Certificación de vanguardia en la Antártica, edificios patrimoniales y escuelas

En su décimo aniversario, CES se consolida como el estándar que lleva la sustentabilidad a los límites. Desde el primer proyecto en la Antártica (Rodolfo Marsh Martin) hasta la reutilización patrimonial del Archivo de Valparaíso y la masiva rehabilitación con geotermia en infraestructura educativa, estos proyectos son la prueba del salto cualitativo de la construcción chilena.

Durante la última década, la Certificación Edificio Sustentable (CES) ha dejado una profunda huella al evaluar, calificar y certificar el comportamiento ambiental de edificios de uso público en Chile. Lo que comenzó como un proceso de certificación fue evolucionando e incorporando elementos claves como la innovación, haciendo de cada proyecto certificado un nuevo referente para lograr construcciones más amigables tanto con el medio ambiente como con los usuarios.

A continuación, presentamos una selección de proyectos que representan hitos en la adopción de criterios de sustentabilidad en Chile, abarcando desde infraestructura crítica en zonas extremas, pasando por la rehabilitación patrimonial y desembocando en la modernización de la infraestructura pública existente.

Innovación metodológica y geográfica: Foco en aeropuertos y zonas extremas

El Ministerio de Obras Públicas (MOP), a través de su Dirección de Aeropuertos (DAP), ha marcado la pauta en la innovación metodológica de CES, impulsando la creación de la nueva versión CES Aeropuertos, que añade categorías esenciales de vanguardia como emisiones y economía circular. Los siguientes proyectos son punta de lanza de esta transformación:

ProyectoAntecedentes destacados en innovación
Anteproyecto Aeródromo Teniente Rodolfo Marsh MartinEste proyecto no solo es el primer piloto para evaluar la versión CES Aeropuertos y el primer proyecto en la Antártica en iniciar el proceso de certificación, sino que su diseño sustentable opera bajo el objetivo de alcanzar un desempeño Net Zero Energy. Destacan la envolvente térmica optimizada para condiciones extremas y la integración de aerogeneradores para la generación de energía eólica, lo que permite una reducción del 100% en el consumo de energía eléctrica.
Terminal de Pasajeros Aeródromo Teniente Julio GallardoEsta obra fue diseñada con un enfoque Net Zero y altos estándares de sostenibilidad desde la prefactibilidad. Sus innovaciones incluyen estrategias bioclimáticas (diseño pasivo), generación de energías renovables, una envolvente térmica de alto rendimiento y equipos de climatización con recuperación de calor. Además, utiliza artefactos sanitarios de bajo consumo hídrico y paisajismo con especies autóctonas.
Teleférico de Iquique Su relevancia radica en llevar la sustentabilidad a la tipología de transporte masivo con tecnología limpia. El proyecto se enfoca en la reducción de emisiones y beneficios ambientales, el fomento de la intermodalidad y la accesibilidad universal (incluyendo bicicletas y sillas de ruedas), y la regeneración del espacio público en torno a las estaciones. Se incorporó la certificación sustentable (CES) en su desarrollo con el potencial de avanzar hacia la certificación de infraestructura.
PDI Puerto VarasEl cuartel cuenta con Certificación CES definitiva desde 2023. Sus estrategias se centraron en el confort interior (control de temperatura y calidad del aire), iluminación natural y vista al exterior. Además de la eficiencia en el uso de agua, se destacó el logro de un impacto positivo en la comunidad, un valor intangible impulsado por la innovación pública.
La propuesta de la Reposición del Cuartel, consideró la conservación del edificio histórico principal (casa Heim-Minte) y un nuevo edificio a través de un volumen conector, respetando el entorno en cuanto a la materialidad y escala del edificio.
Se logró recuperar en el interior el piso de madera, escaleras, puerta de acceso principal, pilares y tejuelas como revestimiento exterior, combinándolo con materiales nuevos, porque debieron necesariamente reemplazar los materiales que estaban en mal estado por el paso del tiempo. Asimismo, rescataron dos árboles centenarios: un alerce y una conífera, plantados desde la construcción original de la casa Heim -Minte (1800´s). 
Pilotos de Edificios Existentes (Escuelas Ministerio de Energía)El mayor desafío fue intervenir la infraestructura sin interrumpir la vida escolar. Las innovaciones integrales incluyen la mejora de la envolvente térmica con aislamiento de alto desempeño, control solar y ventilación pasiva optimizada. 
La innovación más significativa es la implementación de un sistema de calefacción geotérmico, que aprovecha la energía constante del subsuelo para climatizar con consumo energético muy reducido y operación estable. CES valida el impacto cuantificando la reducción real en demanda de calefacción 5 y verificando la calidad ambiental interior (confort térmico, niveles de CO2 y ventilación).

Innovación y regeneración: Foco en patrimonio y economía circular

Estos casos resaltan la rehabilitación del parque construido bajo criterios de sustentabilidad y economía circular, demostrando que la edificación existente puede y debe ser eficiente:

ProyectoAntecedentes destacados en innovación
Archivo Patrimonial Valparaíso (Ex Palacio Subercaseaux)Destacado por su modelo de “Rescate patrimonial con mirada de futuro”. La certificación CES es clave para lograr bajas demandas energéticas y bajos consumos hídricos. Demostró la capacidad de proveer condiciones de control de viabilidad muy ajustadas (temperatura y humedad) para la conservación de archivos, un desafío técnico en envolventes patrimoniales.
CECREA Castro (Ballena)Un caso ejemplar de reutilización adaptativa y reactivación urbana. Sus características innovadoras incluyen instalaciones sanitarias de bajo consumo y paisajismo eficiente con bajo requerimiento de riego para ahorro hídrico. Además, logró un ahorro importante en consumo de energía para climatización e iluminación artificial, potenciando su ya reconocido excelente rendimiento térmico.
Aduanas TalcahuanoProyecto de renovación de infraestructura pública que logró reciclar dos edificios existentes (un edificio de oficina y un gran galpón). Sus estrategias de diseño pasivo se basaron en el aprovechamiento máximo de la iluminación natural (con patios interiores) y un sistema de celosías para control solar en la fachada norte. Esto resultó en una reducción superior al 41% en el consumo de energía y una disminución del uso de agua potable superior al 70%. Fue ganador del segundo lugar de la categoría Edificio Certificado en el Premio CES 2024.
Museo Regional de ÑubleRehabilitación de galpones patrimoniales con el desafío de lograr una envolvente térmica eficiente sin comprometer su valor histórico. Las soluciones innovadoras incluyeron la aislación interior de muros y en la cubierta para lograr muy baja transmitancia térmica. Un galpón fue transformado en un invernadero bioclimático con sombreamiento y ventilación natural. El nuevo radier permitió ocultar la distribución de las instalaciones de climatización y ventilación mecánica, asegurando calidad de aire interior para la conservación de colecciones y el confort del visitante
Archivo Patrimonial Valparaíso.
Museo Regional de Ñuble.

Lecciones del Instituto Bicentenario José Miguel Carrera para Bravo Izquierdo

El proyecto de San Antonio, construido por Bravo Izquierdo y certificado en 2021, pone en relieve la complejidad de asegurar la cadena de suministro y la importancia de documentar elementos que quedarán ocultos, ofreciendo valiosas lecciones para futuros proyectos de edificación sustentable en el sector público.

El Instituto Bicentenario José Miguel Carrera de San Antonio, un proyecto de la Constructora Bravo Izquierdo, se ha convertido en un valioso caso de estudio sobre la rigurosidad en la implementación de la Certificación Edificio Sustentable (CES). Para compartir las lecciones aprendidas y los desafíos enfrentados, conversamos con Raimundo Bravo, coordinador de Gestión y Sostenibilidad de la constructora.

En esta entrevista, Bravo detalla cómo el proyecto abordó la complejidad de la certificación. Si bien CES es una herramienta nacional de verificación que permite a los mandantes declarar los atributos de sus edificios, su implementación en obra exige un compromiso total con la gestión documental y la coordinación especializada. El cumplimiento de sus requerimientos, desagregados en variables obligatorias y voluntarias, ha demostrado ser un proceso intensivo que garantiza edificios más eficientes energéticamente y con una mejor calidad ambiental para los usuarios.

Diseño y construcción bajo el estándar CES

Para asegurar el cumplimiento de los requerimientos de la certificación, la constructora implementó una estrategia colaborativa y un control riguroso de la documentación.

“En cuanto al diseño, se contrató a una asesora especializada en CES, quien trabajó de manera colaborativa con nuestra área de Desarrollo de Proyectos”, comenta Raimundo Bravo.

En la etapa de diseño, fue crucial recopilar las fichas técnicas de todos los elementos a evaluar, como artefactos, luminarias, griferías, aislaciones y cristales.

Una vez iniciada la construcción, la coordinación se volvió el pilar central, ya que la CES evalúa diversos parámetros, incluyendo la calidad del ambiente interior (confort térmico, acústico, calidad del aire, iluminación), el uso eficiente de la energía y el agua, y la gestión de residuos.

  • Asesoría y coordinación: Contar con una empresa especialista en el tema y realizar reuniones periódicas en obra fue clave.
  • Interlocutor único: Fue fundamental definir un único interlocutor válido para la empresa asesora, lo que simplificó la coordinación.
  • Plan de trabajo y evidencia: Se estableció un plan de trabajo claro desde el inicio, dada la necesidad de informes detallados y evidencia respaldada en los muchos aspectos que cubre la certificación.
  • Gestión documental: Se creó una carpeta virtual para cargar toda la información, la cual era revisada mensualmente por la empresa asesora. Esto evitó la falta de documentación al momento de la certificación.

“Se debía ser riguroso en la recopilación de documentos como fichas técnicas, facturas, órdenes de compra, guías de despacho de proveedores y respaldo de volúmenes y composición de materiales (por ejemplo, acero)”, destaca Bravo.

Además del respaldo documental, la evidencia fotográfica de cada proceso involucrado fue indispensable para la certificación.

El desafío en la gestión de materiales y residuos

CES fomenta la construcción de edificios más eficientes energéticamente y con una mejor calidad ambiental. En este sentido, la gestión de la cadena de suministro y los residuos en obra son partes integrales del proceso.

Uno de los mayores obstáculos para la constructora fue el contexto de la pandemia, que generó la discontinuidad de materiales y retrasos en las entregas. “Conseguir los materiales adecuados y obtener su aprobación tanto por parte de los especialistas como del Ministerio de Obras Públicas fue un proceso complicado”, recuerda Bravo.

Otro desafío importante fue la documentación fotográfica de elementos no visibles una vez terminada la obra, como sellos y aislaciones. Estos detalles constructivos, aunque parezcan menores, pueden ser determinantes para el cumplimiento de los requisitos de certificación, especialmente cuando hay incongruencias entre lo proyectado y lo requerido por CES.

Una gestión compleja

La implementación del programa resultó compleja debido a la gran cantidad de partidas y elementos que exigían documentación de respaldo, informes y una gestión continua. No obstante, se ejecutaron planes esenciales para el cumplimiento del estándar:

  • Plan de medidas de control y mitigación: Su cumplimiento en terreno fue esencial para reducir el impacto en el entorno, controlar las emisiones de polvo y asegurar la limpieza del sitio.
  • Documentación de medidas: Estas acciones se documentaron a través de listas de chequeo y evidencia fotográfica en informes mensuales.
  • Plan de manejo de residuos: Se contrató una empresa de reciclaje y se verificó que los escombros se entregaran en los contenedores adecuados.
  • Control de cambios: Cualquier modificación a un elemento ya especificado y aprobado debía contar con la luz verde del especialista (eléctrico, climatización, etc.), y la documentación de cambio se respaldaba con correos, minutas de reunión o fichas de cambios.

“Considero que es muy difícil lograr la certificación sin la ayuda de una empresa especializada que monitoree el proceso continuamente, garantizando que todo se cumpla de acuerdo con los requisitos establecidos”, asevera Bravo.

Lecciones aprendidas y sugerencias para el proceso CES

La Certificación Edificio Sustentable contempla la verificación en terreno y acompañamiento durante la operación para asegurar que el edificio alcance los niveles de calidad ambiental y eficiencia esperados.

Tras la experiencia en la aplicación de CES, la evaluación de Bravo Izquierdo señala que el tiempo es uno de los principales desafíos. “Una vez establecidos los estándares de diseño, la constructora debió ejecutar lo especificado, lo que significó una importante dedicación de tiempo para la elaboración de informes, la recopilación de documentación y el control de los planes de trabajo”, detalla el profesional.

Además de la gestión del tiempo y la documentación, la colaboración activa de los encargados de las distintas áreas fue fundamental para detectar incongruencias y asegurar la correcta ejecución de cada detalle, ya que pequeños errores podrían afectar el puntaje final de la certificación.

En cuanto a sugerencias para mejorar el proceso, Bravo Izquierdo propone:

  • Mayor claridad en los procesos de consulta y aprobación.
  • Revisión ágil de las incidencias para evitar retrasos innecesarios que impacten en la ejecución de la obra.

En definitiva, la experiencia en el Liceo Bicentenario José Miguel Carrera demuestra que la certificación CES es una herramienta robusta que impulsa a los proyectos a un mayor estándar de sustentabilidad, pero que requiere una planificación, una coordinación y una disciplina documental excepcionales desde el diseño hasta la puesta en marcha.

La herramienta que certifica la eficiencia energética de los edificios públicos

La Certificación Edificio Sustentable evalúa, califica y valida el comportamiento ambiental de edificios de uso público en el país.

En 2012, se inició el diseño de la certificación de edificios sustentables, al alero del Ministerio de Obras Públicas, la Cámara Chilena de la Construcción y el Colegio de Arquitectos, con el apoyo de Innova Corfo, y la colaboración técnica del IDIEM de la Universidad de Chile. Una década después, la Certificación Edificio Sustentable (CES) -que permite evaluar, calificar y certificar el comportamiento ambiental de edificios de uso público en Chile- ha logrado un importante desarrollo, tras el inicio de sus operaciones, en 2015.

El sistema de certificación es accesible e idóneo. Está disponible a nivel nacional, para que un alto porcentaje de edificios de uso público pueda ponderar y jerarquizar variables según sensibilidad e interés local. “Al comienzo solo abordamos una pequeña cantidad de proyectos. Pero, con el paso de los años hemos tenido un crecimiento sostenido gracias a la confianza que hemos conseguido en el medio nacional que nos permite decir que al día de hoy más de 400 proyectos y edificios, en todas las regiones de Chile, se encuentran en alguna etapa del proceso de certificación”, explica el jefe de CES Hernán Madrid.

En este contexto, el ejecutivo valora las ampliaciones de alcance logradas, como es el caso de la versión CES Hospitales de 2017. “Hemos contribuido al país como herramienta, para que los proyectos llevados adelante por la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas puedan incluirse en la emisión de Bonos Verdes que le permite al país recibir más recursos para proyectos sustentables”, afirma. Las estrategias donde pone mayor énfasis el sistema de certificación son las relativas al uso eficiente de energía. “La metodología permite evaluar la efectividad de las acciones adoptadas en un determinado proyecto o edificio, de modo de privilegiar las que sean más costo-efectivas, asegurando, mediante la evaluación técnica de una tercera parte independiente, que las estrategias incorporadas funcionarán”, concluye Hernán Madrid.

La certificación CES contempla verificación en terreno y acompañamiento durante la operación del edificio, para apoyar a quien administra del edificio de modo que éste alcance los niveles esperados en calidad ambiental y eficiencia en el uso de recursos.

En enero, el jefe de CES, Hernán Madrid, completó una gira que incluyó la visita a cinco edificios certificados desde Valdivia a Chiloé, en la que pudo constatar una reducción en el consumo de energía superior al 50% en cada proyecto.

En todos los edificios los usuarios destacaron sus condiciones de temperatura interior e iluminación natural, lo que cobra aún más valor considerando los climas de ciudades como Valdivia, Puerto Montt y Castro.

Fuente: La Tercera

Los frutos del virtuoso trabajo entre Obras Públicas, Energía y el IC

Avances en la futura Calificación Energética de Edificios de Uso Público y una propuesta de definición para avanzar hacia edificios energía neta cero han sido parte de lo que se ha logrado gracias a la articulación de públicos y privados. 

El Estudio Net Zero es el mejor reflejo de lo que puede lograrse gracias al trabajo conjunto, la investigación y la observación de experiencias internacionales. Gabriel Prudencio, jefe de la División de Energías Sostenibles del Ministerio de Energía, nos cuenta más sobre este trabajo que busca proponer una definición para Chile de los conceptos de edificios energía neta cero o Net Zero Energy Buildings y edificios carbono neto cero o Net Zero Carbon, identificando las implicancias de dichas definiciones en el desarrollo de instrumentos regulatorios de medición, reporte y verificación a nivel nacional. 

Este trabajo implicó la revisión de bibliografía académica y regulatoria internacional, donde se establecen definiciones de energía neta cero o Net Zero Energy Buildings y edificios netos cero carbono o Net Zero Carbon, así como la forma de acreditarlo a través de modelos de etiquetado energético o certificaciones de sustentabilidad. Asimismo, se revisaron las definiciones establecidas en el marco normativo, regulatorio y académico a nivel nacional, junto con las posibilidades de incorporar y acreditar en los modelos de etiquetado energético y certificaciones de sustentabilidad vigentes en Chile.

Pero, también se identificaron las fortalezas y limitaciones de la adopción de un marco conceptual y forma de acreditación en particular. “El estudio concluye diferentes aspectos ligados a metodologías, definiciones, indicadores y aplicaciones sobre estándares que permiten reducir emisiones en la construcción. Un punto relevante a destacar es que hoy, por primera vez, en Chile contamos con nuestras propias definiciones Net Zero para el contexto local. Luego de un amplio proceso de participación”, explica Gabriel Prudencio.

Gracias a este trabajo, se logró llegar a la definición de edificaciones de consumo de energía neta cero, como edificios de alto rendimiento energético, cuya energía anual consumida es cubierta por fuentes de energía renovable generadas en el sitio o cercano a éste. 

Ciclo de vida

Igualmente, para la definición de edificaciones de carbono neto cero, se propuso partir del concepto de ciclo de vida y la integración de dos indicadores esenciales: el carbono incorporado y el operacional, considerando, además, su vínculo con la definición de edificaciones de consumo de energía neta cero. “Edificio de consumo de energía neta cero, que durante su ciclo de vida (producción, construcción, operación, fin de vida útil), logra minimizar sus emisiones de carbono incorporado y compensar cualquier saldo carbono restante”, detalla el jefe de la División de Energías Sostenibles del Ministerio de Energía.

Al no tener definiciones estandarizadas, Prudencio afirma que se cae en el riesgo de integrar diferentes metodologías al analizar la energía o emisiones cero, lo que puede significar que reflejen diferentes alcances o procesos. “Con tal variedad de metodologías, que suelen tener nombres similares, es muy difícil comparar resultados que no están midiendo lo mismo. Por eso es fundamental tener una definición propia que nos permita trabajar de manera sistemática y ordenada, lo que facilita poder acreditar resultados de reducción de emisiones”, explica.

  Y como lo que mide no se puede gestionar, para reducir eficazmente las emisiones, Gabriel Prudencio, considera importante avanzar para conocer de mejor manera cuál es la magnitud de las emisiones a lo largo del ciclo de vida del edificio completo. Por ello, ya comenzaron los estudios que incluyen las mediciones piloto en edificios residenciales y no residenciales. 

Impacto de las certificaciones

  Para el jefe de la División de Energías Sostenibles del Ministerio de Energía, las certificaciones nacionales son, en este sentido, fundamentales, porque -según dice- pueden generar las bases necesarias para las mediciones que permitan acreditar emisiones y poder gestionar su reducción. “El rendimiento energético necesario para lograr net cero se puede alcanzar en base a los instrumentos que ya existen, herramientas robustas desde las cuales se puede fundamentar una metodología de cálculo y verificación para este tipo de edificaciones”, comenta.

Así ha sucedido con la Calificación Energética de Vivienda y la futura Calificación Energética de Edificios, que serán la base para integrar indicadores orientados a la transición hacia edificaciones de consumo de energía neta cero en el marco regulatorio nacional. Adicionalmente, Prudencio hace hincapié en la importancia de los sistemas Certificación de Vivienda Sustentable (CVS) y Certificación Edificio Sustentable (CES) como herramientas voluntarias que pueden ser consideradas sinérgicamente, bajo un esquema de metodológico virtuoso que permita traccionar al mercado.

En Chile, existen experiencias que reducen considerablemente las emisiones o consumo energético, las cuales aumentan las condiciones de confort. Pero, independientemente de ello, para poder acreditar la condición carbono neto cero, primero había que acordar definiciones, metodologías e indicadores. Tras pavimentar el camino, es tiempo de avanzar en la difusión de las definiciones para que puedan ser aplicadas, ojalá, por todos los actores de la construcción en Chile.

El balance del expresidente de CES tras dos años de gestión

Ricardo Fernández lideró la Certificación Edificio Sustentable por más de dos años. Hoy deja la presidencia en manos de la arquitecta Paola Molina, con la satisfacción de haber consolidado la certificación y el anhelo de seguir viéndola crecer en el mundo privado.

El ingeniero civil de la Universidad Católica de Chile, Ricardo Fernández, acaba de dejar el Comité Directivo de Certificación Edificio Sustentable (CES) tras asumir la presidencia del Instituto de la Construcción, lugar desde el cual continuará apoyando al programa en su desarrollo y posicionamiento. Esto, luego de dos años y medio ejerciendo el liderazgo que le permitió aportar a la consolidación de CES, cuya madurez hace hoy posible una operación a mediano y largo plazo.

“En los últimos dos años, se ha logrado expandir las ventajas de la certificación y comenzar a trabajar en otras áreas. Ha sido relevante la certificación de hospitales y para este año también lo ha sido el trabajo con aeropuertos. Además, se consolidaron los premios CES que buscan reconocer y visualizar los beneficios de obras construidas con este sistema de certificación”, reconoce Ricardo Fernández.

Lo anterior, ha ido acompañado de un gran trabajo junto a los ministerios de Obras Públicas y Energía y de los esfuerzos por modernizar toda la plataforma para expandir los beneficios que perciben aquellos edificios que logran la certificación, cumpliendo con los estándares que ésta impone.

“CES ha contribuido a mejorar el uso de los recursos naturales y ha impulsado la eficiencia energética, demostrando objetivamente beneficios como éstos y el aporte que hace a la operación de los edificios que logran ser certificados”, enfatiza el expresidente del programa administrado por el Instituto de la Construcción.

  Más allá de las entidades que han ido sumándose a CES, para dar una respuesta concreta a los desafíos globales del cambio climático, Ricardo Fernández rescata el “tremendo equipo” detrás y el trabajo de sus comités técnico y consultivo. “Quiero destacar el buen equipo que se formó para trabajar también con el programa Certificación de Vivienda Sustentable y abordar el enfoque para edificios de uso mixto, de modo que ambas certificaciones confluyeran. Eso es algo muy positivo de lo que se ha hecho en los últimos años”, señala.

Finalmente, el presidente saliente de CES expresa su deseo para el futuro del programa: “mucho éxito en los años venideros, sobre todo en el sector privado para que las inmobiliarias transmitan los beneficios de contar con esta certificación nacional”, comenta.