Huella de carbono: requerimiento voluntario del Manual CES 1.1 

Uno de los nuevos requerimientos incorporados en la versión 1.1 del Manual CES, que será de uso obligatorio para proyectos nuevos inscritos a partir del 1 de abril de 2023, es la huella de carbono en la operación. Hernán Madrid cuenta los objetivos tras esta incorporación.

A partir del 1 de abril, comienza a ser obligatorio para la inscripción de proyectos nuevos, el uso del Manual CES versión 1.1, lanzado en enero de este año.

Entre los cambios que introduce esta nueva versión, está el requerimiento voluntario de huella de carbono de los proyectos de edificación, la que se mide durante la operación del edificio, no aborda en esta versión todo el ciclo de vida.

“Este requerimiento nuevo está muy en línea con los requerimientos existentes, porque utiliza la metodología base de los requerimientos de consumo por energía y de energía renovable no convencional, para estimar la reducción de emisiones basado únicamente en la operación del edificio”, precisa Hernán Madrid, jefe de CES.

Este es un punto de partida para ir avanzando en la medición de huella en el ciclo completo, con miras a los compromisos de carbono neutralidad, de modo de poner a disposición de los equipos de proyecto esta herramienta en la certificación nacional y “esperamos que en la siguiente versión podamos incorporar criterios de huella de carbono en el ciclo completo de la edificación. Este es el primer paso”, dice Madrid.

Cómo se calcula

Desde la mirada de CES, el requerimiento de huella de carbono está construido, al igual que los requerimientos de demanda y consumo de energía, es decir, comparando un caso de referencia con el edificio que finalmente se diseña y construye, con todas las estrategias de mejoras incorporadas. “Ello permite estimar la cantidad de emisiones para el caso real y de referencia y, de esa manera, con esos dos valores, se calcula un porcentaje de reducción, que es lo que finalmente tenemos como un indicador dentro del requerimiento y, además, como un indicador dentro de los reportes finales e implementado como uno que aparece en el sitio web”, explica Madrid.

Dichas reducciones se hacen a través de diseño pasivo y también de diseño activo. 

Bonos verdes

Como especifica el jefe de CES, hasta el momento el cálculo para reportar bonos verdes se hacía fuera del sistema, por lo que a contar del comienzo del uso de la versión 1.1, “aumentamos la robustez de lo que estamos reportando, porque tiene el proceso regular de certificación, que incluye una evaluación tercera parte, independiente. Hasta el momento, la evaluación de reducción de emisiones para reportar a los de bonos verdes se hizo con la misma metodología, pero sin la participación de la evaluadora.

¿Cómo aporta esto al camino de la descarbonización? “Aporta muy significativamente”, a juicio de Madrid, “porque ponemos a disposición de todos los proyectos una herramienta de cuantificación validada a nivel internacional”. En ese sentido, esta actualización permite ir avanzando y marcando el camino, “porque a lo que queremos llegar, idealmente en la versión 2 del Manual, es a incorporar la huella de carbono en el ciclo completo de la edificación”, sostiene.

La incorporación del requerimiento voluntario de huella de carbono se suma a otras iniciativas del sector, como el proyecto Pasaporte de Materiales del Centro Tecnológico de la Construcción (CTeC) y Chile GBC, y Construye Zero, también del CTeC. 

Ambos proyectos abordan “la parte de la que hasta hoy no tenemos información suficiente en Chile para abordar, que son los procesos productivos de materiales. De manera que, si esa información se empieza a poblar y empezamos a tener datos de los distintos tipos de materiales, va a ser mucho más sencillo y factible avanzar hacia el ciclo completo de la edificación”, cree el ingeniero.

Por esa razón, CES ha estado involucrada como patrocinadora en ambos proyectos, “porque son iniciativas que vienen a complementar aspectos que nos faltan a nivel país”, explica Madrid.