Wörner analiza el reciclaje y la reutilización de materiales en Liceo Jorge Teillier

Con 76 puntos alcanzados en la certificación CES, equivalente a nivel Sobresaliente, el recinto educacional destacó por reciclar el 81% de los residuos generados durante la construcción. La constructora a cargo del proyecto cuenta cómo alcanzaron este alto porcentaje.

El liceo B-15 Jorge Teillier ubicado en el sector norte de la comuna de Lautaro, en la región de la Araucanía, cuenta con una infraestructura de 9.215 metros cuadrados y corresponde a la mayor inversión realizada en el ámbito de la educación en el sur de Chile, con un monto que supera los $15.600 millones de pesos.

En mayo de este año logró la certificación CES con 76 puntos, alcanzando un nivel sobresaliente. Postula, además, al requerimiento 21 Manejo de Residuos durante la construcción de la versión 1 y logra reciclar el 81% de los residuos generados durante la construcción. 

El inmueble se encuentra terminado. Se trata de un largo anhelo de la población de Lautaro y, según afirmó el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, comenzará su uso prontamente en el próximo año escolar.

La construcción del proyecto estuvo a cargo de la Constructora Wörner. El ingeniero Cristián Pereira estuvo a cargo de la reposición de la infraestructura del liceo y comparte que el proyecto adjudicado al MOP de Temuco tenía un estudio preliminar de certificación preaprobado, producto de ello, una vez adjudicado, se debió proceder con las gestiones de asesoría para llevar a cabo y planificar la certificación del proyecto desde su inicio, como lo solicita la entidad certificadora. 

A su juicio, los elementos diferenciadores en la etapa construcción sobre reciclaje y reutilización de materiales fueron que, en primera instancia, se recicló todo el material de poliestireno de despunte utilizado en la etapa de las fundaciones y fue enviado a una empresa local, que recibe parte de los desechos de este material para volver a utilizarlo en su producción. “Esta situación se fue repitiendo constantemente hasta el término de las partidas que utilizaban dicho material. Lo mismo se hizo con los escombros y despuntes de acero que fueron enviados a empresas de reciclaje para su posterior utilización”, comenta el profesional.

En ese sentido y habiendo logrado reciclar el 81% de los residuos generados durante la construcción, Pereira opina que “incorporar el requerimiento CES a un proyecto le da un mayor estándar a toda la construcción, partiendo con la planificación previa para llevar el control de las actividades o partidas que son parte de los requerimientos CES”. Luego, “el control y monitoreo debe ser específico, el seguimiento constante, de tal forma de lograr traspasar a todos los subcontratos involucrados que cualquier cambio de materialidad debe ser previamente aprobado por el certificador, según el modelo previo, el cual no debe variar en puntuación, de manera de no afectar la puntuación inicial aprobada en la etapa de precalificación”, aconseja. Según el ingeniero, “eso hace que un proyecto con requerimiento CES tenga un serie de aristas más a controlar e identificar según el informe de eficiencia y todos los antecedentes del contrato, lo que lo hace más complejo pero más entretenido a la vez”. 

Tras esta experiencia, Cristián Pereira asegura que “trabajar en un proyecto de certificación CES le da una plusvalía diferente a la ejecución del proyecto, principalmente porque es una variable que debe ser monitoreada todas las semanas y debe asignar personal a cargo para hacer un seguimiento de los compromisos preestablecidos”.

Pese a que esto se debe hacer con todos los parámetros que comprenden la construcción de un proyecto normal, cree que la diferencia está en que esto funciona en un carril paralelo. “Si bien uno siempre busca estrategias para lograr avanzar con mayor rapidez, al ser un proyecto CES, esto genera mayores restricciones y situaciones a tener en consideración, además de evaluar con el asesor y con los subcontratos involucrados en dichos trabajos, dado que no siempre las alternativas están dentro de lo permitido”, precisa.

De esta forma, se va revisando si los cambios propuestos permiten mantener la puntuación de la precalificación de inicio del proyecto hasta llegar a la etapa de término.

Finalmente, “con la entidad evaluadora todo el trabajo realizado en el desarrollo del proyecto se pone a prueba para obtener la respectiva certificación, sin duda, una gran y enriquecedora experiencia”, asegura Pereira.

Liceo B-15 Jorge Teillier en Lautaro: un proyecto que destaca en todas sus facetas

El establecimiento educacional fue construido en plena pandemia y debió sortear demoras y sobreprecios. Pese a esto, se certificó con nivel sobresaliente (76 puntos) y el mayor porcentaje de reciclaje en obra de todos los edificios certificados.

En octubre de 2020, comenzaron las obras del Liceo B-15 Jorge Teillier, ubicado en Lautaro en la región de La Araucanía, luego de obtener el segundo lugar de los Premios CES 2019, en la categoría Proyecto Precertificado.

La construcción del nuevo liceo significa disponer de nueva infraestructura educativa, deportiva y recreativa para más de 1.200 alumnos de séptimo básico a cuarto medio. La edificación posee tres pisos de altura y se extiende por los costados norte y poniente del sitio, quedando el centro y costados oriente y sur para alojar patios pavimentados, multicanchas e instalaciones menores. Se incluyen instalaciones subterráneas, a la vista y/o bajo cielos para los proyectos de electricidad, clima, sanitarios y otros, para el buen funcionamiento del recinto.

El proyecto Liceo B-15 Jorge Teillier es de 9.215 m2 y es el liceo más grande de Lautaro. En mayo de este año logró la certificación CES con 76 puntos, alcanzando un nivel sobresaliente. Postula, además, al requerimiento 21 Manejo de Residuos durante la construcción de la versión 1 y logra reciclar el 81% de los residuos generados durante la construcción. 

“La reducción de consumo energético se logra a través de los equipos eficientes que incorpora, como por ejemplo recuperadores de calor, además de la reducción de demanda energética producto entre otras cosas de un diseño pasivo que aprovecha la energía solar (para iluminación y calefacción) y una envolvente higrotérmica eficiente”, explica Alejandro Reyes, asesor CES del proyecto.

En tanto, el ahorro en consumo energético de iluminación se logra con un aprovechamiento de la iluminación natural, además de la utilización de equipos eficientes. Por su parte, “la reducción en el consumo de agua se logra a través del uso de artefactos eficientes que consideran caudales muy bajos. Lo importante de esto es que se mantiene e, incluso, se mejora la calidad ambiental interior, brindando un ambiente interior óptimo para los estudiantes, profesores y funcionarios”, asegura Reyes.

Romy Lückeheide, arquitecta de CES, comenta que “el edificio se logra posicionar con el mayor porcentaje de reciclaje en obra de todos los proyectos certificados CES hasta ahora. Los grandes responsables de este porcentaje son la constructora en conjunto con el Asesor CES, que orientó al proyecto en cómo se debía ejecutar en obra un plan que valoriza los desechos de construcción”.

Se destaca como estrategia haber implementado el retiro de diversos materiales como madera, fierro, hojalatería, PVC, nylon, planchas OSB y tierra; y el convenio realizado con una empresa externa para el retiro de los residuos de EPS/poliestireno expandido para darle una nueva vida útil.

Si bien en la primera etapa, no se estaba postulando a ese requerimiento, “logramos incluirlo, ya que nos parecía un aspecto muy importante en la sustentabilidad del proyecto”, cuenta Reyes. 

Asimismo, la constructora debió cumplir con varios requisitos asociados al cuidado de los residuos de EPS para que efectivamente fueran recibidos y se pudieran reciclar. “El plan implementado por la Constructora Wörner junto al asesor Alejandro Reyes son un muy buen ejemplo y desde la administración esperamos que se empiecen a aplicar estas buenas prácticas con mayor frecuencia en las futuras construcciones”, comenta Lückeheide.

“Me llena de orgullo visitar las aulas de clase y poder vivenciar la calidad de ambiente interior lograda y el producto sustentable y de calidad que se le entregará a la comunidad”, afirma Reyes.

Gracias al buen diseño que se desarrolló inicialmente, a la asesoría del mismo, además de la voluntad y trabajo de todo el equipo en la ejecución del proyecto -en plena pandemia- se pudo lograr un resultado sobresaliente del proyecto en todos los aspectos.