Ambas son arquitectas con experiencia en construcción sustentable y eficiencia energética.
El avance y desarrollo que ha experimentado la Certificación Edificio Sustentable (CES) durante el último año, permitieron la incorporación de Romy Lückeheide y María José Ibaceta al equipo de trabajo de la certificación nacional.
Romy Lückeheide, arquitecta de la Universidad Técnica Federico Santa María, se incorporó a CES en el mes de septiembre como asistente de la certificación. Comenta que siempre ha estado motivada por aportar en el trabajo de diseño y construcción, donde se implementen estrategias que prioricen el uso responsable del agua, la eficiencia energética, el confort de los ocupantes y la gestión de residuos con un enfoque de economía circular.
Dada su experiencia profesional previa en diversos proyectos, principalmente en el ámbito residencial y edificios de oficina, espera poder aportar a los proyectos CES la ayuda necesaria durante el proceso de certificación y del mismo modo “facilitar que nuevos proyectos tomen la iniciativa de incorporar criterios sustentables en el diseño y construcción”, comenta.
Antes de ingresar a CES, Romy Lückeheide se desempeñó como jefa de proyecto en consultorías de edificios sustentables, donde se estudiaban todas las variables del proyecto, así como la incorporación de criterios de sustentabilidad, factibilidad y retorno. Además, tiene experiencia en la implementación de medidas de mitigación en obra y gestión de desechos de construcción: el foco de su experiencia está en proyectos certificados LEEDv3 y LEEDv4.
Por otro lado, María José Ibaceta se integró al equipo de CES en el mes de septiembre y su labor está 100% relacionada a la ejecución del Convenio firmado entre el Ministerio de Energía, el Ministerio de Obras Públicas y el Instituto de la Construcción, a principios de este año.
La actualización de la certificación CES 1.1, la secretaría técnica en el Comité CES de Edificios Existentes, la coordinación de estudios relacionados con archivos climáticos para simulaciones dinámicas y la implementación de la metodología para el monitoreo de los edificios que ya cuentan con CES, son parte de las actividades que la arquitecta desarrolla en el día a día.
Dentro de sus motivaciones para integrarse al equipo de la CES, está el “poder aportar profesionalmente al trabajo en iniciativas públicas y privadas dentro del sector de la construcción, con mucha relevancia a nivel país y que promueven grandes cambios en el futuro del rubro” y agrega que trabajar colaborativamente con otros profesionales del sector, a través de las secretarías técnicas y los estudios, le permiten estar actualizada en diferentes temáticas de interés y -al mismo tiempo- hace posible compartir su propia experiencia en labores previamente desarrolladas.
María José Ibaceta es arquitecta de la Universidad Técnica Federico Santa María y cuenta con nueve años de experiencia en el rubro de la construcción sustentable y eficiencia energética. Es profesional acreditada LEED AP BD+C desde 2011 y CES desde 2015. Antes de ingresar a la Certificación Edificio Sustentable, se desempeñó como consultora privada e independiente en más de 40 proyectos con certificación LEED, CES, Calificación Energética de Viviendas (CEV), proyectos de eficiencia energética y proyectos de arquitectura.
EBP Chile se convierte en la décimo cuarta organización en ingresar al sistema de certificación nacional.
Con vasta experiencia en la implementación de renovaciones energéticas en edificios existentes, EBP Chile ha acreditado con éxito sus competencias técnicas, experiencia institucional y profesional además de compatibilidad para la evaluación de proyectos, convirtiéndose así en la décimo cuarta Entidad Evaluadora de la Certificación Edificio Sustentable (CES).
De acuerdo a Antonio Espinoza, jefe del Área de Construcción Sustentable en EBP Chile, la integración de la empresa a la certificación nacional viene a consolidar su participación en CES: “Actualmente estamos trabajando en al menos diez proyectos que consideran la certificación y esperamos seguir apoyando en fomentar el sistema en este nuevo rol”, señala.
Con lo anterior en mente, Espinoza comenta que esperan aportar en las discusiones que hoy se llevan adelante y que tienen relación con el desarrollo y avance de CES, principalmente en lo que tiene relación con la nueva metodología de Edificios Existentes, cuyo trabajo se está llevando a cabo desde hace unos meses.
Asimismo, agrega que hoy en EBP Chile son seis los profesionales -entre ingenieros y arquitectos- que se encuentran acreditados como Asesores CES, por lo que está confiando en que pueden aportar con una mirada interdisciplinaria en temas relacionados con la eficiencia energética y sustentabilidad en la edificación, dos de los ejes de acción de la certificación.
El arquitecto reconoce que, “CES ha sido un aporte muy importante en la implementación de eficiencia energética en la edificación nacional al considerar criterios locales” y agrega que esto es lo que el equipo detrás de EBP Chile más valora, ya que la diversidad climática y geográfica en Chile es un factor que se debe considerar al momento de diseñar edificios. Por otro lado, también destaca el aporte de la certificación al trabajo colaborativo entre mandantes y equipos de diseño desde el inicio de un proyecto.
EBP Chile es una empresa de consultoría y planificación de origen suizo que nació en 1981, cuenta con una red multidisciplinaria de expertos y una amplia gama de servicios. Con presencia en Chile desde el año 2012, aborda cada proyecto desde una perspectiva global, integrando sus distintas áreas de trabajo: energía, cambio climático y recursos naturales. De esta manera, logra soluciones holísticas y resilientes, apuntando hacia la reducción de las emisiones en el entorno construido.
Junto a CES, lleva alrededor de cinco años trabajando en la implementación de renovaciones energéticas en edificios existentes, y junto a profesionales de la sede en Suiza han implementado envolventes térmicas en edificios como la Escuela Baquedano de Coyhaique en 2017 y el Centro Cultural de la misma ciudad en 2019.
Finalmente, Antonio Espinoza señala que están trabajando en traer sistemas de certificación pilotos como el suizo, Minergie® que se enfoca principalmente en vivienda” y que busca contar con edificaciones de alto confort, con cero energía generada de fuentes fósiles para su operación.
El presidente de Certificación Edificio Sustentable reflexiona sobre su gestión y plantea nuevos desafíos para la certificación nacional.
Tras cumplir un año como presidente del Comité Directivo de la Certificación Edificio Sustentable, Ricardo Fernández se toma un momento para analizar lo que han sido estos doce meses de trabajo a la cabeza de la certificación nacional y los desafíos que se presentan para el futuro.
Uno de los primeros aspectos que destaca el profesional es el equipo de trabajo que hay detrás de la certificación: “este ha sido un año marcado por el trabajo en equipo, contamos con excelentes profesionales, que han sido muy generosos compartiendo sus conocimientos y dedicando tiempo para el desarrollo y consolidación de CES”, señala.
Al mismo tiempo, destaca la madurez que se ha logrado respecto de ingresos, lo que ha permitido conseguir un equilibrio económico en términos operacionales, señalando que uno de los principales hitos de este 2019 fue la realización de la primera versión del Premio CES.
“Esta iniciativa nos permitió destacar a los proyectos mejor evaluados -tanto en etapa de diseño como a los ya construidos- y reconocer también a un profesional como Norman Goijberg, que ha entregado mucho de su trabajo al desarrollo de CES”. Sumado a lo anterior, el lanzamiento del Concurso CES para estudiantes se espera que sea una oportunidad para difundir la certificación, a través de la academia, a los profesionales del futuro.
A la hora de referirse a los próximos desafíos que vienen para CES, Ricardo Fernández es enfático en señalar que, luego de la consolidación entre los edificios de financiamiento público, el objetivo se centra en iniciar la penetración de CES en proyectos privados. Para ello, reconoce que es fundamental conseguir el apoyo de instituciones como la Cámara Chilena de la Construcción, a través de su Comité Inmobiliario y de la Asociación de Oficinas de Arquitectura AOA.
No obstante, señala que se continúa la difusión de la herramienta entre entidades públicas como el Gobierno Regional de Santiago, pues reconoce que la expectativa es “que toda edificación que sea financiada con dineros del Estado incorpore como requisito la certificación CES”.
Y en este sentido, el presidente de CES también reconoce el apoyo que ha recibido la certificación por parte del Ministerio de Obras Públicas, institución que ha sido fundamental para el avance y desarrollo de la herramienta -desde sus inicios- y señala que “este año comenzamos un trabajo junto al Ministerio de Obras Públicas y al Ministerio de Energía en un convenio de colaboración que nos permite realizar estudios para mostrar los beneficios del uso de CES, como también trabajar en su actualización y en una metodología exclusiva para Edificios Existentes”.
Finalmente, Ricardo Fernández hace hincapié en el compromiso del Ministerio de Medio Ambiente y su apoyo dentro del Comité Directivo. Además, destaca la participación del Ministerio de Vivienda y Urbanismo en CES: “este año colaboramos en el desarrollo y próximo lanzamiento de la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS)”. Ello permitió unificar el lenguaje y estructura de ambos sistemas de certificación, e incluso se está trabajando en la implementación de una plataforma web común con participación cruzada en los Comités Directivos, todo para que en un mediano plazo ambos sistemas puedan converger aún más.
Por Carlos Bascou, representante de la Cámara Chilena de la Construcción en el Comité Directivo CES
Luego de asistir a la realización de la COP25 en Madrid, en diciembre último, se hace más evidente que nunca que el cambio climático es hoy uno de los mayores desafíos que la humanidad debe enfrentar donde, por cierto, el sector de la construcción no puede estar ajeno.
De acuerdo con la Global Alliance for Building and Construction, nuestra industria aporta -en términos internacionales- alrededor de un 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero y, en este contexto, las materias de sostenibilidad y los objetivos de desarrollo sostenible impulsados por Naciones Unidas imponen la necesidad ineludible de avanzar en la ruta del desarrollo y crecimiento económico, en línea con la responsabilidad social y el cuidado del medioambiente.
Dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático Chile suscribió el Acuerdo de París, que establece acciones para la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a través de medidas de mitigación, adaptación y resiliencia. Adicionalmente se comprometió con la ambiciosa meta de ser un país carbono neutral para el año 2050.
De esta manera, Chile junto a otros países buscan alinear esfuerzos para enfrentar este desafío que es parte de los Compromisos Nacionales Determinados, que son acciones y metas concretas para bajar las emisiones en que cada sector económico puede y debe hacerse parte.
Dado lo antes planteado la CChC, que tiene dentro de sus pilares estratégicos el Medio Ambiente, desarrolló un documento con la postura del rubro denominado “El Sector de la Construcción ante el Desafío Climático Global” que contiene la visión y compromisos concretos respecto a acciones de adaptación y mitigación.
En materias de adaptación, y dado que nuestro país está afecto a siete de los nueve criterios de vulnerabilidad de Naciones Unidas, tanto la infraestructura como la edificación deben hacer frente de manera decidida a fenómenos que hoy nos están afectando como la escasez hídrica, la protección de bordes costeros y bordes de río, además de la incorporación de infraestructura verde. Todos estos esfuerzos buscan a través del concepto de la resiliencia, evitar que la población se vea afectada por ellos y sufran impactos en su calidad de vida.
En términos de mitigación, no podemos quedar fuera de esta materia y debemos contribuir a través de la construcción sustentable en la reducción del consumo energético y las emisiones de CO2.
Bajo esta lógica, el documento ha identificado 4 aspectos principales que irán marcando el actuar ante el desafío Climático Global, siendo el primero de estos la eficiencia energética donde los sistemas de certificación como CES, son una importante herramienta que permite evaluar el desempeño bajo aspectos de sustentabilidad, donde incluso se alcanzan ahorros en consumo energético de entre un 35 a un 70% en comparación con edificios convencionales. Además, la aplicación de este tipo de procesos constructivos puede implicar ahorros significativos en los costos operacionales.
Otra de las acciones que aportan a la mitigación es la planificación de las ciudadesdonde se hacen presentes las emisiones del sistema de transporte por lo que es fundamental impulsar políticas públicas de ordenamiento territorial para reducir los tiempos de viajes dentro de las ciudades.
Por último, en materias de Mitigación, el ciclo de vida de los insumos de la construcción y su eficiencia en el uso de los recursos es relevante. Alrededor del 8% de los gases de efecto invernadero tienen relación con la elaboración y producción de insumos como cemento, hierro y acero. Por ello, la eficiencia en el uso de los recursos toma una especial importancia; y no menos importante es la gestión de residuos de construcción y demolición, y la orientación hacia una economía circular.
Tal como se mencionó, como sector debemos actuar de manera decidida y comenzar a actuar ahora. Es por esto que en el mencionado documento y que se lanzó ante el Ministerio de Medio Ambiente, se dejaron plasmados, cinco compromisos concretos.
Estos son a) Contribuir a la elaboración de reportes de emisiones, b) impulsar las mejores prácticas en diseño y construcción a través de la ingeniería, c) propiciar la certificación energética de los proyectos de sus empresas socias y de fortalecimiento a medidas que promuevan la elaboración de estándares de eficiencia energética y de cero energía neta que hoy no existen en el país. En lo que respecta a planificación territorial d) se compromete la realización de estudios sobre el diseño de áreas urbanas mediante una densificación equilibrada y por último, e) favorecer el uso de tecnologías más eficientes a través del diseño de proyectos, donde BIM debe tomar un rol preponderante ya que ayuda no solo a la productividad e innovación, sino también a la estandarización y sustentabilidad de los proyectos.
Enfrentar el desafío del cambio climático es un desafío complejo por lo que es fundamental la cooperación entre los distintos actores, ya sean estos públicos, la ciencia, la sociedad civil y la empresa privada, y aquí es donde el liderazgo de instituciones como la Cámara Chilena de la Construcción y el Instituto de la Construcción, en concordancia con los distintos ministerios es clave de cara al futuro de la industria y es aquí donde la innovación y mecanismos de financiamiento se tornaran en claves para concretar los objetivos planteados.
Por Paola Molina, arquitecta y representante del Colegio de Arquitectos en el Comité Directivo CES
Hoy, la superficie construida a nivel mundial, según Global Status Report GABC, es de 223 mil millones de metros cuadrados y para el año 2060 prácticamente se duplicará, mientras que los reportes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por su sigla en inglés) muestran una escasa reserva de espacio para nuevas emisiones del planeta, sin aumentar la temperatura en más de 1,5 °C. Para evitar enfrentarnos a desafíos más complejos; además de lo levantado en el grupo de trabajo número 3 (donde se encuentra el área de edificaciones), debemos reconocer el impacto del sector de edificación/construcción en las emisiones que se levantan a nivel mundial y que, actualmente, equivalen al 38% (UNEP-SBCI) (AIE/PNUMA, 2018).
Lo anterior, sumado al producto de otros componentes de la ciudad, equivalen al 75% del GEI producidos por el ser humano. Además, los edificios son responsables del 40% del uso de la energía y del 50% del uso global de materiales y si a eso agregamos que el 91% de la población mundial debe vivir en lugares donde, producto de lo anterior, los niveles de polución exceden los límites de la OMS, tenemos que tomar acciones importantes y urgentes desde el área de las edificaciones en todo su ciclo de vida y prepararnos planificadamente para ello elaborando, a nivel local, estrategias con metas para los próximos cinco decenios, de acuerdo a sus capacidades.
Lo antes expuesto sirve de motor para plantearnos con urgencia estándares más exigentes en eficiencia energética, entendiendo que la primera estrategia es lograr diseños de edificios que exploten su capacidad de diseño pasivo, es decir, minimizar la demanda energética en conjunto con maximizar la calidad de vida de sus usuarios; complementado esto, en una segunda instancia, con equipos de alta eficiencia y agregando a todo lo anterior una visión sustentable de interrelación ciudad/edificaciones, lo que significa evitar en todo el ciclo de vida externalizar contaminación de algún tipo, minimizar los residuos, aportar a nuestro entorno urbano tanto social como ambientalmente, etc. Y en el ámbito de energía, concentrarnos en el desarrollo y producción de energías limpias que permitan el funcionamiento de la ciudad.
Para lograrlo, existen varias guías de cómo elaborar una hoja de ruta (2020-2050), una de ellas es la elaborada por la Global Alliance (UN program – Global ABC) en la que existe un lineamiento base específico para Latinoamérica. Otro ejemplo, es Code 0 de Edward Mazria y la Organización Architecture 2030, que participa del IPCC y que, en el marco de la COP25, se mostró dispuesto a hacer una adaptación de su código de acuerdo a las necesidades de nuestro país, tal como lo ha hecho China y varios estados en Estados Unidos como Nueva York y California.
Por otra parte, en Chile ya contamos con una Calificación Energética de Vivienda (CEV), una Certificación de Edificio Sustentable (CES), y en marzo del próximo año se realizará el lanzamiento de la Certificación de Vivienda Sustentable (CVS). Herramientas que permiten el avance en estas materias a nivel local y de acuerdo con nuestros desafíos.
A esto se suma que durante la realización de la COP25 se realizó el aporte del mundo científico a través de mesas de trabajo -dirigidas por la connotada científica nacional Maisa Rojas- donde una de las instancias trató el tema de la ciudad. Dentro de esta, se desarrolló la sub mesa de Edificios, Energía y Equipamiento, en la que se trabajó intensamente para aportar en el levantamiento de siete fichas en las que se grafican y resumen en una línea tiempo mostrada a continuación y que fue elaborada por la Universidad Católica.
Glosario:CES: Certificación de Edificios Sustentables, se refiere a la puesta en marcha de la Calificación Energética de Edificios no Residenciales.CEV: Calificación Energética de la ViviendaRT: Nueva Reglamentación TérmicaCI: Carbono IncorporadoNZEB: Edificios con balance cero energía
El desarrollo de la propuesta para las contribuciones prevista y determinadas a nivel nacional (NDC), son los compromisos que nuestro país debe asumir en conjunto con toda la comunidad internacional, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Lo importante para ir avanzando es lograr que en los NDC de Chile se incorporen los lineamientos elaborados a través de las fichas presentadas, ya que de esa manera se podría concretar una ambiciosa y adecuada hoja de ruta para nuestro país en esta materia, lo que traería tanto beneficios sociales como ambientales.
Tenemos la ventaja de que hoy existen muchos profesionales del área capacitados en certificaciones nacionales e internacionales, por lo tanto, el capital humano existe para desarrollar los desafíos requeridos. Adicionalmente, ya son varios los ministerios que trabajan arduamente en el desarrollo del sector en materias sostenibles.
Los desafíos por delante son muchos, pero me detengo en los siguientes:
Tenemos que trabajar de manera colaborativa, hay mucha información y herramientas desarrollándose y varias ya están disponibles para uso público.
Tenemos que levantar información más detallada, confiable, comparativa y abierta. Las cifras que manejamos son bastante gruesas y pueden llevar a imprecisiones al minuto de aplicar y/o priorizar políticas públicas dirigidas a mitigar el cambio climático y a actuar con responsabilidad social y ambiental.
Debemos hacer un barrido por todas las acciones que son factibles de desarrollar a mínimo costo y que podrían generar un gran impacto e incentivo en el desarrollo del área
Se vienen grandes cambios en nuestro sector, no solo por el cambio climático sino porque todo está cambiando gracias a la revolución digital. Como profesionales no podemos quedarnos atrás, debemos tomar estos desafíos como oportunidades con el fin de contribuir de manera significativa a construir un mejor país y una mejor sociedad, sentando las bases para las hojas de ruta que nos permitan apostar por un futuro mejor.
Por Hernán Madrid, jefe de Certificación Edificio Sustentable
Durante la semana pasada, tuve la oportunidad de viajar a Atlanta, Estados Unidos, para participar en la versión 2019 de la Greenbuild, conferencia internacional y expo organizada cada año por el USGBC.
Este año el foco era un “nuevo estándar de vida”, haciendo referencia directa al énfasis sobre la calidad del ambiente habitado, relevando el estándar de “bienestar” al interior de las edificaciones, dirigiendo la atención desde la eficiencia en el uso de recursos a las personas, lineamiento que han estado muy presente en CES desde el inicio de su desarrollo.
Mayoritariamente, en nuestro ambiente profesional tenemos la tendencia a mirar con mayor atención lo que pasa en Europa, principalmente por el impulso a enfrentar el cambio climático y las ambiciosas estrategias que han implementado, lo que contrasta con el excesivo uso de recursos del estadounidense promedio. Sin embargo, existen interesantes estrategias que ellos han venido implementando que, aunque no son recogidas como políticas del país, sí lo son por estados, ciudades o grupos profesionales.
Uno de los puntos centrales abordados en la conferencia tiene relación con el impacto de las emisiones de carbono incorporado en los materiales y productos para la construcción, versus las emisiones durante la operación de un edificio. Considerando el escenario de descarbonización de la matriz energética (que Chile planteó como meta al 2050 y otros países, para diferentes años, a partir del 2035), el impacto de las emisiones asociadas al consumo de energía durante la operación se reducirá tremendamente, incluso llegando a cero.
En Europa esta situación se había planteado hace varios años en términos de una reducción del impacto de las emisiones durante la operación del edificio, producto de los altos estándares de eficiencia y la considerable reducción de energía para la operación, pero este nuevo escenario, en base a los recientes compromisos de descarbonización de la matriz energética que han comenzado a asumir los diferentes países, realza absolutamente la relevancia del carbono incorporado en materiales y productos para la construcción, lo que sin duda se transformará en prioritario durante los próximos años e impulsaremos desde CES.