JUNJI: Una inversión estratégica y sustentable premiada por CES

La Junta Nacional de Jardines Infantiles recibió el Premio CES a la Política Pública Destacada 2025, validando su compromiso con ambientes saludables y eficientes que inciden directamente en el bienestar y la experiencia educativa de miles de niñas y niños.

El pasado 30 de septiembre, la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) fue reconocida con el Premio CES a la Política Pública Destacada. Este galardón celebra la decisión institucional de incorporar el estándar de la Certificación Edificio Sustentable (CES) como un sello propio y obligatorio en su infraestructura, demostrando que la edificación pública puede y debe liderar el camino hacia la sustentabilidad en Chile.

En ese contexto, conversamos con Daniela Triviño Millar, vicepresidenta ejecutiva de JUNJI, para quien “recibir este galardón representa un reconocimiento al compromiso sostenido de la Junta Nacional de Jardines Infantiles con el desarrollo de infraestructura sustentable y con la mejora continua de la calidad de los espacios educativos”.

Para Triviño, el Premio CES es mucho más que un trofeo: es la validación de un esfuerzo sostenido por mejorar la calidad de los espacios educativos y construir infraestructura con enfoque ambiental, social y educativo.

Esta decisión ha convertido la certificación en una “herramienta concreta” que refleja una visión de largo plazo: la de ofrecer ambientes que sean saludables, eficientes y sostenibles, donde las niñas y niños puedan crecer, aprender y desarrollarse plenamente. Al convertirse en un sello propio, CES no solo guía la construcción de nuevos jardines infantiles, sino también la reposición de la infraestructura existente.

Costo-eficiencia a largo plazo

Uno de los principales desafíos fue la justificación económica, especialmente ante el Ministerio de Hacienda, considerando que la inversión inicial en proyectos CES es mayor, si bien el ahorro operativo es un beneficio clave. La gestión presentó una argumentación estratégica de costo-eficiencia a largo plazo, considerando que:

  • La inversión inicial se presenta como una medida que genera retornos sostenibles en el tiempo.
  • La durabilidad de las edificaciones CES reduce los gastos de mantenimiento.
  • Se puso en valor el impacto social de la política, destacando cómo los ambientes confortables y saludables influyen directamente en la asistencia, el bienestar y la experiencia educativa.

“De este modo, la sustentabilidad fue abordada no como un gasto adicional, sino como una inversión estratégica en la calidad educativa y en la eficiencia del gasto público”, señala la vicepresidenta.

Contribución a las metas climáticas nacionales

La política de infraestructura sustentable de JUNJI también juega un rol fundamental en el avance de Chile hacia la carbono neutralidad y una construcción más resiliente.

La autoridad de la JUNJI destaca la alineación de la institución con los compromisos nacionales e internacionales de mitigación del cambio climático, específicamente con las metas de la Estrategia Climática de Largo Plazo y la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC).

Al adoptar CES, JUNJI promueve:

  • Edificaciones con mayor eficiencia energética.
  • Menor huella de carbono.
  • Un uso racional de los recursos naturales.

“Esto implica una reducción directa en las emisiones asociadas a la operación de los jardines infantiles y una contribución tangible al avance del país hacia una construcción pública sustentable, que integra criterios de bienestar, eficiencia y resiliencia frente al cambio climático”, resalta Triviño.

El jardín como tercer educador: más allá de las métricas

Si bien el consumo de energía y agua son métricas clave, JUNJI busca medir el impacto de la política en el bienestar y aprendizaje, bajo la premisa de que “la infraestructura educativa no solo alberga los procesos de aprendizaje, sino que también enseña por sí misma”.

Actualmente, no se cuenta con un mecanismo de evaluación cualitativa y cuantitativa ya consolidado. Sin embargo, la institución se prepara para iniciar la medición con el primer edificio con certificación CES.

Los aspectos que se comenzarán a evaluar son:

  • La percepción de confort térmico.
  • La iluminación natural.
  • La calidad del aire interior.
  • El bienestar general de niñas, niños y equipos pedagógicos.

Además de las mediciones directas, la infraestructura sustentable promueve actividades de sensibilización y educación ambiental, fortaleciendo la conciencia ecológica en las familias y los propios equipos. Todos estos factores contribuyen a un entorno educativo “más saludable, equitativo y coherente con los principios de desarrollo sostenible”, a juicio de Triviño.

Los próximos pasos: desempeño post-ocupación y expansión

Con la certificación ya establecida como un requisito para los nuevos proyectos, la JUNJI tiene claros los siguientes pasos para la evolución de esta política. El foco ahora se dirige a la evaluación del desempeño post-ocupación, un paso fundamental para medir el comportamiento real de los edificios una vez que están en uso y, de este modo, retroalimentar el diseño de futuros proyectos.

“Para ello, JUNJI está explorando la aplicación de criterios CES en infraestructura existente, mediante programas de mejoramiento que integren eficiencia energética, confort ambiental y participación comunitaria”, cuenta Daniela Triviño.

Este trabajo se inició en colaboración con el Ministerio de Energía, a través de un convenio que busca aplicar la experiencia ministerial en otros organismos públicos. Un proyecto financiado por dicha cartera está próximo a ejecutarse en un establecimiento antiguo, donde se optimizará la eficiencia energética. Tras la ejecución de esta iniciativa, se aplicará un instrumento desarrollado por el Ministerio de Energía que permitirá “evaluar cualitativa y cuantitativamente la ejecución de la obra y su impacto en los espacios sustentables en la vida cotidiana de las comunidades educativas”.

De esta forma, JUNJI busca consolidar una política integral de infraestructura sustentable que no solo se enfoque en las reposiciones o nuevas construcciones, sino que también fortalezca el parque educativo existente, asegurando condiciones óptimas de aprendizaje y bienestar para todas las comunidades educativas del país.

Jardín Infantil y Sala Cuna Chinkowe: educación inicial intercultural y sustentable

En la capital de la Araucanía, se encuentra el complejo educacional para la primera infancia que apostó por el bajo impacto ambiental.

En la categoría Proyecto Precertificado, el primer lugar fue para el Jardín Infantil y Sala Cuna Chinkowe de Temuco. El proyecto de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) cuenta con aproximadamente 691 metros cuadrados de superficie construida total y obtuvo el mayor puntaje en el proceso de precertificación.

Destaca en términos de sustentabilidad por una envolvente y estrategias arquitectónicas pasivas que consideran el clima del lugar, y la incorporación de sistemas eficientes que consumen energía y agua.

Chinkowe nace en los años ochenta por iniciativa de un grupo de jóvenes estudiantes mapuche de distintas comunidades de la región que se organizan para dar a conocer la cultura mapuche y educar a sus hijos e hijas en su cultura de origen. En el año 1995, la JUNJI decide apoyar y fortalecer esta iniciativa y lo transforma en un jardín alternativo étnico de administración directa. Hoy, con más de 20 años de funcionamiento, el jardín se presenta como un importante referente de la educación inicial intercultural, atendiendo niños y niñas, mapuche y no mapuche, en sala cuna y niveles medio.

Felipe Barros, arquitecto coordinador de la Dirección Regional JUNJI de la Araucanía, comparte que la certificación CES es uno de los requerimientos que realiza la JUNJI a través de su unidad técnica, con el objetivo de entregar a niños y niñas de la primera infancia edificios con un alto estándar arquitectónico, que posean un bajo consumo energético y minimicen su impacto. 

“Actualmente, JUNJI ha exigido a través de sus términos de referencia que todos sus proyectos de diseño y ejecución postulen a la pre certificación y certificación CES. Y la experiencia ha sido muy satisfactoria desde que se implementó, ha implicado un desafío importante desde la revisión del diseño, especialidades y sus respectivas coordinaciones; así como también durante la respectiva inspección de las obras, de las cuales hemos velado por la correcta ejecución de las partidas”.

El resultado de incorporar CES significó varios resultados importantes a destacar: la búsqueda de una arquitectura que potencie el buen desempeño energético mediante estrategias pasivas y activas; la significativa reducción de los consumos hídricos y auditivos del edificio, clima y calefacción mediante el uso de eficiencia.

Para la JUNJI Araucanía, este es el segundo premio CES: “Ello nos refuerza la idea de que vamos por buen camino. En nuestra experiencia como Unidad Técnica creemos que implementar los estándares CES, tanto de diseño como de ejecución, no es un objetivo complejo de alcanzar, es totalmente factible y necesario de llevar a cabo, teniendo en cuenta el complejo escenario global que se nos avecina a raíz del cambio climático”, concluyó.

Características sustentables

El edificio obtuvo 76,5 de 100 puntos durante el año 2022 en un proceso de precertificación.

Destaca en términos de sustentabilidad por una envolvente y estrategias arquitectónicas pasivas que consideran el clima del lugar, y la incorporación de sistemas eficientes que consumen energía y agua, lo que se traduce en:

● Un significativo aumento del confort térmico pasivo, con un 48% de reducción de horas de disconfort.

● Una significativa reducción de las demandas de energía para calefacción e iluminación, de aproximadamente 36%.

● La mayor reducción de consumo de energía de energía para calefacción e iluminación, de 43%, de los proyectos precertificados el 2022.

● Una importante reducción del consumo de agua de 65%.

El diseño de este edificio le permitió obtener el puntaje máximo en los requerimientos de confort térmico pasivo, demanda de energía, consumo de energía y consumo de agua potable.

Chile tendrá más de 60 jardines infantiles sustentables

Profesionales de la Junji trabajan colaborativamente con el equipo consultor a cargo de diseñar y ejecutar cada proyecto, para garantizar que los establecimientos sean amigables con el medioambiente.

La Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) incorporó la exigencia de Precertificación CES en sus bases de licitación y la de Certificación en las de ejecución, buscando que al menos 64 proyectos disminuyan sus impactos en el medioambiente. La exigencia implica que la consultora contrate a un profesional que realice el proyecto de eficiencia y obtenga dichas certificaciones, donde arquitectos y constructores actúan como contrapartes y resuelven dudas.

“La alianza ha resultado muy bien, junto con el equipo del Instituto de la Construcción gestionamos una capacitación a los profesionales de Junji a lo largo del país, quienes serán responsables de llevar los contratos de diseño que incorporan la precertificación CES y los futuros contratos de ejecución con certificación CES”, explica el arquitecto de la Unidad Aumento de Cobertura de Junji, Carlos Bornand.

  De esta manera, la institución espera garantizar que los establecimientos dialoguen amablemente con el medioambiente desde su planificación y diseño, hasta su puesta en marcha. Uno de los proyectos destacados de la Junji es el Jardín Infantil Lircay, que será construido en Talca, el cual modificó el diseño originalmente licitado para poder ajustarse a los requerimientos de eficiencia energética y obtener una certificación CES más alta. 

“Dicho jardín está estructurado con hormigón armado en primer nivel y tabiquería metálica en el segundo; cuenta con techumbre en base a cerchas metálicas; y está revestido con placas de fibrocemento de colores, con sistema EIFS y con paneles metálicos”, señala Carlos Bornand.

Otro aspecto interesante del proceso de diseño, según el arquitecto, fue la rotación del segundo nivel completo para obtener el máximo provecho de soleamiento en salas cuna. Asimismo, la inclinación de la cubierta responde al óptimo funcionamiento de los paneles fotovoltaicos. El proyecto tiene aproximadamente 750 m 2 construidos y una capacidad para 96 alumnos, 40 lactantes y 56 párvulos.

En el norte, en tanto, destacan los jardines “Capullito”, “Piolín” y “Caperucita”, que están incorporando una serie de cualidades con las que buscan obtener la Certificación Edificio Sustentable (CES), entre ellas, ventilación mecánica en salas y sensores de CO2.