Edificación pública puede disminuir el impacto de la construcción en el cambio climático

La Dirección de Arquitectura participó en un estudio que calculó las emisiones de CO2 durante todo el ciclo de vida de un edificio construido en Punta Arenas que destaca por su eficiencia energética, apreciándose las posibilidades de reducir su impacto dependiendo de la mayor o menor incidencia de factores como el transporte de materiales a la obra o la incorporación de sistemas de energía fotovoltaica.

El Departamento de Construcción Sustentable de la Dirección de Arquitectura participó en un estudio piloto que midió las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de un edificio público durante todo su ciclo de vida, con el propósito de establecer el impacto energético que tienen las fases de construcción, operación y desuso de un inmueble, así como evaluar los potenciales beneficios de incorporar variables que permitan reducir el impacto del inmueble sobre el medio ambiente.

La edificación considerada para esta medición fue el Centro de Día del Adulto Mayor de Punta Arenas, inmueble de 843 m2 construido por la Dirección de Arquitectura y que fue entregado en 2019, el cual ese mismo año fue reconocido como el edificio con mejor puntuación entre las construcciones del país que contaban con la Certificación Edificio Sustentable (CES). Entre otros factores, este edificio destaca por tener una envolvente capaz de soportar los requerimientos climáticos de esa zona geográfica y por contar con un sistema de climatización de bajo consumo energético.

El estudio, liderado por el Instituto de la Construcción y con la participación del MOP y del Ministerio de Energía, se realizó utilizando dos metodologías (RICS y Carbon Leadership Forum) y tres herramientas de cálculo (One Click, Rukaru y Ábaco Chile), las que fueron seleccionadas tras una revisión bibliográfica y evaluación comparativa de varias herramientas metodológicas y de cuantificación en uso actualmente a nivel nacional e internacional.

El análisis del ciclo de vida de esta edificación consideró los gastos energéticos vinculados a la manufactura de los materiales constructivos, su transporte a la obra, la construcción y equipamiento del inmueble y la operación, mantenimiento y reparación del mismo, así como las faenas relacionadas a la finalización de su uso tales como demolición y el transporte, manejo y disposición de los residuos.

De esta forma, considerando una vida útil de 60 años para el edificio, se pudo establecer una emisión total de 1.467 toneladas de CO2 equivalentes. De ellas, el 69% correspondieron a la energía consumida por el edificio durante su fase operativa, el 20% a la producción de los materiales y el 19% al transporte de ellos hacia la obra.

A partir de esta base (definido como Escenario 1), se establecieron distintos escenarios en los que se hacían variaciones de algunos criterios que pueden incidir en una mayor o menor incidencia ambiental del edificio:

Escenario 2: Ampliación de la vida útil del edificio desde 60 a 100 años. En este caso, la emisión total del inmueble alcanzaría a 2.173 toneladas de CO2 equivalentes, representando un 32% de aumento con respecto a la línea base. La etapa operacional del mismo sería aún más significativa dentro del total de emisiones, con un 78%.

Escenario 3Reducción del factor del transporte de materiales a la obra, estableciendo una distancia global de 1.000 kilómetros entre la obra y los lugares de extracción y producción de estos. En esta situación, la emisión de dióxido de carbono se redujo un 10% respecto al escenario base, alcanzando a 1.320 toneladas, gracias a que el factor transporte a la obra disminuyó en más de 58%.

Escenario 4Incorporación de un sistema de energía fotovoltaica capaz de generar el 40% de la energía eléctrica que requiere el edificio para su operación. En este aspecto, las emisiones totales caerían en 14% hasta 1.255 toneladas, principalmente porque las emisiones vinculadas al consumo energético durante la operación bajarían un 38%.

Escenario 5: Lograr energía neta cero mediante incorporación de un sistema fotovoltaico capaz de generar el 100% de la electricidad que requiere el edificio para su operación, además del uso de una bomba de calor en reemplazo de la caldera de condensación. En este caso, al reducirse a prácticamente cero las emisiones de dióxido de carbono durante la operación del edificio (solo habría emisiones por refrigerantes), el total de emisiones se llegaría a reducir en 57% hasta 635 toneladas.

La realización de este estudio resulta relevante en consideración de que el sector construcción es responsable de un 37% de las emisiones de CO2 a nivel global y que existe un compromiso por parte de Chile de reducir las emisiones del sector construcción con el objetivo de alcanzar la carbono neutralidad el año 2050. Con este desafío por delante, una de las primeras acciones a realizar es la definición y disposición de metodologías y herramientas de cálculo de huella de carbono a nivel masivo y alcance nacional para comenzar, lo antes posible, con el reporte de emisiones de CO2 de nuestras edificaciones.

Para profundizar al respecto, se puede revisar la siguiente infografía.

Fuente: DA-MOP

Dos edificios sustentables en Punta Arenas reciben la visita de la Administradora CES 

La vicepresidenta de CES, Margarita Cordaro, y Hernán Madrid, jefe de la certificación, visitaron el Centro Asistencial Docente e Investigación de la Universidad de Magallanes y el Centro Diurno del Adulto Mayor, cuya construcción fue ejecutada por la Dirección Regional de Arquitectura del MOP.

A casi tres años de la inauguración del Centro Asistencial Docente e Investigación de la Universidad de Magallanes (CADI-UMAG), Margarita Cordaro y Hernán Madrid, vicepresidenta y jefe de CES, respectivamente, llegaron hasta Punta Arenas para hacer en terreno un seguimiento a los edificios certificados CES y a las condiciones que los hicieron merecedores de ella. 

“Este es un edificio bastante grande, de más de 9.000 m2, y que tiene alta tecnología incorporada en la operación. Las personas valoran mucho su funcionamiento, los niveles de temperatura, las condiciones de ventilación y otras características que evaluamos para entregar la certificación. El consumo de energía es bastante bajo, en comparación con el promedio de los edificios de este uso en la región”, afirma el jefe de CES, Hernán Madrid.

Al contar con un sistema de control centralizado, en el edificio -que fue asesorado por Efizity y evaluado por DECONUC– es posible el monitoreo de diversos parámetros relacionados con el sistema de climatización. “El encargado de la operación del edificio, Rubén Avendaño, nos mostró el funcionamiento del sistema de control centralizado del edificio y la optimización en la generación de calor y distribución a los espacios que lo requieren. Tiene una sala de control para sus cuatro pisos y existe un conocimiento detallado y al detalle de todo el equipamiento”, añade el jefe de CES.

El centro de investigación regional -que implicó una inversión de más de 15 mil 800 millones de pesos- se ubica cercano al Hospital de Punta Arenas, mirando hacia el Estrecho de Magallanes. “Las condiciones de viento son bien críticas y fueron muy importantes dentro del diseño”, señala Hernán Madrid. En tanto, el paisajismo del CADI-UMAG consideró vegetación propia del lugar en la mayor parte de la superficie.

“Es importante destacar la amable acogida, lo que nos permitió conocer la opinión de gestión de la administración, la técnica de los operadores del sistema y la de confort de los usuarios. Nos encontramos con una actitud positiva, que permitió evaluar y proponer varios aspectos funcionales y se obtuvo una visión integral, destacando la existencia de un equipo técnico interdisciplinario proactivo para el manejo y uso del edificio”, complementa la arquitecta jefa del Departamento de Construcción Sustentable de la Dirección Nacional de Arquitectura del MOP y vicepresidenta de CES, Margarita Cordaro.

Equipo UMAG con Margarita Cordaro y Hernán Madrid.

Centro Diurno del Adulto Mayor

Visitaron también el Centro Diurno del Adulto Mayor de Punta Arenas, que fue construido para personas que presentan dependencia funcional leve o moderada. “Fue el edificio que ganó el primer lugar del Premio CES 2019, luego de haberse certificado en 2018. Además, lo utilizamos como piloto para un completo estudio que hicimos el año pasado, en el marco del convenio de colaboración con el Ministerio de Energía y el Ministerio de Obras Públicas, para la evaluación de la huella de carbono durante todo el ciclo de vida del edificio. Por eso, era tan importante hacer el recorrido. Es un proyecto muy bien logrado en términos de diseño”, explica Hernán Madrid.

Con certificación destacada (69 puntos), el edificio destaca por una envolvente capaz de soportar todo los requerimientos climáticos de la zona más austral de Chile. Asimismo, logró una reducción de la potencia del sistema de climatización que significó un ahorro cercano al 50% del consumo, mientras que en su desempeño presentó una disminución de 57% de consumo de agua.

“Este edificio reúne méritos para su evaluación. Gestionado por la DA Regional, premiado CES año 2019 y piloto de medición de la huella de carbono en el ciclo de vida. Llama la atención la excelente conservación del edificio y los niveles de confort para este especial funcionamiento con adultos mayores. Nuevamente nos encontramos con una excelente recepción personal, lo que muestra el interés por los niveles de confort y de operación del edificio”, dice la arquitecta jefa del Departamento de Construcción Sustentable de la Dirección Nacional de Arquitectura del MOP, Margarita Cordaro.

Adicionalmente, el jefe de CES destaca el patio con terraza que aporta un espacio agradable para sus usuarios y el uso de paisajismo con vegetación nativa combinada con gravilla y pasto. Asimismo, valoró el equilibrio alcanzado para una óptima iluminación del Centro Diurno del Adulto Mayor. “Los diseños de arquitectura de edificios certificados siempre tratan de privilegiar el acceso a la luz natural, combinando protección solar y diseño”, sostiene Hernán Madrid.

Economía circular: la reinvención del sector de la construcción

Por Omar Vargas Bahamonde, presidente de Comité de Economía Circular Cámara Chilena de la Construcción Punta Arenas

El cuidado del medio ambiente y el uso eficiente de los recursos serán los protagonistas de las próximas décadas. En la reciente cumbre COP26, múltiples líderes mundiales se comprometieron a realizar acciones concretas para detener el ritmo acelerado del cambio climático y sus desastrosas consecuencias.

El escenario actual representa una oportunidad para transformar la forma en la que construimos. Por eso, como Cámara Chilena de la Construcción, junto con el Instituto de la Construcción y el programa Construye2025 de Corfo, y guiados por la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), lanzamos en enero de este año la Estrategia de Economía Circular en Construcción, que presenta los lineamientos para el tránsito hacia una nueva cultura del sector.

Desde la Cámara de Punta Arenas, queremos ser un aporte: buscaremos las mejores fórmulas que permitan un desarrollo sostenible, social, ambiental y económico de la industria a largo plazo.

En el segundo semestre del año pasado creamos la Comisión de Economía Circular con el objetivo de impulsar la cultura de construcción circular en Magallanes. Esto implica comprometernos a reducir la dependencia de los recursos naturales, controlar la cantidad de residuos generados en obras y centros de trabajo, y lograr un mayor crecimiento en la economía, respetando el medio ambiente y a nuestra sociedad.

Este tremendo desafío común y transformador convoca a todos quienes formamos parte de la cadena de valor de la industria. Es fundamental cambiar el paradigma de cómo construimos para enfrentar los retos actuales y futuros. Con la incorporación de la economía circular en el mundo de la construcción se abren innumerables posibilidades para la optimización y el ahorro de recursos, así como también para la innovación y el emprendimiento.

La reinvención tiene diferentes pilares de acción, los que van desde invitar a la academia a incorporar integraciones tempranas entre las diferentes especialidades como diseño, arquitectura, construcción industrializada y la formación de capital humano, con criterios de economía circular y desarrollo sustentable, hasta potenciar el compromiso del ámbito arquitectura y de los sectores industriales, proveedores, inmobiliarias, constructoras y por supuesto, la participación ciudadana.

Ya está en marcha un proceso histórico de innovación para la industria. Está abierta la invitación es a ser parte de la reinvención de la construcción en Magallanes, dejando un legado que enorgullezca a Chile.

Fuente: La Prensa Austral