportar”, sostiene el asesor CES.

Nuevos requerimientos

Precisamente, el plan de gestión de residuos es importante para E3, puesto que cuentan con profesionales que han participado desde los inicios de la creación de la NCh3562 “Gestión de residuos demolición (RCD) para el plan de gestión. Residuos de construcción y. Clasificación y directrices “,por lo que nuestra preocupación en visibilizar y cuantificar lo relacionado con la mitigación y gestión de los residuos parte hace años. Positivo es resaltar que el plan de mitigación de la NCh3562 es compartido entre la CES v1.1 y la CVS, unificando criterios entre ambas certificaciones”, puntualiza.

Desde su visión de Asesor CES, Matías Yachán destaca que en la nueva versión, el cumplimiento de ciertos puntajes o requerimientos obligatorios se ha modificado. “Por ejemplo, el cálculo del Factor Luz Día, para iluminación natural ahora debe ser realizado con software dinámico, lo cual incrementa su precisión, pero encarece el servicio”, dice.

Por otra parte, “el incremento en los mínimos exigidos en aislación para muros impacta positivamente en el desempeño energético para climatización de las edificaciones, disminuyendo el consumo de energía en etapa de operación”, añade.

A su juicio y “considerando que nuestra matriz energética eléctrica aún presenta porcentajes bajos de energías renovables, esta disminución impacta directamente en la generación de CO2e, fundamental aporte entonces, para las metas país del 2050 de alcanzar la carbono neutralidad”.

Ya está disponible la versión 1.1 del Manual CES

Tras un año y medio de trabajo y gracias al aporte del Convenio de Colaboración Técnica y Transferencia de Recursos entre la Subsecretaría de Energía, la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas y el Instituto de la Construcción, y a la amplia participación de los profesionales de la industria, se concretó la actualización del Manual CES.

Ya se encuentra disponible el Manual CES para edificios de uso público versión 1.1 versión 1.1, que incluye múltiples actualizaciones. Esta “no incorpora un cambio de visión y distribución entre las categorías, ya que, por ejemplo, las categorías de energía que pesaban del orden del 40% del total, sigue manteniendo ese porcentaje de relevancia dentro del modelo de certificación”, explica Hernán Madrid, jefe de Certificación Edificio Sustentable (CES), quien añade que en esta versión solo se hicieron ajustes en las metodologías y requerimientos. Aunque adelanta que “en la versión 2 esperamos incorporar una redistribución de los pesos relativos y nuevas categorías”, asegura.

Si bien los ajustes tienen relación y están en concordancia con la Ley de Eficiencia Energética y la Ley de Cambio Climático, no hay un nexo directo. “En general, los procesos de certificación voluntaria como el nuestro se van moviendo y mejorando el estándar promedio de la construcción en el lugar donde se aplican. CES ha permitido alcanzar un cierto estándar, por ejemplo en la categoría de energía, que ha aumentado respecto a lo que teníamos hace siete años”, dice el jefe de CES.

Por ello, en la actualidad, ya no son tan desafiantes los niveles de eficiencia planteados en la versión CES 1.0, eso nos permite establecer “que hay espacio para poder subir un peldaño y tener un poco más de exigencia en ese ámbito”, plantea Madrid, aunque reconoce que este escenario es solo para algunos requerimientos.

Cambios en la estructura 

Dentro de los principales cambios de estructura está la creación de una nueva categoría de innovación, que busca recoger dos elementos, según explica Madrid: 

  1. Reconocer estrategias de sustentabilidad implementadas en el edificio, pero que no estén formalmente estructuradas en un requerimiento del sistema de certificación.
  2. Reconocer un comportamiento mejor que el nivel máximo definido para un requerimiento. 

El puntaje asociado a la categoría de innovación se considera como un puntaje adicional, no relacionado con los 100 puntos máximos que existen en el sistema, si no que se redistribuyen los puntajes de requerimientos considerados bonus.

Un segundo cambio en la estructura es creación de la categoría Materiales y Residuos, la que reagrupa los requerimientos existentes relacionados, y que se encontraban distribuidos en otras categorías, por ejemplo los requerimientos de Energía incorporada y el de Agua incorporada pasan a formar el nuevo ARQ.M&R 8 Declaración Ambiental de Productos (DAP).

Cambios en requerimientos 

En general, se realizaron ajustes en la metodología y en las exigencias de algunos requerimientos. “Se requería de estos ajustes, ya que llevamos 7 años con el modelo de certificación vigente y muchos de los aspectos modificados ya se han transformado en un estándar de construcción”, argumenta Madrid. Algunas de las principales modificaciones son:

  • Aumento de exigencias de requerimientos energía

El principal cambio es el ajuste al caso de referencia para la evaluación de demanda de energía, consumo de energía y confort térmico pasivo. Este ajuste implicó la realización de un estudio específico para calibrar los niveles de mejoras considerando el nuevo nivel base, que incrementa principalmente el estándar de transmitancia térmica de muros y otros ajustes menores.

  • Nuevo requerimiento de huella de carbono en la operación

Se incorpora un requerimiento específico relacionado con la determinación de la reducción de emisiones de CO2 equivalente, comparando el caso de referencia y el real de diseño, durante la operación del edificio.

Este requerimiento constituye el primer paso en la línea de incorporación de la huella de carbono, y esperamos en la siguiente versión, ampliar la mirada hacia el ciclo de vida completo de la edificación.

  • Residuos

Las variables asociadas a residuos se incrementa la exigencia, porque “ahora vamos a pedir un plan de gestión de residuos como requerimiento obligatorio. La incorporación de reciclaje o reutilización será parte del requerimiento voluntario y está definido en la metodología cuándo lo considerará como válido”, afirma Hernán Madrid.

  • Paisajismo

Este requerimiento incorpora una precisión en la metodología, específicamente en la contabilización del área de paisajismo del edificio, la que debe ser área verde excluyendo, por ejemplo, paseos peatonales o superficies duras sin vegetación. 

Por otra parte, se precisó que independientemente de la superficie que tenga el área verde, se debe cumplir con el requerimiento obligatorio. Además, el requerimiento se hace extensivo a todo Chile y no solo a las zonas con un cierto nivel de lluvia. 

Cambios en metodología 

Se incorporaron cambios en las definiciones de las distintas zonas climáticas, lo que involucra varios requerimientos. Para esta versión 1.1 “se desagregaron zonas climáticas en las que contamos con antecedentes suficientes para constatar que una mayor precisión”, afirma Madrid. Por ejemplo, en la zonificación climática de Chile definida en la NCh1079, desde Puerto Montt al sur es la misma zona, “pero ahora tenemos datos suficientes para constatar que, tanto en características climáticas como en la latitud, tienen diferencias considerables para los requerimientos de la certificación. Un ejemplo es el acceso a la luz natural en Magallanes en relación a Aysén, las temperaturas a nivel de congelamiento, lo que afecta en los requerimientos de riego y paisajismo. Entonces, ese tipo de cosas se incorporaron dentro de la metodología de evaluación de los requerimientos”, precisa.

Como todos los desarrollos de CES, este proceso de actualización de la versión 1.1 se llevó a cabo a través del Comité Consultivo, que entregó los lineamientos y diversos Comités Técnicos, donde se evaluaron las propuestas de modificación de los requerimientos o ampliación. Luego, esta propuesta fue aprobada por el Comité Directivo. El financiamiento para el desarrollo de los estudios necesarios fue posible gracias al Convenio de Colaboración Técnica y Transferencia de Recursos entre la Subsecretaría de Energía, la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas y el Instituto de la Construcción.

El Manual CES versión 1.1 está disponible AQUÍ.