La evolución de los proyectos de Colbún con CES

Con un puntaje de 73,5, la empresa logró un nivel sobresaliente esta vez con un edificio en el norte de Chile, las oficinas administrativas de una planta fotovoltaica. De esta manera, superó los 33 puntos obtenidos con su primer proyecto CES y los 72 puntos del segundo edificios que la hicieron alcanzar el segundo lugar de los Premios CES en 2022.

En julio se certificó un nuevo proyecto de Colbún. Se trata de las Oficinas Administrativas Planta Fotovoltaica Diego de Almagro Sur, que alcanzó nivel de certificación sobresaliente, con 73,5 puntos. Ya en los Premios CES 2022 obtuvo el segundo lugar con las Oficinas Administrativas Central Hidroeléctrica Colbún, que alcanzaron 72 puntos. En tanto, en 2018, certificaron el Edificio Administración Central Angostura, con 33 puntos.

Por ende, claramente se puede hablar de una evolución en las estrategias utilizadas por la empresa en su infraestructura. Por ello, conversamos con Karen Montes, subgerente de Contratos, encargada de desarrollo del proyecto certificado recientemente, sobre el trabajo que ha venido haciendo Colbún.

“Este proceso es una continuación del trabajo que ya veníamos realizando, primero con las oficinas de la Central Angostura (Biobío) y luego con las oficinas de la Central Colbún (Maule), aprovechando ese aprendizaje y como un estándar para nuestras nuevas oficinas”, confirma Montes.

Asimismo, “conseguir esta tercera certificación CES nos permitió obtener también la primera certificación LEED de nuestras instalaciones, demostrando que la certificación CES resalta aspectos que no sólo son propios de nuestro país, sino que también relevantes a nivel internacional”, sostiene la ejecutiva de Colbún.

¿Cómo fue el trabajo para alcanzar el nivel sobresaliente? Montes comenta que “como base continuamos utilizando el aprendizaje adquirido a partir de nuestras certificaciones previas. En el caso de las oficinas administrativas de Diego de Almagro Sur, la principal diferencia es que cuentan con un componente prefabricado -al ser una base de construcción modular que aportó a optimizar el proceso-, pero que, a su vez, logró adaptarse a los requerimientos necesarios para conseguir la certificación”. 

Adicionalmente, quisieron aprovechar las condiciones climáticas propias del lugar. “A modo de ejemplo: se incorporó una bomba de calor para el agua caliente que aprovecha la temperatura propia de la zona (en palabras simples, transfiere el calor del aire al agua para llevarla a temperatura final de uso en los servicios sanitarios), disminuyendo así el consumo de energía”, cuenta.

Entre las principales estrategias de sustentabilidad utilizadas, Karen Montes explica que el diseño fue realizado bajo los conceptos y requerimientos CES, siendo la eficiencia energética una especialidad más. Además, “se aprovechó la experiencia previa, lo que minimizó el periodo de diseño al extender los estándares definidos para las oficinas anteriores en temas del programa arquitectónico, espacios, instalaciones, materialidad y condiciones de habitabilidad”, añade.

Así, se trabajó en un diseño bioclimático, con un uso eficiente de la energía, que se integró al entorno, tanto en su arquitectura como en colores y paisajismo, basado principalmente en elementos inertes, rocas y algunas cactáceas que requieren mínimo mantenimiento y riego, buscando aprovechar la humedad de la camanchaca.

“Se incorporó un sitio destinado a la gestión de residuos, que se alinea con el resto de las instalaciones de Colbún, y que cobra especial importancia al realizar el esfuerzo en zonas alejadas de los centros poblados, en localidades en donde no se cuenta con tanta disponibilidad de proveedores para el tratamiento de ellos”, dice Montes.

Además, “dado que la construcción modular es un proceso controlado de producción, genera menos residuos, reduce la actividad en obra y permite una construcción más ajustada al optimizar mano de obra, equipos y materiales”, señala.

Finalmente, al término de la vida útil del proyecto, las oficinas podrán ser desarmadas y reutilizadas en gran parte, minimizando los efectos negativos de la demolición de una construcción tradicional.

Colbún: infraestructura sustentable en evolución

Con dos proyectos ya certificados CES, uno de ellos reconocido en los Premios CES 2022, Colbún incluirá a la certificación las oficinas de su primer parque fotovoltaico. Acá cuentan las razones detrás de su infraestructura sustentable.

El Edificio de la Administración de la Central Angostura fue el primero de Colbún en ingresar al sistema de certificación CES, el año 2016, alcanzando un puntaje de 33, con el diseño de Prado Arquitectos, la asesoría CES de Mario Coronado y la evaluación de Ecosustenta.

En 2019, dio un salto cuantitativo con las Oficinas Administrativas Central Hidroeléctrica Colbún, bajo el diseño de Borghero Villarroel Arq. Consultores SpA, la asesoría CES de John Fookes y la evaluación de Efizity, que obtuvo el tercer lugar en los Premios CES 2022, con un puntaje de 72 puntos de un máximo de 100.

La compañía decidió iniciar su proceso de sumar infraestructura sustentable, para estar acorde a los desafíos actuales en sostenibilidad a nivel global, “de la mano con el desarrollo del diseño de las oficinas de operación para la nueva Central Hidroeléctrica Angostura, que se inauguró en 2016”, ratifica Christoph Perathoner, gerente de Construcción de Colbún.

En ese sentido, “el diseño, construcción y operación de las oficinas debía procurar eficiencia energética y baja huella hídrica, por lo que CES nos entregó lineamientos para la incorporación de elementos de sustentabilidad y optimización de los equipamientos utilizados, así como el método y materialidad de las instalaciones. Lo anterior se traduce en un alto nivel de confort térmico, calidad visual, estándares acústicos, manejo de residuos y eficiencia energética, que además permiten su incorporación con el entorno y constituyen un excelente espacio para los trabajadores que las utilizan”, precisa el gerente.

Luego del recibimiento del Premio CES 2022, Karen Montes, ingeniero especialista senior de Colbún, analiza que “cada proceso es un aprendizaje que ha permitido la optimización del diseño, sin grandes aumentos de costo”. En efecto, “en las primeras oficinas, los requerimientos CES se incorporaron durante el diseño de ellas, pero para los procesos siguientes, se incluyeron dentro de los términos de referencia de las licitaciones para el diseño, por lo que se contempló como una especialidad más. Y el mismo proceso de certificación permite un proceso de retroalimentación para futuras optimizaciones en los siguientes desarrollos, transformándose en un aprendizaje cíclico”, añade.

Por ello, en la compañía de transmisión de energía eléctrica, están “convencidos de que el desarrollo de infraestructura sostenible es un aporte a mejorar la calidad y confort de los usuarios, así como la reducción de gastos y emisiones”, según Perathoner.

Es así como “las oficinas de nuestro primer parque fotovoltaico fueron diseñadas también bajo el alero de CES, con los desafíos que conlleva certificar una construcción modular (a diferencia de las dos construcciones tradicionales anteriores). Esto es una confirmación de que la eficiencia energética genera ganancias a los usuarios sin mayores costos de implementación”, sostiene Montes.

Christoph Perathoner, gerente de Construcción, y Karen Montes, ingeniero especialista senior de Colbún.

El camino de Colbún a la eficiencia en la edificación

Con un proyecto certificado y otro precertificado aspirando a nivel sobresaliente, la empresa de energía está preocupándose de alcanzar los más altos puntajes para certificar sus edificios, cuidando aspectos como el confort térmico, el manejo de residuos y la eficiencia.

Las oficinas de la Central Hidroeléctrica Angostura de Colbún, que opera desde el 2014 en Santa Bárbara y Quilaco, Provincia del Biobío, obtuvieron la Certificación Edificio Sustentable hace dos años. Ese fue el comienzo del camino a la edificación sustentable que tomaron los dueños de la consultora Efizity, cuyas oficinas administrativas Planta Fotovoltaica Diego de Almagro Sur, están a la espera de su propia certificación.

“En Angostura, el proyecto Embalse Angostura o Central Hidroeléctrica Angostura, hizo todo un parque con camping, miradores, senderos, centro de visitantes. La idea era hacer oficinas administrativas de la manera más sustentable posible. Además, queríamos que fuera un lugar abierto para las personas y que se pudiera aprovechar la luz natural mirando hacia el embalse, lo que le daba una armonía a la gente que trabaja”, detalla Susana Morales, subgerente de Proyectos Complementarios de Colbún.

La empresa inició el camino a la edificación sustentable porque buscaba una certificación nacional que le permitiera medirse con sus parámetros y estándares, considerando aquellos que localmente eran importantes como, por ejemplo, la aislación térmica.

En Angostura, se hizo un gran esfuerzo para lograr espacios que fueran eficientes tanto en el uso de energía como en el uso del agua, lográndose altos niveles de confort térmico, calidad visual, estándares acústicos y manejo de residuos. “La gente quedó maravillada por el proyecto. Deben visitarlo unas cien mil personas al año. Ahí aprendimos que registros había que dejar y luego, repetimos lo bueno de Angostura, como las soluciones de clima y ventilación, aislación térmica en zonas donde hace mucho calor en verano y frío en invierno, aislar suelo, paredes y techumbre”, comenta Susana Morales.

En el siguiente proyecto, que fue el de las oficinas de la central hidroeléctrica en la Región del Maule, se usaron los mismos proyectistas y se reciclaron cosas del proyecto anterior. “Sabíamos cómo tomar las fotos y seguir los protocolos. Dentro de las oficinas te das cuenta del uso de la luz, en la mañana se aprovecha al máximo. El confort de las oficinas también, respecto del uso eficiente”, indica la subgerente de Proyectos Complementarios de Colbún.

Precertificación sobresaliente

Hace un mes, en la empresa se enteraron de que habían sido destacados con la siguiente observación en la Precertificación de su edificio en la Región del Maule: “los requerimientos obligatorios se encuentran aprobados, por lo que el proyecto cuenta con su etapa de certificación aprobada, permitiéndole postular a la categoría Sobresaliente con 72 puntos”. Tres líneas que significaron mucho para todo el equipo detrás. “Fue muy emocionante. Nosotros estamos haciendo un proyecto de reducción hídrica, que fue uno de los temas que más nos costó probar en este proyecto. El objetivo es bajar el 80% del consumo de agua en todos los jardines y privilegiar especies locales autóctonas”, afirma Susana Morales.

El paisajismo ha sido uno de los elementos destacados en los proyectos de Colbún, donde están trabajando con la diseñadora de paisajes Luz María De la Vega. “Con ella estamos desarrollando los proyectos, al menos en el 80% de las centrales. Es un paisajismo simple, que usa aspersores muy básicos. Ya no se ven los grandes jardines, es algo bonito pero más moderno y que nos permite cuidar el medioambiente”, concluye la ejecutiva.