Planificación maestra y CES: herramientas sinérgicas para la sostenibilidad

Por Mauricio Ramírez Molina, arquitecto ▪ MSc UCLouvain, socio 88 Limitada y asesor CES

Las exigencias de sostenibilidad a nivel global y nacional vinculadas —entre otras— a eficiencia energética y gestión de la energía, huella de carbono, huella hídrica y circularidad reflejan una sociedad interesada en perfeccionar y mejorar su relación con el planeta, lo que evidentemente es una buena noticia para todos. Sin embargo, con tal cantidad de áreas por abordar, es fácil sentirse agobiado al no saber por dónde partir y cómo responder a estas exigencias de forma seria. En tal sentido, para aquellas organizaciones o grupos de la sociedad que funcionan o actúan en base o desde el entorno construido, puede haber una gran oportunidad para implementarlas de forma estructurada, segura y económicamente viable a través de la planificación maestra o master planning.

El Banco Mundial define al plan maestro como “un documento dinámico de planificación a largo plazo que proporciona un diseño conceptual para guiar el crecimiento y desarrollo futuros. La planificación maestra consiste en hacer la conexión entre los edificios, los entornos sociales y sus entornos circundantes”. El Banco Mundial también indica que la planificación maestra puede asumir otros roles, tales como “Desarrollar un cronograma de escalonamiento e implementación e identificar prioridades para la acción”, “Conceptualizar y dar forma al entorno urbano tridimensional” e “Involucrar a la comunidad local y actuar como constructor de consenso”.

Así, la planificación maestra o master planning nos permite visualizar un futuro deseado que, diseñado mediante prospección y escenarios posibles, nos ayudará a desarrollar estrategias y tácticas para implementar lo que necesitaremos de forma adecuada y realista. Además, con la digitalización de nuestra realidad física y el desarrollo de software basado en ciencia y en data, es posible desarrollar estos escenarios o perspectivas con un mayor grado de confiabilidad, para luego evaluarlos y finalmente llevarlos a la realidad. Asimismo, una mayor disponibilidad de métricas y líneas base de sostenibilidad y de metas al 2030, 2040 y 2050 completan los insumos necesarios para una planificación maestra robusta.

En nuestra experiencia en el diseño y desarrollo de planes maestros para dos universidades nacionales —8 campus, 70 hectáreas y cerca de 300.000 m2 en total— a través de la planificación maestra basada en edificios y áreas exteriores hemos podido incorporar múltiples directivas relacionadas a la sostenibilidad, alineadas con políticas públicas nacionales y tendencias internacionales, incluidos los ODS de la ONU. Nuestra experiencia más reciente con la Universidad Católica de Temuco UCT, donde hemos diseñado su Plan Integral de Campus, nos ha permitido incluir no sólo dimensiones de la sostenibilidad relacionadas a los edificios, sino también otras dimensiones que tienen que ver con la organización, las personas, su funcionamiento interno y su relación con la comunidad y la ciudad. Temas como circularidad, inclusividad, interculturalidad y ciencia y tecnología para el desarrollo regional forman parte de este robusto plan, que nace a partir de sus anhelos y de la prospección y planificación de su entorno construido y que permitirá a la UCT posicionarse como un referente en este ámbito.

Aquí, la Certificación Edificio Sustentable CES se transforma en un gran aliado para poder implementar las estrategias de sostenibilidad definidas a nivel de plan maestro, al proveer una solución integrada aplicable al ámbito de las edificaciones y que es concordante con las exigencias globales y nacionales de sostenibilidad que las organizaciones o empresas deben cumplir. CES posee una gran cantidad de métricas que pueden ser utilizadas en los escenarios prospectivos, lo que permite evaluar el cumplimiento futuro de metas de sostenibilidad, la inversión requerida para ello y sus retornos económicos, ambientales y sociales. Por esta razón hemos recomendado e incluido a la Certificación Edificio Sustentable como herramienta preferente de certificación de edificios en todos los planes maestros que hemos diseñado y desarrollado.

Las ventajas de estudiar y trabajar en edificios educacionales con certificación CES

Cinco escuelas y un liceo se han adjudicado el Premio CES. Sus condiciones de ventilación han sido especialmente valoradas durante la pandemia, al igual que la optimización del consumo energético alcanzado por sus asesores.

 En Purén, la “Escuela Básica de Huitranlebu” logró el primer lugar en la categoría Edificio Precertificado en 2021. Su envolvente térmica continua mejoró la hermeticidad en el edificio, generando una temperatura muy confortable al interior.

 Además, el apoyo con paneles solares para la generación de agua caliente contribuyó a que el proyecto lograra la precertificación CES con 81,5 puntos, es decir, con una “Certificación Sobresaliente”.

“Debido al cambio climático, tal como lo han reconocido la ONU y la OCDE se busca que los edificios escolares sean sustentables, porque además juegan un rol demostrativo, se promueve la conciencia ecológica”, sostiene Esteban Montenegro, jefe del Departamento de Infraestructura y Equipamiento Educacional de la Dirección de Educación Pública (DEP) del Ministerio de Educación.

En 2020, el Liceo B-15 Jorge Letelier también fue reconocido por alcanzar 79,5 puntos en su precertificación. Algunas de las características de sustentabilidad que destacaron en el proyecto fueron las reducciones de 43% en demanda de energía, de 57% en consumo y de 13% en horas de disconfort. Además, el proyecto logró un 56% de ahorro en el consumo de agua.

“La renovación de aire es clave en estos edificios. Los edificios certificados, sobre todo en la zona sur, están dotados de sistemas mecánicos de ventilación. Eso ha permitido que tengamos mejores condiciones”, comenta el arquitecto, quien estima que una concentración de CO2 de hasta 700 PPM es la ideal.

En 2019, la Escuela Rural Rucapangue, proyecto mandatado por la Municipalidad de Cholchol, recibió el Premio CES, al lograr 76,5 puntos en su precertificación. En el edificio se alcanzó una reducción de 20% en la demanda de energía, una disminución de 19% de las horas de disconfort y un ahorro de 41% en el consumo de agua.

En la ceremonia de los Premios CES 2020, la Escuela Rural Cantino de Vilcún, en la región de La Araucanía, fue reconocida no solo por su puntaje, sino también por ser el único edificio público rural, que beneficia principalmente a familias de origen mapuche. Debido a ello, la oficina de arquitectura Taller Vida Maestra tuvo en cuenta la cosmovisión al diseñar la infraestructura en la cual destaca el uso de madera y su, por cierto, su alto confort ambiental.

Infraestructura para motivar

“Estamos impulsando la mejora en las condiciones de confort y pidiendo asegurar estándares adecuados en calidad del aire, visual y acústica, porque la evidencia internacional demuestra que esas condiciones impactan en el desempeño y la motivación de niños y profesores”, afirma Esteban Montenegro.

El año pasado, el segundo lugar en la categoría Certificado del Premio CES, se lo adjudicó la Escuela Los Troncos de Teodoro Schmidt en la región de La Araucanía, cuya envolvente y diseño pasivo fueron aplaudidos por generar condiciones óptimas para el aprendizaje.

Asimismo, la Escuela Manzanar de Lumaco, obtuvo el tercer lugar del galardón que entrega CES, en la categoría Precertificación. Su edificio en forma de L, orientado al norte brilló por su buena iluminación natural y solar. Además, destacó por su sistema de caldera de biomasa, como sistema de calefacción para los días más fríos.